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Míguez-Plotino: pasión del alma

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024, por Cardoso de Castro

  

¿Es el amor un dios, un demonio o una pasión del alma? ¿Hay un amor que es un dios o un demonio, y otro que es una pasión? Conviene examinar en qué consiste cada una de estas especies de amor, considerando a tal efecto las opiniones de los hombres y las de los filósofos en torno a esta cuestión. Recordemos sobre todo los pensamientos del divino Platón, que escribió muchas cosas sobre el amor en varias de sus obras. Dice (Platón) que el amor no es sólo una pasión que nace en las almas, sino un demonio, del que refiere su nacimiento y el lugar de donde procede .Si consideramos el amor como una pasión, nadie ignora que es la causa por la que nace en las almas el deseo de unirse a algo bello; y este deseo nace unas veces en los hombres prudentes que se unen íntimamente a la belleza, o busca en otras una acción más torpe. Hemos de partir de aquí para examinar filosóficamente de dónde arranca cada una de estas formas. Si suponemos que hay en las almas, antes incluso del amor, una tendencia hacia la belleza, así como un conocimiento y una especie de parentesco con ella, amén de un sentimiento irracional de esta afinidad, alcanzaremos, a mi juicio, la causa verdadera de la pasión amorosa . Porque la fealdad es tan contraria a la naturaleza como a Dios. La naturaleza actúa con la vista puesta en la belleza y mirando también a la determinación que se encuentra en la línea del bien; lo indeterminado es, realmente, vergonzoso, y se halla en la línea del mal. Porque es claro que la naturaleza nace del ser inteligible, esto es, del bien y de la belleza. ENÉADA: III 5 (50) 1

Pero, ¿cómo influyen sobre el hombre sabio la magia y los brebajes? A su alma, desde luego, no llegan los efectos de la magia, puesto que su razón es impasible y no cambia en modo alguno de opinión. Sufrirá, no obstante, por medio de esa alma irracional que le viene del universo; o mejor aún, será esa alma la que sufra en él. Mas de los brebajes no se originará en él el amor, dado que el amor sólo tiene lugar si el alma racional aprueba la pasión del alma irracional. Y en el caso de que su alma irracional experimente encantamientos podrá liberarse de su poder por encantamientos de signo contrario, los primeros traerán para él la muerte, la enfermedad y otros males del cuerpo, porque lo que en él constituye una parte del universo tiene que sufrir la influencia de las otras partes, e incluso del mismo universo; pero él mismo, sin embargo, no experimentará daño alguno. ENÉADA: IV 4 (28) 43