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Hesíodo / Teogonia / Trabalhos e Dias

  

HESIODOS (c. 750-650 aC)

Eudoro de Sousa

Na Teogonia de Hesíodo, pelo menos quanto aos primeiros dinastes, nascem deuses da despotenciação de outros, despotenciação que equivaleria à morte se, entre os Gregos, «deuses» e «imortais» não fossem sinônimos. Mas inverossímil é que Hesíodo não se apercebesse da grande verdade que se atribui a algumas palavras de Xenófanes  , que no decorrer da sua luta contra o antropomorfismo teria asseverado que tão ímpios são os que dizem que os deuses morrem quanto os que dizem que teriam nascido. De modo que muito estranho parece que o poeta que justamente se orgulha do dom de distinguir a verdade da falsidade — isso é o que implicado está nas palavras das Musas do Helicon: «sabemos dizer muitas mentiras, mas, querendo-o, também sabemos enunciar [só] as verdades» (Th., 26-27) — não tivesse alegorizado a nascida de suas divindades. Pelo menos, vê-se bem uma «razão» plausível: o uso das genealogias para ordenar o que parecia insubmisso a qualquer esforço de ordenação: a imensa turba dos deuses que uns a outros não cediam o passo, no que respeitava a reivindicações e prerrogativas. O expediente genealógico pressupunha enlaces entre deuses e deusas, entre deuses e mulheres mortais, entre deusas e homens. Assim teriam de nascer deuses e heróis. Aliás, Hesíodo só generalizou em demasia. Desde o neolítico mediterrâneo (que, nem seria preciso dizê-lo, Hesíodo não conhecia), bem se sabe da fecundidade irreprimível da Magna Mater. Mas a Deusa-Mãe só dava à luz deuses que morriam. Não é daqui, portanto, que nasceu a codificação genealógica, não sei de que mistério. É possível que não haja mistério nenhum, mas só o engenhoso processo que Paula Philipson descobriu: «genos seria o modo como primordialmente vivemos, em uma unidade sensível, as relações entre passado, presente e futuro». Além disso, a genealogia é forma de explicar a essência de uma divindade: o que o pai é, revela-se no que são seus filhos e os filhos de seus filhos. Quereria Hesíodo efetivamente dizer que os deuses nasciam? Acreditaria ele no que disse na letra de seu poema teogônico? Por outro lado, bem sabia o poeta que deuses morriam. Se de morte fosse o poema, não nos enrodilharíamos em [74] problemas insolúveis. Mas temos de nos resignar. Não podemos nem devemos pôr na mente de Hesíodo pensamento que não foi o dele. Deuses nascem! [EudoroMito:74-75]

Jaeger

En la épica más antigua no había ni asomos de llamar al poeta por su nombre; el poeta era sencillamente un vehículo anónimo de la inspiración de las Musas, que llevaba por el ancho mundo las leyendas de los antiguos tiempos. Este hecho suministra un topos canónico para los prooimia; pero Hesíodo lo aprovecha como una ocasión para hacer un poco de historia personal. Nos cuenta cómo se le aparecieron, a él, Hesíodo, las Musas mientras guardaba sus ovejas al pie del monte Helicón, y cómo le dieron el báculo del rapsoda en señal de que su misión debía ser la de cantor. Aquí esta ya claramente expresada la nueva aparición de lo subjetivo. Pero esta aparición también entraña una nueva responsabilidad. Las Musas dicen a Hesíodo:

Sabemos cómo decir muchas cosas falsas que suenan como verdades; Pero también sabemos cómo expresar la verdad cuando lo preferimos.

Evidentemente, Hesíodo siente que aquí va más allá que los poetas anteriores; pues pretende decir la verdad acerca de aquellos seres de que más difícil es saber algo, de los dioses mismos. Su obra va a revelar el origen   de todos los dioses reinantes a la sazón sobre el Olimpo; también nos dirá él cómo se originó el mundo, con todo su orden actual. Tiene por consiguiente que recoger todos los mitos importantes y que mostrar cómo armonizan unos con otros; quizá tenga que eliminar muchas versiones que le parecen inexactas, o que excogitar nuevos enlaces allí donde la tradición no proporciona ninguno.

El postulado básico de Hesíodo es el de que hasta los dioses han tenido orisren. Esta idea no era en modo alguno nueva en aquel tiempo. Era una idea frecuentemente implícita en las leyendas, aun cuando pudiera parecer incompatible con el hablar corrientemente de los dioses eternos. El propio Zeus y otras varias entre las grandes divinidades objeto de culto habían tenido padres y años de juventud. Narraciones semejantes se habían contado" incluso de Cronos y Rea, a quienes se había hecho hijos de Urano y Gea. Más allá de esto no iba la serie; se había alcanzado el primer principio y no se hacían más preguntas. Nadie que tratase de dar a todos estos cuentos sobre los divinos antepasados un orden preciso, como hacía Hesíodo, podía dejar de ver los dioses mismos aproximadamente de la misma manera. La idea de una serie de procreaciones sucesivas, que es la solución que da Hesíodo al problema, se convierte en el principio mediante el cual pueden vincularse en último término todos los seres individuales que forman parte del mundo de la divinidad.

