Página inicial > Coomaraswamy, Ananda > Coomaraswamy (DS:89-99) – Casamento
Coomaraswamy (DS:89-99) – Casamento
terça-feira 27 de setembro de 2022
Ahora podemos comparar todo el material precedente con una parte del relato del matrimonio de Surya en X.85.28-30. Aquí, inmediatamente antes de su matrimonio efectivo, a Surya se la llama Krtya y sólo cuando se desviste de esta naturaleza krtya, que es como una vestidura adherente (asakti ), ella viene a su marido: «Krtya, que se adhería estrechamente, se des-adhiere (vyajyate)... esta Krtya que ha venido a ser con pies y consorta con su marido como una esposa» ([...]). El texto continúa describiendo el aspecto inauspicioso del Sol mismo cuando está unido con esta misma Krtya, ab intra: «Su forma deviene no gloriosa (ashrira ) cuando luce (rusati ) en este mal (papaya amuya, como en X.135.2 con referencia a la vía mala de Yama), cada vez que el marido envuelve su cuerpo en la vestidura de su esposa», vestidura que es, por supuesto, la «túnica de la Noche» de I.115.4. Análogo a esto es la alusión en I.105.2, donde una parte de la queja de Trita es que «la esposa agarre a su marido» (a jayayuvate patim); y, de hecho, sólo «cuando se separan los padres que cohabitan en la obscuridad, liberan al Niño» ([...], I.140.3); «En la mansión del Ángel eran el Primero, y de su separación surgieron los otros» ([...], X.27.23); es cuando el sacrificador hace su ofrenda de Soma cuando el poderoso Padre Cielo sale del abrazo, I.71.6; y esta separación del Cielo y la Tierra, efectuada por el Sacrificio, es el acto de creación esencial, Rg Veda Samhitapassim (por ejemplo, VII.80.1), pues con ella se hace ese «espacio», antariksa, en el cual los principios volitivos están destinados a encontrar una casa y a prolongar su linaje, como en una tierra prometida.
Si el marido es no glorioso cuando viste la vestidura de la mujer, que, de hecho, es una piel de serpiente, ella misma deviene gloriosa cuando se desviste de la vestidura obscura (I.113.4 citado arriba), y brilla radiante en vestiduras de luz (shukravasah, I.113.7), cuando, como en I.92.11, «Ella despierta, descubre las extremidades del Cielo y lleva a su hermana lejos, ella brilla en el brillante ojo de su seductor» ([...]; cf. X.189.2, [...]). Ciertamente, eso es su matrimonio, cuando ella deviene una mujer vestida con el Sol, cuando, como en VII.81.2, «El Sol saliente, Estrella refulgente, derrama sus rayos en compañía de los de ella; y entonces, oh Aurora, podamos nosotros participar juntos de tu brillo y el del Sol»; y eso es también su muerte, pues «cuando él suspira entonces ella expira» ([...], X.189.2, llamado el himno de la «Reina Serpiente», Sarpavajni).
