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Obras: rueda

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

No necesita demostrarse aquí que los Samhitâs no tienen conocimiento de una «reencarnación» (de un renacimiento individual sobre la tierra) puesto que se acepta generalmente que ni siquiera los Brâhmanas tienen conocimiento de una doctrina tal (cf. la edición de Keith de Aitareya Âranyaka, Introducción, p. 44) - excepto, por supuesto, en el sentido progenitivo normal de renacimiento en los propios hijos de uno (Rig Veda   Samhitâ V.4.10, VI.70.3; Aitareya Brâhmana VII.13; Aitareya Âranyaka II.5). Nuestra intención es más bien señalar que el Veda habla únicamente de la transmigración y de un único y solo transmigrante, y que distingue entre la «liberación» y «regresar de nuevo» (vimucam nâvrtam punah, Rig Veda Samhitâ V.46.1). Nuestro argumento es que las expresiones punarmrtyu y punarjanma, que aparecen ya en Rig Veda y en los Brâhmanas, no adquieren en las escrituras posteriores los significados nuevos de «morir de nuevo» (en otra parte) y «nacer de nuevo» (aquí) que generalmente se leen en ellas. En la mayoría de los casos las referencias a la «muerte repetida» y al «nacimiento repetido» son a esta vida o «devenir» presente, como en Aitareya Brâhmana VIII.25 sarvam âyur eti, na punar mriyate, y en Shatapatha Brâhmana V.4.1.1, sarvân... mrtyum atimucyate, donde lo que está implícito es la inmortalidad relativa de no morir prematuramente, y no de no morir nunca. En el «devenir» (bhava, genesis) nosotros morimos y renacemos cada día y cada noche, y en este sentido «el día y la noche son muertes recurrentes» (punarmrtyu... yad ahorâtre, Jaiminîya Brâhmana I.11). Punarmrtyu no es alguna otra muerte que ha de ser temida como fin de una existencia futura sino, junto con punarbhava o janma, la condición de toda forma o tipo de existencia contingente; y es de este proceso, de esta rueda del devenir (bhavacakra, o trochos tes genéseos en Santiago 3:6), aquí o en el más allá, y no solo de alguna muerte, de lo que se busca la liberación. 369 METAFÍSICA: Sobre El Único Y Solo Transmigrante

Hemos visto que la conquista de Ahi-Vrtra, la matanza y manducación del Dragón, no es nada sino la dominación del sí mismo por el Sí mismo; y que la Ofrenda a quemar es el símbolo y debe ser el hecho de esta conquista. «El que hace la Ofrenda a quemar (agnihotram) rompe la red de la codicia, deshace el engaño y disipa la cólera» (Maitri Upanishad   VI.38); y así, «transcendiendo los poderes elementales y sus objetos... aquel cuya cuerda de arco es su vida solitaria y cuya flecha es la falta de auto-orgullo por la existencia de sí mismo, abate al guardián de la primera de las puertas del palacio de Brahma, cuya corona es engaño... y que mata a todos estos seres con la flecha de la ilusión», y puede entrar al palacio de Brahma, desde donde puede ver girar la rueda como el auriga puede ver girar las ruedas de su vehículo; «pero el que se agita e inflama por la obscuridad y la pasión, un morador del cuerpo atado a hijo o esposa o linaje, ¡no, nunca en absoluto!» (Kaushitakî Upanishad I.4 y Maitri Upanishad   VI.28). Este «guardián» es ciertamente el Dragón sobre la senda del Héroe y el Guardián del Árbol de la Vida; en otras palabras, la Muerte que todo Héroe Solar debe vencer. Esperamos mostrar en otra parte que la derrota de Ahi-Vrtra por Indra y la conquista de Mâra por el Bodhisatta son relatos de uno y el mismo mito universal. Aquí solo nos hemos propuesto resaltar que el Dragón, o el Gigante - cualquiera que sea su nombre, ya le llamemos Ahi, Vrtra, Soma, Prajâpati o Purusha, u Osiris o Dionysos o Ymir - es siempre, él mismo, el Sacrificio, la víctima sacrificial; y que el Sacrificador, ya sea divino o humano, es siempre, él mismo, esta víctima, o de otro modo no ha hecho ningún sacrificio real. 585 METAFÍSICA: Âtmayajña: El Sacrificio de sí Mismo

La doctrina en estos respectos no puede demostrarse mejor que por medio de un diagrama consistente en dos círculos concéntricos, con su centro común y dos o más radios, o por el correspondiente símbolo védico de una rueda (cakra) con su llanta, cubo y radios. Tal diagrama o símbolo representa el universo en sección transversal, los círculos representan dos niveles de referencia o «mundos» (loka), o más específicamente, los niveles de referencia individual e intelectual, o humano y angélico (adhyâtma y adhidaivata). La totalidad del mundo, o universo (visvam), representado así, corresponde al conjunto de todas las posibilidades de manifestación, ya sean informales, formales o sensibles; un mundo (loka = locus) es un conjunto de posibilidades dado, una modalidad dada. El océano infinito de toda la posibilidad, ya sea de manifestación o de no-manifestación, está representado por la superficie vacía del papel, la cual, al mismo tiempo, interpenetra y transciende la indefinida extensión del universo finito representado por el diagrama; esta superficie ilimitada es inafectada por la extensión o abstracción del diagrama, que no tiene ninguna posición. Cada radio, o rayo, representa la totalidad del ser de una consciencia individual, y su intersección con una circunferencia cualquiera, la operación de esta consciencia en ese nivel de referencia; cada punto de intersección forma así el centro de un «mundo» menor, que debe considerarse como un círculo más pequeño trazado en torno a su propio centro, sobre la superficie interior de la esfera de la que el diagrama es una sección transversal, en un plano, es decir, en el ángulo recto al radio o rayo que conecta el único centro con el punto en cuestión. 835 METAFÍSICA: EL EJEMPLARISMO VÉDICO

