Coomaraswamy: Paixões (Maruts)

Los Maruts, los «Dioses Tempestades» védicos y, en nosotros, nuestras «tempestuosas pasiones», se identifican expresamente con los Soplos (Aitareya Brahmana III. 16, […]) o son la fuente de nuestros Soplos (Satapatha Brahmana IX.3.1.7, […]). En tanto que Rudras son los hijos de Rudra (Agni) y Prsni (la Tierra), pero ganan sus «nombres sacrificiales» por su cooperación y su «clamor en torno» a Indra en el sacrificio de Vrtra, y así «por libre consentimiento (svadham anu)1 obtuvieron el renacimiento» (Rg Veda Samhita I.6.4, […], con V.29.1 y VIII.53.5, 6), es decir, se regeneran, desde la operación sacrificial, como dioses (Rg Veda Samhita X.56.7, […])2. Apenas hay necesidad de decir que los dioses, en su pluralidad, eran originalmente mortales, y que solo obtuvieron su inmortalidad por «mérito» (Rg Veda Samhita X.63.4; Satapatha Brahmana II.2.2.8, XI. 1.2.12, XI.2.3.6), o que, por esta misma razón, los Soplos sacrificiales son los «Dioses Perfectibles» (Rg Veda Samhita X.90.16, […], con referencia a aquellos primeros sacrificadores a quienes Sayana llama acertadamente «las “formas del Soplo de Prajapati”», prajápati-prána-rupá3; Satapatha Brahmana X.2.2.3, […], «los “Dioses Perfectibles” son los Soplos»). Indra («impeledor de los Rsis», Rg Veda Samhita VIII.51.3) es «el Rsi de los Maruts» (Rg Veda Samhita V.29.1); y ellos son notablemente «sacrificadores domésticos» (grhamedhinah, Satapatha Brahmana II.5.3.4) y participan en la sesión sacrificial (saítra)4 en tanto que iniciados acompañantes de su Grhapati (Indra, Prajapati, Agni, Pancavimsa Brahmana X.3.5, 6, XIV.14.9) —donde la «casa», es por supuesto, la de este cuerpo en el que nosotros vivimos. Es en su capacidad de sacrificadores como los Maruts concuerdan íntimamente con los Soplos, pues «los dioses, nacidos de la mente, y uncidos a la mente, son los Soplos; en ellos uno sacrifica inmaterialmente» ([…], Taittiriya Samhita VI.1.4.4), y con miras a la inmortalidad, puesto que la inmortalidad solo puede ganarse con ofrendas incorporales (Aitareya Brahmana II.14).

No nos sorprenderá encontrar que casi todo lo que se dice de los Soplos se predica también de los Maruts. Son «Poderes» (vibhutayah) y «asignaciones» (hitah), a quienes se encomienda la guarda (raksatá) del sacrificador (Rg Veda Samhita 1.166.3, 8, 11), y la «protección del mortal» (pánti martyam, Rg Veda Samhita V.52.4); son «fuegos» (agnayah, Rg Veda Samhita III.26.4), «rayos» (rasmayahh, Pancavimsa Bráhmana XIV. 12.9; Satapatha Bráhmana IX.3.1.25), mezclados con «gloria» (sriyá, Rg Veda Samhita VII.56.6, cf. V.55.3); y, como los Soplos mismos, se les compara a los radios de una rueda (Rg Veda Samhita V.58.5, X.78.4). Son expresamente «co-nacidos» (sakam jatah, Rg Veda Samhita V.55.3 = sakam-uks, VII.58.1), hermanos, de los cuales ninguno es más viejo o más joven (V.59.5, 6. V.60.5)5. Como dioses de la lluvia, se asocian muy estrechamente (Rg Veda Samhita), incluso se identifican, con las Aguas (Aitareya Brahmana VI.30); y, ya sea como vientos o ya sea como aguas, hacen «rugir» a las montanas (nadayanta, Rg Veda Samhita I.1665), mientras que, como los Rios – Siete Ríos, son «conocedores del Orden» (rtajnah, Rg Veda Samhita V.58.8). Como los seres elementales (Maitri Upanishad VI. 10.35), se identifican con los tallos del Soma6 (Rg Veda Samhita I.166.3; Sayana, pranadi rupena sarire sthitah; Taittiriya Samhita VI.4.4.4, prana vai ansavah). Son, como los Rsis y los Soplos, una hueste (gana), o huestes de siete o de sietes (Satapatha Brahmana II.5.1.13, V.4.3.177, IX.3.1.1-258; Taittiriya Samhita V.4.7.7, etc.), cuyo caudillo (gananam ganapati9, Rg Veda Samhita II.23.1, X.112.9; sagana, III.47.4) es Brahmanaspati (el «Sacerdotium»)10 o Indra (el «Reg-num») —Indra, «el impeledor de los Rsis» (Rg Veda Samhita VIII.51.3), «es su Rsi (de ellos)» (V.29.1). En otras palabras, son los súbditos, vasallos, guardia y milicia del gobierno dual de Indrabrhaspati11, y el modelo de los «Comunes» del cuerpo político, ya sea del estado o ya sea del ser humano, cuya salud depende de su lealtad hacia su cabeza, como ello es explícito en Taittiriya Samhita V.4.7.7 y VI.1.5.2, 3, donde la unanimidad y lealtad de los pueblos terrenales es una consecuencia de la adhesión de los Maruts al «Regnum» in divinis.

