La noción de un «juego» divino aparece repetidamente en el Rg Veda. De las veintiocho apariciones de kril, «jugar» (en sentidos diversos), y de los adjetivos conexos, citamos Rg Veda Samhita IX.20.7, […], «jugando, como un libérrimo mayoral, vas tú, oh Soma»; IX.86.44 donde «Soma, mismo que Ahi, deslizándose fuera de su piel vieja, fluye como un brioso corcel (krilan)»[[Las llamas de Agni se comparan a caballos briosos en Rg Veda Samhita IV.6.5.]]; X.3.5, donde las llamas de Agni son las «juguetonas» (krilumat); y X.79.6 donde, con respecto a su operación dual, ab intra y ab extra, inmanifestado y evidente, Agni se describe como «no jugando y jugando» (akrilan krilan). Es obvio que Agni se considera «jugando» en tanto que «se enciende y se apaga» ([…], Aitareya Brahmana III.4), y que la designación de sus lenguas como las «tremolantes» (lelayamanah) en Mundaka Upanishad I.2.4 corresponde a su designación como las «juguetonas» en Rg Veda Samhita X.3.5. Al mismo tiempo se dice constantemente que Agni «lame» (rih, lih) todo lo que ama o devora; por ejemplo, «Agni lame (pari… rihan) el manto (forestal) de su madre y… siempre está lamiendo (rerihat sada, Rg Veda Samhita I.140.9)», y «como se mueve con su lengua, continuamente lame (rerihyate) a su madre» (Rg Veda Samhita X.4.4).
La idea de un juego o divertimiento divino está plenamente representada en las «Upanishads» y la Bhagavad Gita, pero la palabra lila no aparece, y krid aparece sólo en Chandogya Upanishad VIII.12, donde el Espíritu incorporal (asarira atman) se considera «riendo, jugando (kridan) y tomando su placer», y en Maitri Upanishad V.1, donde «el Espíritu Universal (visvatman), el Creador Universal, el Gozador Universal, la Vida Universal» es también «el Señor Universal del juego y el placer» (visvakridaratiprabhuh)[[Esto es virtualmente idéntico a Brhadaranyaka Upanishad IV.3.13, donde también se nos recuerda que «los hombres contemplan su delectación (aramam), pero a Él no Le ven».]] en los que participa sin ser movido, estando en paz consigo mismo (santatman).
Por lo que se ha citado arriba, está claro que nosotros podríamos hablar tan legítimamente de un Soma-krida o Agni-krida o Brahma-lila como lo hacemos de un Buddha-lilha o Krsna-lila. La expresión Buddha-lilha aparece en los Jatakas[[No puedo seguir las referencias del Dhammapada Atthakatha dadas por el PTS Dictionary.]], por ejemplo, I.54, donde los dioses dicen que «a nosotros nos será dado contemplar la infinita Buddha-lilha del Bodhisatta (de Gautama el Buddha) y escuchar su palabra». La traducción de lilha aquí, y en el PTS Dictionary, por «gracia» es demasiado débil; la gracia de la virtuosidad (kusalam) del Buddha está ciertamente implícita, pero la referencia directa es a sus «obras maravillosas»; la lilha del Buddha, como la lila de Brahma, es la manifestación de sí mismo en acto. En otra parte de los Jatakas encontramos la palabra lila, en la expresión lila-vilasa (Jataka V.5 y 157); lila-aravinda aparece en Vimanavatthu Atthakatha 43 (E. R., ed. Gooneratne, Londres, 1886 (PTS. Si tuviéramos que considerar solo la palabra lilha, la derivación de lih (rih), «lamer»[[El PTS Dictionary dice que lih significa «pulir», pero esto es todo lo más un sentido derivado; los significados primarios son lamer y en este sentido «besar».]], bastaría para confirmar nuestro punto de vista de que fue el «juego» de las llamas de Agni lo que proporcionó desde el comienzo un soporte natural para la noción de un «juego» divino. Pero aunque no tenemos la menor duda en lo que concierne a la conexión de las ideas, sería imposible derivar de la misma raíz el equivalente lila. Lila debe conectarse con lelay, «fulgurar» o «tremolar» o «flamear», un tema que, como lila mismo, es postvédico; y esto difícilmente puede ser otra cosa que una forma reduplicada de li, «adherirse». Un desarrollo semántico desde «adherirse» a «jugar» no sería inconcebible si resaltamos los sentidos eróticos de las palabras sánscritas. Por otra parte, como dice el St. Petersburg Dictionary, lila se ha considerado a menudo como una corrupción de krida. Nosotros solo sugeriremos que la raíz es efectivamente li, pero que la forma de la palabra lila puede haberse asimilado a la del equivalente krida.
