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Coomaraswamy Sacrificado

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA

ATMAYAJNA: O SACRIFÍCIO DE SI MESMO
O SACRIFICADO
En otras palabras, el alma apetitiva, la mente insaciable, es el Sacrificio; nosotros, como nosotros somos en nosotros mismos, buscadores de fines nuestros propios, somos la ofrenda a quemar apropiada: «El carro de los dioses (es decir, el cuerpo nacido del Sacrificio) está uncido para el mundo del cielo, pero el del hombre (lo está) para dondequiera que su propósito (artha) está fijado; el carro de los dioses es el Fuego» (Taittiriya_Samhita V.4.10.1, cf. Aranyaka II.3.8 fin.). Vemos entonces por qué se asume siempre que el Sacrificio, incluso el de un animal, es un sacrificio voluntario; no podría haber ningún significado interior en una víctima que no consiente [1]. Vemos también lo que el heroico Indra (que, como se recordará, es una deidad inmanente, en tanto que la «Persona en el ojo derecho», y así nuestra Persona real) lleva realmente a cabo cuando «machaca, desgarra y despedaza la sede (yoni) y guarida (asaya) [2] de Vrtra, y ello deviene esta ofrenda», y así recupera los Vedas   (Satapatha Brahmana   V.5.5.4-6). Como ya hemos visto, el sacrificador es la oblación (havis). Él se identifica con el prastara, que se unge con las palabras, «Coman (los dioses), lamiendo al pájaro ungido» (Vajasaneyi_Samhita II.16 —«lamiendo», debido a que Agni es su boca, las llamas (de Agni) sus lenguas (de los dioses]], «haciéndole así un pájaro y volar desde el mundo de los hombres al mundo de los dioses»; el prastara es como «cualquier otro cadáver», excepto que ha de ser tocado con los dedos solamente, no con palos (Satapatha_Brahmana I.8.3.13-23). La «muerte» del sacrificador es al mismo tiempo su salvación; pues el Mesmo es su recompensa [3]: «Quienes toman parte en una sesión sacrificial (sattra) van al mundo de la luz celestial. Ellos se encienden (se vivifican) a sí mismos con las iniciaciones y se cuecen (se maduran) a sí mismos con las sesiones sacrificiales. Con dos ellos cortan su cabello (excepto el mono), con dos su piel, con dos su sangre, con dos su carne, con dos sus huesos, con dos su médula. En la sesión sacrificial el Mesmo es el galardón (atma-daksinam); recibiendo verdaderamente el Mesmo como su galardón, ellos van al mundo del cielo. Finalmente cortan el mono para su salida (rddhyai), pensando, "Alcancemos más rápidamente el "» (Taittiriya_Samhita VII.4.9, cf. Pancavimsa Brahmana IV.9.19-22, Satapatha_Brahmana I.8.3.16-19) [4].

El sí mismo (atman) psicofísico y mortal que el sacrificador inmola, ya sea como arriba ritualmente, o ya sea cuando muere efectivamente y se hace de él una oblación (ahuti, Aitareya_Brahmana II.4; Satapatha_Brahmana II.2.4.8, XII.5.2.13; Upanixade   VI.2.14, 15, etc.) en el Fuego (pues el rito sacrificial prefigura su resurrección final del Fuego), aunque actúa como una unidad (Aranyaka III.2.1; Jaiminiya_Upanishad_Brahmana IV.7.4; Kaushitaki_Upanishad III.2, 8) no es un único miembro (cf. I Corintios 12.12 sigs.) sino un compuesto (samhata, samdeha, sambhuti, sygkryma, etc.), o «hueste de seres elementales» (bhutagana), llamado «sí mismo elemental» (bhutatman) y, como tal, distinto (como en Platón) de «su Mesmo» (amrto’syatma, psyche psyches), el impasible e in-afectado Hombre Interior (antahpurusah = prajnatman, el Mesmo; cf. Maitri_Upanishad III.2, 3). En vista de lo que ya se ha dicho del sacrificio de Soma, una auto-inmolación simbólica, no nos sorprenderá encontrar ahora que este pasible «sí mismo elemental» se identifica con Soma (soma samjno’yam bhutatma, Maitri_Upanishad VI.10). Por supuesto, no el Soma que «era Vrtra», o Varunya, sino el Soma que todavía es Vrtra, o Varunya; no Soma el Amigo (mitra) sino Soma el Titán (asura, Satapatha_Brahmana XII.6.1.10, 11); no Soma el inmortal, sino el Soma que ha de ser prensado y matado y de quien se ha de preparar el extracto inmortal. Por consiguiente, en Maitri_Upanishad VI.10, se nos recuerda, además, que Soma es el alimento y el Fuego el comedor (es con este Fuego y no con el Soma con quien el Sacrificador identifica su Mesmo), y que el Comprehensor de la ecuación Soma = bhutatman es un hombre verdaderamente pobre (Sannyasi), un hombre enyugado (yogi) y un «sacrificador de sí mismo» (atmayaji), es decir, «uno que él mismo oficia como su propio sacerdote sacrificial, en distinción del devayaji, para quien el sacrificio es otro quien lo hace, notablemente el dios (Agni, devayaj, Satapatha_Brahmana, passim) [5], en tanto que sacerdote misal: la inmolación de sí mismo del Sacrificador, de su «sí mismo elemental», es su «sacrificio de sí mismo» (atmayajna).

