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Coomaraswamy Rito de Fogo

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA

ATMAYAJNA: O SACRIFÍCIO DE SI MESMO
RITO DE FOGO
La asunción del Fuego se describe en Satapatha_Brahmana II.2.2.8-20, de lo cual es un resumen lo siguiente. Los dioses (devah) y los titanes (asurah) eran ambos los hijos de Prajapati, ambos igualmente desprovistos de todo Mesmo espiritual (anatmanah) y por consiguiente mortales: sólo Agni era inmortal. Ambas facciones establecieron sus Fuegos sacrificiales. Los titanes cumplieron su rito externamente (profanamente); pero «los dioses establecieron entonces ese Fuego en su sí mismo interior (enam, antaratman adadhata), y habiendo hecho esto devinieron inmortales e invencibles y vencieron a sus enemigos mortales y vencibles». De la misma manera, el sacrificador establece ahora el Fuego sacrificial dentro de sí mismo. En cuanto a este Fuego encendido así dentro de él, piensa, «aquí quiero sacrificar, aquí quiero hacer el buen trabajo». Nada puede interponerse entre él y este Fuego [1]; «Ciertamente, mientras yo viva, ese Fuego que ha sido establecido en mi sí mismo interior no morirá en mí». Quien habla verazmente (satyam), alimenta esa llama y ella deviene cada vez más su propia fuerza ígnea (tejas); quien habla falsamente (anrtam) [2] la apaga, y ella deviene cada vez menos su fuerza ígnea. Su servicio es solo «rectitud».

Por consiguiente, «cuando quiere edificar a Agni (construir el altar del Fuego) el Sacrificador le aprehende en sí mismo (atmann agnim grhnite); pues es de sí mismo de donde le hace nacer» (atmano... adhijayate, Satapatha_Brahmana VII.4.1.1). El verdadero Agnihotra no es, de hecho, un rito que haya de ser cumplido meramente en las estaciones fijadas, sino diariamente dentro de vosotros [3], según el modelo primordial de los treinta y seis mil Arka-Fuegos, que eran de substancia mental, y que fueron mentalmente edificados por los primeros sacrificadores: «mentalmente (manasa) [4] fueron edificados, mentalmente fueron bebidas las copas de Soma, mentalmente cantaron. Estos Fuegos, ciertamente, están hechos de conocimiento (vidyacita eva); y para el Comprehensor de esto todos los seres (sarvani bhutani, todos los poderes del alma) construyen estos Fuegos, inclusive mientras está dormido». Y así «por el conocimiento (vidyaya) ascienden a donde los deseos han emigrado (paragatah); no es por galardones (daksinabhih) ni por ardor ignorante (avidvamsah tapasvinah)... ese mundo pertenece solo a los Comprehensores» (Satapatha_Brahmana X.5.4.16). Este último pasaje afirma explícitamente lo que está claramente implícito en Rigveda VHI.70.3, citado más atrás.

Se establece así claramente una distinción entre el mero cumplimiento y la comprensión de lo que se hace, entre el cumplimiento como tal y el cumplimiento como el soporte de la contemplación; y entre un cumplimiento objetivo en ocasiones establecidas y un cumplimiento subjetivo e incesante. La primera de estas distinciones se hace nuevamente en Satapatha_Brahmana X.4.2.31, «Quienquiera que como Comprehensor hace este trabajo sagrado, o incluso el que es un Comprehensor (pero no hace efectivamente los ritos), junta de nuevo, entero y completo, a este Prajapati (dividido)» (y con ello, al mismo tiempo, se reintegra a sí mismo); y también en Satapatha_Brahmana XIII.1.3.32, donde se establece la distinción entre aquellos que están meramente «sentados en una sesión sacrificial» (sattrasadah) y aquellos que están «sentados en realidad» (satisadah), y solo aquellos que sacrifican así, de verdad, están «sentados entre los mismos dioses» (satisu devatasu sidantah).

El satisad es el mismo que el Atmayaji aludido más atrás, a saber, el que es su propio sacerdote. El atmayaji es «el que sabe, "este (nuevo) cuerpo mío ha sido integrado (samskriyata), ha sido sobreimpuesto (upadhiyate) por ese cuerpo (del Sacrificio)": y como Ahi de su piel, así se libera él de este cuerpo mortal, del mal (papmanas, es decir, de Vrtra), y como una ofrenda (ahuti) [5], como uno compuesto de los Tres Vedas  , así pasa al mundo de la luz celestial. Pero el devayaji (por quien oficia otro) que solo sabe que "yo estoy sacrificando esta (víctima) a los dioses, yo estoy sirviendo a los dioses", es como un inferior que trae tributo a (balim haret) un superior. él no gana tanto de un mundo» (Satapatha_Brahmana XI.2.6.13, 14) [6]. La distinción es la que hay entre las viae activa y pasiva, entre la «salvación» y la «liberación». El Atmayaji es «el que sacrifica en sí mismo» (atmann eva yajati, Maitri_Upanishad VII.9). «Viendo el Mesmo [7] imparcialmente en todos los seres y a todos los seres en el Mesmo, el Atmayaji obtiene la autonomía» (svarajyam, Manavadharmasastra XII.91; cf. Upanixade   VIII.1.1-6, Bhagavad Gita VI.29).