En un diagrama tal, es evidente que por cada punto en la circunferencia exterior hay un punto correspondiente y análogo en la circunferencia interior, con sólo esta diferencia, que en la circunferencia del círculo interior los «puntos» están más estrechamente apretados. Si la circunferencia del círculo interior se redujera, la misma condición seguiría siendo válida. En una reducción tal, no puede haber ningún momento en el que los «puntos» de los que se compone la circunferencia (o la superficie esférica representada por ella) puedan considerarse aniquilados; nosotros sólo podemos continuar considerándolos como cada vez más densamente apretados, y coincidiendo finalmente en una unidad sin composición. En otras palabras, todos los radios, todos los principios individuales, en su extensión total, están representados en su centro común in principio, en un principio innumerable (tattva), que es al mismo tiempo una substancia enteramente simple (dharma) y poseída de una naturaleza múltiple (svabhâva); un punto único y sin embargo, para cada radio, su punto de partida propio y privado. En este sentido, «Las nociones de todas las cosas creadas (kâvyâ = kavikarmâni) están inherentes en Él, que es como si fuera el cubo dentro de la rueda (cakre nâbhír iva sritâ)» Rig Veda Samhitâ VIII.41.6 ; «En Él están todos los seres y también el ojo que presencia; en Él coinciden (samâhitam, "están en samâdhi ") el intelecto (manas), la espiración (prânah) y el noumeno (nâma); en Él, cuando sale, todos sus hijos saborean (nandanti) (el cumplimiento de sus fines o propósitos, por los que está determinada su voluntad de vivir); expresado por Él, y nacido de Él, es en Él donde todo este universo está establecido», Atharva Veda Samhitâ XIX.53.6-9; y, de la misma manera, en tanto que la Persona, o el Hombre, Él es llamado el «lugar de todos los fenómenos» (rupâny eva yasyâyatanam... purusham, Brhadâranyaka Upanishad III.9.16). 839 METAFÍSICA: EL EJEMPLARISMO VÉDICO

Esta equivalencia de vida, luz y sonido debe tenerse en cuenta cuando consideramos la relación causal entre el nâma védico, «nombre» o «noumeno», y rupa, «fenómeno» o «figura», que es la que hay entre la causa ejemplar y el exemplatum; pues mientras nâma implica el concepto primario de pensamiento o sonido, rupa implica el concepto primario de visión. No que luz y sonido sean, hablando estrictamente, sinónimos (pues aunque se refieren a una y la misma cosa, lo hacen bajo aspectos diferentes), sino que la pronunciación fiat lux y la manifestación lux erat no implican una sucesión temporal de acontecimientos; la pronunciación (vyâhrti) de los nombres y la aparición de los mundos es simultánea, y, hablando estrictamente, eterna. Encontramos así en Jaiminîya Upanishad Brâhmana III.33 que «El Sol es sonido; por lo tanto ellos dicen del Sol, "Él procede resonando"» (ya âdítyassvara eva sah, tasmâd etam âdítyam âhus, svara etîtí): el zumbido de la rueda del mundo es la música de las esferas. De hecho, apenas es posible distinguir las raíces svar, «brillar» (de donde surya, «sol»), y svr, «sonar» o «resonar» (de donde svara, «nota musical») y también, en algunos contextos, «brillar». Lo mismo se aplica en el caso de la raíz arc, que significa «brillar» o «entonar», y a sus derivaciones, tales como arka, que puede significar «brillo» o «himno». Hay también una estrecha conexión, y fue probablemente una coincidencia original, entre las raíces bhâ, «brillar», y bhan, «hablar». Incluso en español, nosotros hablamos todavía de ideas «luminosas» y de dichos «brillantes». 877 METAFÍSICA: EL EJEMPLARISMO VÉDICO

