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Obras: Amor

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Dichos aún más explícitos pueden ser citados de fuentes sufîs, donde el alma (nafs) es distinguida del intelecto o espíritu (aql, ruh) como la Psique es distinguida del Pneuma por Filón   y en el Nuevo Testamento, y como el anima es distinguida del animus por William de Thierry. Para el enciclopédico Kashfu’l Mahjub, el alma es el «tentador», y el tipo del infierno en este mundo. Al-Ghazâlî, quizás el más grande de los teólogos muslimes, llama al alma «el mayor de vuestros enemigos»; y más que eso difícilmente podría decirse de Satán mismo. Abu Sâ’îd pregunta: «¿Qué es el mal, y cuál es el peor mal?» y contesta, «El mal es "tú", y el peor mal "tú" si tú no lo sabes»; por consiguiente, se llamaba a sí mismo un «Nadie», negándose, como el Buddha, a identificarse a sí mismo con ninguna «personalidad» nombrable. Jalâlu-d-Dîn Rumî, en su Mathnawî, repite que el mayor enemigo del hombre es él mismo: «Este alma», dice, «es el infierno», y nos conmina a «matar el alma». «El alma y el Shaitân son un único ser, pero toma dos formas; esencialmente uno desde el comienzo, devino el enemigo y envidiador de Adam»; y, de la misma manera, «el Ángel (Espíritu) y el Intelecto, los asistentes de Adam, son de un único origen   pero asumen dos formas». El ego mantiene su cabeza erguida: «la decapitación significa matar el alma y apagar su fuego en la Guerra Santa (yihâd )»; y tanto mejor para quien gana esta batalla, pues «quienquiera que está en guerra consigo mismo por amor de Dios,? su luz oponiéndose a su obscuridad, el sol de su espíritu nunca se pondrá» «Este es el combate que Cristo, Con su Amor y Luz internos, Mantiene dentro de la naturaleza del hombre, para disipar La Cólera de Dios, a Satán, el Pecado, y la Muerte, y el Infierno; Para devorar el sí mismo humano, o la Serpiente, Y levantar un Ángel de él por Su Poder». (John Byrom) 83 METAFÍSICA: ¿Quién es «Satán» Y «Dónde Está El Infierno»?

Así pues, los Daimones Agathos y Kakos, los sí mismos Limpio y Sucio, Cristo y Anticristo, habitan ambos en nosotros, y su oposición está dentro de nosotros. El Cielo y el Infierno son las imágenes divididas del Amor y la Cólera in divinis, donde la Luz y la Obscuridad son indivisas, y el Cordero y el León yacen juntos. En el comienzo, como todas las tradiciones testifican, el cielo y la tierra eran un uno y un junto; esencia y naturaleza son uno en Dios, e incumbe a cada hombre juntarlas de nuevo dentro de sí mismo. 90 METAFÍSICA: ¿Quién es «Satán» Y «Dónde Está El Infierno»?

El problema con el que hemos comenzado ha sido ampliamente resuelto, pero todavía queda que cumplir la tarea más difícil de una «anonadación de sí mismo» efectiva y la consecuente «realización de Sí mismo» hacia las cuales apuntan las respuestas, y para las cuales la Teología es solo una preparación parcial. Satán y el Ego no son entidades reales, sino conceptos postulados y válidos solo para los propósitos presentes, provisionales y prácticos; ambos son fotogramas compuestos, por así decir de X1, X2, X3. A menudo se ha dicho que el ardid más ingenioso del Diablo es persuadirnos de que su existencia es una mera «superstición». De hecho, sin embargo, nada puede ser más peligroso que negar su existencia, la cual es tan real, aunque no más que la nuestra; nosotros no deberíamos atrevernos a negar a Satán hasta que nos hayamos negado a nosotros mismos, como debe hacer todo el que quiera seguir a Aquel que no dijo ni hizo nada «por sí mismo». «¿Qué es Amor?, el mar de no-existencia», y «a quienquiera que entra allí, diciendo "Ello es yo", Yo [Dios] le golpeo en el rostro»; «¿Qué es Amor?, lo sabrás cuando tú devengas Mí mismo». 92 METAFÍSICA: ¿Quién es «Satán» Y «Dónde Está El Infierno»?

