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Perenialistas Interioridade

sexta-feira 29 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

PERENIALISTAS — INTERIORIDADE

René Guénon: Dictionnaire de René Guénon

Em um primeiro tempo, a Interioridade pode ser vista como uma forma de categoria espacial aplicada aos "estados do ser", uma imagem simbólica do que está oculto, imagem representando o mundo celeste como igualmente o Vazio taoista (Wou Wei). Ela é também frequentemente utilizada, a título de atitude individual sobre o plano espiritual, para permitir uma abordagem mais íntima, mais secreta de certas verdades ou conhecimentos particulares que demandam que seja realizada ao redor dela uma forma de proteção específica, que se pode identificar à "Guarda do Coração". Todavia, ao nível da estrita dimensão metafísica, a distinção corrente entre interior e exterior que é efetuada regularmente, responde à uma necessária diferenciação dos contrários que, embora possa ser útil, não exclui muito pelo contrário, uma compreensão de sua unidade profunda. Retenhamos sobretudo que a Interioridade, no quadro da realização das possibilidades do ser, é de fato sinônima do Centro de cada plano, posto que metafisicamente não poderia mesmo haver, segundo Guénon, atividade exterior no ser total; a Interioridade é a condição do esplendor do Centro.

  • SIMBOLISMO DA CRUZ  
    • "O RAIO CELESTE E SEU PLANO DE REFLEXÃO"
    • "O CENTRO E A CIRCUNFERÊNCIA"
  • SÍMBOLOS FUNDAMENTAIS DA CIÊNCIA SAGRADA
    • XLII, "O OCTÓGONO"

O CÉU E A TERRA
Se dice también que el Cielo, que envuelve o abarca a todas las cosas, presenta al Cosmos una cara «ventral», es decir, interior, y la Tierra, que las soporta, presenta una cara «dorsal», es decir, exterior [1]; esto es fácil de ver con la simple inspección de la figura adjunta, donde el Cielo y la tierra, naturalmente, están representados respectivamente por un círculo y un cuadrado concéntricos (Fig. 8). Se observará que esta figura reproduce la forma de las monedas chinas, forma que, por lo demás, es originariamente la de algunas tablillas rituales [2]: entre el contorno circular y el vacío cuadrado de en medio, la parte plana, donde se inscriben los caracteres, corresponde evidentemente al Cosmos, donde se sitúan los «diez mil seres» [3], y el hecho de que esté comprendida entre dos vacíos expresa simbólicamente que lo que no está entre el Cielo y la Tierra está por eso mismo fuera de la manifestación [4]. No obstante, hay un punto sobre el que la figura puede parecer inexacta, y que corresponde por lo demás a un defecto necesariamente inherente a toda representación sensible: si solo se prestase atención a las posiciones respectivas aparentes del Cielo y de la Tierra, o más bien a lo que les figura, podría parecer que el Cielo está en el exterior y la Tierra en él interior; pero es que, aquí todavía, es menester no olvidar hacer la aplicación de la analogía en sentido inverso: en realidad, bajo todos los puntos de vista, la «interioridad» pertenece al Cielo y la «exterioridad» a la Tierra, y encontraremos de nuevo esta consideración un poco más adelante. Por lo demás, incluso tomando simplemente la figura tal cual es, se ve que, en relación al Cosmos, el Cielo y la Tierra, por eso mismo de que son sus extremos límites, no tienen verdaderamente más que una sola cara, y que esta cara es interior para el Cielo y exterior para la Tierra; si se quisiera considerar su otra cara, sería menester decir que ésta no puede existir más que en relación al principio común en el que se unifican, y donde desaparece toda distinción de lo interior y de lo exterior, como toda oposición e incluso todo complementarismo, para no dejar subsistir más que la «Gran Unidad».


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[1Esta asimilación aparecería como inmediatamente evidente en una lengua tal como el árabe, donde el vientre es el-batn, y lo interior el-bâten, la espalda es ez-zahr y lo exterior ez-zâher.

[2Sobre el valor simbólico de las monedas en las civilizaciones tradicionales en general, ver EL REINO DE LA CANTIDAD Y LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS, cap. XVI.

[3Apenas hay necesidad de hacer observar que los caracteres son los nombres de los seres, y que, por consiguiente, representan a éstos de una manera completamente natural, sobre todo cuando se trata de una escritura ideográfica como es el caso para la lengua china.

[4La expresión Tien-hia, literalmente «bajo el Cielo», se emplea corrientemente en chino para designar el conjunto del Cosmos.