Página inicial > Sophia Perennis > Ananda Coomaraswamy > Coomaraswamy Paixões

Coomaraswamy Paixões

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA

SOBRE A PSICOLOGIA TRADICIONAL E HINDU, OU MELHOR PNEUMATOLOGIA (cont.)
PAIXÕES
Los Maruts, los «Dioses Tempestades» védicos y, en nosotros, nuestras «tempestuosas pasiones», se identifican expresamente con los Soplos (Aitareya_Brahmana III. 16, prana vai marutah, svapayah Prana) o son la fuente de nuestros Soplos (Satapatha_Brahmana IX.3.1.7, prana vai marutah). En tanto que Rudras son los hijos de Rudra (Agni) y Prsni (la Tierra), pero ganan sus «nombres sacrificiales» por su cooperación y su «clamor en torno» a Indra en el sacrificio de Vrtra, y así «por libre consentimiento (svadham anu) [1] obtuvieron el renacimiento» (Rigveda I.6.4, punar garbhatvam erire con V.29.1 y VIII.53.5, 6), es decir, se regeneran, desde la operación sacrificial, como dioses (Rigveda X.56.7, karmanah ... mahna ... udajayanta devah) [2]. Apenas hay necesidad de decir que los dioses, en su pluralidad, eran originalmente mortales, y que solo obtuvieron su inmortalidad por «mérito» (Rigveda X.63.4; Satapatha_Brahmana II.2.2.8, XI. 1.2.12, XI.2.3.6), o que, por esta misma razón, los Soplos sacrificiales son los «Dioses Perfectibles» (Rg_Veda X.90.16, sádhyáh santi devah, con referencia a aquellos primeros sacrificadores a quienes Sayana llama acertadamente «las "formas del Soplo de Prajapati"», prajápati-prána-rupá [3]; Satapatha_Brahmana X.2.2.3, práná vai sádhyáh devah, «los "Dioses Perfectibles" son los Soplos»). Indra («impeledor de los Rishi», Rg_Veda VIII.51.3) es «el Rishi de los Maruts» (Rg_Veda V.29.1); y ellos son notablemente «sacrificadores domésticos» (grhamedhinah, Satapatha_Brahmana II.5.3.4) y participan en la sesión sacrificial (saítra) [4] en tanto que iniciados acompanantes de su Grhapati (Indra, Prajapati, Agni, Pancavimsa Brahmana X.3.5, 6, XIV.14.9) —donde la «casa», es por supuesto, la de este cuerpo en el que nosotros vivimos. Es en su capacidad de sacrificadores como los Maruts concuerdan íntimamente con los Soplos, pues «los dioses, nacidos de la mente, y uncidos a la mente, son los Soplos; en ellos uno sacrifica inmaterialmente» (tesu paroksam juhoti, Taittiriya_Samhita VI.1.4.4), y con miras a la inmortalidad, puesto que la inmortalidad solo puede ganarse con ofrendas incorporales (Aitareya_Brahmana II.14).

