Coomaraswamy Processão

Ananda Coomaraswamy — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA

VIDE: Processão
A DOUTRINA TÂNTRICA DA BIUNIDADE DIVINA
Processão

Consideremos ahora uno de los muchos textos que describen la procesión divina desde la operación interior a la exterior. En [?Pancavimsa_Brahmana] VII.6.1-6, «[?Prajapati] [[Las implicaciones del nombre «[?Prajapati]» y de la designación de las «criaturas» como praja, literalmente «progenie», son las mismas que las de Hechos 17:28, «Nosotros somos los hijos de Dios».]], siendo Uno y deseando ser Muchos, con el Intelecto miró al Silencio: lo que estaba en el Intelecto, devino el “Grande”. Él percibió, “Este embrión de Mí mismo está oculto dentro de Mí: yo lo haré nacer por medio de la Voz” [[«Lo que fue engendrado había sido vida en Él» (San Juan 1:4, del griego y según la puntuación tradicional). Que la Vulgata traduzca o gegone, por quod factum est, abstrae, del sentido original, el sentido de la operación vital. Aunque generar y hacer son lo mismo in divinis, las palabras mismas no son sinónimas, en tanto que consideran la misma cosa bajo aspectos diferentes. La versión latina sugiere lo que Gaigneron ha llamado un esfuerzo por «”desnaturalizar’, para no escandalizar». Sin embargo, el Concilio de Nicea mantuvo que el Hijo fue «engendrado, no hecho», y, por consiguiente, encontramos en el Credo genitum non factum, genethenta ou poiethenta.]]. Él separó la Voz: Ella siguió la vía del Vehículo del Paso, llamado así a causa de que “pasa” velozmente. Con lo cual el “Grande” nació debidamente: de lo cual [?Prajapati] habló que “Esta es la grandeza del Grande, que estuvo tanto tiempo dentro”. El “Grande” estaba en [?Prajapati] como su Hijo mayor».