Por consiguiente, en los párrafos concluyentes del presente ensayo, recogeremos algunos de los textos védicos en los que, explícita o implícitamente, se encuentra la doctrina de que la pronunciación de un nombre es de eficacia creativa. Por ejemplo, «Él, por los nombres de las cuatro (estaciones), ha puesto en movimiento sus noventa corceles, como una rueda redonda» (Rig Veda Samhitâ I.155.6), a saber, la Rueda del Año, en tanto que está hecha de cuatro estaciones de noventa días; es «por esos cuatro inmaculados nombres de titán (asuryâni nâmâdâbhyâní... yebhih), como Él sabe bien, que tú, Indra, has cumplido toda tu magnifica obra» (karmâni cakartha, Rig Veda Samhitâ X.54.4; cf. III.38.4; X.73.8); es según estos nombres ocultos como el hacedor de todas las cosas nombra, es decir, crea, a los Ángeles, que son devânâm nâmadhâh, Rig Veda Samhitâ X.82.3; es recurriendo a Agni como estos Ángeles «obtienen para sí mismos esos nombres por los que son adorados sacrificialmente, y promueven así su propia incorporación bien nacida» (nâmâní... dadhire yajñiyâny, asudayanta tanvah sujâtâh, Rig Veda Samhitâ I.72.3); es en tanto que «conoce los distantes nombres ocultos (apîcyâ veda nâmâní guhyâ) como Varuna propaga la multiplicidad de las nociones de las cosas creadas (kâvyâ puru... pushyati), lo mismo que el Cielo (es decir, el Sol) propaga su aspecto (rupam)», las cuales «nociones de las cosas creadas» (kâvyâ = kavikarmâni, ver n. 4) «son inherentes a él como el cubo dentro de la rueda» (Rig Veda Samhitâ VIII.41.5 y 6). La actividad productiva de los principios co-creativos es similarmente nominativa (nâmadheyam dadhânâh, Rig Veda Samhitâ X.71.1); «Lo que era la virtud bovina (sakmyam goh, cf. sagmyena, III.31.1) del Toro y de la Vaca, eso ellos lo midieron con nombres (â nâmabhíh mamire), haciendo una imagen manifestada en ello» (ni... mamire rupam asmin, Rig Veda Samhitâ III.38.7); «Entonces, ciertamente, ellos recordaron (amanvat) el nombre distante (nâma... apîcyam, admirablemente traducido por Griffith como la "forma esencial") de la Vaca de Tvashtr, dentro de la mansión de la Luna» (Rig Veda Samhitâ I.84.15), «Cuando él (el Sol) ascendía, y todas las cosas le adornaban; a quien se mueve auto-luminoso, investido de gloria; esa es la forma del Toro, la magnífica forma del Titán; es el Omniforme quien toma su sede en sus aeviternidades» (mahat tad vrshro asurasya nâmâ, â visvarupo amrtâni tasthau, Rig Veda Samhitâ III.38.4, donde Visvarupa debe ser Tvashtr, y amrtâni, pl., contrasta con un anantatva implicado en, o como el cual, el Asura yace reclinado, ante principium); «El Hijo (el Sol) en la luz del Cielo determina el tercer nombre oculto del Padre-Madre» (dadhâti putrah pitror apîcyam nâma trtîyam adhi rocane divah, IX.75.2, donde dadhâti... nâma es lo mismo que ser nâmâdhâh en Rig Veda Samhitâ X.82.3, según se cita arriba); y todo esto es al mismo tiempo una recordación creativa en el sentido platónico, como en Rig Veda Samhitâ X.63.8, donde los Visve Devâh son «concienzudos de todo lo que es móvil o inmóvil» (visvasya sthâtur jagatas ca mantavah). Es «con palabras» (vacobhih) como ellos «conciben múltiple a quien es solo Uno» (Rig Veda Samhitâ X.114.5); ciertamente, que Él aparezca depende de la encantación ritual, «Y muchos cantaron, trajeron a la mente el Gran Canto, por cuyo medio hicieron brillar al Sol» (arcanta eke mahi sâma manvata, etc., Rig Veda Samhitâ VIII.29.10); «con un pronunciamiento angélico abrieron la majada del ganado» (vacasâdaivyena, etc., Rig Veda Samhitâ IV.1.15). 881 METAFÍSICA: EL EJEMPLARISMO VÉDICO

Estas contradicciones aparentes se resuelven completamente en Maitri Upanishad VI.34, donde «El Intelecto es para los hombres un medio de esclavitud o liberación (kâranam bandha-mokshayoh)» según pueda ser el caso -«de esclavitud si se apega a los objetos de percepción (vishayasangi), y de liberación si no se dirige hacia estos objetos (nirvíshayam)», es decir, si el pensamiento, la única base de la rueda del mundo (cittam eva hi samsâram), «es llevado a reposar en su propia fuente (cittam svayonâv upasâmyate) por un cese de la fluctuación (vrttikshayât)». «Se dice que el Intelecto es doble, Puro e Impuro» (mano hi dvividham, suddham câsuddham ca) - impuro cuando hay correlación con el deseo (kâmasamparkât), puro por la remoción del deseo; y cuando el intelecto, una vez que han sido substraídas la sentimentalidad y la distracción, ha sido llevado a una quietud completa, cuando uno alcanza la de-mentación, eso es el último paso (layaviksheparahitam manah krtvâ suniscalam, yadâ yâty amanîbhâvam tadâ tat paramam padam), es decir, la Gnosis y la Liberación; todo lo demás es solo un cuento de nudos (etaj jñânam ca mosksham ca, seshânye granthavistarâh). 955 METAFÍSICA: Manas