En esta forma se desarrolla una genealogía sistemática de los dioses. Para Hesíodo, que es capaz de ver divinas personalidades hasta en fuerzas físicas como el cielo y la tierra, la generación es la única forma real de tener origen. Si tenemos claramente presente este hecho, podemos seguir el rastro de un tipo de pensamiento causal inequívocamente racional por la consecuencia con que se desenvuelve, aunque tome la forma del mito, por detrás del afán de reducir a esquema todas las generaciones de los dioses desde el comienzo mismo del mundo. Poco importa que no hubiese aparecido aún la idea de causa y efecto, pues se trata de un auténtico sophizesthai, aunque sea mythikos.

Teogonia

O mundo, de que falam as Musas, mostra, em todos os sentidos, o sentido de Zeus, que se revela como uma unidade complexa com suas quatro fases e quatro zonas, constituídas por quatro diversas linhagens divinas, cujos seres são bem e sabiamente definidos por Zeus mediante quatro combates.

O mundo como devir dos Deuses em grego se diz Theogonía. O título formal Teogonia, para este poema de Hesíodo, cristalizou-se ao longo dos séculos da História da cultura grega certamente porque neste poema cosmogônico para os gregos realizou-se à perfeição esta forma mítica de pensar o mundo denominada "teogonia".

O sagrado ser dos Imortais sempre vivos é aparentemente o fenômeno do mundo. As noções de ser e de devir não se dissociam, nem se perde uma da outra, mas são pensadas em sua unidade de sentido dita pelos verbos gígnesthai e eínai na Teogonia de Hesíodo, na qual a palavra génos significa, em sua unidade de sentido: origem, gênero, ser e devir.

Para este modo de pensar e como fundamento dele, o sentido de Zeus (Diòs nóos) mostra-se nos cantos que as Musas cantam no Olimpo para o júbilo de Zeus pai - nos versos de Hesíodo intitulados Teogonia - nos acontecimentos com que se discerniram os âmbitos dos Deuses imortais e também, dos Deuses imortais, os homens mortais. Dado que esses acontecimentos envolvem os que são sempre vivos - aièn eóntes -, o discrímen mostrado pelo mito de Zeus figura em acontecimentos presentes, passados e futuros. Nesta presença onitemporal é que a Teogonia mostra - como o sentido de Zeus aos ouvidos de Zeus - quatro fases e quatro zonas constituídas por quatro diversas linhagens divinas cujos seres são bem e sabiamente definidos por Zeus mediante quatro combates. [Jaa Torrano  ]

Trabalhos e Dias

Pero en Hesíodo encontramos algo más que una sumisión pasiva al afán de narrar mitos: cuando se pone a contar los viejos mitos, tiene en la mente problemas reales que siente que él está ahora en situación de responder. Esto es visible a cada momento y no simplemente en su manera de construir la genealogía de los dioses. En el otro poema que sobrevive de él, los Trabajos y Días, donde expone a los hombres del campo su doctrina acerca del trabajo humano, la necesidad de éste y las bienandanzas que depara, plantea el problema de las dificultades y pesadumbres de la vida y de cómo han caído sobre la humanidad. Hasta en un pasaje absolutamente no mitológico, que nos sume directamente en el medio ambiente del poeta, trata éste de resolver el problema filosófico en términos de los mitos tradicionales. El poeta nos cuenta cómo en un principio vivían los hombres en un estado paradisíaco sin trabajos ni esfuerzos, y cómo el robo del fuego por Prometeo y la creación de Pandora, la primera mujer, trajeron el mal y la responsabilidad al mundo. Esto es teología en un sentido muy auténtico, pues nos da una explicación mítica de ciertos hechos morales y sociales comparable al relato bíblico de la caída. La teología de Hesíodo, así aplicada a la vida práctica, debe darnos un conocimiento más penetrante de su verdadera naturaleza. En la doctrina de Eris — la maligna diosa de la lucha — con que abre sus Trabajos y Días, como una advertencia a su avaro y pendenciero hermano Perses, hace una referencia expresa a su propia Teogonia, aunque sólo la haga para corregir su doctrina anterior, pues ahora da a la rencorosa Eris de la Teogonia una diosa hermana, la Eris buena, que preside toda sana rivalidad en este mundo. La simple existencia de esta rectificación posterior es prueba palpable de hasta qué punto afectan la actitud de Hesíodo frente a la mitología los nuevos problemas que el poeta se plantea. Estas cuestiones se repiten una y otra vez a lo largo de la Teogonia, y su alcance es lo bastante amplio para abarcar todos los problemas que plantea la conciencia religiosa de su época, ya trate el poeta de explicar el hecho del mal y las tribulaciones, ya de justificar el reinado de los dioses mismos. Pues ni siquiera éstos resultan inmunes a la crítica, ahora que empiezan a ponerse en tela de juicio los medios excogitados por el hombre mismo para poner orden en el estado y en la comunidad; y la concepción genealógica del gobierno de los dioses que tiene Hesíodo le hace ver este mundo como un campo de batalla para los nuevos y grandes dioses de la luz y los sombríos y caprichosos poderes elementales de edades ha mucho desaparecidas. La pugna de estos dos grupos polla supremacía ha acabado por aplacarse, y Zeus queda triunfante; pero las tenebrosas profundidades de la tierra aún humean y hierven con el borbollante aliento de los vencidos. En esta pintura del castigo de los rebeldes en el mundo inferior, no menos que en sus invectivas contra la injusticia humana aquí en la tierra, como un crimen contra la autoridad de Zeus v su divina justicia, revela Hesíodo la naturaleza teológica de su pensamiento.