Este breve examen nos dejará libres para considerar los interesantísimos usos del verbo lelay. Ya hemos citado lelayamanah, que califica a las «lenguas» de Agni. En Mundaka Upanishad I.2.2, […] es «tan pronto como la punta de la llama arde hacia arriba». Un desarrollo natural se encuentra en Svetasvatara Upanishad III.18, […], «hacia afuera revolotea el Cisne», es decir, el Señor (prabhuh), la Persona, el Espíritu (Atman – atman), Brahma en tanto que Pájaro-Sol; y este «revoloteo» es evidentemente otro modo de referirse a los «gozos» del Cisne descritos en Brhadaranyaka Upanishad IV.3.12-14. En el mismo contexto (Brhadaranyaka Upanishad IV.3.7), de este Espíritu, Persona y Luz Intelectual del Corazón, según se mueve hacia aquel mundo y desde aquel mundo a este, permaneciendo siempre el mismo, se dice que parece ora contemplar, y ora revolotear o incandescer o arder visiblemente ([…]), estar «dormido» o estar «despierto». Así pues, es de la noción y de los efectos del Fuego, de la Luz y del Espíritu de lo que lelay puede predicarse.
Debemos tratar a continuación una serie de textos en los cuales el Sol, o el Indra solar, o el Saman, o el Udgitha identificado con el Sol o el Fuego, se dice que llamea en lo alto o por encima de la cabeza. En Jaiminiya Upanishad Brahmana I.45.1-6, el Indra solar «nacido aquí de nuevo como un Rsi, un hacedor de encantaciones (mantrakr), para la guarda (guptyai) de los Vedas»[[Se comprenderá que Agni e Indra son tanto «resonancias» como «luces», y que el «lamido» de las llamas de Agni es también su «crepitación» o «canto». El Sol mismo «canta» tanto como «brilla», y esto encuentra expresión en el verbo arc, que significa bien «cantar» o bien «brillar», o quizás más bien los dos en uno (verbum et lux convertuntur); cf. Coomaraswamy, «El Beso del Sol».]], cuando viene como el Udgitha «asciende desde aquí al mundo de la luz celestial ([…]) y arde sobre la cabeza ([…]); y uno debe saber que “Indra ha venido”»[[Agamana es literalmente «adviento»: cf. «Tathagatha».]]. De la misma manera en Jaiminiya Upanishad Brahmana I.51.3, el Saman, habiendo sido expresado (srstam) como el Hijo del Cielo y de la Tierra, «avanzó hacia allí y se detuvo llameando» (lelayad atisthat). Nuevamente, en Jaiminiya Upanishad Brahmana I.55, donde el Sol («El que arde allí») ha nacido del Ser y el No Ser, del Saman y la Rc, etc., se dice que «Él arde en lo alto ([…]), el Saman puesto arriba». Pero primeramente «él era inestable, parecía ([…]); no tenía llama, parecía ([…]); no ardía en lo alto ([…])»[[Alelayat lo tomo como un ejemplo del verbo negativo, como lo requiere el sentido en el contexto presente. (De otro modo, «solo tremolaba y no brillaba»; cf. Taittiriya Samhita V.6.4.2 y VIII.3.10.4, «no lucía»). Con na, atapat, cf. Satapatha Brahmana IV.6.6.5, donde también «al principio el Sol no brillaba» ([…]).]]. Solo cuando fue hecho firme por los dioses ardió hacia arriba, hacia abajo y de parte a parte (es decir, brilla desde el centro en las seis direcciones, siendo él mismo el «rayo séptimo y mejor»). Lo que se dice en Jaiminiya Upanishad Brahmana I.45.4-6, citado arriba, se repite con referencia al «Soplo» (prana), identificado con el Pastor solar de Rg Veda Samhita I.164.31, cf. Aitareya Aranyaka II.1.6; el Soplo, por consiguiente, […] (Jaiminiya Upanishad Brahmana III.37.7). En Jaiminiya Upanishad Brahmana II.4.1, a este mismo «Soplo» se le llama «el Udgitha que controla agudo como llama» ([…]), y en Jaiminiya Upanishad Brahmana II.4.3, «Ciertamente, “agudo como llama” deviene el renombre de quien es un Comprehensor de ello»[[Cf. Platón, «El Banquete» 197A, donde aquellos a quienes el Amor inspira son «faros de luz».]].
