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Coomaraswamy Agnis Tejas

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA

MEDIDAS DO FOGO
AGNIS E TEJAS

Consideremos ahora la doctrina india de las «Tejas». Uso mayúsculas aquí y en los muchos contextos donde es al Dios, y no al fenómeno natural en el cual Él se manifiesta, a quien se hace referencia [1]. Debemos explicar primero que, si bien el sánscrito agni es literalmente ignis, «fuego», la palabra tejas, que tendremos que citar repetidamente, es, hablando estrictamente, no tanto el fuego mismo como una cualidad esencial, o la cualidad más esencial del «fuego», ya sea como deidad o ya sea como fenómeno natural. Tejas (√ tij, ser agudo, cf. stizo, stigma, di-stinguo, in-stig-o, hender, clavar, coser), está, tan cerca como es posible, de lo que Jacob Boehme   llama la «agudeza de la » (Three Prínciples XIV.69). En Rigveda VI.3.5, se dice de Agni que afila su tejas como una punta de hierro. El adjetivo correspondiente tigma comúnmente califica a socis, «llama», y Agni mismo es tigma-socis, «de llama aguda». Sin embargo, la palabra tejas se traduce usual y acertadamente por «fuego» [2] o «energía ígnea», donde la cualidad esencial corresponde a la esencia y el acto característico al agente; de la misma manera que la Ráfaga (Vayu) del Espíritu (atman) no es nada sino el Espíritu mismo en los términos de su actividad característica. Al mismo tiempo debe comprenderse que ni agni ni tejas implican un calor que haya de distinguirse de una luz; tejas, por ejemplo, no es meramente una «agudeza» sino también una «brillantez» como de relámpago, de aquí la correlación «Fuego y lo que puede ser iluminado» (tejas ca vidyotayitavyam ca, Upanixade   IV.8 [3]]]. En el Fr. 77 Heráclito   mismo substituye phaos por el pyr del Fr. 20, permaneciendo los verbos sin cambiar. Puesto que hemos hecho de él nuestro punto de partida, y puesto que sería engorroso repetir la «agudeza de la llamarada del fuego» de Boehme, nos adheriremos a la traducción acostumbrada de tejas por «fuego» o «Fuego».

Ahora, «Del Fuego (tejas) que está oculto dentro del Cielo [4], es solo una pequena medida (amsa-matram) lo que (luce) en medio del Sol, en el ojo y en el fuego. Ese (Fuego) es Brahma, Inmortal [5]) ... Es solo una pequena medida (amsa-matram) de ese Fuego lo que es la Ambrosia (amrtam) en medio del Sol, cuyos brotes pujantes (apayankurah) son Soma y los Soplos» (Prana, Maitri_Upanishad VI.35) [6]. Y así, ciertamente, «como las chispas se dispersan en todas las direcciones desde un fuego resplandeciente, así desde este Espíritu Presciente (prajnatman, el Mesmo solar y último) los Soplos y otras substancias se dispersan a sus estaciones» (Upanixade II.1.3, Kaushitaki_Upanishad III.3, IV.20, Upanixade II.1.1, Maitri_Upanishad VI.26, 31, con pequenas variantes), y es desde este punto de vista como Brahma se compara a una «rueda ígnea centelleante» (Maitri_Upanishad VI.24). «Estos poderes funcionales (indriyani = Prana) son del Espíritu (atmakani), es el Espíritu (atman) el que procede (en ellos) y el que los controla» (Maitri_Upanishad VI.31) [7]); ellos son los rayos o riendas [8] (rasmayah) solares por los que el Único Veedor y Pensador ve, oye, piensa y come dentro de nosotros (Maitri_Upanishad II.6, VI.31, Upanixade III.7.23, Jaiminiya_Upanishad_Brahmana I.29, 30, etc.), siendo él, por consiguiente, el «» (Samsarin) (Sutras 1.1.5). Así estos poderes activos del habla, visión, pensamiento, etc. «son solamente los nombres de Sus actos», los nombres de las fuerzas que Él extiende y después absorbe (Upanixade I.4.7, I.5.21, I.6.3, etc.). En su operación en nosotros mismos todos estos Soplos o Vidas actúan juntos, de modo que nosotros somos capaces de concebir, ver, oír y pensar uno y el mismo objeto simultáneamente (Kaushitaki_Upanishad III.2; cf. I Corintios 12:14 sigs.).

