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SCS: simbolismo cíclico del Fénix

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Un primer punto sobre el que importa llamar la atención es el siguiente: la afirmación según la cual la lengua hebrea sería la lengua misma de la revelación primitiva bien parece no tener sino carácter exotérico y no pertenecer al fondo mismo de la doctrina cabalística, sino, en realidad, recubrir simplemente algo mucho más profundo. La prueba está en que lo mismo se encuentra igualmente dicho de otras lenguas, y que esta afirmación de "primordialidad", si así puede llamarse, no podría ser tomada literalmente, ni justificarse en todos los casos, puesto que implicaría una contradicción evidente. Así es, en particular, para la lengua árabe, e inclusive es opinión muy comúnmente difundida en el país donde se la usa que habría sido la lengua original de la humanidad; pero lo notable, y lo que nos ha hecho pensar que debe ser el mismo el caso en lo que concierne al hebreo, es que esa opinión vulgar está tan poco fundada y tan desprovista de autoridad, que se halla en formal contradicción con la verdadera enseñanza tradicional del Islam, según la cual la lengua "adámica" era la "lengua siríaca" (logah sûryâniyah), que, por otra parte, nada tiene que ver con el país actualmente designado con el nombre de Siria, así como tampoco con ninguna de las lenguas más o menos antiguas cuyo recuerdo se ha conservado entre los hombres hasta hoy. Esa logah sûryâniyah es propiamente, según la interpretación que se da de su nombre, la lengua de la "iluminación solar" (shems-ish-râqyah); en efecto, Sûryâ es el nombre sánscrito del Sol, y esto parecería indicar que su raíz sur, una de las que designan la luz, pertenecía sí a la lengua original. Se trata, pues, de esa Siria primitiva de la cual Homero   habla como de una isla situada "más allá de Ogigia", lo que la identifica con la Tula hiperbórea, "donde están las revoluciones del Sol". Según Josefo, la capital de ese país se llamaba Heliápolis, "ciudad del Sol" (Cf. La Ciudadela solar de los Rosacruzes, La Ciudad del Sol, de Campanella, etc. A esta primera Heliópolis debiera ser referido en realidad el simbolismo cíclico del Fénix), nombre dado después a la ciudad de Egipto también llamada On, así como Tebas habría sido originariamente uno de los nombres de la capital de Ogigia. Las sucesivas transferencias de estos nombres, y de muchos otros, serían particularmente interesantes de estudiar en lo que concierne a la constitución de los centros espirituales secundarios de los diversos períodos, constitución que se halla en relación estrecha con la de las lenguas destinadas a servir de "vehículos" a las formas tradicionales correspondientes. Esas lenguas son aquellas a las que se puede dar propiamente el nombre de "lenguas sagradas"; y precisamente sobre la distinción que debe hacerse entre esas lenguas sagradas y las lenguas vulgares o profanas reposa esencialmente la justificación de los métodos cabalísticos, así como procedimientos similares que se encuentran en otras tradiciones. SFCS  : LA CIENCIA DE LAS LETRAS (’ILMU-L-HURÛF)

Estas consideraciones nos llevan a otras verificaciones quizá más extrañas todavía: una idea aparentemente inexplicable a primera vista es la de referir a los fenicios el origen   del Zodíaco de Glastonbury; verdad es que se acostumbra a atribuir a ese pueblo muchas cosas más o menos hipotéticas, pero la afirmación misma de su existencia en una época tan remota nos parece aún más cuestionable. Solo que debe notarse que los fenicios habitaban la Siria "histórica"; ¿habría sido el nombre del pueblo objeto de la misma transferencia que el del país mismo? Lo que daría lugar a suponerlo por lo menos es su conexión con el simbolismo del Fénix; en efecto, según Josefo, la capital de la Siria primitiva era Heliópolis, la "Ciudad del Sol", nombre que fue dado más tarde a la ciudad egipcia de On; y a la primera Heliópolis, y no a la de Egipto, debería adjudicarse en realidad el simbolismo cíclico del Fénix y sus renacimientos. Ahora bien, según Diodoro Sículo uno de los hijos de Helios, o del Sol, llamado Actis, fundó la ciudad de Heliópolis; y ocurre que el término Actis existe como nombre de lugar en las cercanías de Glastonbury, y en condiciones que lo ponen precisamente en relación con el Fénix, en el cual se habría transformado, según otras referencias, ese "príncipe de Heliápolis" mismo. Naturalmente, el autor, engañado por las aplicaciones múltiples y sucesivas de los mismos nombres, cree que se trata aquí de la Heliópolis egipcia, como también cree poder hablar literalmente de los fenicios "históricos", lo cual es en suma tanto más excusable cuanto que los antiguos, en la época "clásica", incurrían ya harto a menudo en semejantes confusiones; el conocimiento del verdadero origen hiperbóreo de las tradiciones, que dicho autor no parece sospechar, es lo único que puede permitir el restablecimiento del sentido real de todas esas designaciones. SFCS: LA TIERRA DEL SOL