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Coomaraswamy (ASM:120-122) – Ritual de Sacrifício

segunda-feira 28 de março de 2022

  

La muerte de Soma es su procesión, él es matado en el mismo sentido en que cada iniciando, homo moriturus, muere, para nacer de nuevo. «Un hombre es innacido mientras no sacrifica» (Jaiminiya Upanishad   Brahmana III. 14.8); sacrificar es nacer (Kausitaki Brahmana XV.3), la matanza de Vrtra es el nacimiento de Indra (como Mahendra, Satapatha Brahmana I.6.4.21). El Sacrificador, al participar en la pasión de Soma, nace de nuevo del Fuego sacrificial, en el sentido en que «a no ser que un hombre nazca de nuevo» y «a no ser que un grano de trigo caiga en tierra y muera.» (San Juan 3.3 y 12.24).

Hemos observado que Yama «entregó», o mucho más literalmente, «vació» (arirecit) su cuerpo. De la misma manera la Persona, el Uno a quien los dioses hicieron muchos, se dice que se ha derramado completamente, o que ha sido «totalmente vaciado» (aty aricyata, Rg Veda Samhita X.90.5, Sayana atirikto’bhut); a menudo se afirma que Prajapati, deseando ser muchos, y emanando a sus hijos (praja srstva), se vació (riricanah, Satapatha Brahmana III.9.1.2, y passim). De la misma manera, Vrtra, en quien las corrientes habían estado encerradas (Rg Veda Samhita VII.100.7), y de quien Indra y Vishnu obtienen «eso por lo cual él es estos mundos» (Taittiriya Samhita II.4.12), es como un odre «drenado» (nispitah) [1] de su contenido (Satapatha Brahmana I.6.3.16); de la misma manera que, inversamente, en el «sueno» estos mismos poderes son «bebidos» (apita bhavanti) por el Soplo (Satapatha Brahmana X.5.2.14-15). Que todo Este (Universo) estaba en Vrtra es la verdadera «razón de ser» del Sacrificio (Satapatha Brahmana V.5.5.1).

Todo esto se refleja en el ritual, como si fuera en un espejo, inversamente. Mientras que Prajapati se divide a sí mismo, derrama a sus hijos, se hace a sí mismo muchos y entra en nosotros en quienes él está tragado y oculto, así, a su vez, el sacrificador «retrotrae (uddhrtya, √ hr) estos soplos con Om, y los sacrifica en el Fuego sin mal» (Maitri Upanishad   VI.26). Como Prajapati «emanó a sus hijos, y se pensó vaciado» (riricano manyata), así «el sacrificador es como si emanara a sus hijos y con ello está, por así decir, vaciado» (riricana iva, Taittiriya Samhita VI.6.5.1): «Con toda su mente, con todo su sí mismo (sarvenevatmana), ciertamente, el iniciado (diksitah) recoge (sambharati) y junta (sam ca jihirsati, √ hr) el Sacrificio; su sí mismo, por así decir, está vaciado» (riricana ivatma bhavati, Satapatha Brahmana III.8.1.2, Kausitaki Brahmana X.3). Que el sacrificador se «junte» así a sí mismo (samharati, √ hr) es el equivalente activo, por su parte, de lo que le hace el Sí mismo Espiritual en la muerte (o en el sueno, o en samadhi) «cuando los soplos (Prana, es decir, indriyani, tese psyches dynameis) se unen con él (con el Sí mismo Espiritual) (abhisamayanti), y Él, tomando posesión completa de esas medidas del fuego [2] ([...]) desciende adentro del corazón (hrdayam evanvakramati) [3]. (y así), abatiendo el cuerpo, disipando su ignorancia, se junta a sí mismo (atmanam samharati) con el fin de pasar» (Brhadaranyaka Upanishad   IV.4.1) [4]; el equivalente, por su parte, de lo que le hace el Soplo (Prana) que parte, cuando «extrae» (samvrh, Brhadaranyaka Upanishad VI.1.13) o «levanta» (samkhid, Chandogya   Upanishad V.1.2) los soplos, como un caballo podría arrancar las estacas con las que está atado.

