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Obras: serpiente

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Se ha reconocido que la noción de una «persona» satánica, el principal de muchos «ángeles caídos», representa algunas dificultades: inclusive en religión, emerge la dificultad de un «dualismo» maniqueo; al mismo tiempo, si se mantiene que algo no es Dios, la infinitud de Dios queda por ello mismo circunscrita y limitada. ¿Es «él», Satán, por consiguiente una persona, o meramente una «personificación», es decir, una personalidad postulada? ¿Quién es «él», y dónde está? ¿Es una serpiente o un dragón, o tiene cuernos y un rabo venenoso? ¿Puede ser redimido y regenerado, como Orígenes   y los muslimes han creído? Todos estos problemas cuentan juntos. 139 METAFÍSICA: ¿Quién es «Satán» Y «Dónde Está El Infierno»?

Yad asishyata = Shesha, es decir, Ananta, la Serpiente del Mundo, el Tragador en quien están latentes todas las posibilidades y de quien se extraen todas las posibilidades de manifestación; y este círculo sin fin (ananta) es precisamente el de Midgardsworm (Gylfiginning, 46-48) (ver Edda Snorra Sturlusonar med Skáldatali, ed. Gudni Jónsson (Reykjavik, 1935) -ED.), el de «der Schlange, die sich in den eigenen Schwanz beisst, (und die) stellt den Äon dar» (Alfred Jeremías, Der Antichrist in Geschichte und Gegenwart, Leipzig, 1930, p. 5), el de Agni «sin pies y sin cabeza, ocultando sus dos extremidades (apâd asîrsha guhamâno antâ) cuando nace por primera vez en el terreno de la región (budhne rajasah, es decir, como Ahi Budhnya), de su matriz (asya yonau, Rig Veda   Samhitâ IV.1.11; cf. X.79.2, guhâ siro nihitam rdhag akshî)», el de Prajâpati «sin visión, sin cabeza, yacente (apasyam amukham sayânam, Jaiminîya Upanishad   Brâhmana III.38)» el de Vrtra-Kumâra «sin manos y sin pies (ahastam... apâdam, Rig Veda Samhitâ X.30.8)». De la misma manera Brahma «era el uno y el único Sin Fin (eko’nantah, Maitri Upanishad   VI.17)», «Brahma no tiene extremidades (anto nâstí yad brahma, Taittirîya Samhitâ VII.3.1.4)», «sin pies, él vino al ser el primerísimo (apâd agre samabhavat, Atharva Veda Samhitâ X.8.21)», «como un Asura (so’gre asurâbhavat)»: él (Akshara) es un «(gusano) ciego y una (culebra) sorda sin ninguna fisura (acakshushkam asrotram... anantaram, Brhadâranyaka Upanishad III.8.8)»; «a la vez ciego y sordo, sin manos ni pies (acakshuhsrotram tad apâny apâdam... bhutayonim, Mundaka Upanishad   I.2.6)»; el Canto «sin fin (anantam)» es como un collar «cuyas puntas se tocan (samantam)», como una serpiente constriñendo sus anillos (bhogân samâhrtya, que quiere decir también «juntando sus delectaciones»), y como el Año, que es «sin fin» debido a que sus puntas, Invierno y Primavera, están unidas (samdhatah, Jaiminîya Upanishad Brâhmana I.35.7 sig.). El Buddha es «sin pies (apadam, Dhammapada 179)», lo mismo que Mâra (Anguttara Nikâya IV.434, Majjhima Nikâya I.180). 631 METAFÍSICA: Apéndice 2: Shesa, Ananta, Anantaram