De la misma manera podremos comprender ahora cómo en Maitri_Upanishad VI.35 los poderes del alma son igualados con los brotes del Soma: aquí «del Fuego que está oculto dentro del Cielo, solo una pequena medida es el Agua de la Vida (amrtam) en el medio del Sol, cuyos pujantes brotes (Apyay-ankurah) [6] son Soma o los Soplos (soma prana va)». La ecuación de los soplos con los brotes del Soma es aún más explícita en Taittiriya_Samhita VI.4.4.4, pmna va amsavah = «los soplos son los brotes del Soma». Ya hemos visto que «Soma era Vrtra», y que emerge de estos brotes «como la Serpiente de su piel»; los poderes del alma, el alma colectiva misma, son, entonces, la «sede y guarida» de Vrtra, de donde se extrae la ofrenda (isti) (Satapatha_Brahmana V.5.5.1, 6 citada arriba). El sacrificio de Soma real es el machacamiento de estos brotes, los soplos, el sí mismo o alma elemental: «Uno retira (uddhrtya) estos soplos (de sus objetos) [7] y los sacrifica en el Fuego» (pranan. agnau juhoti, Maitri_Upanishad VI.26); «las deidades (inmanentes) [8] son los soplos, nacidos de la mente y uncidos a la mente, en ellos uno sacrifica metafísicamente» (Prana vai deva, manojata manoyujas, tesu paroksam juhoti, Taittiriya_Samhita VI.1.4.5, cf. Jaiminiya_Upanishad_Brahmana I.40.3) [9].

«Nacidos de la mente y uncidos a la mente»: en el símil siempre recurrente del carro [10], es decir, el vehículo corporal en el cual el Sí mismo espiritual solar toma su sede como un pasajero mientras dura el carro, los órganos de los sentidos son los caballos y sus riendas las tiene la mente conductora (manas, nous) en nombre del pasajero; «Savitr unce a los dioses (devah = Prana) con la mente, él los impele (yuktvaya manasa devan... savita prasuvati tan, Taittiriya_Samhita IV.1.1)». Cuando los caballos obedecen voluntariamente a las riendas, el carro conduce al pasajero a su destino senalado; pero si persiguen sus propios fines, los objetos naturales de los sentidos, y la mente sucumbe a ellos, el viaje acaba en desastre (debe recordarse que la mente es «doble», sujeta a los sentidos o independiente de ellos, Maitri_Upanishad IV.34, cf. Filón  , Legum allegoríae I.93). El hombre cuyos sentidos están bajo control, o «uncidos» (yuktah, yujah), es decir, el yogi, puede decir, por consiguiente, «Yo me unzo a mí mismo, como un caballo que comprende (svayam ayuji hayo na vidvan, Rigveda V.46.1)»; lo cual es solo otro modo de referirse a aquellos que «ofrecen todas las operaciones de los sentidos y los soplos en el Fuego del "yoga" del control de sí mismo, encendido por la gnosis» (Bhagavad Gita IV.27).