Refiriéndonos de nuevo a yat cittas tanmayo bhavati, citado arriba: el verso completo dice, «La rueda del mundo es meramente Pensamiento (cittam eva hi samsâram), trabaja entonces para limpiarlo (sodhayet); como es el Pensamiento, tal es el modo del Ser (yat cittas tanmayo bhavati); este es el Misterio Eterno (guhyam... sanâtanam)». Evidentemente aquí se significa mucho más que el «poder del Pensamiento para forjar el carácter del Pensamiento» (Hume  ), pues todo el contexto apunta a un plano de referencia donde «el Pensamiento no piensa» y a la obtención de una meta incaracterizada; no se trata de una salvación por el mérito, sino solo de una liberación por la gnosis. Tampoco podíamos esperar que la expresión «Secreto Eterno» se aplicara a algo tan evidente como el «poder del Pensamiento para forjar el carácter». Además, de este poder para forjar el carácter se trata explícitamente en Brhadâranyaka Upanishad IV.4.5, donde toda la referencia es al plano de la conducta; así, «Como uno actúa, como es el hábito de uno, tal es su ser (yathâkârî yathâcârî tathâ bhavati)... Como uno quiere (kâmo bhavati), así es su intención (kratur bhavati); como es su intención, así hace; y como son sus obras, tal es la meta que alcanza». En nuestro texto, Maitri Upanishad VI.34, la referencia es igualmente al plano de la conducta, o de la vida activa, mientras el Pensamiento no ha sido limpiado: ¿pero cuál es la referencia cuando el Pensamiento ha sido limpiado? Sabemos que esto significa limpiado del concepto de «Yo y Mío», de «Yo como un Hacedor», y de todos los pares de opuestos, el Vicio y la Virtud incluidos; y, como se afirma específicamente en nuestro texto (mano hi... suddham... kâmo vivarjitam), de ese «querer» mismo que en Brhadâranyaka Upanishad IV.4.5 se encuentra que es la última base del «carácter». Yas cittas tanmayo bhavati hace referencia, entonces, a un estado de ser donde el «carácter» ya no tiene ningún significado, y donde la «identidad del Pensamiento y del Ser» solo puede significar que la meta del Pensamiento ha sido alcanzada en una perfecta adaequatio reí et intellectus; pues el Pensador y el Pensamiento in divinis, en samâdhi, son una única esencia perfectamente simple, «caracterizada» solo por la «mismidad» (samatâ; cf. Mundaka Upanishad   III.1.3, param sâmyam) o la «perfecta simplicidad» (ekavrtatva) y la paz (santi). 959 METAFÍSICA: Manas

Kha, cf. el griego chaos, es generalmente «cavidad»; y en el Rig Veda, particularmente, es «el agujero en el cubo de una rueda a cuyo través pasa el eje» (Monier-Williams). A. N. Singh   ha mostrado concluyentemente que en el uso matemático indio, vigente durante los primeros siglos de la era cristiana, kha significa «cero»; Suryadeva, en su comentario sobre Âryabhata, dice que «los khas se refieren a vacíos (khâni sunyâ upa lakshitâni)... de manera que khadvinake significa los dieciocho lugares denotados por ceros». Entre otras palabras que denotan cero están sunya, âkâsa, vyoma, antariksha, nabha, ananta y purna. Inmediatamente nos sorprende el hecho de que las palabras sunya, «vacío», y purna, «plenum», tengan una referencia común; puesto que la implicación es que todos los números están virtual o potencialmente presentes en eso que es sin número; si expresamos esto como una ecuación, 0 = x - x, es evidente que cero es al número lo que la posibilidad es a la actualidad. Además, el empleo del término ananta, con la misma referencia, implica una identificación del cero con la infinitud; en cuyo caso, el comienzo de toda la serie es el mismo que su fin. Podemos observar que esta última idea la encontramos ya en la literatura metafísica más antigua, por ejemplo Rig Veda Samhitâ IV.1.11, donde se describe a Agni como «ocultando sus dos puntas (guhamâno antâ)»; Aitareya Brâhmana III.43, «el Agnishtoma es como una rueda de carro, sin fin (ananta)»; Jaiminîya Upanishad Brâhmana I.35, «el Año es sin fin (ananta), sus dos puntas (antâ) son el Invierno y la Primavera... y así es el canto sin fin (anantam sâman)». Estas citas sugieren que quizás sea posible explicar la selección posterior de los términos técnicos de los matemáticos, haciendo referencia a un uso más antiguo de los mismos términos, o de términos equivalentes, en un contexto puramente metafísico. 989 METAFÍSICA: Kha y Otras Palabras Que Denotan «Zero», en Conexión con la Metafísica India del Espacio

