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Guénon Campanella

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

René Guénon — Tommaso Campanella

Por otra parte, lo que importa esencialmente destacar aquí, es que este principio puede ser manifestado por un centro espiritual establecido en el mundo terrestre, por una organización encargada de conservar integralmente el depósito de la tradición sagrada, de origen   «no-humano» (apaurushêya), por la que la Sabiduría primordial se comunica a través de las edades a aquellos que son capaces de recibirla. El jefe de una tal organización, que representa en cierto modo a Manu mismo, podrá legítimamente llevar su título y sus atributos; e incluso, por el grado de conocimiento que debe haber alcanzado para poder ejercer su función, se identifica realmente al principio del que es como la expresión humana, y ante el cual su individualidad desaparece. Tal es efectivamente el caso del Agarttha, si ese centro ha recogido, como lo indica Saint-Yves, la herencia de la antigua «dinastía solar» (Sûrya-vansha) que residía antaño en Ayodhyâ (Esta sede de la «dinastía solar», si se la considera simbólicamente, puede ser aproximada a la «Ciudadela solar» de los Rosa-Cruz, y sin duda también a la «Ciudad del Sol» de Campanella.), y que hacía remontar su origen a Vaivaswata, el Manu del ciclo actual. 6140 Rey del Mundo CAPÍTULO II

Un primer punto sobre el que importa llamar la atención es el siguiente: la afirmación según la cual la lengua hebrea sería la lengua misma de la revelación primitiva bien parece no tener sino carácter exotérico y no pertenecer al fondo mismo de la doctrina cabalística, sino, en realidad, recubrir simplemente algo mucho más profundo. La prueba está en que lo mismo se encuentra igualmente dicho de otras lenguas, y que esta afirmación de "primordialidad", si así puede llamarse, no podría ser tomada literalmente, ni justificarse en todos los casos, puesto que implicaría una contradicción evidente. Así es, en particular, para la lengua árabe, e inclusive es opinión muy comúnmente difundida en el país donde se la usa que habría sido la lengua original de la humanidad; pero lo notable, y lo que nos ha hecho pensar que debe ser el mismo el caso en lo que concierne al hebreo, es que esa opinión vulgar está tan poco fundada y tan desprovista de autoridad, que se halla en formal contradicción con la verdadera enseñanza tradicional del Islam, según la cual la lengua "adámica" era la "lengua siríaca" (logah sûryâniyah), que, por otra parte, nada tiene que ver con el país actualmente designado con el nombre de Siria, así como tampoco con ninguna de las lenguas más o menos antiguas cuyo recuerdo se ha conservado entre los hombres hasta hoy. Esa logah sûryâniyah es propiamente, según la interpretación que se da de su nombre, la lengua de la "iluminación solar" (shems-ish-râqyah); en efecto, Sûryâ es el nombre sánscrito del Sol, y esto parecería indicar que su raíz sur, una de las que designan la luz, pertenecía sí a la lengua original. Se trata, pues, de esa Siria primitiva de la cual Homero   habla como de una isla situada "más allá de Ogigia", lo que la identifica con la Tula hiperbórea, "donde están las revoluciones del Sol". Según Josefo, la capital de ese país se llamaba Heliápolis, "ciudad del Sol" (Cf. La Ciudadela solar de los Rosacruzes, La Ciudad del Sol, de Campanella, etc. A esta primera Heliópolis debiera ser referido en realidad el simbolismo cíclico del Fénix), nombre dado después a la ciudad de Egipto también llamada On, así como Tebas habría sido originariamente uno de los nombres de la capital de Ogigia. Las sucesivas transferencias de estos nombres, y de muchos otros, serían particularmente interesantes de estudiar en lo que concierne a la constitución de los centros espirituales secundarios de los diversos períodos, constitución que se halla en relación estrecha con la de las lenguas destinadas a servir de "vehículos" a las formas tradicionales correspondientes. Esas lenguas son aquellas a las que se puede dar propiamente el nombre de "lenguas sagradas"; y precisamente sobre la distinción que debe hacerse entre esas lenguas sagradas y las lenguas vulgares o profanas reposa esencialmente la justificación de los métodos cabalísticos, así como procedimientos similares que se encuentran en otras tradiciones. 7021 SFCS  : LA CIENCIA DE LAS LETRAS (’ILMU-L-HURÛF)