Una tal comprensión puede ser rara, pero es absolutamente normal en oriente: como lo expresa la Bhagavad Gîtâ, «No hay ninguna deidad que Yo no sea, y en el caso de que un hombre sea verdaderamente el adorador de una deidad, es Yo quien soy la causa de su devoción y su fruto? Como quiera que los hombres Me buscan, así Yo les doy la bienvenida, pues la vía que los hombres toman desde cada lado es Mía». Similarmente el Bhaktamâla (cf. G. A. Grierson, ed., Londres, 1909): «Nadie es ignorante de las doctrinas de su propia religión? Por consiguiente que cada hombre, en la medida que ello esté en su poder, ayude a la lectura de las Escrituras, ya sean las de su propia iglesia, o ya sean las de otra». Y similarmente también en el islam, «Mi corazón ha devenido capaz de toda forma? es un convento para los monjes cristianos, un templo para los ídolos, el lugar de peregrinaje en la Meca, las tablas de la Torah  , el libro del Corán: Yo sigo la religión de Amor, cualquiera que sea la vía que Sus camellos tomen». 101 METAFÍSICA: Shrî Ramakrishna Y La Tolerancia Religiosa

El Alma Inmortal de Platón  , «la parte más divina y señorial de nosotros» (Timeo 90AB), solo puede ser el Daimon inmanente, «ese compañero vulgar que no cuida de nada sino la verdad» (Hipias mayor 286D). Es el «Alma del alma» de Filón; el Spiritus Sanctus en tanto que distinguido del «alma» (mortal) (Hebreos 4:12) y la «fuente de todo lo que es verdadero, por quienquiera que haya sido dicho» (San Ambrosio   sobre I Corintios 12:3, citado por Santo Tomás de Aquino  , Summa Theologica I-II.109.1), el «Speculum Aeternum» y la Sindéresis escolásticos, el Amor de Dante   (Purgatorio XXIX.52-54), y nuestra propia «consciencia» (I.A. «inwyt») en el sentido original y más pleno de la palabra; y el Sí mismo Inmortal, la fuente de la Memoria, del Vedânta. 157 METAFÍSICA: Recordación, India Y Platónica

Cuando la presencia visible del Salvador se retira él está representado en nosotros por el Consejero (parakletos), «El Espíritu de Verdad (to pneuma tes aletheias)? que es el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas,? Él os guiará en toda verdad» (San Juan 14:17, 26; 16:13). En él no podemos dejar de ver el Daimon y Hegemon inmanente de Platón, «quien de nada cuida sino de la verdad» y que Dios ha dado a cada uno de nosotros «para morar junto con él y en él» (Hippias mayor 288D, Timeo 90AB); el Ingenium de San Agustín, la Sindéresis escolástica, el Amor de Dante y nuestro Presenciador o Consciencia en su significación más plena (y no meramente ética). 206 METAFÍSICA: Sobre El Único Y Solo Transmigrante

Bhakti implica devoción, debido a que toda donación presupone amor: de ello no se sigue que bhakti deba traducirse por «amor». Es cierto que la bhakti-mârga es también la prêma-mârga, la pasiva «Vía del Amor», en tanto que se distingue de la jñâna-mârga, la activa «Vía de la Gnosis»; pero que las expresiones bhakti-mârga y prêma-mârga tengan una referencia común no las hace sinónimas (las expresiones son «sinónimas» solo cuando se refieren a la misma cosa bajo el mismo aspecto). Apenas puede negarse que los pitarah, en Rig Veda   Samhitâ I.91.1 abhijanta, eran bhaktas en este último sentido, o que la suya era una bhakti-mârga. Nosotros deberíamos traducir bhakti-mârga por «Vía de la Dedicación» o «Vía de la Devoción» en vez de «Vía del Amor». Es cierto, igualmente, que «participación» implica «amor», y viceversa, puesto que un amor que no participa en lo amado no es en modo alguno «amor» sino más bien «deseo». Sin embargo, el Amor y la participación son concepciones que se diferencian lógicamente, y que cada una de las cuales juega su propio papel en la definición del acto devocional; y cuando las dos expresiones se confunden en una traducción equívoca, no solo se pierden estos matices del significado sino que al mismo tiempo se oculta la evidencia de la continuidad del pensamiento védico con el pensamiento posterior, evocándose así un problema irreal. 402 METAFÍSICA: EL «MONOTEÍSMO» VÉDICO