[1Cf. Aitareya_Brahmana VII.12, donde, si algo pasa entre el sacrificador y sus fuegos rituales, puede ignorarlo, debido a que sus fuegos «han sido establecidos dentro de sí mismo» (atmany asya hita bhavanti).

[2Para satyam (Rta) y anrtam nuestras palabras «verdad» e «inverdad» tienen una significación demasiado marcadamente ética y empírica para ser enteramente adecuadas; de la misma manera que nuestra palabra «pecado» es asímismo demasiado ética para representar lo que implican los términos sánscrito y griego que significan «incorrecto», o más literalmente, «errar el blanco». Hablando propiamente, «pecado», como Santo Tomás de Aquino lo define, es «cualquier desviación del orden hacia el fin», y no meramente el error moral. Satyam y anrtam están más cerca de «correcto» (integer) e «incorrecto». De la misma manera, la virtud (kausalam, pali kusalam), como la sabiduría (sophia, sofía), es radicalmente «pericia»; y lo bello (kalyana, kalos) no es lo que nos gusta, sino lo que es apropiado o «en buena forma» (pratirupa), en tanto que opuesto a lo que es feo, impropio, o más literalmente «informe» (apratirupa); estos no son tampoco valores meramente «estéticos», pues kalyana y kausala, kusala, se oponen ambos a papa, «malo» o «sucio», de la misma manera que en la filosofía Escolástica pulcher se opone a turpis, ya sea como «feo» o como «ignominioso». Solo lo que es correcto es efectivo; y de aquí el gran énfasis que se pone en el correcto —es decir, bello— cumplimiento de los ritos sacrificiales y en la necesidad de expiación en el caso de un error (Brahmanas, passim). Siempre que se consideraba sacramentalmente la conducta de la vida, este perfeccionismo se pone en práctica en todos los campos de acción o de operación posibles: en el concepto único de pericia, coinciden la «prudencia» y el «arte». «El cumplimiento con pericia es Yoga» (yogah karmasu kausalam, Bhagavad Gita II.50).

[3Similarmente Aranyaka II.3.8 (los 36.000 días de la vida de un hombre), y Upanixade IV.8 (dive diva idyo... havismadbhirmanusyebhir agnih, «El Fuego debe servirse cada día con oblaciones humanas»). En este sentido el sacrificio humano es esencial para la salvación.

[4Manasa, «con la mente como instrumento» o «mentalmente», aparece unas ochenta veces o más en Rigveda, frecuentemente en conexión con el Sacrificio —por ejemplo, I.172.2, stomo... hrda tastau manasa; II.40.3, ratham... manasa yujyamanam (cf. V.46.1, svayam ayuji); VII.64.4, gartam manasa taksat; VII.67.1, havismata manasa yajniyena; similarmente VI.16.4, havir hrda tastam. No tenemos ninguna razón para suponer que el Sacrificio haya sido nunca una operación meramente mecánica.

[5«Habiendo venido al ser de Agni, que es la matriz de los dioses (cf. Jaiminiya Brahmana I.17), de la oblación, con un cuerpo de oro (= luz, inmortalidad) procede al mundo de la luz celestial» (Aitareya_Brahmana II.14); y similarmente en Satapatha_Brahmana XII.2.2.5-6, y en muchos otros contextos semejantes.

[6Cf. Jaiminiya_Upanishad_Brahmana I.14.1, «Él no debería ser uno de quien sus dioses están lejos. Ciertamente, en la medida en que acerca los dioses a sí mismo (atmana devan upaste, es decir, en la medida en que es un atmayaji) los dioses devienen dioses para él»; y Upanixade I.4.10, «Quienquiera que se acerca a una deidad como a otro, pensando "Él es uno, y yo otro", no comprende; es una mera víctima para ellos». Similarmente el Eckhart, «Algunos hay tan simples que piensan en Dios como si Él morara allí, y de sí mismos como si estuvieran aquí. Ello no es así, Dios y yo son uno». (ed. Pfeiffer, p. 206).

[7El Mesmo solar de Rigveda I.115.1 y Rigveda X.8.44.