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IGEDH: Yajur-Vêda

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

El nombre de Vêda, cuyo sentido propio acabamos de indicar, se aplica de una manera general a todos los escritos fundamentales de la tradición hindú; por lo demás, se sabe que estos escritos están repartidos en cuatro compilaciones que llevan los nombres respectivos de Rig-Vêda, Yajur-Vêda, Sâma-Vêda y Atharva-Vêda. La cuestión de la fecha en la que han sido compuestas estas compilaciones es una de las que preocupan más a los orientalistas, y éstos no han llegado nunca a entenderse sobre su solución, incluso limitándose a una estimación muy aproximada de su antigüedad. Ahí como en todas partes, se constata sobre todo, como ya lo hemos indicado, la tendencia a referir todo a una época tan poco remota como sea posible, y también a contestar la autenticidad de tal o cual parte de los escritos tradicionales, basándolo todo sobre análisis   minuciosos de textos, acompañados de disertaciones tan interminables como superfluas sobre el empleo de una palabra o de una forma gramatical. En efecto, esas son las ocupaciones más habituales de los orientalistas, y su destino ordinario es, en la intención de quienes se libran a ellas, mostrar que el texto estudiado no es tan antiguo como se pensaba, que no debe ser del autor al que siempre había sido atribuido, si no obstante tiene alguno, o, al menos, que ha sido «interpolado» o ha sufrido una alteración cualquiera en una época relativamente reciente; aquellos que están un poco al corriente de los trabajos de la «crítica bíblica» pueden hacerse una idea suficiente de lo que es la puesta en obra de estos procedimientos. Así pues, no hay lugar a sorprenderse de que las investigaciones emprendidas con semejante espíritu sólo desemboquen en el amontonamiento de volúmenes de discusiones ociosas, ni de que los lastimosos resultados de esa «crítica» disolvente, cuando llegan a ser conocidos por los orientales, contribuyan enormemente a inspirarles el desprecio de Occidente. En suma, lo que escapa totalmente a los orientalistas, son siempre las cuestiones de principio, y, como las cuestiones de principio son precisamente aquellas sin las que no se puede comprender nada, puesto que todo el resto deriva de ellas y debería deducirse lógicamente de ellas, descuidan todo lo esencial, porque son incapaces de verlo, y se pierden irremediablemente en los detalles más insignificantes o en las fantasías más arbitrarias. IGEDH: La perpetuidad del Vêda

Además de los Vêdângas, es menester mencionar también los Upavêdas, palabra que designa conocimientos de orden inferior, pero que reposan, no obstante, sobre una base estrictamente tradicional; el orden al que se refieren estos conocimientos es el de las aplicaciones prácticas. Hay cuatro Upavêdas, que están vinculados a los cuatro Vêdas como encontrando en ellos sus principios respectivos: Ayur-Vêda es la medicina, referida así al Rig-Vêda; Dhanur-Vêda, la ciencia militar remitida al Yajur-Vêda; Gândharva-Vêda, la música, referida al Sâma-Vêda; Sthâpatya-Vêda, la mecánica y la arquitectura, referidas al Atharva-Vêda. Éstos son, según las concepciones occidentales, artes más bien que ciencias propiamente dichas; pero el principio tradicional que se les da aquí les confiere un carácter un poco diferente. Bien entendido, estas enumeraciones de las Vêdângas y de los Upavêdas no excluyen en modo alguno las demás ciencias, que no están comprendidas en ellos, pero de las cuales algunas al menos fueron igualmente cultivadas en la India desde los tiempos antiguos; se sabe que las matemáticas concretamente, que comprendían, bajo el nombre general de «ganita», pâtî-ganita o vyakta-ganita, la aritmética, bîja-ganita, el álgebra y rekhâ-ganita, la geometría, recibieron allí, sobre todo en las dos primeras de estas tres ramas, un desarrollo destacable, del que Europa, por la intermediación de los árabes, debía beneficiarse más tarde. IGEDH: Los puntos de vista de la doctrina