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Obras: unión

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

No puede caber duda de que la entrada al templo de Apolo? en Delfos era literalmente una Puerta del Sol?, una vía adentro de la casa o templo del Sol. La sobreinscripción, «Conócete a ti mismo» (gnothi seauton) requiere un conocimiento de la respuesta a la pregunta, «¿Quién eres tú?» y puede decirse que, en el lenguaje velado de los misterios, hace esta misma pregunta. Este mandato, como dice Plutarco  , es dirigido por el Dios a todos los que se acercan a Él; y toma la famosa «E» como su respuesta correcta. Ahora si, como también él sugiere, la «E» significa «EI», y si tomamos de sus diferentes interpretaciones los significados (1) el Sol (Apolo) y (2) «tú eres», y asumimos que estos dos significados están contenidos ambos en esta única sílaba enigmática, entonces tenemos el signum, «¿Quién eres tú (que estás a la puerta)?» y el responsum, «El Sol que tú eres (soy yo)». Es cierto que ninguna otra respuesta verdadera podría haber sido dada por alguien «cualificado para entrar en unión con el Sol». La «E» De Delfos

Ser?ía una antinomia aplicarme a mí mismo - a este hombre, Fulano - o a cualquier otro hombre entre otros las palabras, «Eso eres tú», o pensar? de mí mismo, le moi, en los términos del «Yo» de estos versos de Swâmi Nirbhyânanda: «Yo soy el pájaro cogido en la red de la ilusión, Yo soy el que inclina la cabeza Y el Uno? ante quien él se inclina: Solo Yo existo, no hay ni buscador ni buscado Cuando al fin realicé la Unidad, entonces conocí lo que había sido desconocido, Que Yo había estado? siempre en unión con-Tigo». Sobre El Único Y Solo Transmigrante

El Intelecto? y la Voz (manas? y vâc) son Uno ab intra: «La Voz es verdaderamente el Brahmán en el supremo Empíreo» (Taittirîya Samhitâ VII.18e). Pero «Este Brahmán es Silencio?» (Shankarâcârya sobre Vâjasaneyi Samhitâ III.2.17). De la misma manera que la encantación (brahman?) es allí inaudiblemente el Brahmán, así la Voz es invoceada; el Intelecto es allí «de-mentado» de sí mismo, la Voz impronunciada. Sólo cuando estos dos se dividen, cuando el cielo y la tierra se mantienen apartados, por el eje del universo? (skambha, stauros), el Intelecto y la Voz devienen los «polos de los Vedas» (vedasya ânî, Aitareya Âranyaka II.7), respectivamente celeste y ctónico; sólo entonces el Ser y el No Ser toman una cualificación ética como de Vida? y Muerte, de Bien? y Mal?, separados uno de otro, como esta de aquella orilla, por la abertura del universo: es desde una posición aquí abajo como uno implora, «Condúcenos del No Ser al Ser, de la Obscuridad a la Luz?» (Brhadâranyaka Upanishad   I.3.28). El No Ser adquiere entonces, ciertamente, el valor? de non Est, en tanto que se refiere a todas las cosas bajo el Sol, de las cuales dice San Agustín que, en tanto que comparadas a Dios, «nec pulchra sunt nec bona sunt nec sunt» (Confesiones XI.4): la creación y crucifixión cósmica no son sólo los medios de redención necesarios, sino también la antítesis del fin último, que debe ser el mismo que el primer comienzo. Por consecuencia, como lo expresa Rig Veda Samhitâ X.24.5, «Cuando el par conjunto se partió, los Devas gemían y clamaban, "Cásense de nuevo"»; y de aquí la representación del matrimonio en el ritual, simbólico de la reunión de Indra e Indrânî en el corazón, tan vívidamente descrito en la analogía de la unión humana en Shatapatha Brâhmana X.5.2.11-15. LA DOCTRINA TÁNTRICA DE LA BIUNIDAD DIVINA

Además, esto es una purificación, pues antes de su procesión, la Aurora era una «serpiente sin pies», ofidiana en vez de angélica, pues la Noche está relacionada con su hermana la Aurora como Lilit con Eva. Es precisamente a esta naturaleza ofidiana a lo que Ella muere cuando procede, y su Asunción (de Ella) sigue entonces a su Ascensión (de Él). Pasada a través del cubo de la Rueda solar, se le da, como a Apâlâ (la «Desguarnecida» en el sentido? de «no-desposada»), una piel de sol en lugar de su vieja piel de serpiente (VIII.91), y se le hace «apta para ser acariciada» (samslishtikâ; Shâtyâyana Brâhmana, citado por Sâyana). Allí el Cielo y la Tierra están abrazados (samslishyatah, Jaiminîya Upanishad Brâhmana I.5) - lo cual no es un «mito?» en el sentido de la malinterpretación antropológica actual de la palabra, sino una unión (mithuna) que ha de ser realizada «dentro del vacío del corazón (hrdayâkâsa)» por el verdadero Cognóstico (samvit) y que es la «beatitud suprema (paramo hy esha ânandah, Shatapatha Brâhmana X.5.2.11), el piacere eterno de Dante   (Paradiso XVIII.16). DOS PASAJES EN EL «PARADISO» DE DANTE?