Parece, entonces, que mientras que in divinis (adhidevatam) «sobre la cabeza» significa «en el cielo», con referencia a una persona dada aquí abajo (adhyatman) significa solo sobre la cabeza. Por consiguiente, encontramos en el Lalita Vistara (I, p. 3) que cuando el Buddha está en samadhi, «un Rayo, llamado el “Ornamento de la Luz de la Gnosis” ([…]), procedente de la apertura en la protuberancia craneal (usnisavivarantarat)[[Es innecesario examinar aquí si usnisa significa (como hemos asumido) «protuberancia craneal», o «turbante». En uno y otro caso es de la coronilla de la cabeza de donde procede la luz. Hay un paralelo estrecho a la redacción en Jataka VI.376, donde la deidad del parasol real emerge por una abertura en su punta ([…]). Hemos senalado ya que pindika corresponde a usnisa como «protuberancia craneal» (cf. Coomaraswamy, «Algunas Palabras pali», s.v. Pindaka).]], juega sobre su cabeza» ([…]). Esto es manifiestamente la prescripción iconográfica subyacente en la presentación de una llama que se hace salir de la coronilla de la cabeza en muchas de las figuras tardías del Buddha. El Saddharma Pundarika (tr. H. Kern, Oxford, 1884) (p. 467 del texto) pregunta: «¿Por razón de qué gnosis (jnana), es que la protuberancia craneal (murdhnyusnisa) del Tathagatha brilla (vibhati)?». La respuesta a esto se da en parte arriba, y más generalmente en Bhagavad Gita XIV.11: «Cuando hay gnosis, la luz brilla afuera ([…]) desde los orificios del cuerpo, y entonces se sabe que el “Ser ha madurado” ([…]), es decir, que el hombre ha «devenido lo que él es» (cf. Santo Tomás de Aquino, «La refulgencia corporal es natural en un cuerpo glorificado … pero milagrosa en un cuerpo natural», Summa Theologica III.45.2c). Antes de proseguir al último paso debemos hacer alusión a otro contexto bien conocido en el que una llama aparece «sobre la cabeza». El Raga Dipak es célebre como una melodía que es literalmente una iluminación y que puede consumir al cantor en su llama; en el texto hindi se dice que «Dipak se recrea ([…]), Dipak es un rey, que exhibe la plenitud de la belleza y sobre cuya cabeza brilla una llama tremolante (bigala bijotimastaka ujiyari)»[[Ver Coomaraswamy, «Dipak Raga» (Y.O.A. 1924-25, p. 29). En algunas representaciones de este Raga el cantor está en un estanque de agua para mayor seguridad. Para el Dipak Raga ver también Sheikh Chilli, Folktales of Hindustan (Allahabad, 1913), pp. 118, 125.]]. Teniendo presente que el Spiritus Sanctus es la «luz intelectual», el «funkelin der sele» del Maestro Eckhart, y que el Fuego es el principio del Habla[[(«El Fuego, deviniendo el habla, ocupó la boca» ([…], Aitareya Aranyaka II.4.2), «morando en los seres como el Habla en el hablador» (Atharva Veda Samhita II. 1.4). Es cierto que todos los poderes del alma (Prana) son «medidas del Fuego»; sin embargo, siempre que se particularizan las correspondencias, el Habla corresponde al Fuego, la Visión al Sol, etc. (por ejemplo, Satapatha Brahmana X.3.3.8.]], puede citarse un notable paralelo de algunos de los contextos precedentes con los Hechos 2:3-4, donde el Espíritu se aparece a los Apóstoles en la forma de «lenguas de fuego partidas y se posó sobre cada uno de ellos. Y ellos. comenzaron a hablar con otras lenguas, según el Espíritu les daba a expresar».
Por consiguiente, nos ha sido posible rastrear, no solo la continuidad y universalidad de la noción de la actividad divina concebida como un tipo de juego y divertimiento, sino también reconocer en el «juego» de una llama tremolante o de una luz vibrante el símbolo adecuado de esta epifanía del Espíritu.