«Lo que es el comienzo, eso es el fin» (Keith), o más bien «El que sale es también el que vuelve (yo hy eva prabhavah sa evâpyayah, Aitareya Âranyaka III.2.6; cf. Katha Upanishad   VI.11, Mundaka Upanishad 6, y Bhagavad Gîtâ XVIII.16)». «Su antes y después son lo mismo» (yad asya purvam aparam tad asya, Aitareya Brâhmana III.43); en otras palabras, «Él es fluente y re-fluente» (Eckhart  ), su partida cuando nosotros acabamos es «el vuelo del solo al solo» (Plotino  ). Y por lo tanto «Eso» es lo que queda (atra parisishyate) cuando el morador del cuerpo (dehínah, no mi «alma» sino mi Sí mismo) se des-ata y se libera del cuerpo (Katha Upanishad V.4); lo que queda entonces (atisishyate) es el Sí mismo inmortal (âtman, Chândogya Upanishad VIII.1.4-5). Como es en la pira, y como este Sí mismo que el Comprehensor renace de la pira, el «residuo transcendente» (atisesha) es el análogo allí del «residuo» (sesha) que el Comprehensor deja tras él aquí, para que herede el carácter del cual, como brahmavit y brahmabhuta, él se ha liberado ahora, desde la manifestación mortal a la esencia inmortal, sin distinción entre apara y para brahma. Por lo tanto, la Serpiente (nâga) es la interpretación (nirvacanam) del «religioso cuyas salidas han cesado» (khînâsava bhikkhu, M I.142-45): de la misma manera que Brahma es akshara. «El último paso que hay que dar es sin pies»; «en mí no hay yo ni nosotros, yo soy nada, sin cabeza ni pies» (Rumî, Dîvân, pp. 137, 295). Así «se nos lleva ante el hecho pasmoso (menos pasmoso, quizás, en vista de lo que se ha dicho arriba) de que Zeus, padre de los dioses y de los hombres, es figurado por sus adoradores como una serpiente», y con el hecho correlativo de que «en toda Grecia al héroe muerto se le rendía culto en la forma de serpiente y se le trataba con títulos eufemísticos afines a los de Meilichios» (Jane Harrison, Prolegomena to the Study of the Greek Religion, Cambridge, 1922, pp. 18, 20, 325 sig.). Dios es la Serpiente inmortal, o más bien siempre renaciente, con quien todo Héroe Solar debe batirse y a quien a su vez se asimila el Héroe cuando saborea la carne y sangre del gran antagonista. Aprovechamos esta oportunidad para llamar la atención sobre la Historia del Rey Karade en el «Parzival Alsaciano», una leyenda que recuerda en más de un detalle las versiones indias de la enemistades de Indra y Vrtra. En la historia de Karade, el mago Elyafres, que lleva a cabo la hazaña del Caballero Verde dejándose decapitar y reapareciendo después indemne, es el amante de la Reina y el padre natural del supuesto hijo del Rey, Karados. Elyafres ha sido decapitado por Karados y cuando reaparece al cabo de un año para devolver golpe por golpe, en lugar de un golpe físico revela a Karados su verdadera paternidad. Karados, sin embargo, toma el bando de su padre legal. La Reina persuade entonces a Elyafres para que cree una serpiente que sea la destructora de Karados, de la misma manera que Vrtra es creado para que sea el enemigo mortal de Indra, con el mismo resultado en ambos casos, puesto que, aunque la intención es que sea el vencedor, ya sea directa o indirectamente, deviene el sufridor. La serpiente se enrolla alrededor del brazo de Karados y no puede ser abatida. Karados es salvado sólo por su prometida, Guingenier, y su hermano; Guingenier expone su pecho a la mirada de la serpiente y cuando ésta se extiende hacia ella, su hermano la corta en pedazos. No intentaremos analizar aquí todo este interesantísimo mito, solo señalar que el mago Elyafres corresponde a Tvashtr, el Mâyin; Karados a Indra, que es hijo y enemigo de Tvashtr como Karados lo es de Elyafres; la serpiente a Ahi-Vrtra; y que el motivo de los anillos (al enrollarse la serpiente) corresponde al evento relatado en Taittirîya Samhitâ V.4.5.4, donde Vrtra «envuelve a Indra con dieciséis anillos» (sodasabhir bhogair asinât). De estos anillos Indra sólo puede ser liberado por Agni, que los quema. En la mitología India, Agni es hermano de Indra; en la historia de Karade no es, ciertamente, el hermano del héroe sino su hermano político el que destruye a la serpiente. 633 METAFÍSICA: Apéndice 2: Shesa, Ananta, Anantaram

En Atharva Veda Samhitâ VI.139.6, encontramos un encantamiento de amor, «como la mangosta habiendo despedazado a una serpiente, la junta de nuevo, así tú, hierba de virilidad, junta de nuevo lo que por amor fue despedazado (yathâ nakulo vichidya samdadhâti ahim punah, eva...). La mangosta es, ciertamente, un matador de serpientes, un ahihan, pero no ha sido registrado por los naturalistas que pueda juntarlas de nuevo. Quizás deberíamos haber dicho «como la Mangosta, habiendo despedazado a Ahi (-Vrtra), le junta de nuevo». A fin de resolver este enigma, haremos una disgresión antes de volver a él. 643 METAFÍSICA: Apéndice 3: Nakula: Ophiomaches