Es principalmente aquí, en su relación con Agni e Indra, hacia quienes, ciertamente, los Maruts pueden ser desleales (Rg Veda Samhita I.165, VIII.7.30, 31, etc.), pero, a quienes normalmente sirven como aliados en la batalla contra Vrtra y en la obtención de los Ríos con los que están tan estrechamente conectados, donde se centra principalmente su significación para nuestra psicología. Por toda la literatura védica encontramos que, en la batalla con Vrtra, el «valiente (abhimati)» Indra es abandonado por los dioses aterrorizados y lucha solo, o más bien con ninguna otra ayuda que la de sus «buenos aliados» (Rg Veda Samhita VIII.53.5, 6), los Maruts o los Soplos, que, por su participación en esta operación sacrificial, alcanzan su divinidad (Rg Veda Samhita I.87.5, VIII.96.7; Aitareya Brahmana III.16, 20, etc.)12. Indra resulta victorioso en tanto que su caudillo, no cuando ellos persiguen sus fines propios; Indra es el «Regnum», y toda la ciencia del gobierno es una ciencia de control de sí mismo o de auto-control (Arthasastra, I.6).

  1. Como vi-dha implica una dispersión del poder, así sva-dha es autodeterminación, autoemplazamiento (cf. svasthah, autothetos), autenticidad y, en efecto, «libre albedrío» (kamacara, […]), como el del Viento que «sopla donde quiere» ([…]).[]
  2. Pues «mientras no sacrifica, uno es todavía innacido» (Jaiminiya Upanishad Brahmana III.14.8; cf. Jaiminiya Upanishad Brahmana I.17, nacido de la carne, pero no del Espíritu): el Hombre, el Hombre Mismo, nace del Sacrificio, del Fuego, en el que «este hombre» se sacrifica a sí mismo (Satapatha Brahmana III.9.4.23, VII.2.1.6, XII.9.1.1; Kausitaki Brahmana XV.3), y así se redime de la muerte (Satapatha Brahmana III.6.2.16); el cual renacimiento sacrificial es el segundo nacimiento (en el sentido de San Juan 3:6,7), y prefigura el tercer nacimiento o resurrección después de la muerte «cuando llega la hora».[]
  3. Puesto que solo son los nombres de sus actos, las «formas» (rupani) que él asume en su operación sacrificial (karma, Brhadaranyaka Upanishad I.4.7, I.5.21, 22); o, en las palabras de Indra dirigidas al Rsi Visvamitra, «Yo soy el Soplo, que eres tú, que (son) todos los seres elementales (bhutáni) y que brilla allá lejos (el Sol); es en esta forma (rupa) como yo penetro todas las direcciones ([…]), con ellos me alimento» (Aitareya Aranyaka II.2.3) — «me alimento», pues «todas las direcciones le rinden tributo» (Chandogya Upanishad II.21.4), y es así como «él se alza sobre el alimento» (yad annena atirohati, Rg Veda Samhita X.90.2).[]
  4. La «sesión» sacrificial (sattra), especialmente como se lleva a cabo por los grhamedhinah y grhapati del «hogar» humano, es decir, mental y meta-físicamente (manasa, paroksam), los iniciados sacerdotales la efectúan en su propio nombre; no hay ningún patrón (yajamana) y, por consiguiente, ninguna «recompensa» pecuniaria (daksina); «solo el Sí mismo es su recompensa, y debido a que obtienen el Sí mismo como su recompensa, alcanzan el cielo» (Taittiriya Samhita VII.4.9.1; cf. Taittiriya Samhita VII.2.10.2; KB XV.1; Satapatha Bráhmana IX.5.2.12-16; cf. Coomaraswamy, Atmayajna, e Hinduismo y Budismo, 1943, p. 21).[]
