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Coomaraswamy Refeição Sacrificial

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA

ATMAYAJNA: O SACRIFÍCIO DE SI MESMO
REFEIÇÃO SACRIFICIAL
La palabra girí (Aranyaka II.1.8), traducida arriba por «tragadero» conduce por sí sola a una extensa exégesis. Keith la traduce por «escondrijo» (de Brahma), y en una nota dice muy acertadamente que «se llama giri, porque el Prana es tragado y ocultado por los otros sentidos» [1]. En una nota sobre Aranyaka II.2.1, agrega, «El sol y el Prana, como es habitual, se identifican; uno es la representación adhidaivatam, el otro la representación adhyatman. El primero atrae la visión, el segundo impele el cuerpo» [2]. De hecho, es dentro de nosotros donde la deidad está «oculta» (guha nihitam, passim), dentro de nosotros donde los rsayah (los risis) védicos le buscaron por sus huellas, dentro de nosotros, en el corazón, donde el «Sol oculto» (suryam gulham, Rigveda V.40.6, etc.) ha de ser «encontrado». «Pues, en nosotros mismos, este (Sol) está oculto (guhadhyatmam), estas deidades (los soplos) (están ocultas); pero manifiestos in divinis» (avir adhidaivatam, Aranyaka I.3.3), puesto que el habla se «manifiesta» como Agni, la visión como el Sol, etc. (Aranyaka II.1.5, etc.). Estos son las «dos formas de Brahma, el formado (murta, es decir, visible) y el sin-forma (amurta)... presente (sat) e inmanente (tya)» [3], respectivamente el disco visible del Sol y el ojo, y las Personas invisibles en el disco y en el ojo (Upanixade   II.3).

Con giri (√ gir, «tragar») comparar grha (√ grah, «retener»); ambos implican recintos, cercados, un estar dentro de algo. Al mismo tiempo, girí es «montana»; y garta (de la misma raíz), es a la vez «sede» y «tumba» (uno puede estar «tragado» bien en una u otra). Esta semántica tiene sus paralelos en el alemán Berg, «montana», y en sus conexos ingleses barrow, (1°) «Colina» y (2°) «montículo funerario», burgh, «ciudad», borough, «cuartel» y finalmente bury, «enterramiento»; cf. sánscrito stupa, (1°) «elevación», «altura», y (2°) «montículo funerario». Nosotros somos entonces, la «montana» en la cual Dios está «enterrado», de la misma manera que una iglesia o una stupa, y el mundo mismo, son Su tumba y la «caverna» [4] dentro de la cual Él desciende para nuestro despertar (Maitri_Upanishad II.6, pratibodhanaya; cf. Rigveda XI.4.15, jinvasyatha). A lo que todo esto conduce, teniendo presente que tanto los Maruts como los brotes del Soma se igualan con los «soplos» (Satapatha_Brahmana IX.3.1.7, Aitareya_Brahmana III.16, y Taittiriya_Samhita VI.4.4.4), es a la probabilidad de que giri, en el Rg_Veda, aunque traducible por «montana», es en realidad más bien «caverna» (guha) que «montana», y giristha más bien «dentro de la montana» que sobre ella, y equivalente a atmastha (Upanixade V.12, Maitri_Upanishad III.2), notablemente en Rigveda VIII.94.12, donde el Maruts huésped es gmstha, y IX.85.12 y V.43.4 donde Soma y el jugo de Soma (rasa) son girístha. Lo mismo está implícito en Rigveda V.85.2, donde se dice que Varuna ha puesto «el Consejo en los corazones, a Agni en las aguas, al Sol en el cielo y a Soma en la roca» (adrau, Sayana parvate) [5]. «La oblación de Soma... es incorporal» (Aitareya_Brahmana II.14). No hay que sorprenderse de que «de el que los brahmanes comprenden por "Soma" nadie saborea nunca, nadie saborea que more sobre la tierra» (Rigveda X.85.3, 4).



