Ananda Coomaraswamy — Artigos seletos de Metafísica
Sobre a psicologia tradicional e indiana, ou melhor pneumatologia
Puede objetarse que la aplicación de ambas psicologías, la empírica y la metafísica, es a una salvación; y esto puede concederse, a la vista del hecho de que la salvación implica un tipo de salud. Pero de ello no se sigue que, sobre esta base solo, nosotros debamos elegir entre ellas como un medio hacia ese fin; y ello por la simple razón de que la palabra «salvación» significa cosas diferentes en contextos diferentes. La salud considerada por la psicoterapia empírica, es una liberación de condiciones patológicas particulares; la salud considerada por la psicoterapia metafísica es una liberación de todas las condiciones y predicamentos, una liberación de la infección de la mortalidad, y para ser como, cuando y donde nosotros queremos (Taittiriya Upanishad III.10.5; San Juan 10:9, etc.). Además, la persecución de la liberación mayor implica necesariamente la obtención de la menor; puesto que la salud psicofísica es una manifestación y una consecuencia del bienestar espiritual (Svetasvatara Upanishad II.12, 13). Así pues, mientras la ciencia empírica solo se interesa en el hombre mismo «en busca de un alma» [[C. G. Jung, Modern Man in Search of a Soul (Londres, 1933). Jung admite francamente, «Yo me limito a lo que puede experimentarse psíquicamente, y repudio la metafísica» (R. Wilheim y C. G. Jung, The Secret of the Golden Flower, Nueva York, 1931, p. 135). Una aproximación tan «restringida» deviene un «Taoísmo sin Tao» (cf. André Préau, La Fleur d’or et le taoisme sans Tao, París, 1931) o un Brahmavada sin Brahma, y no puede tomarse seriamente como una estimación científica de una psicología tradicional.]], la ciencia metafísica se interesa en el Sí mismo inmortal de este sí mismo, el Alma del alma. Este Sí mismo o Persona no es una personalidad, y jamás puede devenir un objeto de conocimiento [[«¿Con qué (kena, por qué, como quién) podría uno discriminar al Discriminador?» (Brhadaranyaka Upanishad II.4.14, IV.5.15).]], puesto que es siempre su substancia; es el principio espirante y vivo en toda individualidad psicohílica, «hasta las hormigas» (Aitareya Aranyaka I.3.8); y, de hecho, es el «solo transmigrante» [[Sankaracarya, Brahma Sütra Bhasya I.1.5, nesvamd anyah samsari; es decir, el Alma de Platón que «es coextensa (syntetagmene, cf. nota 75) ora con un cuerpo, ora con otro» (Leyes 903D), como en Svetasvatara Upanishad V.10, «cualquier cuerpo que él asume, con él está unido (yujyate)», y Bhagavad Gita XIII.26, «todo lo que nace es de la conjunción (samyogat) del Conocedor del Campo con el Campo».]] en todas las transmigraciones y evoluciones. De aquí que nosotros llamemos a la psicología tradicional una pneumatología en vez de una ciencia del «alma». Y debido a que su Sí mismo «jamás ha devenido alguien» (Katha Upanishad II.18), la ciencia metafísica es fundamentalmente una ciencia de «anonadación de sí mismo»; como en San Marcos 8:34, si quis vult post me sequi, denegat seipsum [[Cf. Coomaraswamy, «Humildade; la anonadación de sí mismo».]]. En lo que sigue daremos por establecida la distinción entre «alma» (psyche, nephesh, sarira atman) y «espíritu» (pneuma, psyches psyche, ruah, asarira atman) implícita en la impresión habitual de «sí mismo» con «s» minúscula y «Sí mismo» con «S» mayúscula.