Ananda Coomaraswamy — A Transformação da Natureza em Arte
PAROKSA
”Las cuales cosas también nosotros hablamos, no en las palabras que enseña la sabiduría del hombre, sino en las que enseña el Espíritu Santo. Corintios, I.2.13.”
Los términos paroksa y pratyaksa se usan en sentidos contrastados. No es necesario que nos detengamos en la distinción puramente gramatical de paroksa y pratyaksa: una estancia que se refiere a un Ângel (deva), si se expresa en la tercera persona, se dice que es paroksa, «indirecta», o si se dirige inmediatamente en la segunda persona, pratyaksa, «directa», Nirukta, VII.1. Lo que nos interesa más aquí es la distinción de paroksa como propio de los Ângeles (adhidaivata), que consecuentemente se describen como paroksa-priya, «amador de» lo simbólico, y pratyaksa como propio del hombre (manusa) en tanto que individuo (adhyatma), que es evidentemente pratyaksa-priya, «amador de» lo obvio, aunque esto no se afirma explícitamente.
En Jaim. Up. Br., I.20, Ait. Br., III.33 y VIII.30, S. Br., VI.1.1.2 y II y XIV.I.1.13, Br. Up., IV.2.2 y Ait. Up., III.14, se dan ejemplos según sigue (las designaciones paroksa van seguidas en cada caso por las designaciones pratyaksa impresas en bastardilla): antariksa, antaryaksa; manusa, madusa; nyagrodha, nyagroha; Indra, indha, idandra; Agni, agri; asva, asru. A éstas pueden añadirse de pasajes citados abajo: Ahi Budhnya, Agni Garpatya; Soma, nyagrodha; y visvajit, vrata. El término pratyaksa representa al referente paroksa; por ejemplo, «el loto significa las Aguas, esta Tierra es una hoja de él», S. Br., VII.4.1.8, donde el loto y la hoja tienen referentes físicos, las Aguas (= la Posibilidad) y la Tierra (= el Terreno) metafísicos. Evidentemente no es necesario que los términos paroksa y pratyaksa sean sensiblemente distintos; el puskara, el que se habla como el lugar de nacimiento de Agni o de Vasistha, y que representa el Terreno de toda existencia, no es el puskara del botánico, aunque las palabras sean las mismas. La hoja de loto efectiva que se deposita en el Altar del Fuego no tiene ningún significado necesario por sí misma, en tanto que hoja de loto; es meramente un dato respecto al cual nosotros sólo podemos tener un conocimiento estimativo o afectivo; es el referente del puskara-parna, pero personifica al referente del término paroksa, prthivi. La distinción es de referencia, lo que el estudiante, guiado por el contexto, o si fuera necesario por el Comentador, se espera que comprenda1; y si toma la referencia literalmente, decimos que su comprensión es superficial. Pues las referencias paroksa y pratyaksa no son coincidentes: las primeras son nombres de referentes asumidos, o conocidos de otro modo, pero no perceptibles (cf. Sankarâcarya sobre Ait. Up., III.14); y los segundos son nombres de referentes experimentados sensiblemente que son, o se considera que son, meramente símbolos de, o substitutos convenientes para, los antedichos referentes invisibles. De ello se sigue que la referencia del término paroksa es mucho más amplia que la del término pratyaksa; a saber, en que de los muchos signos o substitutos concebibles para el referente operativo pero invisible, el término pratyaksa especifica sólo uno. Al mismo tiempo se sigue también que el vocabulario paroksa será mucho menos numeroso que el pratyaksa; los Ângeles tienen menos ideas, y usan menos medios que los hombres.
El pasaje, Ait. Up., III.14, ya citado puede reproducirse en toda su extensión. En el verso precedente se dice que el Sí Mismo, individualmente consciente en la pluralidad de los seres, contempló al Brahman inmediatamente, es decir, reconoció su manifestación en el mundo (cf. Kena Up., 24-28), y «Yo Lo he visto (idam dadarsa), dijo». Entonces sigue: «Por tanto su nombre es Idam-dra (“viéndo-Lo”), Idandra ciertamente es su nombre. Del que es Idandra, los Ângeles hablan (lit. “consideran”, acaksate) metafísicamente (paroksena) como Indra, pues lo metafísico, ciertamente, es propio de los Ângeles». Sankarâcarya comenta como sigue: «Porque el Supremo Sí mismo vio “Esto”, al Brahman inmanente, cara a cara directamente (saksad aparoksat), inmediatamente (aparoksena) como “Esto”, por ello Él (el Supremo Sí Mismo) es llamado Idandra; Dios (Ishvara) está en el mundo (loke) explícitamente (prasiddha) con el nombre de Idandra. “El que es Idandra, metafísicamente Indra”: es decir, los conocedores del Brahman hablan de Él así, con referencia metafísica (paroksâbhidhanena), para propósitos prácticos (samvyavaharikârtha) por temor a tomar (grahana) (en vano) Su nombre que es digno de toda adoración. “Lo metafísico es propio de los Ângeles”: es decir, ellos están habituados (priya) a los nombres metafísicos (paroksa), y es por ello ciertamente que son “Ângeles”. Mucho más así en el caso de Dios (Ishvara), que es el Ângel de todos los Ângeles».