En Levítico 11.22, la palabra hargal, una de las cuatro criaturas supuestamente insectos y que se permiten usar como alimento, se traduce en la Versión Revisada por «escarabajo» y en la versión de los Setenta por ophiomaches, literalmente «combate-serpientes». Filón   (De opificio mundi I.39) dice que «este es un animal (erpeton) que tiene piernas sobre sus pies, con las que salta desde el suelo y se eleva por el aire como un saltamontes». Esta es una descripción justa del comportamiento de una mangosta o ichneumon en la presencia de una culebra, y se justifica también por la derivación de hargal de la r. harag, saltar repentinamente; eso es lo que hace una mangosta cuando es atacada por una serpiente, evitando así el golpe; en cualquier caso los hebreos no comían escarabajos, pero podían comer cuadrúpedos «los cuales tienen piernas sobre sus pies, para saltar con ellas sobre la tierra» (Levítico 11.21), es decir, tienen piernas lo suficientemente largas como para hacerlo así, y no hay nada en el texto de los versículos 21, 22 que muestre que las cuatro criaturas mencionadas en el versículo 22 deban haber sido insectos. Sin embargo, no diremos nada más sobre hargal, pues es suficiente para nuestro propósito que sea traducido en la de los Setenta, la cual sigue Filón, por ophiomaches, y en la Vulgata   por ophiomachus. 645 METAFÍSICA: Apéndice 3: Nakula: Ophiomaches

Según a Hesychius, ophiomaches (ofiomacos) es ichneumon (ichneumon), y también un tipo de langosta sin alas. Esta ambigüedad puede explicarse por el hecho de que hay una «mosca-ichneumon», una especie de avispa, llamada así sin duda a causa de que pone sus huevos en orugas y así las mata, y de ahí que pueda llamarse un «matador de serpientes» si tenemos presente que las serpientes son tradicionalmente «gusanos». Pero tales avispas ni son comestibles ni sin alas, y no puede haber duda de que nuestro ophiomaches (ofiomacos) es un ichneumon, es decir, la mangosta egipcia, el Herpes ichneumon, un animal que «rastrea» (como implica la palabra ichneumon) cocodrilos y come sus huevos, y que también mata y come serpientes (como implica la palabra ofiomacos). Plutarco  , Moralia 380F, dice acertadamente que los egipcios «veneraban» (etimosan) al ichneumon. Pues como nos cuenta Adolf Erman, en un informe de los animales divinos de Egipto, «entre estos está la rata ichneumon en la cual se cambió Atum (el dios Sol) cuando combatió contra Apophis» (Die Religion der Aegypter, Berlín y Leipzig, 1934, p. 46), es decir, Apophis-Seth, el dios Serpiente o Dragón egipcio, el enemigo constante del Sol, en una palabra el «Vrtra Egipcio». Así Daressy, analizando una inscripción sobre la estatua del Faraón «Zedher el Salvador» (siglo IV a. C.), lee, «Iusâât, el ojo de Râ, devino un animal de 46 codos para combatir a Âpap en su furia...», y el texto prosigue diciendo que puede ser invocado en los casos de envenenamiento por serpiente (Annales du Service des Antiquités de l’Egipte, XVIII, 116, 117). Sethe toma de nuevo el tema en «Atum als Ichneumon» en Aegyptische Sprache und Altertumskunde, LXIII (1928), 50: «Re’ se cambió en un ’d animal de 46 anas, para matar a la serpiente Apophis entrada en furia». Además cita e ilustra una representación escultórica de la mangosta egipcia, llevando la inscripción «Atum, el Dios Guardián de Heliópolis», y concluye que el ichneumon y el dios Sol «comparten un nombre (’nd) común debido a que ambos son vencedores en la peligrosa batalla con la serpiente». Un informe más detallado de «Das Ichneumon in der ägyptischen Religion und Kunst» lo da Günther Roeder en Egyptian Religion, IV (1936): en varias estatuillas del tipo erecto, el Sol y Uraeus están representados sobre la cabeza del ichneumon. 647 METAFÍSICA: Apéndice 3: Nakula: Ophiomaches

