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SC: buena voluntad

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

La "guerra santa mayor", es la lucha del hombre contra los enemigos que lleva en sí mismo, es decir, contra todos los elementos que, en él, son contrarios al orden y a la unidad. Por lo demás, no se trata de aniquilar esos elementos, que, como todo lo que existe, tienen también su razón de ser y su lugar en el conjunto; se trata más bien, como lo decíamos hace un momento, de "transformarlos" devolviéndolos a la unidad, y reabsorbiéndolos en ella en cierto modo. El hombre debe tender ante todo y constantemente a realizar la unidad en sí mismo, en todo lo que le constituye, según todas las modalidades de su manifestación humana: unidad del pensamiento, unidad de la acción, y también, lo que es quizás lo más difícil, unidad entre el pensamiento y la acción. Por lo demás, importa destacar que, en lo que concierne a la acción, lo que vale esencialmente, es la intención (niyyah), ya que es eso sólo lo que depende enteramente del hombre mismo, sin ser afectado o modificado por las contingencias exteriores como lo son siempre los resultados de la acción. La unidad en la intención y la tendencia constante hacia el centro invariable e inmutable [NA: Ver lo que hemos dicho en otra parte sobre la "intención recta" y la "buena voluntad" (El Rey del Mundo, cap. III y VIII).] se representan simbólicamente por la orientación ritual (qiblah), y los centros espirituales terrestres son como las imágenes visibles del verdadero y único centro de toda manifestación, centro que, por lo demás, así como lo hemos explicado, tiene su reflejo directo en todos los mundos, en el punto central de cada uno de ellos, y también en todos los seres, donde este punto central se designa figurativamente como el corazón, en razón de su correspondencia efectiva con éste en el organismo corporal. EL SIMBOLISMO DE LA CRUZ   VIII