En este punto será necesaria una disgresión, para hablar de las dos vías diferentes por las que se ha buscado un conocimiento de la naturaleza divina. Las Upanishads   emplean estas dos vías, la via analogia (la técnica del simbolismo) y la via remotíonís (la técnica de la abstracción) precisamente de la misma manera que el cristianismo, que heredó los métodos positivo (kataphatiche) y negativo (apophatiche) del neoplatonismo   a través de Pseudo Dionisio, que los empleó en el De divinis nominibus. El método positivo consiste en atribuir a Dios, de una manera superlativa y absoluta, todas las perfecciones y bellezas concebibles en las cosas existentes; en Él, estas perfecciones absolutas, aunque se distinguen lógicamente, se consideran como inexplicables, y como idénticas con Su esencia. Cada una de estas atribuciones constituye un «nombre esencial», de manera que tales nombres esenciales son tantos como las perfecciones que puedan enumerarse. Ejemplos de este método pueden citarse en la designación de Dios como Luz, Amor, Sabiduría, Ser, etc., y en el sac-cid-ânanda de los Brâhmanas. Por otra parte, el método negativo procede a la definición de la naturaleza divina por la vía de la abstracción y de la afirmación de la transcendencia con respecto a las antítesis. Desde este punto de vista, la comprensión más alta que podemos tener de Dios se expresa por una negación, en Él, de todos aquellos atributos cuya noción se deriva de cosas externas a Su unidad superesencial. Según este método, de Dios puede hablarse como No-Ser, Nada u Obscuridad; o, como en las Upanishads, por la famosa expresión netí, netí, «Ni, ni», o como Eso «de lo que, al no encontrar-Lo, las palabras, junto con el intelecto, retroceden» (Taittirîya Upanishad II.4), y «donde la más alta fantasía carece de poder» (Dante, Paradiso XXXIII.142). El Maestro Eckhart   sigue este método cuando dice que «Nada verdadero puede decirse de Dios». Tales ejemplos podrían multiplicarse indefinidamente, procedentes de todo tipo de fuentes, cristianas, sufîs, hindúes, taoístas y otras. En la metafísica upanishádica, no menos que en la teología cristiana, «Es la vía negativa la que tiene la primacía sobre la otra, Dios no es un objeto. Él está más allá de todo lo que es, y, por consiguiente, más allá de lo cognoscible, puesto que el conocimiento tiene el ser por límite. Desde este punto de vista sobreeminente, Dios no está sólo por encima de las afirmaciones y de las negaciones contradictorias, sino que su naturaleza sobresubstancial está envuelta de tinieblas» (M. de Wulf, Histoire de la philosophie médiévale, 6ª ed., París, 1934, p. 107). «Él no sabe lo que Él mismo es, debido a que Él no es una cosa? Por lo tanto, se dice que Dios es Esencia, pero más verdaderamente que Él no es Esencia» («Deus itaque nescit se quid est, quia non est quid. ?Essentia ergo dicitur Deus, sed proprie essentia non est»), Erígena  , De div. naturae, II.13 y I.14; o poniendo esto en términos indios, «El Brahman se llama âtman, pero más propiamente anâtmya». Estas reflexiones pueden prepararnos para considerar la naturaleza del Purusha en mayor detalle, según las formulaciones védicas y upanishádicas, que solo pueden parecer extrañas a aquellos que no están familiarizados con la metodología de la teología y de la metafísica universales. Ciertamente, el punto principal que hay que entender es que si Su naturaleza transciende todas las antítesis lógicas, Él no puede ser encontrado, como Él es en sí mismo, por el buscador que considera solo Su ser, es decir, Su «Faz» o Su «Luz», sino solo por el Comprehensor que ve también Su «Espalda» o Su «Obscuridad». Él, la Persona (purusha) omnipresente (vyâpaka) e incaracterizada (alinga), «con Cuyo nacimiento un hombre se libera y alcanza la eternidad (amrtatvam)», no es solo Amor y Vida, sino también Temor y Muerte. 845 METAFÍSICA: Mahâ Purusha: «LA IDENTIDAD SUPREMA»

A menudo se traza una distinción tajante entre la Vía de la Gnosis (jñâna-mârga), por una parte, y la Vía de la Dedicación (bhakti-mârga) o la Vía del Amor (prema-mârga), por otra; esta distinción corresponde al mismo tiempo a la de la Vida Contemplativa (sâmkhya yoga y samnyâsa de Bhagavad Gîtâ ) y la Vida Activa (karma yoga de Bhagavad Gîtâ ). La distinción, que se hace como si las operaciones del intelecto y de la voluntad pudieran aislarse tan claramente en el sujeto como pueden aislarse en la lógica, es, en todo caso, de procedimiento, y, bajo ciertas condiciones, también de fines; ciertamente, una distinción tal no carece de significado, en la medida en que corresponde a la que hay entre el misticismo y el gnosticismo  , es decir, entre la fe devocional y los ejercicios religiosos, por una parte, y la enseñanza iniciatoria y la práctica metafísica, por otra; o también, entre una «deificación» en el sentido de asimilación con un perfecto consentimiento de la voluntad, y una «deificación» en la que se rebasa la distinción entre el conocedor y lo conocido. 858 METAFÍSICA: Aspectos Bhakta de la Doctrina del ÂTMAN