Hemos visto ya que los textos indios interpretan la matanza de Ahi-Vrtra metafísicamente y que identifican a Vrtra con el «sí mismo elemental», emocional, pasible y estético que tiene su sede en los «intestinos». No puedo citar textos egipcios a este mismo efecto, pero no cabe ninguna duda de que para los egipcios el conflicto del Sol con Apophis-Seth era un conflicto de la luz contra la obscuridad, del bien contra el mal. Para los hebreos, la Serpiente que persuadió a la madre de todos los hombres a comer del fruto del árbol es, ciertamente, el tipo del mal y el enemigo sobre todos los demás; en tanto que «la palabra (nefesh = anima), traducida muy a menudo por "alma", significa... para todos los hebreos, la naturaleza física   más baja, los apetitos, la psique de San Pablo  . También se usaba para expresar "sí mismo", pero siempre con ese significado inferior detrás de ella» (D. B. Macdonald, The Hebrew Philosophical Genius, Princenton, 1934, p. 139, cf. p. 99). La serpiente es explícitamente esta «alma» para Filón y Plutarco. Filón dice que «el combate-serpientes (ophiomaches, o ofiomacos) no es, pienso yo, nada sino una representación simbólica del control de sí mismo (egkrateia, egkrateia), en lucha inacabable y en guerra sin tregua contra la incontinencia y el placer... Pues si el placer serpentino es una cosa dañina y que no nutre, la cordura, la naturaleza que está en guerra con el placer, debe ser un poder muy nutricio y salvador... Por lo tanto levanta el espíritu (gnomo, gnome), el combate-serpientes, contra él, y contiende hasta el fin en esta nobilísima contienda» (Legum allegoriae, I.39, 85, 86); Y Plutarco dice que «Typhon (Seth) es esa parte del alma que es pasible y titánica (pathetikon kai titanikon), irracional (alogon) e impulsiva, y, de la parte corporal, lo que es perecedero, mórbido y desordenado, como se muestra en las estaciones y temperaturas anormales, y por los eclipses del sol y las desapariciones de la luna, que son, por así decir, erupciones y actos sin ley por parte del Typhon... cuyo nombre significa "restricción" u "obstrucción"» (Moralia 371BC). En el cristianismo, la «Serpiente» es siempre el «Tentador». 651 METAFÍSICA: Apéndice 3: Nakula: Ophiomaches

Los indios pueden haber considerado que la mangosta no solo despedaza a la serpiente sino que también la junta de nuevo, algo así como la comadreja del folklore la cual se supone que revive a su pareja muerta por medio de una hierba dadora de vida. Puede ser, y probablemente es, con una «hierba de virilidad» como la mangosta de Atharva Veda Samhitâ 139.6 junta de nuevo a la «serpiente» y así la «cura» (bheshajati) como ellos «curan» al Año dividido en Shatapatha Brâhmana I.6.3.35, 36; y nosotros podemos decir incluso que el Ahi identificado con el «alma» (la Aditi-Vâc «doblemente lenguada» de Shatapatha Brâhmana III.2.4.16) es la «pareja» del Nakula identificado con el Eros divino que, ciertamente, «junta de nuevo lo que por amor está dividido». Pero teniendo presente que sobrenatural no significa innatural y que sobreesencial no significa no esencial, decimos que no es como historia natural, sino como mito, como han de comprenderse los actos de la mangosta. El nakula-ofiomacos es un tipo o ejemplo del sacrificador divino o humano; la serpiente «un símbolo de la cura mágica». 653 METAFÍSICA: Apéndice 3: Nakula: Ophiomaches

Además, esto es una purificación, pues antes de su procesión, la Aurora era una «serpiente sin pies», ofidiana en vez de angélica, pues la Noche está relacionada con su hermana la Aurora como Lilit con Eva. Es precisamente a esta naturaleza ofidiana a lo que Ella muere cuando procede, y su Asunción (de Ella) sigue entonces a su Ascensión (de Él). Pasada a través del cubo de la Rueda solar, se le da, como a Apâlâ (la «Desguarnecida» en el sentido de «no-desposada»), una piel de sol en lugar de su vieja piel de serpiente (VIII.91), y se le hace «apta para ser acariciada» (samslishtikâ; Shâtyâyana Brâhmana, citado por Sâyana). Allí el Cielo y la Tierra están abrazados (samslishyatah, Jaiminîya Upanishad Brâhmana I.5) - lo cual no es un «mito» en el sentido de la malinterpretación antropológica actual de la palabra, sino una unión (mithuna) que ha de ser realizada «dentro del vacío del corazón (hrdayâkâsa)» por el verdadero Cognóstico (samvit) y que es la «beatitud suprema (paramo hy esha ânandah, Shatapatha Brâhmana X.5.2.11), el piacere eterno de Dante   (Paradiso XVIII.16). 1121 METAFÍSICA: DOS PASAJES EN EL «PARADISO» DE DANTE?

