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Coomaraswamy: Encarnação do Buda

sexta-feira 29 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — HINDUÍSMO E BUDISMO

Encarnação e Natividade do Buda

Antes de proceder a la narrativa, debemos explicar de que modo se hace la distinción entre los epítetos Bodhisattva y Buddha. El Bodhisattva es un «ser que despierta», o de «naturaleza en despertar»; el Buddha está «despierto» o es «El Despierto». Dogmáticamente, el Bodhisattva es un ser originalmente mortal, cualificado por la actualización de virtudes y de conocimientos transcendentales para el «despertar total» de un Buddha. Gautama Siddhartha, el «Buddha histórico» mismo, es así un Bodhisattva hasta el momento de su «omni-despertar». Además se asume que en cada eón sucesivo nace un Buddha, y que Gautama Siddhartha era el séptimo en una serie tal de encarnaciones proféticas, y que será seguido por Maitreya, que es ahora un Bodhisattva en el cielo. Hay otros Bodhisattvas, notablemente Avalokitesvara, que son virtualmente Buddhas, pero que han hecho voto de no entrar jamás efectivamente en su Buddheidad hasta que la última hoja de hierba haya sido redimida.

Antes de su último nacimiento en la tierra, el Bodhisattva reside en el cielo de Tusita; y, apremiado allí por los Dioses a liberar al universo de sus sufrimientos, considera y decide el tiempo y el lugar de su nacimiento, y la familia y la madre de quien nacer. Un Buddha debe nacer de una casta sacerdotal o de la casta real, según la que predomine en la época; y predominando ahora la casta real, elige nacer de Maha Maya, la reina del rey Suddhodana, del clan Sakya, en su capital de Kapilavastu, en el País del Medio; y eso, además de lo que ello pueda significar, equivale a decir en el «País del Medio» del Valle del Ganges. La Anunciación toma la forma del «sueño de Maha Maya», en el que ella ve a un glorioso elefante blanco descendiendo de los cielos para entrar en su seno. Los intérpretes de sueños del rey explican que ella ha concebido un hijo, que puede ser un Emperador Universal o un Buddha. Estas dos posibilidades se realizan efectivamente, en el sentido espiritual, pues aunque es cierto que el reino del Buddha no era de este mundo, es a la vez como Maestro y como Señor del Universo como él «gira la rueda».

El niño es visible en el seno de su madre [1]. Cuando llega el tiempo, Maha Maya parte a visitar a sus padres a Devahrada; en su camino, se detiene en el Parque de Lumbini, y sintiendo que su tiempo ha llegado, extiende su mano para apoyarse en la rama de un árbol, la cual se inclina de su propio grado. Estando así de pie, da nacimiento sin dolor al niño. El niño nace de su costado. No es explícito, pero puede presumirse que el nacimiento fue «virginal»; en todo caso, es interesante que la historia ya era conocida por San Jerónimo, que la menciona en un estudio de la Virginidad, y en relación con los nacimientos milagrosos de Platón y de Cristo [2].El niño es recibido por las Deidades Guardianes de los Cuatro Cuadrantes. Pone el pie en el suelo, da siete zancadas, y se proclama a sí mismo el «Principal en el Mundo». El universo entero se transfigura y exulta de luz. El mismo día nacen los «siete connaturales», entre quienes están la futura esposa de Bodhisattva, su caballo, y el discípulo Ónanda. Estas cosas no tienen lugar excepcionalmente, sino «normalmente», es decir, tal es el curso de los eventos siempre que nace un Buddha.


[1Dom M. Britt, O.S.B. ed. The Hymns of the Breviary and Missal, N.Y. 1936:

Ventris obtuso recubans cubili,
Senseras Regem thalamo manentem
«Cuando todavía descansabas en la morada oculta del vientre,
Tú (S. Juan) ya percibías a tu Rey reposando en Su cámara».

En su contexto cristiano, el motivo es probablemente de origen egipcio. Cf. H. Schaefer, Von Aegyptischen Kunst, 1930, Abb. 71, EL Nuevo Sol visible en el vientre de la Diosa del Cielo.

[2Libri adv. Jovinianum, I.42.