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Coomaraswamy Templo

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — ARTE E SIMBOLISMO TRADICIONAIS
EL KANDARYA MAHADEO
La naturaleza del presente simposio sugiere el uso de una única ilustración, pero se pide que el lector comprenda que mi tema en el breve artículo presente es realmente el de el templo Hindú, con independencia del período y de su complejidad o simplicidad relativa. La elección de este tema resulta especialmente apropiada por la reciente publicación (1946) de la magnífica obra de la Dra. Stella Kramrisch, The Hindu Temple.

En primer lugar, puede observarse que la parte más esencial del concepto de un templo es la de un altar, o un hogar, en el que pueden hacerse ofrendas a una presencia invisible, que puede estar o no representada iconográficamente. Los tipos de templos más antiguos son los de las «mesas de piedra» [1] de los cultos megalíticos y los de los altares de piedra de los cultos del árbol o del pilar [2]; o bien el templo puede ser un hogar; la ofrenda a quemar se transmite entonces a los dioses con el humo del fuego, y Agni funciona así como el sacerdote misal. En todos estos casos el templo, aunque está vallado o cercado, sigue siendo Hypaethral [3], es decir, abierto al cielo. Por otra parte, el tipo indio más antiguo de arquitectura sagrada, a la vez cercado y techado, es el del sadas («sede», puesto que la operación sacrificial misma es un sattra, una «sesión») del Sacrificio o Misa védico. Hecho sólo para un uso temporario, este recinto es un lugar «aparte» (tiras, antarhita) al que los dioses recurren y en el que el Sacrificador, una vez investida la «vestidura de la iniciación y el ardor», duerme, deviniendo entonces «como si fuera uno de ellos mismos»; ciertamente, el Sacrificador deviene un embrión, y renace del recinto sagrado como si fuera de una matriz [4]. Esta «cabaña o sala es un microcosmos», cuyas esquinas, por ejemplo, se llaman los «cuatro cuadrantes» [5]. Al mismo tiempo, debe reconocerse que no puede hacerse ninguna distinción fundamental entre la casa de dios como tal y las moradas de los hombres, ya sean cabañas o palacios, como es evidente en el caso de esas culturas, notablemente la cultura india, en la que el paterfamilias mismo oficia como sacerdote del hogar, celebrando diariamente el Agnihotra en el círculo doméstico.

En adición a esto, debe entenderse que en la India, como en otras partes, no sólo los templos hechos con las manos son el universo en una semejanza, sino que el hombre mismo es igualmente un microcosmos y un «templo sagrado» (I Corintios 3:16, 17) o Ciudad de Dios (brahmapura) [6]. Puesto que el cuerpo, el templo, y el universo son así análogos, se sigue que todo culto que se celebra exterior y visiblemente también puede celebrarse interior e invisiblemente; y que el ritual «grosero» no es, de hecho, nada más que una herramienta o un soporte de contemplación, pues los medios externos (justamente como era el caso en Grecia) tienen como su «fin y meta el conocimiento de El que es el Primero, el Señor, y el Inteligible» [7] —en tanto que se distingue de lo visible. Se reconoce también, por supuesto, que «toda la tierra es divina», es decir, po-tencialmente un altar, aunque, necesariamente, se selecciona y prepara un lugar para un Sacrificio efectivo, y la validez de ese sitio no depende del sitio mismo sino de la del arte sacerdotal; y ese sitio está siempre, teóricamente, a la vez en un lugar elevado y en el centro u ombligo de la tierra, con una orientación hacia el oriente, puesto que es «desde el oriente hacia el oeste como los dioses vienen a los hombres» [8].

  •  Sacrifício
  •  HOMEM — TEMPLO — UNIVERSO
  •  Altar
  •  Pilar
  •  Casas
  •  TEMPLO — COSMO — DIVINO

  • [1Cf. J. Layard, Stone Men of Malekula (Londres, 1942), pp. 625, 701, sobre los dólmenes como altares, usados también como sillas.

    [2Cf. Coomaraswamy, Yaksas [I], 1928, p. 17.

    [3Cf. Coomaraswamy, «Early Indian Architecture: II. Bodhigharas», 1930. La palabra griega (como se aplica a los cínicos y a los gimnosofistas indios) = abhokasika (como se aplica a los monjes budistas); cf. vivattacado («cuyo techo ha sido abierto», como se dice de un Buda).

    [4Shatapatha_Brahmana III.1.1.8, III.1.3.28; Taittiriya_Samhita VI.1.1.1, VI.2.5.5.

    [5Taittiriya_Samhita VI.1.1.1, con el comentario de Keith en Harvard Oriental Series, XIX, 483, nota 4.

    [6Atharvaveda X.2.30; Chandogya_Upanishad VIII.1.1-5.

    [7Plutarco, Moralia 352a.

    [8Shatapatha_Brahmana I.1.2.23, III.1.1.1,4.