[1Los «otros sentidos» (vista, oído, etc.) identificados con el girí de Brahma son extensiones o envíos (prahitah, Aranyaka II.1.5 = hitah, Upanishads passim, guhasaya nihitah en Upanixade II.1.8, prativihitah en Kaushitaki_Upanishad III.5, y como los istani de los Rishi son vihitani, Rigveda I.164.15, y los Maruts hitah en I.166.3) del Soplo central (Prana) o Espíritu (atman) desde el cual se originan y al cual retornan. De aquí su nombre de «Gritsamada»: grtsa, «voraz», debido a que como Prana espira, y como madah, «goce», aspira estos poderes (Aranyaka II.2.1). Es decir, Dios está tragado en nosotros cuando procede, y nosotros en él cuando recede.

[2«El cuerpo del Sol todos lo ven, su alma nadie. Y lo mismo es verdadero del alma de todo otro cuerpo... que abarca todos los sentidos del cuerpo, pero que solo es cognoscible por la mente... el Alma (como auriga) conduce al Sol... (y) nos lleva por todas las vías», Platón, Leyes 898D-899A; cf. Rigveda X.8.14, «A Él, todos Le ven con el ojo, pero no todos Le conocen con la mente»; y para el «carro» (el vehículo corporal), ver Maitri_Upanishad II.6, etc.

[3Tya no es «allí» (Hume); es el Dios manifestado, el Sol visible que «está allí»; tya, como muestran los versos siguientes, hace alusión al principio transcendente que es invisible en el Sol y dentro de vosotros. Cf. tyasya = mama en Upanixade I.3.24.

[4Cf. La «caverna» de Platón, y la cualidad «cavernosa» de la arquitectura tradicional antigua, en la que el suelo, el espacio y el techo, corresponden a la tierra, al aire y al cielo igualmente en una caverna y en una habitación; cf. guha = «caverna», «escondrijo», y «choza». Brahma es ciertamente guhyam (Upanixade V.6), el espíritu nihito guhayam (Upanixade II.20), «oculto» en nosotros, como un «morador de caverna».
Que Dios está «enterrado» en nosotros subyace en el simbolismo védico de cavar por el tesoro oculto, y en el de la minería en Maitri_Upanishad VI.29. Los poderes del alma (tes psyches dynameis, a los que Hermes llama daimones, Lib. XVI.14 y sig.) son «elementales» (Bhuta), y su objeto son los «Elementos» (bhutani) o «minerales» (dhatavah). Los Bhuta, «seres», son igualmente elfos, espíritus, hadas o enanos, que pueden ser buenos o malos; no carece de fundamento que estos seres, los Sidhe por ejemplo, se consideren a menudo como viviendo en «montículos encantados» —o que, cuando se considera a estas «gentes pequenas» como enanos o gnomos, entonces viven en montanas. El cabeza y guía de estas Bergleute psíquicas, a quienes se considera como enanos, es, él mismo, el Enano inmanente, Vamadeva, Vamana, el «Enano entronizado en el medio a quien todos los dioses sirven» (madhye vamanam asinam visve deva upasate, Upanixade V.3); los «dioses», de acuerdo con la inevitable explicación de Sankara, son los poderes del alma («la visión, el oído, etc.», es decir, los «soplos»), y traen tributo (balim upaharantah) a su cabeza, el «Otro» del verso 5, que, fuera de toda duda, es el «Soplo» mediano o central, como es explícito en Aranyaka II.2.1. Así, los enanos y los gnomos de la tradición Europa, cavando por el tesoro en las montanas, son las imágenes y el rastro, proyectados en el folklore, de nuestros propios poderes elementales. En uno de nuestros más conocidos «Cuentos de hadas», la formulación es muy precisa: es la función natural de los «siete enanos» servir y proteger a Blancanieves que, ella misma, es Psique; Blancanieves es envenenada por el «fruto del árbol», y, que este es el árbol del bien y del mal, se desprende del hecho de que la manzana es en parte venenosa y en parte sana (el fruto del árbol es salutífero para aquellos que comen para vivir, pero mortal para aquellos que viven para comer; cf. Satapatha_Brahmana II.4.2.1-6). Por ellos mismos los enanos pueden protegerla pero no pueden curarla; la cura la hace el héroe solar, un «Príncipe Encantador» (es decir, en el pleno sentido de la palabra, «que encanta»: el Héroe solar es el senor del encanto —bienaventurados son aquellos a quienes este mago encanta), y solo cuando la manzana mordida cae de sus labios ella despierta de su sueno mortal.
En un simbolismo alternativo, la caverna deviene un laboratorio y los trabajadores devienen alquimistas en busca de la piedra filosofal; o una fragua en la que los metales se refinan y se golpean para darles forma —«como un orfebre, tomando una pieza de oro, saca de ella (tanute, √ tan, también sacrificar y propagar) otra, de forma más nueva y más hermosa, así el Espíritu.» (UpanixadeIV.4.4).