Y todo esto es significativo desde el punto de vista de la interpretación de nuestro texto de Dante, pues se ha sugerido que la bella figlia del Sol es la Humanidad, ya que el Sol es el «padre de toda la vida mortal» (Paradiso XXII.116) y ya que el hombre es «engendrado por el hombre y por el Sol» (cf. De monarchia I.9 y 6-7). No hay ninguna antinomia aquí, pues como lo hemos visto, la Aurora y la Madre Tierra, en el mismo sentido que Adán y Eva, es decir, seminalmente, son todos los hombres, la totalidad del Hombre, y la totalidad del Hombre es la Iglesia, la Esposa de Cristo. Para estar unida con Él, la Humanidad, la Iglesia, debe transformarse - en el lenguaje védico, debe despojarse de su piel de serpiente y sacudirse el mal. Esto mismo se describe, no solo en la historia de Apâlâ, sino también en la historia del matrimonio de Suryâ (Rig Veda Samhitâ X.85.28-33), donde la Esposa se desviste de su forma escamosa krtyâ («potencial»), mala e ingloriosa, y en una semejanza felicísima (sumangalî) («la más bella de todas las formas bellas», como describe el Sâtyâyana Brâhmana a la una vez reptiliana Apâlâ) «asume a su Señor como hace una Esposa» (â jâyâ visate patim, Rig Veda Samhitâ X.85.29). Y esto lo dice casi de la misma manera San Buenaventura   del Matrimonio de Cristo con su Iglesia: «Cristo presentará a su esposa, a quien Él amó en su bajeza y toda su suciedad, gloriosa con su propia gloria (de él), sin mácula o arruga» (Dominica prima post octavum epiphaniae II.2). 1123 METAFÍSICA: DOS PASAJES EN EL «PARADISO» DE DANTE?

âsivisa. Según el Diccionario, «de derivación incierta». En todo caso, la aparición de la palabra es una supervivencia interesante, como lo es la de «ahi»; ambas palabras aparecen juntas en el Mahâvagga, Vinaya-Pítaka I.24-25, donde el ahi-nâga vencido por el Buddha en el templo del fuego de Jatila se describe como nâgarâjâ iddhímâ âsiviso ghoraviso... makkham asahamâno. La palabra aparece en Aitareya Brâhmana VI.1, donde el sarpashi y mantrakrt Arbuda es un âsivishah, un «basilisco»; y en el Avesta como azhi-visha en Azhi-vishapa. En Samyutta Nikâya IV.172, los asivisâ son las cuatro grandes familias de serpientes, y representan los Cuatro Grandes Elementos. Visha es ciertamente «veneno»; âsi es probablemente el sánscrito âsi o âsis (quizás de la raíz âsi, «afilar»), en el sentido de «colmillo». Âsivisa significaría entonces «de colmillo venenoso», ya sea como adjetivo calificativo a ahi, o como nombre = serpiente. 1279 METAFÍSICA: ALGUNAS PALABRAS PÂLI

