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Coomaraswamy Patriarca

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA

O DILÚVIO NA TRADIÇÃO HINDU
PATRIARCAS
Mientras la creación de un cosmos (Brahmanda) al comienzo de un para, y la recreación de los elementos resueltos del cosmos al comienzo de cada Kalpa_(aeon), son la obra de Brahma (Prajapati), el Omni-Progenitor, la génesis y guía más próximas de la humanidad en cada Kalpa_(aeon) y Manvantara la lleva un Patriarca (pitr) de estirpe angélica, a quien se llama Manu o Manus. En cada Kalpa_(aeon) hay catorce manvantaras, presidido cada uno por un Manu individual como progenitor y legislador; así mismo los rsis, e Indra y los demás (karma-) devas, son individuales para cada Manvantara. El primer Manu del presente Kalpa_(aeon) fue Svayambhuva, «hijo de Swayambhu»; el séptimo Manu, que es el presente, es Vaivasvata, «hijo del Sol». Cada Manu es un superviviente determinado y consciente del Manvantara anterior, y a través de él se preserva y transmite la tradición sagrada. El Manu particular aludido en cada caso no siempre está registrado en los textos, y en tales casos, generalmente, se ha de entender que la referencia es al Manu presente (Vaivasvata). No se afirma expresamente que tenga lugar un diluvio a la conclusión de cada Manvantara, pero esto puede asumirse sobre la base de la analogía de «el» diluvio conectado con el Manu Vaivasvata (Satapatha_Brahmana I.8.1-10), y a la analogía del gran «diluvio» que marca la conclusión de un Kalpa_(aeon); pero mientras en este último caso el principio de continuidad lo proporciona la Hipóstasis creativa, que flota dormida reclinada sobre la superficie de las aguas, soportada por el Naga «Eternidad» (Ananta), en el caso de la resolución o sumersión parcial de las formas manifestadas que tiene lugar al cierre de un Manvantara, el eslabón de conexión lo proporciona el viaje de un Manu en un arca o navío. Puede observarse que este es esencialmente un viaje arriba y abajo de la pendiente (pravat) del cielo en lugar de un viaje de acá para allá, y que es completamente diferente del viaje del devayana, que es continuamente hacia arriba y hacia una orilla desde donde no hay ningún retorno.

Nosotros no estamos informados de la duración cronológica del diluvio y del viaje de Manu. De la analogía de los pralayas mayores, podría inferirse una duración igual a la del Manvantara precedente, pero quizás se encuentre una analogía más plausible en los «crepúsculos» de los Yuga, y esto sugeriría un período de sumersión relativamente mucho más corto. En cuanto a la profundidad de la inundación, tenemos mejor información. En primer lugar es evidente que la resolución de las formas manifestadas, al cierre de un Manvantara, será de un alcance cósmico menor que la de los «», que tiene lugar al cierre de un Kalpa_(aeon), y esto significará necesariamente que de los «», están exentos de sumersión al menos el svar (los cielos «Olímpicos»), y quizás también el bhuvar (las esferas «atmosféricas»); sabemos en todo caso que Dhruva (la Polar) permanece inafectada durante todo el Kalpa_(aeon). La tierra (bhur) se sumerge completamente. El viaje de un Manu, típicamente un Patriarca (pitr), es un caso especial del Viaje Patriarcal (pitryana), y este, como sabemos, es un viaje a y desde la «Luna», puesto que quienes viajan regularmente por esta ruta son los Patriarcas (a quienes se llama colectivamente como pitaras), y los Profetas (rsayah) «deseosos de descendientes» (praja-kamah, Upanixade   I.9). Por consiguiente, la inundación sobre la cual es llevado arriba el barco de Manu, debe subir al menos hasta el nivel de la esfera de la Luna, aunque no es necesario suponer que la Luna misma sea sumergida.

