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destino
quinta-feira 25 de janeiro de 2024
René Guénon: Guenon Necessidade? Contingencia - NECESSIDADE E CONTINGÊNCIA
Una consecuencia muy importante de esto, es que se puede decir que todo ser? lleva en sí mismo su destino?, ya sea de una manera relativa ( destino individual ), si se trata solo del ser considerado en el interior de un cierto estado? condicionado, ya sea de una manera absoluta, si se trata del ser en su totalidad, ya que «la palabra destino designa la verdadera razón de ser de las cosas» [1]. Solamente que el ser condicionado o relativo? no puede llevar en él más que un destino igualmente relativo, referente exclusivamente a sus condiciones especiales de existencia; si, considerando el ser de esta manera, se quisiera hablar de su destino último o absoluto?, éste ya no estaría en él, pero porque no es verdaderamente el destino de este ser contingente? como tal, puesto que se refiere en realidad al ser total. Esta precisión basta para mostrar la inanidad de todas las discusiones que se refieren al «determinismo» [2]: se trata de una de esas cuestiones, tan numerosas en la filosofía occidental moderna, que no existen sino porque se plantean mal?; por lo demás, hay muchas concepciones diferentes del determinismo, y hay también muchas concepciones diferentes de la libertad, cuya mayor parte no tienen nada? de metafísico; así pues, importa precisar la verdadera noción metafísica de la libertad, y es con eso como terminaremos el presente? estudio.
Guenon Tempo? Triplo - O TEMPO TRIPLO
«El Destino, dice sobre este punto Fabre d’Olivet , no da el principio de nada, sino que se apodera de él desde que es dado?, para dominar sus consecuencias. Es solo por la necesidad de esas consecuencias como influye sobre el porvenir y se hace sentir en el presente, ya que todo lo que posee en propiedad está en el pasado. Así pues, se puede entender por Destino esa potencia según la cual concebimos que las cosas hechas están hechas, que son así y no de otro modo?, y que, una vez colocadas según su naturaleza, tienen resultados forzosos que se desarrollan sucesiva y necesariamente». Es menester decir que el autor se expresa mucho menos claramente en lo que concierne a la correspondencia temporal de las otras dos potencias, y que incluso, en un escrito anterior al que citamos aquí, le ha ocurrido invertirlas de una manera que parece bastante difícilmente explicable [3]. «La Voluntad del hombre, al desplegar su actividad, modifica las cosas coexistentes (y por consiguiente presentes), crea otras nuevas, que devienen al instante la propiedad del Destino, y prepara para el porvenir mutaciones en lo que estaba hecho, y consecuencias necesarias en lo que acaba de serlo [4]...
Ananda Coomaraswamy : Coomaraswamy Destino - DESTINO, Coomaraswamy Destino Providência - DESTINO E PROVIDÊNCIA
Observações
[1] Comentario Tradicional de Tcheng-tseu sobre el I Ching - Yi-King ( Ver Guenon Yin-Yang - Le Symbolisme de la Croix, cap. XXII ).
[2] Se podría decir otro tanto de una buena parte de las discusiones relativas a la finalidad; es así, concretamente, como la distinción de la «finalidad interna» y de la «finalidad externa» no puede parecer plenamente válida sino en tanto que se admita la suposición antimetafísica de que un ser individual es un ser completo y que constituye un «sistema cerrado», puesto que, de otro modo, lo que es «externo» para el individuo puede, sin embargo, no ser menos «interno» para el ser verdadero, si la distinción que supone esta palabra le es todavía aplicable ( Ver Guenon Centro - Le Symbolisme de la Croix, cap. XXIX ); y es fácil darse cuenta de que, en el fondo, finalidad y destino son idénticos.
[3] En los Examens des Vers dorés de Pythagore (12 Examen), dice en efecto que «la potencia de la voluntad se ejerce sobre las cosas por hacer o sobre el porvenir; la necesidad del destino, se ejerce sobre las cosas hechas o sobre el pasado... La libertad reina en el porvenir, la necesidad en el pasado, y la providencia sobre el presente». Esto equivale a hacer de la Providencia el término mediano, y, al atribuir la «libertad» como carácter propio a la Voluntad, a presentar a ésta como lo opuesto del Destino, lo que no podría concordar de ninguna manera con las relaciones reales de los tres términos, tal como las ha expuesto él mismo un poco más adelante.
[4] Se puede decir en efecto que la Voluntad trabaja con vistas al porvenir, en tanto que éste es una consecución del presente, pero, bien entendido, esto no es en modo alguno la misma cosa que decir que ella opera directamente sobre el porvenir mismo como tal.