Las ordenaciones originales habían conferido el pabbajjâ (el estatus de «Peregrino») y el upasampadâ (la «obtención plena», y casi literalmente el estado de ser un «Adepto») simultáneamente. Después de la delegación del poder encontramos que ambos se confieren todavía juntos, pero por un «quórum» de los monjes mendicantes, a aquellos que habiendo sido tonsurados y vestido el hábito, repetían tres veces la fórmula de la «Toma de Refugio». Encontramos, entonces, que el upasampadâ solo puede ser conferido por la recomendación de un maestro, a un monje más joven que ha venido a él como un pupilo. Al maestro se le llama upajjhâya, literalmente «el que se acerca a»; al pupilo se le llama un saddhivihârika, literalmente «residente asociado», es decir, que vive con el maestro en intimidad cotidiana. La relación es formalmente paternal; el pupilo rinde al maestro servicio personal. Antes de que un maestro pueda recibir a un monje como pupilo, él mismo debe haber sido plenamente ordenado, debe haber sido un «Adepto», al menos durante diez años. Bajo estas condiciones puede, cuando lo ve conveniente, proponer al pupilo, como un candidato para el upasampadâ, a la asamblea monástica; y el pupilo, por su parte, debe solicitar formalmente a la asamblea «extraed-me» (ullumpatu mam), una fórmula sugerente de la fórmula Brâhmana «como una serpiente (ahi) podría liberarse de (nirmucyeta) su piel vieja, o como uno podría sacar (vivrhet) una flecha de su caña (muñjât), así es él liberado (nirmucyate) de todo mal» (Jaiminîya Brâhmana II.134, etc.). Un monje plenamente ordenado o iniciado así puede, después de diez años, recibir él mismo pupilos. La sucesión de tales maestros Vinaya, desde Upâli a Mahinda, se da en el Dîpavamsa. Todo esto tiene la apariencia del sistema de transmisión regular de padre espiritual a hijo espiritual (guru-paramparâ), de generación en generación, pero con una adaptación específica al carácter más comunal de la orden de «Peregrinos» (pabbajita) budista, que, desde los tiempos más remotos, se concebían como una «congregación» (samgha), en lugar de como solitarios. 1361 METAFÍSICA: ALGUNAS PALABRAS PÂLI

Al mismo tiempo hemos querido señalar el paralelo en la mitología griega, donde no solo Zeus (= Dyaus Pitr = Varuna = apara Brahman = Buddha parinibbuto) puede ser representado como una serpiente, sino que el Héroe entumbado es también una serpiente: Jane Harrison, Prolegomena to the Study of Greek Religion (3a ed., Cambridge, 1922), fig. 96 (la serpiente está, ciertamente, dentro de la tumba) es la pintura misma de un thupa indio, tal como se erige para el Buddha (passim), o para todo parinibbuto bhikkhu (Udâna 8). Sin llevar el tema más adelante, solo precisaremos que si la serpiente es el símbolo, a la vez de una naturaleza imperfecta que se ha de abandonar y de una naturaleza perfecta que se ha de realizar, esto corresponde al doble valor del «no ser» (1) como un mal natural del que se ha de escapar y (2) como un bien sobrenatural que se ha de alcanzar, y a la polaridad que es propia a todos los símbolos «negativos», y que implica, por una parte, una privación, y por otra, una liberación de toda afirmación limitativa. 1389 METAFÍSICA: ALGUNAS PALABRAS PÂLI

