Coomaraswamy Necessidade Arte

Ananda Coomaraswamy — ARTIGOS SELETOS DE METEFÍSICA
Necessidade da Arte
¿Para qué son todas estas artes? Son siempre para suplir una necesidad o una deficiencia real o imaginada por parte del patrón humano, para quien, en tanto que cliente colectivo, trabaja el artista [[República 369BC, El Estadista 279CD, Epinomis 975C.]]. Cuando está trabajando para sí mismo, el artista, en tanto que un ser humano, es también un consumidor. Las necesidades a las que el arte tiene que servir pueden parecer materiales o espirituales, pero como insiste Platón, es uno y el mismo arte —o una combinación de ambos artes, práctico y filosófico— el que debe servir a la vez al cuerpo y al alma si ha de ser admitido en la [[República 398A, 401B, 605-607; Leyes 656C.]]. Veremos ahora que la propuesta de servir a los dos fines por separado es el síntoma peculiar de nuestra moderna «falta de corazón». Nuestra distinción entre «arte bello» y «arte aplicado» (que es ridícula, puesto que el arte bello mismo se aplica para dar placer) es como si «no sólo de pan» [[Deuteronomio 8:3, San Lucas 4:4. (v. Tentações de Jesus]]) hubiera significado «de pastel» para la elite que va a las exhibiciones, y «sólo pan» para la mayoría, y habitualmente para todos. La música y la gimnasia de Platón, que corresponden a lo que nosotros parecemos entender por «arte bello» y «arte aplicado» (puesto que una es para el alma y la otra para el cuerpo), nunca están divorciadas en su teoría de la educación; seguir sólo la primera conduce al afeminamiento, seguir sólo la segunda conduce a la brutalidad; el tierno artista no es más hombre que el rudo atleta; la música debe traducirse en gracias corporales, y el poder físico debe ejercitarse sólo en mociones mesuradas, no en mociones violentas [[República 376E, 410A-412A, 521E-522A, Leyes 673A. Platón siempre tiene en vista el logro de lo «mejor» a la vez para el cuerpo y para el alma, «puesto que no es bueno, ni enteramente posible que una sola especie se quede sola, pura y aislada consigo misma» (Filebo 63B; cf. República 409-410). «El único medio de salvación de estos males no es ejercitar el alma sin el cuerpo ni el cuerpo sin el alma» (Timeo 88B).]].

Sería superfluo explicar cuales son las necesidades materiales a las que debe servir el arte: sólo necesitamos recordar que hay una censura de lo que debe o no debe hacerse, que debe corresponder a nuestro conocimiento de lo que es bueno o malo para nosotros. Está claro que un gobierno sabio, un gobierno de hombres libres por hombres libres, no puede permitir la manufactura y venta de productos que son necesariamente nocivos, por muy provechosa que tal manufactura pueda ser para aquellos cuyo único interés es vender, sino que debe insistir en esos modelos de vida cuyo mantenimiento fue una vez la función de los gremios y del artista individual «inclinado por la justicia, que rectifica la voluntad, a hacer su trabajo fielmente» [[Summa Theologica I-II.57.3 ad 2 (basado en el punto de vista de la justicia de Platón, que asigna a cada hombre el trabajo para el que es naturalmente apto). Ninguna de las artes persigue su propio bien, sino sólo el del patrón (República 342B, 347A), que está en la excelencia del producto.]].

En cuanto a los fines espirituales de las artes, lo que Platón dice es que los dioses nos dotaron de visión y de oído, y que «las Musas dieron armonía al que puede usarlos intelectualmente (meta nou), no como una ayuda al placer irracional (hedone alogos), como se supone hoy, sino para asistir a la revolución interior del alma, para restaurarla al orden y a la concordia consigo misma. Y debido a la falta de medida y de la carencia de gracias en la mayoría de nosotros, los mismos dioses nos dieron el ritmo para los mismos fines» [[Timeo 470DE; cf. Leyes 659E, sobre el canto.]]; y que mientras que la pasión (pathe), evocada por una composición de sonidos, «proporciona un placer de los sentidos (hedone) al ininteligente, ella (la composición) da al inteligente ese contento del corazón que se induce por la imitación de la armonía divina producida en las mociones mortales» [[Timeo 80B, parafraseado en Quintiliano IX.117, «docti rationem componendi intelligunt, etiam indocti voluptatem». Cf. Timeo 47, 90DN]]. Esta delectación o felicidad última que se experimenta cuando nosotros participamos de la fiesta de la razón, que es también una comunión, no es una pasión sino un éxtasis, una salida de nosotros mismos y un ser en el espíritu: una condición que no es susceptible de análisis en los términos del placer o del dolor que pueden ser sentidos por los cuerpos o almas sensitivos.


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