Él mismo, el Espíritu (atman), Brahma, Prajapati, el Inmortal, que en nosotros asume las apariencias (rupani) del habla, la visión, la mente, etc. (puesto que estos, como lo hemos visto, son los nombres de Sus actos, no de los «nuestros»), es «de la substancia del fuego» (tejo-mayam, Upanixade II.5.1-15); él «se divide a sí mismo» (atmanam vibhajya) para vivificar a sus hijos (Maitri_Upanishad II.6), permaneciendo él mismo «indiviso en las divisiones» (Bhagavad Gita XVIII.20) [9]. El acto de «creación», o más bien de «expresión» (srstih), se concibe típicamente como una «determinación» o «medición» (nirmanam) [10], en la que el Medidor, que es él mismo la medida de todas las cosas, permanece «inmedido entre lo medido» (Rigveda X.7.39). De esto se sigue que Sus divisiones, las antedichas facultades (o «inteligencias», jnanani, Upanixade VI. 10, Maitri_Upanishad VI.30; Prajna-matrah, Kaushitaki_Upanishad III.8; buddhindriyani, Maitri_Upanishad II.6) [11] deben ser «Medidas (matrah) [12] del Fuego». De hecho, estas hipóstasis activas del Espíritu aparecen mencionadas efectivamente como «Fuegos» (agnayah, Satapatha_Brahmana X.3.3.1 sigs.), como los «Fuegos de los Soplos» (pranagnayah, Upanixade IV.3) y como «Fogo» (tejo-matrah, Upanixade IV.4.1, Upanixade IV. 8).



[1La designación habitual de las filosofías antiguas griega e india como «naturalistas» es una traición de la verdad (la «física» en griego no tenía este significado). Un «desarrollo» filosófico desde el naturalismo a la abstracción, coincidente con un desarrollo estético desde la abstracción al naturalismo, habría sido verdaderamente extrano. Somos nosotros, para quienes «un conocimiento que no sea empírico carece de significado», quienes no sabemos distinguir entre el símbolo natural adecuado y su referencia, nosotros quienes vemos el dedo que senala en vez de la luna misma.

[2Cf. J. Ph. Vogel, «Het Sanskrit Woord Tejas (= Gloed, Vuur) in de Beteekenis van Magische kracht», Med. d.k.ak.v. Wetenschappen, afd. Letterkunde, Deel 70, Serie B, N° 4 (1930).

[3«Es en tanto que el Soplo (pmna) como Agni brilla» (dipyate, Jaiminiya_Upanishad_Brahmana IV.12.6); «Yo soy la incandescencia en lo que es luminoso (tejas... vibhava vasau)... el esplendor de lo esplendoroso» (tejas tejasvinam, Bhagavad Gita VII.9, 10). (Agni es el tejas con el que ellos mataron a Vrtra (Satapatha_Brahmana II.5.4.3, 8), Agni es el tejas del Sacrificio (Satapatha_Brahmana V.3.5.7-8) y el inmortal en lo mortal (RigvedaXII.2.33).

[4Es decir, es hyperouranios (cf. Platón, Fedro 247C); más allá del cielo (uttaram divah, Rigveda X.7.3; parena divam, Aitareya_Upanishad I.2; pare-ardhe, Rigveda I.164.10); en el paraíso Empíreo en tanto que distinguido del paraíso celestial u Olímpico.

[5El Brahma ígneo (tejomayam), el inmortal, el Espíritu (atman) de Upanixade II.5.1 sigs.; (cf. Coomaraswamy, «El Beso del Sol», esp. nota 15.