Puesto que nuestra intención es demostrar la conexión natural de los términos matemáticos kha, etc., con los mismos términos según se emplean en contextos puramente metafísicos, será necesario preparar el diagrama de un círculo, o rueda cósmica, (cakra, mandala) y señalar la significación de las relaciones de las partes de tal diagrama según la tradición universal, y más particularmente según la formulación del Rig Veda. Tomemos una hoja de papel blanco de cualesquiera dimensiones, marquemos un punto en cualquier parte de ella, y con este punto como centro tracemos dos círculos concéntricos, pero uno mucho más pequeño que el otro; tracemos cualquier radio desde el centro a la circunferencia exterior. Con excepción del centro, que en tanto que un punto es necesariamente sin dimensión, observemos que cada parte de nuestro diagrama es meramente representativa; es decir, el número de círculos puede aumentarse indefinidamente, e igualmente el número de radios, con lo que, finalmente, cada círculo llenado así deviene un plano continuo, el terreno extendido de un mundo o estado de ser dado; para nuestro propósito nosotros estamos considerando solo dos mundos - hablando mitológicamente, el Cielo y la Tierra, o psicológicamente, los mundos del sujeto y del objeto - como formando juntos el mundo o el cosmos, el tipo de todo mundo particularizado que pueda considerarse como parcial dentro de él. Finalmente, nuestro diagrama puede considerarse como constando de dos círculos concéntricos con sus radios comunes y un único centro común, o como el diagrama de una rueda, con su llanta, cubo, radios, y punto axial. 991 METAFÍSICA: Kha y Otras Palabras Que Denotan «Zero», en Conexión con la Metafísica India del Espacio

Hasta donde yo sé, la literatura india no proporciona una exégesis específicamente geométrica, exactamente correspondiente a la que se da en el párrafo precedente. Lo que sí encontramos en las tradiciones metafísicas y religiosas es un uso correspondiente del símbolo de la Rueda (originalmente el carro solar, o una rueda de él), y es en conexión con ella donde nos encontramos primero con algunos de los más significativos de esos términos que, con posterioridad, son empleados por los matemáticos. En Rig Veda Samhitâ I.155.6 y I.164.2, 11, 13, 14, 48; Atharva Veda Samhitâ X.8.4-7; KB XX.1; Jaiminîya Upanishad Brâhmana I.35; Brhadâranyaka Upanishad I.5.15; Shvetâsvatara Upanishad I.4; Prasna Upanishad VI.5-6, y textos similares, el Año, en tanto que una secuencia sempiterna, se considera como una rueda de vida inagotable, una rueda rotante de los Ángeles, en la que todas las cosas tienen su ser y se manifiestan en sucesión; «ninguno de sus radios es el último en el orden» (Rig Veda Samhitâ V.85.5). Las partes de la rueda se llaman como sigue: âni, el punto axial dentro del cubo (nótese que el eje causa el giro, pero él mismo no gira); kha, nâbhí, el cubo (usualmente el espacio dentro del cubo, ocasionalmente el cubo mismo); ara, radio, que conecta el cubo y la llanta; nemí, pavi, la llanta. Debe observarse que nâbhí, de la r. nabh, expandir, es también «ombligo»; similarmente, en la formulación antropomórfica, el «ombligo» corresponde al «espacio» (Maitri Upanishad VI.6); en el Rig Veda, el cosmos se considera constantemente como «expandido» (de la r. pin) desde este centro ctónico. 995 METAFÍSICA: Kha y Otras Palabras Que Denotan «Zero», en Conexión con la Metafísica India del Espacio

Pueden citarse ahora algunos pasajes que indican la significación metafísica de los términos âni, kha y nâbhí en el Rig Veda. Conviene adelantar que, en conexión con el uso constante del símbolo de la rueda, y la ausencia de una formulación puramente geométrica, encontramos aquí que el término âni se emplea para expresar ideas a las que, posteriormente, se hace referencia con las palabras indu o bindu . El âni védico, puesto que es el punto axial dentro del cubo de la rueda, y sobre el que gira la rueda, corresponde exactamente a «il punta dello stelo al cui la prima rota va dintorno» de Dante   (Paradiso XIII.11-12). La significación metafísica del âni se expone plenamente en Rig Veda Samhitâ I.35.6, ânim na rathyam amrtâ adhi tasthuh, «como sobre el punto axial de la rueda del carro, así son actualmente existentes los inmortales (Ángeles o principios intelectuales)», lo cual proporciona la respuesta al problema bien conocido de, «¿Cuántos Ángeles caben en la punta de una aguja?» Muy a menudo, se trata como su centro el cubo de la rueda en vez de su punto específicamente axial; no hay necesidad de que esto nos confunda si reflexionamos que, de la misma manera que bajo condiciones límites (la reducción indefinida del radio, o cuando el punto central ha sido identificado pero el círculo todavía no está trazado), el centro representa el círculo, así, bajo condiciones similares (metafísicamente, in principio), el punto axial implica el cubo o incluso la totalidad de la rueda - puesto que el punto sin dimensión, y un espacio principial todavía no expandido (o como lo expresaría el Rig Veda, «cerrado») son lo mismo en referencia. El cubo, entonces, kha o nâbhí, de la rueda del mundo se considera como el receptáculo y la fuente de todo orden, ideas formativas y bienes: por ejemplo, II.28.5, rdhyâma te varuna khâm rtasya, «podamos nosotros, oh Varuna, ganar tu cubo de la Ley»; VIII.41.6, donde en Trita Âptya «todos los oráculos (kâvyâ) están establecidos como lo está el cubo dentro de la rueda (cakre nâbhír iva)»; IV.28, donde Indra abre los cubos o rocas cerrados u ocultos (apihitâ... khâni en el verso 1, apihitâni asnâ en el verso 5) y libera así los Siete Ríos de la Vida. En V.32.1, donde Indra abre la Fuente de la Vida (utsam), esto es nuevamente un vaciado de los agujeros (khâni), con lo cual se liberan las corrientes encadenadas. 997 METAFÍSICA: Kha y Otras Palabras Que Denotan «Zero», en Conexión con la Metafísica India del Espacio

