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IGEDH: shivaismo

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Ishwara es considerado bajo una triplicidad de aspectos principales, que constituyen la Trimûrti o «triple manifestación», y de los cuales derivan otros aspectos más particulares, secundarios en relación a esos. Brahmâ es Ishwara en tanto que principio productor de los seres manifestados; es llamado así porque se considera como el reflejo directo, en el orden de la manifestación, de Brahma, el Principio supremo. Es menester destacar, para evitar toda confusión, que la palabra Brahma es neutra, mientras que Brahmâ es masculino; el empleo, corriente en los orientalistas, de la forma Brahman, que es común a los dos géneros, tiene el grave inconveniente de disimular esta distinción esencial, que también se marca a veces por expresiones como Para-Brahma o el «supremo Brahma» y Apara-Brahma o el «no supremo Brahma». Los otros dos aspectos constitutivos de la Trimûrti, que son complementarios el uno del otro, son Vishnu, que es Ishwara en tanto que principio animador y conservador de los seres, y Shiva, que es Ishwara en tanto que principio, no destructor como se dice comúnmente, sino más exactamente transformador; así pues, se trata de «funciones universales», y no de entidades separadas y más o menos individualizadas. Cada uno, para colocarse, como lo hemos indicado, en el punto de vista que se adapta mejor a sus propias posibilidades, podrá acordar naturalmente la preponderancia a una u otra de estas funciones, y sobre todo, en razón de la simetría al menos aparente, de las dos funciones complementarias de Vishnu y de Shiva: de ahí, la distinción del «vishnuismo» y del «shivaismo», que no son «sectas» como lo entienden los occidentales, sino sólo vías de realización diferentes, por lo demás igualmente legítimas y ortodoxas. No obstante, conviene agregar que el shivaismo, que está menos extendido que el vishnuismo y que da menos importancia a los ritos exteriores, es al mismo tiempo más elevado en un sentido y conduce más directamente a la realización metafísica pura: esto se comprende sin esfuerzo, por la naturaleza misma del principio al que da la preponderancia, ya que la «transformación», que aquí debe entenderse en el sentido rigurosamente etimológico, es el paso «más allá de la forma», que no aparece como una destrucción más que desde el punto de vista especial y contingente de la manifestación; es el paso de lo manifestado a lo no manifestado, por el que se opera el retorno a la inmutabilidad eterna del Principio supremo, fuera del cual, por lo demás, no podría existir nada más que en modo ilusorio. IGEDH: Shivaismo y Vishnuismo

Los Shaivas y los Vaishnavas tienen unos y otros, en el conjunto de los escritos tradicionales que se designa colectivamente bajo el nombre de smriti, sus libros propios, Purânas y Tantras, que corresponden más particularmente a sus tendencias respectivas. Esas tendencias se afirman concretamente en la interpretación de la doctrina de los Avatâras o «manifestaciones divinas»; esta doctrina, que se relaciona estrechamente con la concepción de los ciclos cósmicos, merecería todo un estudio especial, que no podemos pensar en abordar al presente. Agregaremos simplemente, para concluir sobre la cuestión del shivaismo y del vishnuismo, que, cualquiera que sea la vía que cada uno escoja como la más conforme a su propia naturaleza, la meta final a la que tiende, con tal que sea estrictamente ortodoxa, es siempre la misma: es una realización efectiva de orden metafísico, que únicamente podrá ser más o menos inmediata, y también más o menos completa, según las condiciones particulares y la extensión de las posibilidades intelectuales de cada ser humano. IGEDH: Shivaismo y Vishnuismo