[6Los poderes funcionales se llaman Espiraciones, Vidas o Soplos debido a la Espiración, Vida o Soplo central del que ellos son participaciones y del cual dependen (Upanixade I.5.21, Upanixade V.1.15); y «energías de Indra» (indriyani) con referencia a Indra, identificado con el Soplo central; y por otros nombres, por ejemplo, «Seres Elementales» (bhutani) con referencia al «» (mahabhutah) del que brota su ser. Por consiguiente, el Ego pasible o «» (bhutatman, Maitri_Upanishad III.2) es una «hueste de seres» (bhutagana, Maitri_Upanishad III.3) y, de hecho, es la «hueste de los Maruts» (marudgana), pues los «Maruts son los Soplos» (Aitareya_Brahmana III.16), como también son «Fuegos» (agnayah, Rigveda III.26.4). La verdadera relación de estos Soplos o Tempestades (nuestras «tempestuosas pasiones») con su Cabeza es la de súbditos con su rey, leales hasta la muerte; pero si se les permite correr sin freno en persecución de sus objetos naturales, para servirse a sí mismos y no a su rey, entonces «nosotros» somos distraídos por este cuerpo de Ângeles caídos dentro de nosotros. La integración de sí mismo es una cuestión de orientación. Es decir, brevemente, «psicología india».

La asimilación de los Soplos a los brotes (del Soma), implícita en nuestro texto, es de gran significación para la exégesis del Sacrificio de Soma, pero necesita más espacio que el que puede serle dedicado aquí.

Los Comentadores leen apyayankurah y enmiendan apyankurah, es decir, api ankurah. A fin de evitar toda enmienda hemos asumido leer apyayankurah, es decir, apyai-ankurah, lo cual no es imposible y da un significado apropiado; cf. Satapatha_Brahmana VII.3.1.45 (y Aranyaka I.4.1).

[7(«En mi tomo primero a Agni» (Taittiriya_Samhita V.7.9); «que los fuegos de los hogares sagrados (atma) oficien de nuevo solo aquí en sus respectivas estaciones (yathasthama)» (Rigveda VII.67). Indriyagnayah son los sentidos sacrificados en el fuego de la contención, es decir, tesu paroksam juhoti, el Agnihotra Interno del individuo (Bhagavad Gita IV.26, 27); «cuando el Comprehensor controla la mente y el Soplo ha puesto los objetos de los sentidos en su sitio» (Maitri_Upanishad VI.19); también, «consumidos los fuegos (tejas) de los sentidos. sólo Tú eres el carro, la danza y el canto» (Upanixade I.26).

[8Aquí está implícita la metáfora del carro, común a Platón y a nuestras fuentes indias. En Maitri_Upanishad II.6, Prajapati es el conductor del vehículo corporal y controla los caballos (los poderes sensitivos) con los «rayos» o «riendas» (rasmayah) que extiende desde su estación en el corazón hasta los objetos de la percepción sensible; cf. Platón, Leyes 898c, psyche men estin he periagousa hemin panta, y Hermes, Lib. X.22, kai tou men theou kathaper aktines ai energeiai, y XVI.7, eisi de kai eniai (eautou aktines)».

[9Cf. Plotino IV.1.1.

[10Cf. Coomaraswamy, Nirmana-kaya, 1938, citando Rigveda III.29.11, etc., donde Agni es «medido».

[11Los Soplos, en tanto que «Inteligencias», son los «dioses dentro de vosotros» de Jaiminiya_Upanishad_Brahmana 1.14.1, 2, y los «ángeles» de la teología cristiana; su Duque (netr), rex angelorum, devanam raja, es Indra (Vayu).

[12Matra (como metron) es etimológicamente «materia», no en el sentido de «eso que es sólido» sino en el sentido propio de «eso que es cuantitativo» y tiene una posición en el mundo (loka-locus). Todo lo que está así en el mundo puede ser nombrado y percibido nama-rupa y es accesible a una ciencia física y estadística; siendo lo inmensurable el dominio propio de la metafísica.