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Coomaraswamy Sopros Correntes

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

RIOS — CORRENTES

PERENIALISTAS
ANANDA COOMARASWAMY   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA — ’’SOBRE A PSICOLOGIA TRADICIONAL E HINDU, OU MELHOR PNEUMATOLOGIA (cont.)’’

En su identificación con sus canales excavados (Nadi_(yoga) = niskhátáh pantháh, Jaiminiya_Upanishad_Brahmana IV.24.9; cf. Rigveda X.7.15, Chandogya   Upanixade   VIII.6), los Soplos se consideran como corrientes o ríos (Nadi_(yoga), sindhavah) de luz, sonido y vida (v. irracionalidade). De hecho, ellos son las mismas aguas y ríos a quienes se libera cuando se mata a Vrtra, y se les llama Nadi_(yoga) «debido a que ellos sonaban (anadata)» mientras seguían su camino (Rigveda III.13.1; Taittiriya_Samhita V.6.1.2); y de la misma manera «el Soplo es un sonido (prano vai nadah)», y cuando suena, todo lo demás resuena (samnadati, Aranyaka I.3.8; vide Sopro). El Habla es una corriente (kulya), que se origina en la laguna (hrada) de la Mente (Jaiminiya_Upanishad_Brahmana 1.58.1), y los Siete Rayos del Sol, por los que nosotros vemos (v. VER) y oímos, etc., son también Siete Ríos (Jaiminiya_Upanishad_Brahmana I.29.8, 9). Las facultades (indriyani), junto con todo lo demás que la Persona emana, son «corrientes fluentes» (Nadi_(yoga) syandamanah), partes de Él que es el Mar en el que, cuando vuelven a casa, sus nombres y aspectos distintivos se pierden (Upanixade VI.4, 5) [1]. Justamente de la misma manera, en las fuentes griegas, la visión, el habla y los demás poderes del alma son igualmente «corrientes» (gr. reos, nama, Timeo 45B, 75E, etc.), y también en China, la visión es una «corriente» (yenpo, 13, 219 + 2336); y, ciertamente, nosotros todavía podemos hablar de la elocuencia como de «fluidez».


NÃO-DUALIDADE Wei Wu Wei  : ’’HOMEM-RIO’’
NOTAS: FOOTNOTEAREA() /

[1Los paralelos abundan en todas las tradiciones; cf. Coomaraswamy, «La "E" de Delfos», y Angelus Silesius, Cherubinischer Wandersmann II.25, «Wenn du das Tropflein wist im grossen Meere nennen, Den wist du meine Seel’im grossen Gott erkennen».