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Coomaraswamy (ASM:122-124) – Fogo Sacrificial
segunda-feira 28 de março de 2022
La relación de los soplos con el Soplo, como la de los Maruts (identificados con los soplos en Satapatha Brahmana IX.3.1.7, etc.), es la de súbditos (visah, svah) con su rey o duque. Por consiguiente, ellos son su legítimo «alimento», y él vive de ellos. Ellos son, de hecho, sus «divisiones». De la misma manera que él (Bhagavan), al distribuir sus poderes, se divide a sí mismo (atmanam vibhajya, passim) en ellos, así son ellos sus devotos sustentadores (bhaktah), pues es incumbencia suya «sustentar»-le, en todos los sentidos de la palabra, pero especialmente en tanto que es incumbencia suya darle su «porción» (bhagam). Esta relación feudal se afirma repetidamente en las palabras «Nosotros somos tuyos y tú eres nuestro» (Rg Veda Samhita VIII.92.93, Brhadaranyaka Upanishad IV.4.37, etc.; cf. Platón, Leyes 904B). Que ellos le «alimentan» se afirma constantemente en la frase, «ellos le traen tributo» (balim haranti o bharanti). En Brhadaranyaka Upanishad VI.1.3, cuando se ha reconocido la superioridad del Soplo, él, dirigiéndose a los soplos, dice, «En ese caso, rendidme tributo» (me balim kuruta); por consiguiente, cada uno de ellos hace el reconocimiento de que su función particular no es suya propia, sino de él; en el caso del habla (vac), por ejemplo, «Eso en lo que yo soy "valiosísima" (femenino) ([...]), eso "valiosísimo" (masculino) eres tú» ([...]). En otras palabras, ellos le contribuyen ofrendas que son en realidad atríbutos de él (abharana); ellos reconocen que ellos son «solamente los nombres de sus actos» (Brhadaranyaka Upanishad I.4.7, cf. I.5.21, I.6.3; Bhagavad Gita III.15, etc.).
En Taittiriya Samhita II.4.12.5, 6 y en Satapatha Brahmana I.6.3.17, Vrtra entra en Indra por acuerdo. El Fuego es, ciertamente, el consumidor del alimento tanto en los dioses como en los hombres (Jaiminiya Upanishad Brahmana IV.11.5-7). O más bien, esa parte del biseccionado Vrtra, que era de la naturaleza de Soma, deviene la Luna; y esa parte de él que era Asurya (es decir, la parte ofidiana, la cola), devino el vientre, «para encenderle (indhiya)» y «para su goce (bhogaya)»; y es, en los hombres, el apetito tiránico al cual estas criaturas (imah prajah, es decir, Prana, los poderes sensoriales de los cuales el individuo es una hueste) rinden tributo (balim haranti) siempre que están hambrientos. Así, los hombres dicen que « Vrtra está dentro de nosotros»; y el Comprehensor de esta doctrina, de que Vrtra es el consumidor, mata al enemigo del hombre, la privación o el hambre. Haciendo referencia a esto, hay que recordar, por una parte, que los intestinos son de un aspecto serpentino y, por así decir, sin cabeza; y, por otra, que para Platón, y tradicionalmente, los intestinos son la sede de las emociones y apetitos [1]. Por supuesto, debemos guardarnos de entender «alimento» en un sentido restringido; en todos nuestros textos, «alimento» es todo lo que puede desearse, todo lo que nutre nuestra existencia, todo lo que alimenta los fuegos de la vida; hay alimentos para el ojo y alimentos para la mente, y así sucesivamente. El Fuego de Vrtra es la fuente de nuestra voluptas cuando nosotros no buscamos en las obras de arte nada sino una experiencia «estética», y de nuestra turpis curiositas cuando nosotros «estamos sedientos de conocimiento» por el conocimiento mismo. De los «dos pájaros», uno come, el otro presencia pero no come (Rg Veda Samhita 1.164.20, Mundaka Upanishad III.1.1, etc.).
De aquí que, en los significativos versos de Maitri Upanishad VI.34, «Como el Fuego privado de combustible (nirindhah) [2] se extingue en su propio fogar (svayonav upasamyate), así, cuando sus emociones [3] han sido matadas (vrtti-ksayat) la voluntad se extingue en su propia sede ([...]). Es por el amor de la Verdad (satyakamatas) como la mente (manas) se extingue en su propia sede; son falsas las acciones y las necesidades que obsesionan (karmavasanugah) al obnubilado por los objetos de los poderes sensoriales (mdriyártha-vimudhasya). La Transmigración (samsara) no es nada sino nuestra volición (cittam eva); púrgala (sodhayet) cuidadosamente, pues "Como es la propia volición de uno, así uno viene a ser" ([...]). Se dice que la mente es doble, limpia y sucia (suddham casuddham eva); sucia por conexión con la deseación (kama), limpia cuando está separada de la deseación. "La mente, en verdad, es para los seres humanos (manusyanam) el medio igualmente de la esclavitud y de la liberación; de la esclavitud, cuando está apegada a los objetos (visaya), y de la liberación (moksha) cuando está desapegada de ellos"». Y «De aquí que, para aquellos que no hacen el Agnihotra (que no hacen la Ofrenda a quemar), que no edifican el Fuego, que no conocen y no contemplan, la recordación de la morada empírea de Brahma está obstruida. Así el Fuego ha de ser servido con ofrendas, ha de ser edificado, alabado y contemplado».
[1] De aquí la necesidad de una purgación o purificación, katharsis, suddha karana, de la mente (manas, kratu, nous) a fin de eliminar estos productos de desecho.
[2] Haber extinguido el Fuego de la vida retirando su combustible deviene una metáfora budista común. En este sentido amplio, el ayuno y la continencia significan mucho más que meras abstenciones de alimentos concretos o de actos sexuales.
[3] Para citta-vrtti creo que «emociones» es una traducción más exacta que las «fluctuaciones» de Woods. Ha de observarse que vrtti asimila el [...] (Maitri Upanishad VI.34) al Vrtra de Satapatha Brahmana I.6.3.9, llamado así debido a que estaba «en movimiento» (avartayat).
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