El Hijo es ya, en la unidad indivisa de los principios conjuntos, la imagen de sí mismo del Padre, per verbum in intellectu conceptum [[Dicho por Santo Tomás con referencia a la operación del artista en la semejanza de la creación divina; el concepto mental de la obra que ha de hacerse es literalmente el hijo del artista. En los textos indios aparece una implicación similar, por ejemplo, [?Satapatha_Brahmana] III.2.4.11, «El Intelecto precede a la Voz. si no fuera por el Intelecto, la Voz hablaría incoherentemente»; [?Satapatha_Brahmana] IV.6.7.10, «La Voz no habla sino lo que es contemplado por el Intelecto»; [?Taittiriya_Samhita] II.5.11.5, «Lo que contempla con el Intelecto (yad dhi manasa dhyayati), eso pronuncia con la Voz»; cf. [?Rigveda] I.20.2, donde los Rbhus, los artistas de los dioses, «formados por la conyugación del Intelecto con la Voz» (vacoyuja tataksur manasa, donde taks tiene el sentido de trabajar, como un carpintero, con un hacha sobre madera, en este caso esa madera de la cual está hecho el mundo). La obra de arte es siempre la incorporación de una concepción. Ver Coomaraswamy, «La Doctrina Védica del Silencio».]]; y esta concepción es el «acto de fecundación latente en la eternidad» del Eckhart. La «contemplación del Silencio» por parte de [?Prajapati] es inequívocamente una operación vital: los términos tusnin manasa dhyayat corresponden estrechamente a los de [?Rigveda] X.71.2, manasa vacam akrata, «con el Intelecto tuvo intercurso con la Voz», y [?Satapatha_Brahmana] VI.1.2.9, sa manasaiva vacam mithunam samabhavat, sa garbhy abhavat, «Con el Intelecto tuvo intercurso con la Voz, devino prenado». Que [?Prajapati] separe a la Voz de sí mismo (la cual Voz había sido su «Silencio»), vacam vyasrjata, corresponde a Upanixade VI.4.2, «Él separó a la Mujer», striyam asrjata —«Esta Voz es ciertamente una doncella», yosa va’yam vak, [?Satapatha_Brahmana] III.2.1.19 —y a las palabras de San Agustín «Yo hice de mí mismo una Madre de quien nacer» (Contra V Haereses 5). Debido precisamente a que el Padre mismo toma nacimiento a través de la Madre, hay una coesencialidad del Hijo con el Padre, como en [?Aitareya_Brahmana] VII.13: «Deviniendo un embrión, entra en la esposa, en la madre, y renovándose, nace de nuevo (punar… jayate)». Hay una delegación y transmisión de la Naturaleza universal en la genealogía regni Dei, de la misma manera que la hay de una naturaleza humana particular, en una sucesión dinástica de tipos funcionales; puede agregarse que un «renacimiento» en este sentido —«el hacedor del bien nace ordenadamente en sus hijos», [?Rigveda] VI.70.3; «mis hijos son mi venir al ser de nuevo», [?Jaiminiya_Upanishad_Brahmana] III.27.17; «eso que ha engendrado es su proseguir de nuevo», Upanixade III.17.3— constituye todo lo que, hablando propiamente, es la doctrina india de la reencarnación del individuo, en tanto que se distingue de la de la transmigración de la Persona Espiritual, que, cuando el cuerpo muere, «se apresura de nuevo a una matriz», Upanixade IV.3.36 —coincidiendo reencarnación y transmigración sólo in divinis. La Voz separada asume ahora una función vehicular, la de la liturgia en su aspecto verbal, la Rc, identificada en otras partes con este mundo y la Tierra. El «Grande» (brhat, implicando una extensión indefinida en tiempo y espacio), contenido al comienzo como un embrión (garbha) dentro de la Unidad y transferido ahora por la operación vital a la Madre, en quien aumenta, y de quien nace, es primariamente Agni, el Prajapati [[Agni (o [?Indra], [?Surya] o [?Soma)] es tanto la «Gran Liturgia» (brhad uktha) como, literalmente, un Fuego. Cf. [?Rigveda] V.87.1, donde los himnos se describen como «nacidos de la Voz» (vaci-nispanna). Hemos tratado en otra parte la identidad in divinis del sonido y de la luz. El Hijo es tanto una resonancia como luminoso y calorífico. El Hijo de Dios es un pronunciamiento, «En el comienzo, este mundo era impronunciado» ([?Maitri_Upanishad] VI.6).]] visible y audible, considerado aquí en un aspecto litúrgico: «Nace de los lomos de [?Titan_(mythology)] y brilla en el seno de la Madre» ([?Rigveda] III.29.14), la matriz-altar de la [[En las natividades cristianas de tipo bizantino, donde hay una caverna abierta en lugar del establo en ruinas posterior y más familiar (en último análisis, la significación de ambos es la misma, como también es el caso en la tradición védica, donde el acto creativo implica la abertura de una caverna que es también un establo de ganado), se hace tan claro como es posible que la Theotokos es la Tierra, [?Gaia]. Por consiguiente, es con perfecta exactitud como [?Wolfram_von_Eschenbach] canta, «la Tierra fue la madre de Adán…, sin embargo todavía era la Tierra una doncella… Dos Hombres han nacido de doncellas, y Dios tiene la semejanza tomada del hijo de la primera doncella-Tierra. puesto que Él quiso ser Hijo de Adán» (Parsifal, I, IX.549 sig.).]]. Decir que el «Grande» ha yacido «un gran durante dentro» (jyog antar) es una forma de expresión característica para Agni, como en [?Rigveda] X.124.1, «un gran durante has yacido Tú en la vasta obscuridad» (jyog eva dirgham tama asayisfih), y para su conexo Dirghasravas, como en [?Pancavimsa_Brahmana] XV.3.25, donde el «Lejano Lamento» «estuvo largamente en exilio y con necesidad de alimento» (jyog aparuddho’ samyah (todavía no venido «a comer y a beber»]]. Los mundos están siempre impacientes del nacimiento y salida al día: «¿Cuándo nacerá el Nino?» [?Rigveda] X.95.12.