No nos sorprenderá encontrar que casi todo lo que se dice de los Soplos se predica también de los Maruts. Son «Poderes» (vibhutayah) y «asignaciones» (hitah), a quienes se encomienda la guarda (raksatá) del sacrificador (Rg_Veda 1.166.3, 8, 11), y la «protección del mortal» (pánti martyam, Rg_Veda V.52.4); son «fuegos» (agnayah, Rg_Veda III.26.4), «rayos» (rasmayahh, Pancavimsa_Brahmana XIV. 12.9; Satapatha_Brahmana IX.3.1.25), mezclados con «gloria» (sriyá, Rg_Veda VII.56.6, cf. V.55.3); y, como los Soplos mismos, se les compara a los radios de una rueda (Rg_Veda V.58.5, X.78.4). Son expresamente «co-nacidos» (sakam jatah, Rigveda V.55.3 = sakam-uks, VII.58.1), hermanos, de los cuales ninguno es más viejo o más joven (V.59.5, 6. V.60.5) [5]. Como dioses de la lluvia, se asocian muy estrechamente (Rigveda), incluso se identifican, con las Aguas (Aitareya_Brahmana VI.30); y, ya sea como vientos o ya sea como aguas, hacen «rugir» a las montanas (nadayanta, Rigveda I.1665), mientras que, como los , son «conocedores del Orden» (rtajnah, Rigveda V.58.8). Como los seres elementales (Maitri_Upanishad VI. 10.35), se identifican con los tallos del Soma [6] (Rigveda I.166.3; Sayana, pranadi rupena sarire sthitah; Taittiriya_Samhita VI.4.4.4, prana vai ansavah). Son, como los Rishi y los Soplos, una hueste (gana), o huestes de siete o de sietes (Satapatha_Brahmana II.5.1.13, V.4.3.17 [7], IX.3.1.1-25 [8]; Taittiriya_Samhita V.4.7.7, etc.), cuyo caudillo (gananam ganapati [9], Rigveda II.23.1, X.112.9; sagana, III.47.4) es Brahmanaspati (el «Sacerdotium») [10] o Indra (el «Reg-num») —Indra, «el impeledor de los Rishi» (Rigveda VIII.51.3), «es su Rishi (de ellos)» (V.29.1). En otras palabras, son los súbditos, vasallos, guardia y milicia del gobierno dual de Indrabrhaspati [11], y el modelo de los «Comunes» del cuerpo político, ya sea del estado o ya sea del ser humano, cuya salud depende de su lealtad hacia su cabeza, como ello es explícito en Taittiriya_Samhita V.4.7.7 y VI.1.5.2, 3, donde la unanimidad y lealtad de los pueblos terrenales es una consecuencia de la adhesión de los Maruts al «Regnum» in divinis.

Es principalmente aquí, en su relación con Agni e Indra, hacia quienes, ciertamente, los Maruts pueden ser desleales (Rigveda I.165, VIII.7.30, 31, etc.), pero, a quienes normalmente sirven como aliados en la batalla contra Vrtra y en la obtención de los Ríos con los que están tan estrechamente conectados, donde se centra principalmente su significación para nuestra psicología. Por toda la literatura vé-dica encontramos que, en la batalla con Vrtra, el «valiente (abhimati)» Indra es abandonado por los dioses aterrorizados y lucha solo, o más bien con ninguna otra ayuda que la de sus «buenos aliados» (Rigveda VIII.53.5, 6), los Maruts o los Soplos, que, por su participación en esta operación sacrificial, alcanzan su divinidad (Rigveda I.87.5, VIII.96.7; Aitareya_Brahmana III.16, 20, etc.) [12]. Indra resulta victorioso en tanto que su caudillo, no cuando ellos persiguen sus fines propios; Indra es el «Regnum», y toda la ciencia del gobierno es una ciencia de control de sí mismo o de auto-control (Arthasastra, I.6).



[1Como vi-dha (Coomaraswamy Smadhi) implica una dispersión del poder, así sva-dha es autodeterminación, autoemplazamiento (cf. svasthah, autothetos), autenticidad y, en efecto, «libre albedrío» (kamacara, yatha vasam carana), como el del Viento que «sopla donde quiere» (yatha vasam carati).

[2Pues «mientras no sacrifica, uno es todavía innacido» (Jaiminiya_Upanishad_Brahmana III.14.8; cf. Jaiminiya_Upanishad_Brahmana I.17, nacido de la carne, pero no del Espíritu): el Hombre, el Universal, nace del Sacrificio, del Fuego, en el que «este hombre» se sacrifica a sí mismo (Satapatha_Brahmana III.9.4.23, VII.2.1.6, XII.9.1.1; Kaushitaki_Brahmana XV.3), y así se redime de la muerte (Satapatha_Brahmana III.6.2.16); el cual renacimiento sacrificial es el segundo nacimiento (en el sentido de San Juan 3:6, 7 Nascer do Alto), y prefigura el tercer nacimiento o resurrección después de la muerte «cuando llega la hora».