¿Podemos suponer pues que la mangosta india (nakula) había sido también un símbolo y tipo del Indra solar como Ahihan (matador de Ahi o la Serpiente)? No tenemos ninguna evidencia directa de esto, más allá de las implicaciones de Atharva Veda Samhitâ VI.139.5 ya citado. Pero hay suficiente evidencia indirecta en el hecho de que la mangosta hembra (nakulî), igualada con la lengua, era ciertamente un tipo del principio femenino en el cosmos, a saber, Vâc (Sarasvatî, la Tierra, etc.). En Rig Veda Samhitâ I.126.6, Svanaya (a quien Indra ha ayudado, probablemente el Sol) dice que «La que esta ceñida y rapada, al igual que la mangosta hembra (kasikâ, Sâyana nakulî) se oculta (jangahe), esa húmeda me da los cien gozos del bramido; ella, que en su réplica se llama a sí misma Romasâ (cabelluda) y que dice que está esquilada como una cordera de Gandharan, es, según Sâyana, la «hija de Brhaspati». De hecho, ella debe ser la «lengua» (juhu, es decir, Vâc), la esposa de Brhaspati en Rig Veda Samhitâ X.109.5 y la mangosta hembra de Aitareya Âranyaka III.2.5, «la señora de todo habla, cerrada por los dos labios, encerrada por los dientes» (oshtâ apinaddhâ nakulî dantaih parivrtâ sarvasyai vâca îsânâ), pues apinaddhâ y parivrtâ corresponden a âgadhitâ y parigadhitâ en Aitareya Âranyaka I.126.6 y explican jangahe (intensiva media de la r. gah «ocultarse»). El punto de todo esto es que siendo nakulî Vâc, etc., su homólogo masculino debe haber sido considerado como nakula, la mangosta macho, y así puede haberse registrado en algún texto perdido (como en el caso de otros pares con nombres correspondientes, tales como Surya y Suryâ, Vasa y Vasî, Rukma y Rukmâ, Mahisha y Mahishî, etc.). La «mangosta» (macho) habría sido así un tipo (rupa) de Indrâbrhaspatî, o bien de Brhaspati, o de Indra como «matador de la serpiente». Brhaspati e Indra son preeminentemente sacrificadores. ¿Y qué es lo esencial en el Sacrificio? En primer lugar dividir, y en segundo lugar reunir. Siendo Él Uno, deviene o es convertido en Muchos, y siendo Muchos deviene nuevamente o es juntado nuevamente como Uno. La fracción del pan es una división del cuerpo de Cristo hecha a fin de que nosotros podamos ser «edificados todos juntos en él». Dios es Uno como Él es en Sí mismo, pero Muchos como Él es en Sus hijos (Shatapatha Brâhmana X.5.2.16). «Las junturas de Prajâpati están disjuntadas» por la emanación de sus hijos, y «él, cuyas junturas fueron disjuntadas, no podía juntarlas de nuevo» (sa visrastaih parvabhih na sasâka samhâtum, Shatapatha Brâhmana I.6.3.36 = prajâh... tâbhyah punah sambhavitum nâsaknotí, Taittirîya Samhitâ V.5.2.1); el propósito final del Sacrificio es juntarle de nuevo y es esto lo que se hace en el Sacrificio por sí mismo (sa chandobhir âtmânam samadadhât , Aitareya Âranyaka III.2.6, etc.) o por los dioses o por todo sacrificador, que se reintegran a sí mismos con Él a uno y el mismo tiempo (Shatapatha Brâhmana, passim). Prajâpati es, por supuesto, el Año (samvatsara, passim); como tal, su partición es la distinción de los tiempos desde el principio del Tiempo; sus «juntas» (parvâni) son las junturas del día y la noche, de las dos mitades del mes, y de las estaciones (por ejemplo, Invierno y Primavera, ver Apéndice 2 para las «puntas unidas del Año sin fin»), Shatapatha Brâhmana I.6.3.35, 36. De la misma manera Ahi-Vrtra, a quien Indra corta por las «juntas» (parvâni, Rig Veda Samhitâ IV.19.3, VIII.6.13, VIII.7.23, etc.) era originalmente «sin juntas» o «inarticulado» (aparvah, Rig Veda Samhitâ IV.19.3), es decir, «sin fin» (anantah). De la misma manera, Indra divide a Magha-Vala (Rig Veda Samhitâ III.34.10, Taittirîya Brâhmana II.6.13.1), es decir, a Makha (el Sacrificio, Pañcavimsa Brâhmana VII.5.6, y saumya, cf. Rig Veda Samhitâ IX.20.7 makho na... soma) «a quien mientras él era Uno los Muchos no podían vencer» (Taittirîya Aranyaka V.1.3). 649 METAFÍSICA: Apéndice 3: Nakula: Ophiomaches

samala. Esta palabra se cita debido a la luz que arroja sobre los sánscritos sâmulya, sâmula. El Diccionario omite anotar el inmediato equivalente sánscrito, samala, pero da el significado, «impuro, contaminado, Vinaya-Pítaka I.5». Tenemos también sandhi-samala-samkatîra, con el sentido general de «montón de basura» en Samyutta Nikâya II.270, Majjhima Nikâya I.334 y Dîgha Nikâya II.160; y dhammo asuddho samalehi cintito, «una doctrina impura concebida por mentes sucias» en Vinaya-Pítaka I.5, Samyutta Nikâya I.137. Parece imposible poner en duda que en Rig Veda Samhitâ X.85.29 sâmulyam no es (como se traduce comúnmente) «lanudo», sino «sucio», puesto que la referencia es, de hecho, a la «piel de serpiente» que Krtyâ debe despojarse cuando «ha obtenido pies» (padvatî bhutvî), todo ello de acuerdo con la fórmula bien conocida de la procesión desde la potencialidad ofidiana a la actualidad humana; o que en Jaiminîya Upanishad Brâhmana I.38.4, sâmula-parnabhyâm no es, como lo traduce Oertel, «con una camisa (?) de lana y una hoja», sino «(vestida) de hojas sucias». 1519 METAFÍSICA: ALGUNAS PALABRAS PÂLI