Ahora está claro también por qué se nos dice en Rigveda X.85.3-4 que, aunque «ellos imaginan cuando machacan la planta que están bebiendo el verdadero Soma, sin embargo, de el que los brahmanes comprenden por "Soma" nadie saborea nunca, nadie saborea que more sobre la tierra» [11]. El jugo extraído no es inmediatamente, ni tampoco realmente Soma (Sayana, na ca sa saksat somah). La bebida de Soma, en otras palabras, es un rito de transubstanciación; «es metafísicamente (paroksam) como el Kshatriya obtiene la bebida de Soma, ella no es inmediatamente (pratyaksam = saksat) participada por él. (sino solo) a través del Sumo Sacerdote (purodhas), a través de la iniciación (Diksa), y de la invocación ancestral» (pravara, que implica la «sucesión apostólica»), Aitareya_Brahmana VII.31; cf. Satapatha_Brahmana III.6.2.9, donde las piedras de prensar el Soma son la Iniciación (Diksa) y el Ardor (Tapas); «ellos recogen (ahrtya) la planta usana y la prensan, y por medio de la iniciación (Diksa) y las sesiones (upasads, círculos sacrificiales), por el (vinculamiento del) Tanunaptra y el "hacer que crezca" (apyayana), la hacen ser "Soma"» (Satapatha_Brahmana III.4.3.13); «por la Fe, la hija de Surya, él la hace (sura, brandy, propiamente la bebida de los Asuras y repugnante para los brahmanes) ser jugo de Soma» (Satapatha_Brahmana XII.7.3.11); eso que los Asvins arrebataron a Mara_(demon) (Vrtra) se bebe ahora como Soma (Satapatha_Brahmana XII.8.1.3-5), la «Ofrenda Suprema» (Vajasaneyi_Samhita XIX.2, Satapatha_Brahmana XII.8.2.12).

Tal es la significación de lo que se llama la «ofrenda a quemar Subjetiva Interior» (adhyatmikam antaram agnihotrah), de la cual, Aranyaka X.1 y sig. afirma que «si uno sacrifica, no conociendo este Agnihotra, ello es para él como si pusiera a un lado las brasas e hiciera la oblación en las cenizas».



[1Ver Paz.

[2«Sede» o «matriz», como en Maitri_Upanishad VI.34.1, 2, citado más atrás; y «guarida» (asaya), apenas distinguible de «matriz» (cf. pali abbuda = arbuda, como «feto»), eso en lo cual los poderes de los sentidos están guhasaya nihitah (Upanixade II.1.8). Es en tanto que Varuna «yace» (asaye) en ellos, como Varuna, al igual que Agni, que hace su sede en ellos, conoce todos los nacimientos de los dioses, es decir, sus nacimientos como los poderes del alma y todas sus obras (Rigveda VIII.41.7). En Rigveda I.32.7, que la guarida del desmembrado Vrtra está en muchos lugares (purutra vrtro asayad vyastah) sugiere al Agni de Rigveda III.55.4 (vibhrtah purutra saye): cf. «Yo soy el Espíritu, mi estación en la guarida (asaya) de todos los seres. Ananta soy yo de las serpientes» (Bhagavad Gita X.20, 29). La caverna (guha) de la cual son liberados los ríos y todos los demás principios vivos puede ser igualada con las «entranas de las montanas» en Rigveda I.32.1 y I.54.10. Cf. Isaías 51:1 «Mirad la roca de donde sois tallados, y el agujero del hoyo de donde sois excavados».
La «Persona en el ojo derecho» es regularmente igualada con «la Persona en el Sol», de quien se dice que «El que esta allí, la Persona allí en el Sol, mí mismo soy él» (Maitri_Upanishad VI.35). Solo a mi Mesmo real, a esta «Persona interior» (antah purusa), pueden aplicarse las palabras «Eso eres tú»; no a «este hombre» que todavía sabe en el sentido mundanal quien es, por nombre y linaje de familia.

[3Cf. Jaiminiya_Upanishad_Brahmana III.11.3, yad diksate. daksinam abhijayate. Toda recepción de presentes materiales por los Brahmanes participantes en una sesión sacrificial (sattra) está condenada en los términos más enérgicos posibles (Taittiriya_Samhita VII.2.10.2). Los galardones (daksina) pueden y deben darse solo cuando los sacerdotes están sacrificando en beneficio de otros que no son ellos mismos (Satapatha_Brahmana IV.3.4.5), de la misma manera que un sacerdote cristiano que dice una Misa en beneficio de otro recibe justamente un estipendio.

[4Todo esto corresponde a la remoción de la annamaya y de las demás «envolturas» (Kosha) de Brahma, a la «sacudida de los cuerpos» (Jaiminiya_Upanishad_Brahmana I.15.5, III.30.2, etc.), que es esencial debido a que «nadie deviene inmortal con el cuerpo» (Satapatha_Brahmana X.4.3.9). Ello se simboliza también en el vastra-harana Vaisnava. Amor nos recuerda que «a través de mi umbral todos deben pasar desnudos». Esta es la «noble desnudez» de Filón (ariste gymnosis, Legum allegoríae I.77).

[5Cf. Rigveda I.142.11, devan yaksi, vanaspate.

[6Esta es mi propia lectura del texto, evitando toda enmienda.