Otra versión de la procesión de la Aurora puede reconocerse en la historia de Apala, cuyo nombre significa «desprotegida», es decir, mujer sin marido, mujer que está libre. En VIII.91, donde Indra representa al Sol y se le describe en términos apropiados al Sol, la doncella (kanya ), que está enemistada con su anterior marido (patidvisah), reflexiona, «¿Qué si vamos y nos casamos con Indra?». Ella le da Soma, es decir, realiza virtualmente un sacrificio para él, y le pide que haga salir el pelo en la cabeza calva de su padre [de ella], en su campo [de él], y en su propio cuerpo [de ella], «aquí, debajo de la cintura», es decir, le pide que restaure la fertilidad del universo; la referencia a su propio cuerpo indica su extrema juventud. Indra tira de ella a través de las tres aberturas (kha) de su carro (solar), y, purificándola (putvi ) así, hace para ella una «piel de sol» (surya-tvacam). Según la inteligible leyenda que cita Sayana, Apala, hija de Atri, había sufrido de hecho una enfermedad de la piel, y las tres pieles que le quitó Indra devinieron reptiles. En la versión de Jaiminiya Brahmana (I.220) se nos dice que Apala deseaba librarse de su «mal color» (papam varnam); con las dos primeras purificaciones Apala deviene sucesivamente un lagarto (godha) y un camaleón (krkalasa), y con la tercera purificación deviene samshvistika (evidentemente «blanqueada»; la versión de Satapatha Brahmana tiene samshlistika, aparentemente «apta para ser acariciada») y a su forma se le llama la «más bella de todas las formas». En la versión casi idéntica de Pancavimsha Brahmana, IX.2.14, el nombre de la mujer es Akupara (cuya significación literal es idéntica a «Aditi», «In-finito»), es una Angirasi (y así del linaje de Agni), y se dice expresamente que «su piel era como la de un lagarto» (godha ), es decir reptiliana y escamosa. En X.85.34, la vestidura que se desviste Surya (shamulyam, que ha de relacionarse más bien con shamala, «sucia», que con toda otra palabra que implique «de lana») se describe significativamente como «rasposa, áspera, espinosa , venenosa, e incomible»; aquí la curiosa expresión «incomible» (na... attave) corresponde a Atharva Veda Samhita I.11.4, donde se dice que el corión o placenta (jarayu, un término que se aplica a la muda de una serpiente en ídem I.27.1) es «para que coma el perro» (shune... attave). En cualquier caso, es claro que se desechan las pieles viejas, y que se revela una piel gloriosa, lo que hace que Apala sea apta para ser esposa de Indra, es decir, que Surya sea apta para ser la esposa del Sol. Con suryatvacam arriba cf. Atharva Veda Samhita II.2.1., donde el Gandharva Vishvavasu (= Vena, el Sol, ídem II.1) es él mismo «de piel de sol». (surya-tvak); en Pancavimsha Brahmana XXIII.16.5, donde los sacrificadores «hacen una piel para sí mismos» ([...]) se ha de comprender que se trata de una «piel de sol»; e igualmente en el caso de aquellos que son «de una piel de sol» en Vajasaneyi Samhita, X.4153.
Hace mucho que sospechábamos que en la leyenda del Buddha Apala deviene Sujata; en efecto, en el Jataka (I.69), Sujata es la hija de un campesino, desea un marido, y lleva una ofrenda de leche al Bodhisattva, que está sentado debajo del árbol Bodhi, en la víspera del Gran Despertar. De hecho, Sujata deviene la consorte de Indra. El relato más completo aparece en Jataka N° 31, texto I, p.205. Aquí Sujata es la cuarta de las asistentes (padaparicarika) de Indra; habiendo muerto tres de ellas, renacen en la misma condición, según su virtud, pero Sujata, «debido a que ella no había realizado ninguna obra de virtud» ([...], cf. «akrtya» examinado en la nota 13), renace como una grulla. Indra la busca, la encuentra, y la instruye, y, por una prueba, entiende que ella ha experimentado un cambio de corazón. Seguidamente, ella renace en la familia de un alfarero; Indra la busca, y la hace un regalo en reconocimiento de su virtud. Ella renace una tercera vez como la hija del Asura Vepacittiya (y aquí no se pasará por alto que los tres nacimientos corresponden a las tres purificaciones de Apala), y debido a su virtud es muy bella (abhirupa); su padre (que corresponde a Tvastr en las versiones de Surya) la viste para el matrimonio, y convoca una asamblea de Asuras para que ella elija por sí misma un marido. Indra asume el «color, o la apariencia asura» (asuravannam = asurya-varnam, y esto corresponde a X.85.30 citado arriba) y ocupa su lugar en la asamblea (realmente un svayamvara) donde Sujata le elige como marido, y él hace de ella su reina principal. En esta historia Indra representa a una encarnación previa del Buddha. En la última encarnación, donde el Bodhisattva ya no se identifica con Indra (en el sentido del dual védico Indragni), el requerimiento de la narrativa hace imposible que Sujata devenga la esposa del Buddha, y ella permanece la esposa de Indra, aunque nosotros podemos sospechar que la esposa efectiva del Bodhisattva, Yashodhara, es realmente el alter ego de Sujata.
