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Coomaraswamy Arte Imitação

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

ANANDA COOMARASWAMY   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA

ARTE «IMITAÇÃO»

Todas las artes, sin excepción, son imitativas. La obra de arte sólo puede juzgarse como tal (e independientemente de su «valor») por el grado en el que el modelo se ha representado correctamente. La belleza de la obra es proporcionada a su exactitud (ortothes = integritas sive perfectio), o verdad (aletheia = veritas). En otras palabras, el juicio del artista respecto de su propia obra, por el criterio del arte, es una crítica basada en la proporción entre la forma esencial y la forma de hecho, entre paradigma e imagen. «Imitación» (mimesis), una palabra que puede malinterpretarse fácilmente, como la frase de Santo Tomás de Aquino «El arte es la imitación de la Naturaleza en su manera de operación» [1], puede tomarse erróneamente con la significación de que el mejor arte es el que es «más fiel a la naturaleza», entendiendo «naturaleza», como nosotros usamos la palabra ahora, en su sentido más limitado, es decir, no con referencia a la «Madre Naturaleza», Natura naturans, Creatrix Universalis, Deus, sino a lo que quiera que se presenta a nosotros en nuestro entorno inmediato y natural, ya sea ello accesible a la observación (aisthesis) visualmente o de cualquier otro modo. En conexión con esto, es importante no pasar por alto que la delineación del carácter (ethos, en la literatura y la pintura, de la misma manera que la representación de la imagen de una fisonomía en el espejo, es un procedimiento empírico y realista, que depende de la observación. Por otra parte, la «Naturaleza» de Santo Tomás es esa Naturaleza «que al encontrarla», como dice el Maestro Eckhart  , «todas sus formas se quiebran».

Ciertamente, la imitación o «re-presentación» de un modelo (incluso de un modelo «presentado») implica una semejanza (homoia, similitudo, sánscrito sadrsya), pero difícilmente lo que nosotros entendemos usualmente por «verosimilitud» (homoiotes). Lo que se entiende tradicionalmente por «semejanza» no es una copia, sino una imagen afín (syngenes) e «igual» a su modelo; en otras palabras un símbolo natural y «ad-ecuado» de su referente. La representación de un hombre, por ejemplo, debe corresponder realmente a la idea del hombre, pero no debe parecerse tanto a él como para engañar al ojo; pues la obra de arte, en lo que concierne a su forma, es una cosa hecha de mente y dirigida a la mente, pero una ilusión no es más inteligible que el objeto material que ella mimetiza. El modelado de un hombre en escayola no será una obra de arte; en cambio, la representación de un hombre sobre ruedas, donde la verosimilitud habría requerido pies, puede ser una «imitación» enteramente adecuada, bien y verdaderamente hecha [2] de cosas (El Sofista   234C), los «nombres verdaderos» no son correctos por accidente (Crátilo   387D, 439A), el cuerpo es un eidolon del alma (Leyes 959B), y estas imágenes son al mismo tiempo iguales y sin embargo diferentes de sus referentes. En otras palabras, lo que Platón entiende por «imitación» y por «arte» es un «simbolismo adecuado» [cf. la distinción entre imagen y duplicado, Crátilo 432].]].


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[1Aristóteles, Física II.2.194a 20, — que emplea ambos medios adecuados hacia un fin conocido.

[2El arte es iconográficamente, la hechura de imágenes o copias de un modelo (paradeigma), ya sea visible (presentado) o ya sea invisible (contemplado); ver Platón, República 373B, 377E, 392-397, 402, Leyes 667-669, El Estadista 306D, Crátilo 439A, Timeo 28AB, 52BC, El Sofista 234C, 236C; Aristóteles, Poética I.1-2. De la misma manera, las obras de arte indias se llaman imitaciones o conmensuraciones (anukrti, tadakarata, pratikrti, pratibimba, pratimana), y se requiere una semejanza (sarupya, sadrsya). Esto no significa que sea una semejanza en todos los respectos lo que se necesita para evocar el original, sino una igualdad en cuanto a la quididad (tousoton, oson) y la queidad (toioton, oion) —o la forma (idea) y la fuerza (dynamis) — del arquetipo. Es en esta «igualdad real» o «adecuación» (auto to ison) donde está la verdad y la belleza de la obra (Leyes 667-668, Timeo 28AB, Fedón 74-75). Hemos mostrado en otra parte que el sadrsya indio no implica una ilusión, sino sólo una equivalencia real. Está claro en Timeo 28-29 que por «igualdad» y «semejanza» Platón entiende también un parentesco (symgeneia) y una analogía (analogia) real, y que son estas cualidades las que hacen posible que una imagen «interprete» o «deduzca» (exegeomai, cf. sánscrito ani ) a su arquetipo. Por ejemplo, las palabras son (eidos|eidola