  5. Ver akanittha en Coomaraswamy, «Algunas Palabras pali».
    La igualdad de los Maruts que, como los Soplos, se comparan a los radios de una rueda, de los cuales ninguno es el primero ni el último en orden, es como la de los miembros de un clan o de una cofradía, y da su significado propio a la frase «todos los hombres nacen iguales».[]
  6. Para las implicaciones de esto, ver mi Atmayajna.[]
  7. Un análisis del «carro» (cf. Aitareya Aranyaka II.3.8; Katha Upanishad III.3; Jataka VI.252) con su cuerpo de madera, cuatro caballos, conductor y pasajero real, «siete en total», al igual que la «séptuple Persona» de Satapatha Brahmana VI.1.1.1 sig.[]
  8. Los versos 4-6, que comienzan «y estos mundos son lo mismo que esta cabeza», corresponden muy estrechamente a la descripción de la «cabeza» cósmica en Timeo 44D, 45B, 81D.[]
  9. Puesto que los Maruts son también los Rudras, su padre, Rudra, se llama también el «caudillo de las huestes» (gananam ganapati, Vajasaneyi Samhita XVI.17; Satapatha Brahmana IX.1.1.18). En la mitología «posterior», en la que Siva (Rudra) es asistido por las huestes (gana) de los espíritus (bhuta), esta jefatura es ejercida por sus hijos, intelectualmente por Ganapati (Ganesa, la deidad de cabeza de elefante) y en el sentido militar por Karttikeya (Senapati); éstos dos representan el «Sacerdotium» y el «Regnum», y corresponden a los Agni-Brhaspati e Indra védicos.[]
  10. Saptagu, Rg Veda Samhita X.47.6, es decir, «de siete rayos»; cf. Grassmann, s.v. gu en los sentidos 7, 8: como es explícito para Agni-Brhaspasti en Rg Veda Samhita I.146.1 y VI.44.14.[]
  11. Para la teoría, ver Coomaraswamy, AUTORIDAD ESPIRITUAL Y PODER TEMPORAL EN LA TEORÍA INDIA DEL GOBIERNO. Toda esta teoría se aplica tanto al auto-control como con al gobierno de un Estado: se trata, en otras palabras, de una psicología del gobierno.[]
  12. En la versión budista de la misma historia, el Bodhisatta es abandonado de la misma manera por los dioses y dejado «solo»; pero las virtudes o poderes cardinales, que son, «por así decir, sus asistentes» (parijana, cf. paribrhan en Aitareya Brahmana VI.28, y srija parivraham en Jaiminiya Upanishad Brahmana IV.24.11) no le abandonan y, usándolos como su escudo, vence al ejercito de Mara (de Namuci, de Vrtra) (J I.72 sig.). Lo que esto implica, igualmente para Indra y para el Bodhisatta, es que ellos son victoriosos en la medida en que están recogidos, en que se han juntado a sí mismos, en que están «en samadhi»: pues «quien los conoce de otro modo que en sí mismo, está “abandonado por los dioses”» (Brhadaranyaka Upanishad IV.5.7).[]

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