Dados los otros paralelos, merece observarse que, en el Rg Veda Samhita, a Ushas se la llama más de una vez «bien nacida», o si tratamos esto como un solo nombre, «Sujata» (I.123.3, [...]; VII.77.6, [...]); esta evidencia, meramente confirmativa, sólo la observamos después de que la identificación hubiera estado ya en nuestra mente durante algunos años. Inversamente, la designación de Ushas como Maghoni en VII.75.5, es ya sugerente de Maghavan, es decir, de Indra. Nosotros nos inclinamos también a identificar a las kanya y sujata de nuestros textos con la sukanya, hija de Saryata, que deviene la esposa de Cyavana en Satapatha Brahmana IV.1.5; pero como esto implica un examen de la identidad de Cyavana, de Atri, y de otros, debemos dejar esta posibilidad para otra ocasión. Sin embargo, puede señalarse que de la misma manera que el Sol no es glorioso cuando viste la vestidura de Krtya, así, en Satapatha Brahmana IV.1.5.1, el inveterado (jirnah) Cyavana es «de aspecto de Krtya» (krtya-rupah); que jahe, «fue dejado atrás», corresponde a X.53.8, «dejemos atrás al impotente» ([...]) y a X.124.4, «yo dejo detrás al Padre» (pitaram jahami); y que el nombre de Cyavana o Cyavana, «desfallecido», corresponde a X.124.4 donde «Agni, Varuna, y Soma desfallecen» (cyavante). Cf. también la «quíntuple ofrenda» que hace Sunrta a Brahmanaspati en Rg Veda Samhita I.40.3.
En Atharva Veda Samhita I.27 se ofrece inequívocamente un relato condensado de la procesión y del matrimonio de Indrani. El Verso 1 comienza, «En aquella orilla (amuh pare) hay tres veces siete serpientes (prdakvah) que han desechado sus pieles» (nirjarayavah). Estas pieles desechadas sólo son buenas para cegar a los seres viciosos que acechan en los caminos, a los malhechores (paripanthinah) que son enemigos de los principios que proceden. Los versos 2 y 3 son apotropaicos en el mismo sentido. El verso 4 continúa en un lenguaje que ahora es fácilmente comprensible, «Deja que los dos pies se adelanten, deja que procedan visiblemente; lleva (-la) a las moradas de Prina ([...]); deja que Indrani salga primero, inconquistada, inrobada, por el Este», Aquí vahatam grhan es una expresión enteramente técnica que implica «lleva a casa a la esposa». Prina es una designación ya sea del Sol, cf. Satapatha Brahmana VIII.7.2.1 donde el ladrillo «que llena el mundo» (lokam-prina) representa al Sol, que llena los mundos» (lokam purayati); o ya sea de Indra en tanto que el Sol, cf. Rg Veda Samhita IV.19.7, donde Indra «llena las tierras yermas» (aprinak dhanvani); o ya sea de Agni que «llena las regiones» (a rajasi aprinat, III.2.7, [...], X.140.2, y passim).
En cualquier caso, la evidencia recogida arriba basta para mostrar que la procesión de las «Serpientes» por el lado masculino, que «se deslizan adelante» (ati sarpante) y devienen Adityas, según se expone en Pancavimsha Brahmana XXV.15, en amplio apoyo de lo cual puede citarse el Rg Veda Samhita, tiene su paralelo por el lado femenino. Aparte de su interés ontológico, la conclusión general proporciona una sólida base para la interpretación de muchas peculiaridades de la iconografía india posterior.