La doctrina india (Brhâd Devatâ I.27 sigs., Nirukta I.1 y 12, etc.) es igualmente que «Los nombres se derivan todos de las acciones»; en la medida? en que denotan una acción en curso, los nombres son verbos, y en la medida en que alguien o algo se toma como el hacedor de la acción, son nombres. No debe pasarse por alto que el sánscrito nâma no es meramente «nombre», sino «forma?», «idea?» y «razón eterna». Sonido y significado (sabdârtha) están inseparablemente asociados, de modo? que encontramos que esta expresión se emplea como una imagen de una unión perfecta, tal como la de Shiva-sakti, esencia y naturaleza, acto y potencialidad in divinis. Los nombres son la causa de la existencia; se puede decir que en toda esencia compuesta (sattva, nâmarupa), el «nombre» (nâma) es la forma del «fenómeno» (rupa) en el mismo sentido en que se dice que «el alma? es la forma del cuerpo». En el estado del no-ser (asat) u obscuridad (tamas), los nombres de los principios individuales son impronunciados u «ocultos» (nâmâní guhyâ, apîcyâ, etc.; Rig Veda Samhitâ passim); ser nombrado es proceder de la muerte a la vida. El Avatar Eterno mismo, al proceder como un niño (kumâra) desde el Padre inamistoso, pide un nombre, porque es «con el nombre como uno deshace el mal» (pâpmânam apahanti, Shatapatha Brâhmana VI.1.3.9); «todos los seres, en su vía, lo que más temen de todo es que les roben sus nombres los poderes de la Muerte, que yace a la espera para robar» (krívír nâmâní pravane mushayati, Rig Veda Samhitâ V.44.4). «Es con su nombre sin-muerte (amartyena nâmnâ) como Indra sobrevive a las generaciones humanas» (Rig Veda Samhitâ VI.18.7). Mientras un principio individual permanece en acto, este principio tiene un nombre; el mundo? de los «nombres» es el mundo de la «vida». «Cuando un hombre muere lo que no sale de él es "el nombre", que es "sin fin", y puesto que lo que es "sin fin" es los Múltiples Ángeles, con ello él gana el "mundo sin fin"» (Brhadâranyaka Upanishad III.2.12). Nirukta = Hermeneia

Estas dos Vías, distinguidas tan tajantemente, corresponden, por una parte, a los medios exotéricos, religiosos y pasivamente místicos de acercamiento a Dios; y por la otra, a los medios esotéricos, iniciatorios y metafísicos de acceso a la Identidad Suprema. Pero sería eludir la cuestión asumir que han de identificarse con las vías mutuamente exclusivas de la Dedicación (bhakti) y de la Gnosis? (jñâna); la cuestión es más bien si estas dos Vías no están inseparablemente conectadas, si no en su comienzo, sí en su desarrollo. ¿Podemos imaginar un ardor perfecto prescindiendo de la comprensión, o una comprensión perfecta sin ardor? ¿Puede trazarse alguna distinción cualitativa entre una unión consumada de amante y amado y una unión consumada de conocedor y conocido?. Es precisamente una consideración de la doctrina del âtman la que puede conducirnos a una conclusión concorde con la respuesta negativa que ya se ha prefigurado. No ha de suponerse en modo alguno que una respuesta negativa tal implica que pueda haber una transcendencia o liberación de la substancialidad humana, a la vez física y psíquica, aparte de la iniciación (dîkshâ) y de la gnosis (jñâna); lo que se implica es, más bien, que una Gnosis perfecta implica necesariamente una Beatificación (anirdesyam paramam sukham, Katha Upanishad   V.14; paramo hy esha ânandah. Shatapatha Brâhmana X.5.2.11; sukham uttaman upaiti... brahmabhutam, Bhagavad Gîtâ.VI.27; el piacere eterno de Dante, Paradiso, XVIII.16). Aspectos Bhakta de la Doctrina del ÂTMAN

El bhavâgra puede explicarse más plenamente. Hablando con amplitud, esta «Sumidad del Ser Contingente?» corresponde al concepto cristiano del Cielo, donde hay una visión directa de Dios, pero no necesariamente una «unión mística». Pero, como lo expresa el Maestro Eckhart  , «Como esto no es la sumidad de la unión divina, no es tampoco el lugar de morada del alma» (Ed. Evans I, 276), y esto está perfectamente de acuerdo con las palabras de Saddharma Pundarîka? V.74, «Eso es un lugar de descanso (visrâma), no una involución» (nivrti) - es decir, no lo que el Maestro Eckhart entiende por la «Sumersión». Aspectos Bhakta de la Doctrina del ÂTMAN