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SCS: ojo de la aguja

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

El eje, ya esté figurado materialmente en forma de árbol o de pilar central, ya esté representado por la llama ascendente y la "columna de humo" de Agni en el caso en que el centro del edificio está ocupado por el altar o el hogar (En el caso, ya antes señalado, de una habitación dispuesta en torno de un patio interior a cielo abierto (y sin recibir otra luz que la de ese lado interno), el centro del patio está ocupado a veces por una fuente; ésta representa entonces la "Fuente de Vida", que mana del pie del "Árbol del Medio" (aunque, naturalmente, el árbol pueda no tener allí figufación material)), siempre termina exactamente en la sumidad del domo, e inclusive, a veces, según ya lo hemos señalado, lo atraviesa y se prolonga más allá en forma de mástil, o como el mango del parasol, en otro ejemplo de simbolismo equivalente. Es visible aquí que esa sumidad del domo se identifica con el cubo de la rueda celeste del "carro cósmico"; y, como hemos visto que el centro de esta rueda está ocupado por el sol, resulta que el paso del eje por ese punto representa ese paso "allende el Sol" y a través de él, sobre el cual hemos tratado más arriba. Lo mismo ocurre también cuando, en ausencia de una figuración material del eje, el domo está perforado en su sumidad por una abertura circular (por la cual escapa, en el caso recién recordado, el humo del hogar situado inmediatamente debajo); esa abertura es una representación del disco solar mismo en cuanto "Ojo del Mundo", y por ella se efectúa la salida del "cosmos", según lo hemos explicado en los estudios dedicados al simbolismo de la caverna (Entre los indios de América del Norte, que parecen haber conservado más elementos tradicionales perfectamente reconocibles de lo que generalmente se cree, los diferentes "mundos" se representan a menudo como una serie de cavernas superpuestas, y los seres pasan de uno a otro subiendo a lo largo de un árbol central; naturalmente, nuestro mundo es una de esas cavernas, con el cielo por bóveda). De todos modos, por esa abertura central, y por ella solamente, el ser puede pasar al Brahma-loka (’mundo de Brahma (Principio supremo)’), que es un dominio esencialmente "extracósmico" (A este respecto, cabe referirse a las descripciones del devâ-yâna, del cual el Brahma-Loka es el punto de llegada "más allá del sol" (ver L’Homme et son devenir selon le Vêdânta, cap. XXI)); y ella es también la "puerta estrecha" que, en el simbolismo evangélico, da análogamente acceso al "Reino de Dios" (En el simbolismo del tiro con arco, el centro del blanco tiene igualmente esa significación; sin insistir aquí sobre este asunto, recordaremos solo que la flecha es también un símbolo "axial" y además una de las figuras más frecuentes del "rayo solar". En ciertos casos, se ata un hilo a la flecha, junto con la cual atravesará el blanco; esto recuerda de modo particularmente notable la figura evangélica del "ojo de la aguja", y el símbolo del hilo (sûtra) se encuentra también en el término sûtrâtmâ (el Âtmâ considerado como un hilo que atraviesa el Universo; ver cap. LXI). (Sobre el simbolismo del tiro con arco, véase el articulo de Coomaraswamy en É. T., octubre-noviembre y diciembre de 1945)). SFCS  : LA PUERTA ESTRECHA

Según hemos dicho anteriormente, una de las representaciones del símbolo de la "puerta estrecha" es el "ojo de la aguja", particularmente mencionado con esa significación en un conocido texto evangélico (San Mateo, XIX, 24). La expresión "ojo de la aguja" es particularmente significativa a este respecto, pues relaciona más directamente ese símbolo con algunos de sus equivalentes, como el "ojo" del domo en el simbolismo arquitectónico: se trata de figuraciones diversas de la "puerta solar", que a su vez se designa también como "Ojo del Mundo". Se advertirá además que la aguja, cuando se la pone verticalmente, puede tomarse como figura del "Eje del Mundo", y entonces, estando en alto la extremidad perforada, hay exacta coincidencia entre la posición del "ojo" de la aguja y la del "ojo" del domo. SFCS: EL "OJO DE LA AGUJA"