[3Puesto que solo son los nombres de sus actos, las «formas» (rupani) que él asume en su operación sacrificial (karma, Upanixade I.4.7, I.5.21, 22); o, en las palabras de Indra dirigidas al Rishi, «Yo soy el Soplo, que eres tú, que (son) todos los seres elementales (bhutáni) y que brilla allá lejos (el Sol); es en esta forma (Rupa) como yo penetro todas las direcciones (sarva diso visto’smi), con ellos me alimento» (Aranyaka II.2.3) —«me alimento», pues «todas las direcciones le rinden tributo» (Upanixade II.21.4), y es así como «él se alza sobre el alimento» (yad annena atirohati, Rg_Veda X.90.2).

[4La «sesión» sacrificial (sattra), especialmente como se lleva a cabo por los grhamedhinah y grhapati del «hogar» humano, es decir, mental y meta-físicamente (manasa, paroksam), los iniciados sacerdotales la efectúan en su propio nombre; no hay ningún patrón (yajamana) y, por consiguiente, ninguna «recompensa» pecuniaria (daksina); «solo el Mesmo es su recompensa, y debido a que obtienen el Mesmo como su recompensa, alcanzan el cielo» (Taittiriya_Samhita VII.4.9.1; cf. Taittiriya_Samhita VII.2.10.2; KB XV.1; Satapatha Bráhmana IX.5.2.12-16; cf. Coomaraswamy, Sacrificio, e Hinduismo y Budismo, 1943, p. 21).

[5Ver akanittha en Coomaraswamy, «Algunas Palabras pali».
La igualdad de los Maruts que, como los Soplos, se comparan a los radios de una rueda, de los cuales ninguno es el primero ni el último en orden, es como la de los miembros de un clan o de una cofradía, y da su significado propio a la frase «todos los hombres nacen iguales».

[6Para las implicaciones de esto, ver mi Sacrificio.

[7Un análisis del «carro» (cf. Aranyaka II.3.8; Upanixade III.3; Jataka VI.252) con su cuerpo de madera, cuatro caballos, conductor y pasajero real, «siete en total», al igual que la «séptuple Persona» de Satapatha_Brahmana VI.1.1.1 sig.

[8Los versos 4-6, que comienzan «y estos mundos son lo mismo que esta cabeza», corresponden muy estrechamente a la descripción de la «cabeza» cósmica en Timeo 44D, 45B, 81D.

[9Puesto que los Maruts son también los Rudras, su padre, Rudra, se llama también el «caudillo de las huestes» (gananam ganapati, Vajasaneyi_Samhita XVI.17; Satapatha_Brahmana IX.1.1.18). En la mitología «posterior», en la que Siva (Rudra) es asistido por las huestes (gana) de los espíritus (bhuta), esta jefatura es ejercida por sus hijos, intelectualmente por Ganapati (Ganesa, la deidad de cabeza de elefante) y en el sentido militar por Karttikeya (Senapati); éstos dos representan el «Sacerdotium» y el «Regnum», y corresponden a los Agni-Brhaspati e Indra védicos.

[10Saptagu, Rigveda X.47.6, es decir, «de siete rayos»; cf. Grassmann, s.v. gu en los sentidos 7, 8: como es explícito para Agni-Brhaspasti en Rigveda I.146.1 y VI.44.14.

[11Para la teoría, ver Coomaraswamy, AUTORIDAD ESPIRITUAL Y PODER TEMPORAL EN LA TEORÍA INDIA DEL GOBIERNO. Toda esta teoría se aplica tanto al auto-control como con al gobierno de un Estado: se trata, en otras palabras, de una psicología del gobierno.

[12En la versión budista de la misma historia, el Bodhisatta es abandonado de la misma manera por los dioses y dejado «solo»; pero las virtudes o poderes cardinales, que son, «por así decir, sus asistentes» (parijana, cf. paribrhan en Aitareya_Brahmana VI.28, y srija parivraham en Jaiminiya_Upanishad_Brahmana IV.24.11) no le abandonan y, usándolos como su escudo, vence al ejercito de Mara_(demon) (de Namuci, de Vrtra) (J I.72 sig.). Lo que esto implica, igualmente para Indra y para el Bodhisatta, es que ellos son victoriosos en la medida en que están recogidos, en que se han juntado a sí mismos, en que están «en samadhi»: pues «quien los conoce de otro modo que en sí mismo, está "abandonado por los dioses"» (Upanixade IV.5.7).