Otro texto, y muy informativo, es el de Upanixade I.4.1-4. Aquí el relato de la creación comienza con el Espíritu (atman) «sólo en el aspecto de la Persona (purusa)». Esta Persona en el comienzo «era de tal suerte como son un hombre y una mujer estrechamente abrazados (etavan asa yatha stri-pumansau samparisvaktau). Él deseó un segundo. Hizo partirse en dos a su propio Mesmo atmanam dvedhapatayat) [[Como en [?Rigveda] X.27.23, «En la morada de los dioses había sido el primero; de su separación surgió el último».]]. Con lo que vino a ser “marido y mujer”. Él tuvo intercurso con Ella: con lo que fueron engendrados los seres humanos (manusya ajayanta)». De la misma manera, Él y Ella, asumiendo formas distintas a la humana, engendraron su semejanza en estos tipos animales [[[?Rigveda] I.179.2, nupatnir vrsabhir jagamyuh; X.5.2, vrsano samjagmire. arvatibhih, «Nuestra naturaleza original no era en modo alguno la misma que es ahora. Pues el «hombre-mujer» (androgynon) era entonces una unidad en la forma no menos que en el nombre», Banquete 189E.]].

Así una vez más, el Uno deviene Muchos por un acto de generación. La operación inversa, por la que el sí mismo conceptualmente separado se junta con el Mesmo o siempre indiviso, es una «deificación» que se describe como un matrimonio: «Ésta es esa forma suya que está más allá de los metros [[Aticchanda, traducido usualmente como «más allá de los deseos», pero nosotros pensamos que significa, más bien, «más allá de los metros», que son los medios por los que se produce el acercamiento a él.]], que ha sacudido todo mal, y que no tiene ningún temor. De la misma manera que cuando uno está estrechamente abrazado (samparisvaktah, que corresponde a samparisvaktau, arriba) por una amada esposa, y no sabe nada de un adentro o de un afuera, así también, la Persona (espiritual) de un hombre, abrazado por el Espíritu prognóstico (prajnatmana) [[Prajnatman, el Espíritu pre-conociente y omni-conociente, cuya «verdadera forma», que trasciende toda distinción de sujeto y objeto, es una «condensación unitaria de ante-conocimiento» (ekibhuta prajnana-ghana, Upanixade V; krtsna prajnana-ghana, Upanixade IV.5.13), es decir, una única totalidad de conocimiento no derivado de ninguna fuente externa a sí mismo —«la del Inefable que es la Gnosis del Todo» (Pistis Sophia, Códice Askew, ed. Petermann, p. 233). Prajna es, etimológica y semánticamente, el equivalente de la prognosis (prognosis) gnóstica, de la que se habla en el Apocryphon of John como perteneciente a la Péntada macho-hembra de los Eones del Padre, y como habiendo sido el primer don otorgado por el al , el , la Imagen de Sí mismo (citado de Schmidt, en Charlotte A. Baynes, A Coptic Gnostic Treatise, Cambridge, 1933, pp. 8, 9).]], no sabe nada de un adentro ni de un afuera. Esa es su forma verdadera, en la cual se obtiene su deseo, el Espíritu es la totalidad de su deseo, y él no tiene ningún deseo insatisfecho, ni ningún pesar en absoluto» Upanixade. IV.3.21).

Apenas sería una exageración decir que toda la ontología de la tradición védica, igualmente en los [?Samhitas] y en los [?Brahmanas] y Upanishads, se expresa típicamente, más que incidentalmente, en los términos del simbolismo sexual. Nosotros no hemos agotado en modo alguno el material, parte del cual es mucho más expresivo que los textos que se han examinado; pero pensamos que se ha dicho suficiente para demostrar la perfecta ortodoxia de los Tantras en estos respectos. Queda considerar la polaridad y bisexualidad divina en la escritura y exégesis cristiana.


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