El pâça, en efecto, en el simbolismo hindú, es con más frecuencia un "nudo corredízo" o "lazo" que sirve en la caza para coger a los animales; en esta forma, es uno de los principales emblemas de Mrtyu (la ’Muerte’) o de Yama (el dios de los muertos), y también de Váruna; y los "animales" a los cuales cogen por medio de ese pâça son en realidad todos los seres vivientes (paçu). De ahí también el sentido de "atadura" o "vínculo": el animal, así cogido, se encuentra atado por el nudo corredizo que se cierra en torno de él; del mismo modo, el ser viviente está atado por las condiciones limitativas que lo retienen en su estado particular de existencia manifestada. Para salir de este estado de paçu, es preciso que el ser se libere de esas condiciones, es decir, en términos simbólicos, escape del pâça, o pase a través del nudo corredizo sin que éste se le ciña; lo cual equivale a decir que el ser pase por las quijadas de la Muerte sin que ellas se cierren sobre él (Cf. las figuraciones simbólicas de Shinje, forma tibetana de Yama). El ojal del pâça es, pues, como lo dice Coomaraswamy, otro aspecto de la "puerta estrecha", exactamente como el "enhebrar la aguja" representa el paso a través de esa misma "puerta solar" en el simbolismo del bordado; agregaremos que el hilo que pasa por el ojo de la aguja tiene también como equivalente en otro simbolismo, el del tiro con arco, la flecha que atraviesa el blanco por el centro; y de esto se dice propiamente "dar en el blanco", expresión también muy significativa en el mismo respecto, pues el paso de que se trata, por el cual se efectúa la "salida del cosmos", es también el "blanco" o la meta que debe alcanzarse para encontrarse finalmente "liberado" de los vínculos o ataduras de la existencia manifestada. SFCS: EL "OJO DE LA AGUJA"

Esta última observación nos lleva a precisar, con Coomaraswamy, que solo en lo concerniente a la "última muerte", aquella que precede inmediatamente a la "liberación" y después de la cual ya no hay retorno a ningún estado condicionado, el "enhebrar la aguja" representa verdaderamente el paso por la "puerta solar", ya que, en cualquier otro caso, no puede tratarse aún de una "salida del cosmos". Empero, analógicamente y en un sentido relativo, puede hablarse también de "pasar por el ojo de la aguja" (Cf. Dante  , Purgatorio, X, 16) o de "escapar al pâça", para designar todo paso de un estado a otro, pues este paso es siempre una "muerte" con relación al estado antecedente a la vez que un "nacimiento" con relación al estado consecuente, según lo hemos explicado ya en diversas ocasiones. SFCS: EL "OJO DE LA AGUJA"