[5En este contexto adrau es, como las otras palabras hrtsu, etc., un locativo de lugar, en: en Taittiriya_Samhita VI.1.11, donde se cita el texto, Keith traduce acertadamente «en la colina». De la misma manera Soma está «encerrado en la roca» (asnapinaddham, Rigveda X.68.8); y en Jaiminiya_Upanishad_Brahmana IV.5.2, asnasu somo raja, Oertel lo traduce acertadamente por «en las piedras (está) el Rey Soma». En Satapatha_Brahmana III.4.3.13 y III.9.4.2, se nos recuerda que «Soma era Vrtra» (= Ahi, descrito en Rigveda I.32.2 como «teniendo su guarida en la montana», parvate sisrayanam, es decir, en una caverna; se debe recordar que los dragones viven siempre en cavernas, y no en las cimas de las montanas), y se nos dice que «el cuerpo de Soma ("cuerpo" es eso en lo cual vive el sujeto) era las montanas y las rocas (tasyaitacchariram yad giríyo yad asmanas), de donde nace esa planta llamada "Usana" (tad esosana namausad hir jayate),. que ellos recogen de allí y prensan» (tam etad ahrtyabhisunvanti). Nosotros pensamos naturalmente que las plantas crecen sobre las montanas, y así es en efecto; pero las cosas nacen de aquello que las contenía, las plantas están en la tierra antes de que broten. El comentario de Sayana, además, aclara que por «montanas» han de entenderse «seres» (soma-sarira-bhutesu... atas tam eva girav utpannam. abhisunvanti), es decir, el Soma = bhutatman, como en Maitri_Upanishad VI.10, citado abajo; y que la planta que se recoge de hecho «no es realmente Soma» (na saksat somam), sino que es hecha ser Soma solo ritualmente. Así Vrtra (= Vala_(Vedic)) es la roca que Indra golpea y de la que Indra (o Brhaspati o ambos) libera el ganado, los ríos y todas aquellas cosas que habían estado cubiertas y ocultas (vrtam = verbergt, verhullt, «enmontanadas») en el comienzo.
Así pues, no solo se ha de conectar giri (montana) con gir, «tragar» (no con gir, «cantar»), sino que además no puede haber ninguna duda de que los hermeneutas indios conectaban asman (y sin duda asna) con as, «comer»; por ejemplo, Mahidhara glosa Vajasaneyi_Samhita XVII.1 asman por asnatity, asma; he asman, sarvabhaksaka agne. En Rigveda XVIII.4.54 asman-nanam adhipatyam jiyama, Whitney traduce asman por «piedra», pero Bohtlingk y Roth lo traducen por Esser, «el comedor». El hermeneuta podría derivar del mismo modo adrí de ad, «comer». Yo no afirmo en modo alguno que todas estas herramientas sean etimológicamente válidas; no obstante, lo que ellas senalan es que el hombre primitivo (el troglodita) consideraba una montana como un lugar para vivir, no sobre, sino en (o dentro), y como un depositario del tesoro —una manera de pensar que sobrevive en el concepto de la «casa», el cual no es el de una masa sólida sino el de un «domo» (dama) en el que las cosas son alojadas y ocultadas, y en el que, ciertamente, el propietario mismo es «tragado» cuando pasa por su portal (mukham = ostium), desapareciendo cuando «entra en casa» (astam gacchati) y reapareciendo cuando sale por la puerta (pradur bhavati). Nosotros somos tales «casas».