Así pues, metafísicamente, en el simbolismo de la Rueda, la superficie - vacía (sunya) en el no-ser (asat) inicial de cada formulación (samkalpa)- representa la posibilidad del ser verdaderamente infinita (aditi) y maternal; el punto axial o cubo, representa al ser ejemplar (visvam ekam, Rig Veda Samhitâ III.54.8 = omnipresencia integral); la construcción efectiva (de la rueda), representa una partición del ser en las existencias, efectuada mentalmente; cada radio representa la integración de un individuo como nâma-rûpa, es decir, como arquetípico interiormente y como fenoménico exteriormente; la llanta representa el principio de la multiplicidad (vishamatva). O, empleando una terminología más teológica: la superficie indeterminada representa a la Divinidad (aditi, parabrahman, tamas, apah); el punto axial o la roca inmutable, representa a Dios (âdítya, aparabrahman, îsvara, jyoti); el círculo del cubo, representa el Cielo (svarga); cada punto sobre la circunferencia del cubo, representa un principio intelectual (nâma, deva); la llanta representa la Tierra con sus fenómenos (visvâ rupâni) análogos (anurupa); la construcción de la rueda representa el acto sacrificial de la creación (karma, srshti), y su abstracción representa el acto de la disolución (laya). Además, el curso (gati) de cada individuo en la senda de un radio, en el comienzo, es centrífugo (pravrtta); y después centrípeto (nivrtta), hasta que se encuentra de nuevo el centro (madhya); y cuando el centro del ser individual coincide con el centro de la rueda, el ser individual está emancipado (mukta), pues la extensión de la rueda ya no le implica más en su moción local, al mismo tiempo que su círculo entero deviene ahora para él una imagen (jagaccitra) que ve en simultaneidad, puesto que como «veedor de la ronda» (paridrashrt), ahora «presencia todo» (visvam... abhicashte, I.164.44). 1001 METAFÍSICA: Kha y Otras Palabras Que Denotan «Zero», en Conexión con la Metafísica India del Espacio

Con la enunciación de los nombres, «el poder más que humano», no solo designa correctamente las cosas existentes, sino que las dota de su ser; y el Omni-hacedor puede hacer esto porque Él es omnisciente de los nombres ocultos o titánicos de las cosas que todavía no son en sí mismas; con los nombres preconocidos de las causas mediatas, Él hace todo lo que debe hacerse, incluyendo la creación de todos los seres separados. Por ejemplo, Rig Veda Samhitâ I.155.6, «Él, con los nombres de las Cuatro (Estaciones) ha puesto en moción la rueda redonda (del Año) que está provista de noventa radios»; X.54.4, «Tus nombres de titán, todos estos, oh Maghavan, tú, ciertamente, conoces, con los cuales has cumplido tus poderosas obras»; VIII.41.5, «Varuna conoce los remotos nombres ocultos, muchas locuciones hacen que él florezca (kâvyâ puru... pushyati), lo mismo que la luz del cielo (dyauh, aquí el Sol, pushan, savitr, como en V.81.2) hace florecer todas las especies (pushyati... rupam)». Se debe a la misma razón el que todas las palabras de poder sean eficaces - por ejemplo, Pañcavimsa Brâhmana VI.9.5 y VI.10.3, «Con la palabra "nace" (jâtam) él "hace nacer" (jîjanat)... Diciendo "vive" él los vivifica para que "vivan"». 1163 METAFÍSICA: Nirukta = Hermeneia

bhu. El siguiente examen no ha de tomarse en modo alguno como un argumento contra la posición general tomada por C. A. F. Rhys Davids en To Become or Not To Become (Londres, 1937); yo estoy de acuerdo con esta posición. El examen es solo con referencia al significado de la forma futura bhavissati en Anguttara Nikâya II.37, donde el Brahman Dona encuentra las huellas marcadas de la rueda del Buddha y, según las mira, se dice a sí mismo, «No puede ser que estas sean las huellas de un ser humano». No se niega que na bhavissati, aunque futuro en la forma, tenga aquí el valor conjetural de «no puede ser», con referencia al hecho presente, y no a un devenir futuro; el punto que hay que destacar aquí es que las huellas no son, ciertamente, las de un hombre. Antes de proseguir puede destacarse que no hay disputa alguna respecto de que la forma futura de bhu pueda tener este valor gnómico en pâli; de entre incontables ejemplos, para no mencionar los dados por Rhys Davids misma, cito solo Jâtaka VI.364, «tu nombre debe ser Amarâ» (tvam amarâ nâma bhavissati), ciertamente con referencia al hecho presente; en Jâtaka VI.365 udakam na laddham bhavissati, «Debe ser que no obtuvisteis agua», es decir, en el tiempo en que se necesitaba para las cosechas. Encontramos el mismo uso en sánscrito ya en Rig Veda Samhitâ I.164.39, kim rcâ karishyati, «¿Qué hará él con el verso?», es decir, ¿de qué utilidad es para él? 1445 METAFÍSICA: ALGUNAS PALABRAS PÂLI