Aunque se descarta que las aguas del diluvio se extiendan hasta los cielos Empíreos, el Seven_Heavens o el más allá, hay buenas razones para suponer que al subir hasta el nivel de la Luna deben tocar también las orillas de los cielos Olímpicos (el Seven_Heavens, el Devaloka). Pues, aunque el Seven_Heavens o Devaloka se considera como una estación, no del Viaje Patriarcal, sino del Viaje Angélico, es innegable que el Seven_Heavens se considera continuamente como un lugar de recompensa de los muertos meritorios [1], de los guerreros en particular, que residen allí gozando de la sociedad de las apsarasas y de otros placeres hasta que, en su debido curso, llega el tiempo de su retorno a las condiciones humanas. Y aunque se dice que el efecto latente de las Obras permanece efectivo en último análisis   durante todo un Kalpa_(aeon) (Vishnu_Purana II.8), por el hecho de que la ocupación del oficio de Indra dura solo el período de un Manvantara [2] (y de aquí que un Kalpa_(aeon) pueda llamarse también tanto un período de catorce Indras como un período de catorce Manus) [3] parece que la recompensa en el Seven_Heavens debe ser generalmente de la misma duración; por consiguiente, al comienzo de un Manvantara debe iniciarse un descenso general del Mundo Angélico, en no menor medida que el del Mundo Patriarcal. Está claro que los dos Mundos, el Seven_Heavens o Devaloka y la Luna en tanto que pitr-loka, son psicológicamente equivalentes, puesto que ambos son estaciones de la recompensa de las Obras kamya; de hecho, se dice constantemente que los Patriarcas saborean el Soma en companía de los Ângeles, y en Valakhilya IV.1 se afirma específicamente que Manu bebió Soma en companía de Indra. Uno podría expresar la situación diciendo que mientras la Luna es naturalmente el pitr-loka desde el punto de vista (Brahmana), en tanto que la morada póstuma de «aquellos que en el poblado reverencian una creencia en el sacrificio, el mérito y la limosna» (Upanixade V.10.3), el Seven_Heavens o el Devaloka es naturalmente el hogar de los muertos desde el punto de vista (Kshatriya) del guerrero. Y si el Seven_Heavens se nombra solo como una estación del devayana, esto se debe a que representa efectivamente una estación desde la que no solo hay la necesidad de retorno para aquellos que han cumplido solo Obras, sino también la posibilidad de un paso por la vía del Sol a los cielos Empíreos en el curso de la Krama mukti, y un paso que es sin retorno, en el caso de aquellos «que comprenden esto y que en el bosque adoran verdaderamente» (Upanixade VI.2.15). Cuando en Rigveda X.14.17 se dice que los dos reyes a quienes los muertos encuentran al alcanzar el «cielo» no son Indra y Yama, sino Varuna y Yama, es decir, Varuna en el caso del Viaje Angélico (puesto que el que ha alcanzado el nivel de las aguas celestiales se enfrenta con la posibilidad del ser futuro solo bajo condiciones celestiales), y Yama en el caso del Viaje Patriarcal, puede suponerse que se omite el Indra (-loka) en tanto que es solo una etapa en la vía hacia Varuna.



[1«Meritorios», es decir, que deben recibir la recompensa de las Obras kamya, aunque no cualificados por la Comprensión para la Liberación (mukti) inmediata o gradual

[2Aquellos que, como individuos, son particulares de un Manvantara dado, son los Ângeles presidentes (devah), los Profetas (rsayah) y el Manu y sus descendientes, es decir, los reyes y los demás hombres. Por supuesto, los Ângeles en cuestión no pueden considerarse como del orden de los ajanaja («de nacimiento», por ejem., Kamadeva), sino que serán de los de la clase karma, es decir, que tienen posiciones a las que les ha hecho titulares una cualificación por las Obras; y de estos karma-devah o Ângeles (por las) Obras, el principal es Indra. De aquí que se asuma constantemente que un individuo que se prepara a sí mismo debidamente aquí y ahora puede devenir el Indra (o por el mismo motivo incluso el Brahma) de una edad futura; y a menudo se atribuyen celos a los Ângeles con respecto a aquellos que les sucederán así en el oficio.
Hay alguna inconsistencia de detalle, aunque no de principio, como entre Vishnu_Purana II.8, donde se dice que la «inmortalidad» de los Ângeles significa una supervivencia sin cambio de estado hasta el fin del Kalpa_(aeon), e ídem III.1, donde el tiempo de vida de un Indra y de los otros Ângeles (karma) se restringe al Manvantara.
En todo caso, el punto de vista hindú respecto de la naturaleza de los oficios angélicos es idéntico al de la teología cristiana ortodoxa, cf. Pope_Gregory_I y San Agustín; Angelus nomen est offícii, non naturae; para lo cual, y para la traducción de deva por «Ângel», ver Coomaraswamy, «Sobre la Traducción: Maya, Deva, Tapas», 1933.

[3Cf. Vishnu_Purana III.1, y Markandeya_Purana C.44.