Esto tiene lugar en todo caso cuando «el polvo retorna al polvo como él era: y el Espíritu a Dios que lo dio» (Eclesiastés 12.7) [5]. La pregunta candente para nosotros es, «¿En quién, cuando yo parta, estaré yo partiendo? ¿Sobre el terreno de quién estaré yo establecido?» (Prasna Upanishad VI.3) [6]. ¿Seré yo juntado o me juntaré yo a mí mismo? ¿Seré yo pasivamente reposeído o activamente auto-poseído? «Quienquiera que parte de este mundo, sin haber visto su verdadero mundo propio ([...]), ignorante de su verdadero mundo propio, no aprovecha más que lo que uno podría aprovechar los Vedas no recitados o una obra no hecha» (Brhadaranyaka Upanishad I.4.15); mientras que, «El que conoce a ese Sí mismo contemplativo, sin edad, pleno de juventud, no tiene nada que temer de la muerte» (Atharva Veda Samhita X.8.44).


[1Como los poderes del alma están «embebidos» (apitah) en Satapatha Brahmana X.5.2.12, cuando «entran dentro» (apiyanti, Kausitaki Upanishad III.3, etc.) del Soplo en el «sueno», en samadhi, o en la muerte.
Las raíces api (entrar en), api (embeber), ap (poseer) y apyai (engrosar) deben distinguirse muy cuidadosamente en todos los textos conexos con la procesión y recesión de los poderes del alma; en Atharva Veda Samhita X.8.5, el Índice de Whitney está ciertamente equivocado al leer apitvam, y Lanmann acertado al leer apitvam.

[2Los soplos o «poderes sensoriales» son «fuegos». Cf. Coomaraswamy, «Medidas del Fuego».

[3Como en Satapatha Brahmana X.5.2, donde el Hieros Gamos (hierogamia) de Indra e Indrani se consuma en el corazón. Indrani (Psique) es la suma de las indriyani, como Saci es la persona de las sacih de Indra, Sri la persona de las muchas sriyah, y, como en los contextos budistas, Sudhamma = sudhamma; cf. Victoria, propiamente nominativo plural de victor, pero como una persona femenina.

[4En todo este contexto (Brhadaranyaka Upanishad IV.4.1-7), es especialmente importante tener presente que El Que es el único veedor, el único oidor, el único pensador, el único comprehensor en nosotros (Brhadaranyaka Upanishad III.7.23), El que migra de matriz en matriz (Atharva Veda Samhita X.8.13), el auriga que nos pone en movimiento (Maitri Upanishad II.6, etc.), es por ese mismo motivo el único transmigrante; como Sankara senala, «En verdad, el Senor es el único transmigrante» ([...], Brahma Sntra Bhasya I.1.5). Ni en los textos brahmánicos ni en los textos budistas pali puede encontrarse ninguna doctrina de la «reencarnación» de un individuo, excepto en el sentido en que un hombre renace en sus hijos.

[5«El Espíritu (akh) es para el cielo, el cuerpo (khet) para la tierra» (K. H. Sethe, «Saqqarah Pyramid Texts», en Margaret A. Murray, Saqqara Mastabas, London, 1905, 474): Devenir este akh, o ka, a la muerte, es devenir un Dios, un Inmortal (A. Moret, The Nile and Egyptian Civilization, London, 1927, pp. 169, 182, 183).

[6Cf. las respuestas en Chandogya Upanishad III.14.4, Kausitaki Upanishad II.14, y Prasna Upanishad IV.7, y cf. Atharva Veda Samhita X.8.44. La resurrección es el «nacimiento fuera de la duda» de Satapatha Brahmana II.2.4.9, y por consiguiente a la fe, Jaiminiya Upanishad Brahmana III.11.7.