La naturaleza de esta procesión divina en la Persona, la relación del Uno con los Muchos, y la originación de nuestra consciencia y mutabilidad, no se formulan más claramente en ninguna otra parte que en Maitri Upanishad II.6 sig. Aquí la Persona inteligenciante (manomayah purushah, cf. Mundaka Upanishad II.2.7), Prajâpati, el Progenitor (el Soplo, Atharva Veda Samhitâ XI.4.11), despertando como si fuera del sueño, se divide a sí mismo quíntuplemente, para despertar (pratibodhanâya) a sus hijos sin vida. «Él, teniendo todavía fines inalcanzados (akrtârthah), desde dentro del corazón consideró, "Coma yo de los objetos sensoriales (arthân asnâni)". Por consiguiente, pasando a través de estas aberturas (khânimâni bhitvâ) y saliendo, con cinco rayos (rasmibhih) come de los objetos sensoriales (vishayân atti): estos poderes cognitivos (buddhindriyâni = prajñâni, prajña-mâtrâ, tan-mâtrâ, inteligencias) son sus "rayos" o sus "riendas", los órganos de acción (karmendriyâni) son sus corceles, el cuerpo es su carro, la mente (manas = nous) es su Gobernante (niyantr), su naturaleza (prakrti = physis) el látigo; impelido sólo por él como su energizante, este cuerpo gira como la rueda del alfarero; impelido sólo por él este cuerpo se levanta en un estado de consciencia (cetanavat); sólo él es su movedor». Como un espectador (prekshakah, visionador, presenciador), y como él es en sí mismo (svasthah = apathes, autos, en eauto estos, Hermes, Lib II.12A), transmigra (carati) completamente inafectado (alepyah) por los destinos en los que sus vehículos, ya sean eminentes o ineminentes, están implicados; pero mientras se considera a sí mismo como este hombre, Fulano, mientras se identifica a sí mismo con sus experiencias y pasiones, «se enreda a sí mismo consigo mismo, como un pájaro en la red»; y como «sí mismo elemental (bhutâtman)» es vencido por la causalidad, el bien y el mal, y todos los «pares» de contradictorios. La cura para este Sí mismo elemental ha de encontrarse en la disipación de su «ignorancia» (avidyâ) con el reconocimiento de «su propio Sí mismo inmortal y Duque», de quien se dice en otra parte, en el más famoso de los logoi Aupanishada, que «Eso eres Tú». 1581 METAFÍSICA: Sobre la Psicología Tradicional e India, o más bien Neumatología

Como hemos dicho, al Sí mismo, como a su «principal» (sreshthah), o como a «ninguno más glorioso» (nihsreyasah), los Soplos «recurren» o ante Él «se inclinan» (srayanti). En este sentido, ellos son a la vez sus rayos y sus glorias (sriyâh) y, colectivamente, su «gloria» (srî), puesto que Él es la «cabeza» (siras, latín caput) hacia la cual tienden y en la cual reposan (sritâh) como su refugio o su cobijo (sarman, saranam); y puesto que los Soplos son sus tributarios, Brahma está «rodeado de gloria» (sriyâ parivrdham), que es a la vez un muro y una corona. Esta es una descripción a la vez del hogar cósmico y del hogar microcósmico (grha, con sus grhâh y grhapati), y de la casa adomada (grha, dama, domos) misma (este cuerpo terrenal, en el que «los dos sí mismos» moran juntos); cuyas «vigas» (en los dos sentidos de la palabra inglesa «beams»), o cabrestantes, a la vez rodean y soportan, y son soportados, por el capitel de su poste-rey axial (sthuna-râjâ, sâla-vamsa), de la misma manera que en el hogar cósmico, el techo es soportado por el (invisible) Axis Mundi. En el simbolismo, tan estrechamente relacionado, de la Rueda y el Círculo (cakra, kyklos, circus, ciclo), los Soplos, nuestros sí mismos, y todas las cosas están enjarjados en (samarpitâh), y son soportados por (pratishthitâh) el Sí mismo y «Persona que se ha de conocer» central, como lo están los radios en el cubo de una rueda, desde donde irradian hacia su circunferencia. 1595 METAFÍSICA: Sobre la Psicología Tradicional e India, o más bien Neumatología

