Frithjof Schuon — DA UNIDADE TRANSCENDENTE DAS RELIGIÕES
II. Limitações do exoterismo — resumo
— Definição do ponto de vista exotérico = o interesse individual mais elevado
— Caráter perfeitamente legítimo da limitação “exterior” do dogma
— Natureza providencial do aspecto exotérico de uma tradição
— Papel do núcleo esotérico em uma civilização de caráter especificamente religioso
— A metafísica é necessária à salvação?
— A salvação, merecendo-se pela ação, leva alguns a depreciar a inteligência
— A via esotérica não poderia absolutamente ser o objeto de uma escolha para aqueles que a seguem
— Ainda mais absurdo falar de um “desejo” da Realidade divina
— A doutrina exotérica como tal não possui de maneira alguma a certeza absoluta
— A exigência absoluta de crer em tal religião e não em tal outra só pode tentar se justificar por meios eminentemente relativos
— Há no entanto provas irrefutáveis da verdade de uma tradição
— Da impossibilidade metafísica que uma forma tenha um valor único em exclusão de outras formas
— Não existe “fato” único: só a Unicidade é única
— Mesma ideia apresentada com argumentos de natureza mais cosmológica
— Mesma coisa pelos meios da graça, tais como os sacramentos
— Porque grandes Profetas negaram a validade de outras religiões?
— Da incompatibilidade relativa das formas tradicionais
— Uma forma tradicional é feita para uma coletividade humana determinada
— No estado normal da humanidade, esta se compõe de vários mundos distintos
— Desde a expansão dos Ocidentais sobre o resto do mundo, a incompreensão exotérica cessou de ser indiferente
— Das relações entre o exoterismo e o esoterismo, entre a “forma” e o “espírito”
— Ilustração desta ideia por uma longa citação do Tratado da Unidade de Ibn Arabi
II — LIMITACION DEL EXOTERISMO
El punto de vista exotérico, que, propiamente hablando, no existe — al menos en lo que tiene de exclusivo frente a verdades superiores — más que en las tradiciones monoteístas, no es otro en el fondo que el del interés individual más elevado, es decir, extendido a todo el ciclo de existencia del individuo y no simplemente limitado a la vida terrestre. La verdad exotérica o religiosa se encuentra, pues, limitada por definición, y esto en razón de la limitación de su finalidad, sin que esta restricción pueda, sin embargo, perjudicar la interpretación esotérica de la que esta misma verdad es susceptible, gracias a la universalidad de su simbolismo o, más bien y ante todo, gracias a la doble naturaleza, «interior» y «exterior», de la Revelación misma. Por consiguiente, el dogma es una idea limitada y, a la vez, un símbolo ilimitado. Para dar un ejemplo, diremos que el dogma de la unicidad de la Iglesia de Dios debe excluir una verdad como la de la validez de las otras formas tradicionales ortodoxas, porque la idea de la universalidad tradicional no es de ninguna utilidad para la salvación y puede inclusive ocasionarle perjuicios, porque ella arrastraría casi inevitablemente, en aquéllos que no pueden elevarse por encima de este punto de vista individual, la indiferencia religiosa y, a través de ella, la negligencia de los deberes religiosos cuyo cumplimiento es precisamente la principal condición de la salvación; por contra, esta misma idea de la universalidad tradicional — idea que es más o menos indispensable en la vía de la Verdad total y desinteresada — no se encuentra menos incluida simbólica y metafísicamente en la definición dogmática o teológica de la Iglesia o del Cuerpo místico de Cristo; o todavía, para hablar con el lenguaje de las otras dos religiones monoteístas, el Judaísmo y el Islam, es respectivamente por la concepción del «Pueblo elegido», Israel, y por la de la «sumisión», El Islam, como se encuentra simbolizada dogmáticamente la ortodoxia universal, el Sanatana-Dharma de los hindúes.
No hay que decir que la limitación «exterior» del dogma, limitación que le confiere precisamente ese carácter dogmático, es perfectamente legítima, puesto que el punto de vista individual, al que corresponde esta limitación, es una realidad a su nivel de existencia. Es en razón de esta realidad relativa como el punto de vista individual, no en lo que él pueda tener de negativo de cara a una perspectiva superior, sino en lo que tiene de limitado por el simple hecho de su naturaleza, puede y debe inclusive integrarse, de una manera cualquiera, a toda vía de finalidad trascendente. Desde este punto de vista, el exoterismo, o más bien la forma como tal, no implicará ya una perspectiva intelectual restringida, sino que representará únicamente el papel de un medio espiritual accesorio, sin que la trascendencia de la doctrina esotérica sea afectada por él, no siéndole impuesta ninguna limitación por razones de oportunidad individual. Efectivamente, no hay que confundir el papel del punto de vista exotérico con el de los medios espirituales del exoterismo: el punto de vista en cuestión es incompatible, en una misma consciencia, con el Conocimiento esotérico que lo disuelve para reabsorberlo en el centro del que ha salido; pero los medios exotéricos no siguen por eso siendo menos utilizables, e inclusive de dos maneras: sea por transposición intelectual en el orden esotérico — y en tal caso serán soportes de «actualización» intelectual -, sea por su acción reguladora sobre la porción individual del ser.
Excertos:
-EXOTERISMO E TRADIÇÃO
-NÚCLEO ESOTÉRICO
-METAFÍSICA E SALVAÇÃO
-EXCLUSIVIDADE
-VERDADE E FORMAS
-DEUS E DECADÊNCIA
-FORMAS RELIGIOSAS
-FORMA E ESPÍRITO