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Guénon Collins

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

René Guénon — Mabel Collins

La cuestión de los «Mahâtmâs», que tiene un lugar considerable en la historia de la Sociedad Teosófica e incluso en sus enseñanzas, puede ser grandemente dilucidada con todo lo que hemos expuesto precedentemente. En efecto, esta cuestión es más compleja de lo que se piensa ordinariamente, y no basta decir que esos «Mahâtmâs» no existieron nunca más que en la imaginación de Mme Blavatsky y de sus asociados; sin duda, el nombre de Koot Hoomi, para dar un ejemplo, es una invención pura y simple, pero, lo mismo que los de los «guías espirituales» a los que sucedía, pudo muy bien servir de máscara a una influencia real. Únicamente, es cierto que los verdaderos inspiradores de Mme Blavatsky, quienesquiera que hayan sido, no respondían a la descripción que ella da de ellos, y, por otro lado, el nombre mismo de «Mahâtmâ» no ha tenido nunca en sánscrito la significación que ella le atribuye, ya que esta palabra designa en realidad un principio metafísico y no puede aplicarse a seres humanos; quizás se deba incluso a que acabó por percatarse de este error por lo que se renunció casi completamente al empleo de este término. En lo que concierne a los fenómenos supuestamente producidos por la intervención de los «Maestros», eran exactamente de la misma naturaleza que los de los «clubes de milagros» de El Cairo, de Filadelfia y de Nueva York; esto fue ampliamente comprobado, en 1884, por la investigación del Dr Richard Hodgson, así como veremos más adelante. Los «mensajes precipitados» eran fabricados por Mme Blavatsky con la complicidad de un cierto Damodar K. Mavalankar (un brahmán que repudió públicamente su casta) y de algunos otros, como lo declaró desde 1883 M. Allen O. Hume  , que, después de haber comenzado a colaborar con Sinnett en la redacción de Bouddhisme Esotérique, se había retirado al constatar las múltiples contradicciones contenidas en la pretendida correspondencia de Koot Hoomi que debía servir de base para ese libro; y, por otra parte, Sinnet mismo ha confesado que «cuanto más conozcan los lectores la India, menos querrán creer que las cartas de Koot Hoomi han sido escritas por un nativo de la India». Ya, en el momento mismo de la ruptura con el Arya Samâj, se había descubierto que una de las cartas en cuestión, reproducida en el Monde Occulte que apareció en junio de 1881, era simplemente, en su mayor parte, la copia de un discurso pronunciado en Lake Pleasant, en agosto de 1880, por el profesor Henry Kiddle, de Nueva York, y publicado el mismo mes en el periódico espiritista Banner of Light. Kiddle escribió a Sinnett para pedirle explicaciones; éste ni siquiera se dignó en responderle, y, mientras tanto, se fundaron ramas de la Sociedad Teosófica en Londres y en París. Pero el escándalo no tardaría mucho en estallar: en 1883, estando ya Kiddle en el límite de su paciencia, se decidió a hacer pública su protesta, lo que provocó inmediatamente, sobre todo en la rama de Londres, numerosas y sonadas dimisiones; concretamente las de C. C. Massey, que era entonces presidente (y que fue reemplazado por Sinnett), la de Stainton Moses, la de F. W. Percival y la de Miss Mabel Collins, autora de Lumière sur le Sentier y de Portes d’Or. El Dr George Wild, que había sido el primer presidente de esta misma rama de Londres, ya se había retirado en mayo de 1882, porque Mme Blavatsky había dicho en un artículo del Theosophist: «No hay Dios personal o impersonal», a lo que él había respondido muy lógicamente: «Sí no hay Dios, no puede haber enseñanza teosófica». Por lo demás, por todas partes y en todas las épocas, numerosas personas que habían entrado imprudentemente en la Sociedad Teosófica se retiraron igualmente una vez que fueron suficientemente edificadas por el comportamiento de sus jefes o por el valor de sus enseñanzas. 7771 El Teosofismo: IV — LA CUESTIÓN DE LOS MAHÂTMÂS