Así, pues, el sol, o más bien lo que él representa en el orden principial (pues va de suyo que se trata en realidad del "Sol espiritual") (Coomaraswamy emplea a menudo la expresión "Supernal Sun", ’Sol Superno’. (La nota del autor, después del término inglés, agrega: "que no nos parece posible traducir exacta y literalmente en francés", donde, efectivamente, no hay derivado del latín supernus. (N. del T))), es verdaderamente, en tanto que "Ojo del Mundo", la "puerta del Cielo", Ianua Caeli, descripta también en términos variados como un "ojo" (Ver "Le ’trou de l’aiguille’" (aquí, cap. LV: "El ojo de la aguja")), como una "boca" (Volveremos más particularmente sobre este punto (en el capítulo siguiente)), o también como el cubo de la rueda de un carro; la significacioón axial de este último símbolo es, por lo demás, evidente (Las dos ruedas del "carro cósmico", situadas en los dos extremos del eje (que es entonces el Eje del Universo), son el cielo y la tierra (ver "Le dóme et la roue" (aquí. cap. XL: "La cúpula y la rueda")); se trata, naturalmente, de la rueda "celeste"). Empero, cabe establecer aquí una distinción, para evitar lo que, para algunos por lo menos, podría dar lugar a confusiones: hemos dicho, en efecto, en otras oportunidades, con motivo del aspecto lunar del simbolismo de Jano (o, más exactamente, de Ianus-Iana, identificado, con Lunus-Luna), que la Luna es a la vez Ianua Caeli y Ianua Inferni; en este caso, en lugar de las dos mitades, ascendente y descendente, del ciclo anual, sería necesario, naturalmente, para establecer una correspondencia análoga (Análoga, decimos, pero no equivalente, pues, aun en el caso del pitrîyâna, jamás puede decirse que el sol sea Ianua Inferni), considerar las dos mitades, creciente y decreciente, de la lunación o del ciclo mensual. Ahora bien; si el sol y la luna pueden considerarse ambos como Ianua Caeli, ello se debe a que, en realidad, el cielo no ha sido tomado en igual sentido en ambos casos: de modo general, en efecto, el término "cielo" puede emplearse para designar todo lo que se refiere a los estados suprahumanos; pero es evidente, que ha de establecerse una gran diferencia entre aquellos de esos estados que pertenecen aún al cosmos (Son, propiamente, los estados de manifestación no-formal; debe considerarse que el Cosmos comprende toda la manifestación. tanto no-formal como formal, mientras que lo que está más allá del Cosmos es lo nomanifestado) y lo que, al contrario, está más allá del cosmos mismo. En lo que concierne a la "puerta solar", se trata del cielo que puede denominarse supremo o "extracósmico"; en cambio, en lo que concierne a la "puerta lunar", se trata solo del svarga, es decir, de aquel de los tres mundos que, aun siendo el más elevado, está empero comprendido en el cosmos lo mismo que los otros dos. Para volver a la consideración del más alto de los tres ladrillos perforados del altar védico, puede decirse que la "puerta solar" se sitúa en su cara superior (que es la verdadera sumidad del edificio en conjunto), y la "puerta lunar" en su cara inferior, pues ese ladrillo mismo representa el svarga; por otra parte, la esfera lunar está descripta, efectivamente, como tocando la parte superior de la atmósfera o mundo, intermediario (antariksha), representada aquí por el ladrillo del medio (Este mundo intermedio y la tierra (Bhûmi) pertenecen ambos al dominio del estado humano, del cual constituyen respectivamente, las modalidades sutil y burda o densa (grossière); por eso, como lo observa exactamente Coomaraswamy al señalar la correspondencia del simbolismo védico de los ladrillos perforados con el de los jades rituales pi y tsung de la tradición china que representan respectivamente el cielo y la tierra, el pi, que es un disco perforado en el centro, corresponde al ladrillo superior, mientras que el tsung, con forma de cilindro hueco por dentro y de paralelepípedo de base cuadrada por fuera debe considerarse como correspondiente al conjunto de los otros dos ladrillos, estando entonces el dominio humano total figurado por un solo objeto). Puede decirse entonces en los términos de la tradición hindú, que la "puerta lunar" da acceso al Indra-loka (ya que Indra es el regente del svarga) y la "puerta solar" al Brahma-loka; en las tradiciones de la Antigüedad occidental, al Indra-loka corresponde el "Elíseo" y al Brahma-loka el "Empíreo", siendo el primero "intracósmico" y "extracósmico" el segundo; y debemos agregar que solo la "puerta solar" es propiamente la "puerta estrecha" de que hemos hablado antes, por la cual el ser, saliendo del cosmos y estando por consiguiente definitivamente liberado de las condiciones de toda existencia manifestada, pasa verdaderamente "de la muerte a la inmortalidad". SFCS: IANUA CAELI