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HDV: Platón

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Así pues, lo que reside en el centro vital, desde el punto de vista físico, es el Éter; desde el punto de vista psíquico, es el "alma viva", y, hasta aquí, no rebasamos el dominio de las posibilidades individuales; pero también, y sobre todo, desde el punto de vista metafísico, es el "Sí mismo" principial e incondicionado. Por consiguiente, es verdaderamente el "Espíritu Universal" (Âtmâ), que es, en realidad, Brahma mismo, el "Supremo Ordenador"; y así se encuentra plenamente justificada la designación de este centro como Brahma-pura. Ahora bien, Brahma, considerado de esta manera en el hombre (y se le podría considerar semejantemente en relación a todo estado del ser), es llamado Purusha, porque reposa o habita en la individualidad (se trata, lo repetimos todavía una vez más, de la individualidad integral, y no solo de la individualidad restringida a su modalidad corporal) como en una ciudad (puri-shaya), ya que pura, en el sentido propio y literal, significa "ciudad" (Esta explicación de la palabra Purusha sin duda no debe considerarse como una derivación etimológica; depende del Nirukta, es decir, de una interpretación que se basa principalmente sobre el valor simbólico de los elementos de los que están compuestas las palabras, y este modo de explicación, generalmente incomprendido por los orientalistas, es bastante comparable al que se encuentra en la Qabbalah   hebraica; no era enteramente desconocido por los griegos, y se pueden encontrar ejemplos de ello en el Cratilo de Platón. — En cuanto a la significación de Purusha, se podría hacer destacar también que pura expresa una idea de "plenitud".). 71 HDV III

En razón de su naturaleza "mental", el dominio de la manifestación sutil puede designarse como un mundo ideal, a fin de distinguirle así del mundo sensible, que es el dominio de la manifestación grosera; pero sería menester no tomar esta designación en el sentido de la del "mundo inteligible" de Platón, ya que las "ideas" de éste son las posibilidades en el estado principial, que deben referirse al dominio informal; en el estado sutil, no puede tratarse todavía más que de ideas revestidas de formas, puesto que las posibilidades que conlleva no rebasan la existencia individual [NA: El estado sutil es propiamente el dominio de la psyche, y no el del nous; éste corresponde en realidad a Buddhi, es decir, al intelecto supraindividual.]. Sobre todo, sería menester no pensar aquí en una oposición como la que a algunos filósofos modernos les agrada establecer entre "ideal" y "real", oposición que no tiene para nos ninguna significación: todo lo que es, bajo cualquier modo que sea, es real por eso mismo, y posee precisamente el género y el grado de realidad que convienen a su naturaleza propia; lo que consiste en ideas (ese es todo el sentido que damos a la palabra "ideal") no es ni más ni menos real por eso que lo que consiste en otra cosa, puesto que toda posibilidad encuentra lugar necesariamente en el rango que su determinación misma le asigna jerárquicamente en el Universo. 208 HDV XIII

Acabamos de considerar los tres atributos de que se trata como caracterizando a otros tantos estadios preparatorios a la Unión; pero, naturalmente, el Yogî, llegado a la meta suprema, los posee con mayor razón, como posee todos los estados en la plenitud de su esencia [NA: Se puede destacar también que estos tres atributos son en cierto modo "prefigurados" respectivamente, y en el mismo orden, por los tres primeros âshramas; y el cuarto âshrama, el del Sannyâsi (entendido aquí en su sentido más ordinario), conjunta y resume por así decir los otros tres, como el estado final del Yogî comprende "eminentemente" todos los estados particulares que han sido recorridos primero como otros tantos estadios preliminares.]. Por lo demás, estos tres atributos están implícitos en lo que se llama aishwarya, es decir, la participación en la esencia de Îshwara, ya que corresponden respectivamente a las tres Shaktis de la Trimûrti: si se destaca que el "estado primordial" se caracteriza fundamentalmente por la "Armonía", se ve inmediatamente que bâlya corresponde a Lakshmî, mientras que pânditya corresponde a Saraswati y mauna a Pârvatî [NA: Lakshmi es la Shakti de Vishnu; Saraswati o Vâch es la de Brahma: Pârvatî es la de Shiva. A Pâr vatî también se la llama Durgâ, es decir "Aquella a la que uno se acerca difícilmente". — Es destacable encontrar la correspondencia de estas tres Shaktis hasta en las tradiciones occidentales: así, en el simbolismo masónico, los "tres principales pilares del Templo" son "Sabiduría, Fuerza, Belleza"; aquí, la Sabiduría es Saraswati, la Fuerza es Pârvatî, y la Belleza es Lakshmi. Del mismo modo, Leibnitz, que había recibido algunas enseñanzas esotéricas (bastante elementales por lo demás) de fuente rosicruciana, designa los tres principales atributos divinos como "Sabiduría, Poder, Bondad", lo que es exactamente la misma cosa, ya que "Belleza" y "Bondad" no son en el fondo (como se ve en los griegos y concretamente en Platón) más que dos aspectos de una idea única, que es precisamente la de "Armonía".]. Este punto es de una importancia particular cuando se quiere comprender lo que son los "poderes" que pertenecen al jîvan-mukta, a título de consecuencias secundarias de la perfecta realización metafísica. 353 HDV XXIII