[7Como en Maitri_Upanishad VI.19, Bhagavad Gita II.58, IV.27, etc. y en toda práctica contemplativa conductiva a la síntesis (samadhi). Cf. Salmos, 51.16, 17, «Pues Tú no te deleitas en el holocausto. El sacrificio a Dios es un ».

[8«Todas estas deidades están en mí» (Jaiminiya_Upanishad_Brahmana I.14.2); «ellos hacen su morada en mí» (Satapatha_Brahmana II.3.2.3); ellos no están ni en el cielo ni en la tierra, sino en las criaturas que respiran, es decir, los seres vivos (praninah, Vajasaneyi_Samhita XVII.14). Hablando estrictamente, los hijos de Prajapati (las «formas de su soplo» como los llama Sayana; cf. Upanixade I.5.21 donde es en relación con él, Prajapati, el Soplo, y en tanto que sus formas, como los poderes del alma se llaman «soplos») son los dioses y titanes, que compiten en estos mundos por la posesión de ellos; los órganos sensoriales del habla, el olfato, el oído, la visión y el pensamiento cantaban para los dioses toda delectación (bhogan) y para sí mismos todo lo que era bello (kalyanam), hasta que los titanes les infectaron con el mal —es decir, todo lo que es hecho por cualquiera de ellos informalmente (apratirupam). Sólo el Soplo permaneció inmune a esta infección, y transforma (atyavahat) los sentidos, sacudiendo su mal, su mortalidad, para que cada uno de ellos devenga su equivalente macrocósmico, deviniendo el habla Agni, el olfato Vayu, la vista el Sol, el oído los Cuarteles del cielo, la mente la Luna. El Soplo entonces comparte el alimento que canta para sí mismo (el Soplo es el soplador del órgano, los soplos son los Maruts que se mueven en los órganos-«tubos, Nadi_(yoga)», corporales, dentro de los cuales han sido «puestos, hitah»), jugando el papel de hospedero para los soplos que ocupan sus puestos alrededor de él como un regimiento de la «Propiedad (svah) del Rey» que al mismo tiempo forma su cuerpo de guardia y es alimentado por él. El Soplo se identifica con (Agni-) Brhaspati, es decir, el Poder Espiritual en el que el Poder Temporal está inherente (Upanixade I.3, cf. Jaiminiya_Upanishad_Brahmana II.8). Es en este sentido como los dioses eran originalmente mortales (Taittiriya_Samhita VII.4.2.1, Satapatha_Brahmana II.2.2.8, etc.), y solo por los consejos de Agni, o por el sacrificio, o haciendo el brahma suyo propio, alcanzaron su presente dignidad (arahatta), inmortalidad (amrtatva) y victoria (jiti), Rigveda VI.7.4, X.63.4, Satapatha_Brahmana III.4.3.15, XI.2.3.6, etc.

[9Es decir, que cuando el sacrificador, en quien estos poderes están inmanentes, cesando de usarlos para fines impropios (apratirupa), a saber, para la persecución del placer, retorna con las deidades inmanentes a su fuente, entonces «él» deviene un inmortal. No es su personalidad, sino su Persona, lo que sobrevive entonces después de la muerte, cuando «nosotros que, en nuestra junción con nuestros cuerpos somos mixturas y tenemos cualidades, no existiremos, sino que seremos introducidos en el renacimiento, por lo cual, deviniendo unidos a las cosas incorpóreas, (nosotros) devendremos no mezclados y sin cualidades» (Filón, De cherubin, 113 sig.). El pasaje de Taittiriya_Samhita resume en unas pocas palabras toda la tesis del «sacrificio de sí mismo», es decir, el sacrificio de uno mismo por uno mismo al Mesmo de uno, «este Mesmo inmortal del » (Maitri_Upanishad III.2). Quienquiera que no hace este sacrificio está «condenado»: «A quienquiera que no tiene (que no posee su Mesmo), aún eso poco (el ) que tiene le será arrebatado», San Mateo 13.12 (v. Parábola do Semeador).

[10El símbolo del carro es empleado por Platón y los platónicos exactamente del mismo modo. Hacer una muestra completa del paralelismo requeriría un artículo separado, pero podemos senalar que la noción de un uncimiento de los sentidos es manifiesta en Hermes, Asclepius I.5 sig.

[11Un aviso explícito de que el Elixir de Vida no es una medicina física de ningún tipo; de la misma manera que la Vitae no se encontrará fuera de nosotros mismos. Cf. Aitareya_Brahmana II.14, «...la oblación de Soma es una oblación de ambrosía. Estas oblaciones son incorporales (es decir, invisibles e intangibles); es con esas oblaciones que son incorporales como el sacrificador gana la inmortalidad».