No nos sorprenderá encontrar que casi todo lo que se dice de los Soplos se predica también de los Maruts. Son «Poderes» (vibhutayah) y «asignaciones» (hitah), a quienes se encomienda la guarda (rakshatâ) del sacrificador (Rig Veda Samhitâ I.166.3, 8, 11), y la «protección del mortal» (pânti martyam, Rig Veda Samhitâ V.52.4); son «fuegos» (agnayah, Rig Veda Samhitâ III.26.4), «rayos» (rasmayahh, Pañcavimsa Brâhmana XIV.12.9; Shatapatha Brâhmana IX.3.1.25), mezclados con «gloria» (sriyâ, Rig Veda Samhitâ VII.56.6, cf. V.55.3); y, como los Soplos mismos, se les compara a los radios de una rueda (Rig Veda Samhitâ V.58.5, X.78.4). Son expresamente «co-nacidos» (sâkam jâtâh, Rig Veda Samhitâ V.55.3 = sâkam-uksh, VII.58.1), hermanos, de los cuales ninguno es más viejo o más joven (V.59.5, 6. V.60.5). Como dioses de la lluvia, se asocian muy estrechamente (Rig Veda Samhitâ), incluso se identifican, con las Aguas (Aitareya Brâhmana VI.30); y, ya sea como vientos o ya sea como aguas, hacen «rugir» a las montañas (nadayanta, Rig Veda Samhitâ I.1665), mientras que, como los Siete Ríos, son «conocedores del Orden» (rtajñah, Rig Veda Samhitâ V.58.8). Como los seres elementales (Maitri Upanishad VI.10.35), se identifican con los tallos del Soma (Rig Veda Samhitâ I.166.3; Sâyana, prânâdi rupena sarîre sthitah; Taittirîya Samhitâ VI.4.4.4, prânâ vai ansavah). Son, como los Rishis y los Soplos, una hueste (gana), o huestes de siete o de sietes (Shatapatha Brâhmana II.5.1.13, V.4.3.17, IX.3.1.1-25; Taittirîya Samhitâ V.4.7.7, etc.), cuyo caudillo (ganânâm ganapati , Rig Veda Samhitâ II.23.1, X.112.9; sagana, III.47.4) es Brahmanaspati (el «Sacerdotium») o Indra (el «Regnum») -Indra, «el impeledor de los Rishis» (Rig Veda Samhitâ VIII.51.3), «es su Rishi (de ellos)» (V.29.1). En otras palabras, son los súbditos, vasallos, guardia y milicia del gobierno dual de Indrâbrhaspatî, y el modelo de los «Comunes» del cuerpo político, ya sea del estado o ya sea del ser humano, cuya salud depende de su lealtad hacia su cabeza, como ello es explícito en Taittirîya Samhitâ V.4.7.7 y VI.1.5.2, 3, donde la unanimidad y lealtad de los pueblos terrenales es una consecuencia de la adhesión de los Maruts al «Regnum» in divinis. 1617 METAFÍSICA: Sobre la Psicología Tradicional e India, o más bien Neumatología

pindika. En Jâtaka VI.376 debe ser la terminación o la extremidad esférica del mango del parasol, puesto que pinda es una protuberancia, una bola. Esto lo apoyan los hechos de que el sánscrito pindaka se cita en un léxico como «cubo de una rueda», y también como una «hinchazón o protuberancia redonda»; y de que en el Aupapâtika Sutra, §16, pindiya corresponde a ushrîsha en su sentido posterior de «protuberancia craneal». Cf. sâkhâ. 1437 METAFÍSICA: ALGUNAS PALABRAS PÂLI

En el primer caso, el símbolo es el de un procedimiento contra la corriente, y, por consiguiente, al Viajero budista se le llama un «Corriente-arribador» (patisoto o uddhamsoto, que tiene anusotagâmî, «arrastrado por la corriente», como opuesto). Sin adentrarnos extensamente en la historia del pensamiento subyacente, podemos observar que en Rig Veda Samhitâ X.28.4, pratîpam sâpam nadyo vahanti («los ríos llevan la espuma contra la corriente»), ya es una paradoja que hay que explicar. Cualquier cosa que esto pueda significar, el texto de Taittirîya Samhitâ VII.5.7.4, «El mundo celestial es contra-corriente (pratikulam) desde aquí» es completamente explícito: y es precisamente en este sentido como en Pañcavimsa Brâhmana XXV.10.12-16 los Sacrificadores, yendo «contra-corriente» o «corriente-arriba» (pratîpam), a lo largo de todo el curso de la Sarasvatî (el Río de la Vida), alcanzan el mundo celestial (es patente por el verso 11 que la Sarasvatî es coincidente con el Axis Mundi): es imposible alcanzar la meta «corriente-abajo». Aquí el simbolismo es el del retorno a la fuente del río, la «Fons Vitae», el lugar de morada de Varuna (sindhunâm upodaye, Rig Veda Samhitâ VIII.41.2), el «Manantial de Miel en la más elevada morada de Vishnu» (vishnoh pade parame madhva utsah, Rig Veda Samhitâ I.154.5), la Fuente Perenne de Plotino  , Enéadas III.8.10, etc. Entre los paralelos cristianos puede citarse a Ruysbroeck  , «un perpetuo esfuerzo tras lo inalcanzable - esto es el "esfuerzo contra la corriente"» (Sparkling Stone, cap. 9; cf. Jaiminîya Brâhmana I.85, pratikulam udyam... samashtyâ); Dante, Purgatorio I.40, «Contra la obscura corriente huyó de la prisión eterna»; Blake, «Jesús murió... se esforzó contra la corriente de esta rueda». 1525 METAFÍSICA: ALGUNAS PALABRAS PÂLI