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SCS: negros

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

De este último punto, queremos sacar por lo menos una conclusión: al declinar una civilización, lo que persiste más tiempo es el lado más inferior de su tradición propia, el lado "mágico" particularmente, lo que contribuye, por otra parte, debido a las desviaciones a que da origen  , a completar su ruina; es lo que, se dice, habría ocurrido con la Atlántida ( (Cfr. Le Régne de la quantité et les signes des temps, cap. XXXVIII: "De l’anti-tradition à la contre-tradition", pág. 258 y n. 1)). Eso es también lo único cuyos residuos han subsistido en el caso de civilizaciones que han desaparecido enteramente; la comprobación es fácil para Egipto, Caldea, e incluso para el druidismo; y sin duda el "fetichismo" de los pueblos negros tiene origen análogo. Podría decirse que la hechicería está formada por vestigios de las civilizaciones muertas; ¿será por eso que la serpiente, en las épocas más recientes, no ha conservado casi sino su significación maléfica, y que el dragón, antiguo símbolo oriental del Verbo, no suscita ya sino ideas "diabólicas" en el espíritu de los modernos occidentales? ( (Cfr. ibid., cap. XXX: "Le renversement des symboles", pág. 200)). SFCS  : SHET

El símbolo masónico del "piso de mosaico" (tessellated pavement) es de aquellos que a menudo se comprenden insuficientemente o se interpretan mal; ese pavimento está formado por cuadrados alternativamente blancos y negros, dispuestos exactamente de la misma manera que las casillas del tablero de ajedrez o de damas. Agregaremos ya que el simbolismo es evidentemente igual en ambos casos, pues, según lo hemos dicho en diversas oportunidades, los juegos han sido, originariamente, muy otra cosa que las simples distracciones profanas en que se han convertido en la actualidad, y, por otra parte, el ajedrez es ciertamente uno de aquellos en que los vestigios del carácter "sagrado" originario han permanecido más manifiestos, pese a tal degradación. SFCS: EL BLANCO Y EL NEGRO

Ahora bien; aparte de la significación a que nos hemos referido hasta ahora, hay además otra de orden más profundo, y esto resulta inmediatamente del doble sentido del color negro, que hemos explicado en otras oportunidades; acabamos de considerar solamente su sentido inferior y cosmológico, pero es menester considerar también su sentido superior y metafísico. Se encuentra un ejemplo particularmente neto en la tradición hindú, donde el iniciando debe sentarse sobre una piel de pelos negros y blancos, que simbolizan respectivamente lo no-manifestado y lo manifestad (Çátapata-Bràhmana, III, 2, I, 5-7. En otro nivel, estos dos colores representan también aquí el Cielo y la Tierra, pero ha de atenderse a que, en razón de la correspondencia de éstos con lo no-manifestado y lo manifestado, respectivamente, entonces el negro se refiere al cielo y el blanco a la tierra, de modo que las relaciones existentes en el caso del yin-yang se encuentran invertidas; ésta no es, por lo demás, sino una aplicación del sentido inverso de la analogía. El iniciado debe tocar el lugar de encuentro de los pelos negros con los blancos, uniendo así los principios complementarios de los que él nacerá como "Hijo del Cielo y de la Tierra" (cf. La Grande Triade, cap. IX)); el hecho de que se trate aquí de un rito esencialmente iniciático justifica suficientemente la conexión con el caso del "piso de mosaico" y la atribución expresa a éste de la misma significación, aun cuando, en el estado de cosas actual, esa significación haya sido por completo olvidada. Se encuentra, pues, un simbolismo equivalente al de Árjuna, el ’blanco’, y Krshna, el ’negro’, que constituyen, en el ser, lo mortal y lo inmortal, el "yo" y el "Sí-mismo" (Este simbolismo es también el de los Dioscuros; la relación de éstos con los dos hemisferios o las dos mitades del "Huevo del Mundo" nos trae de nuevo, por otra parte, a la consideración del cielo y de la tierra a que nos hemos referido en la nota anterior (cf. La Grande Triade, cap. V)); y, puesto que estos dos son también los "dos pájaros inseparablemente unidos" de que se habla en las Upánishad, ello evoca además otro símbolo, el del águila bicéfala blanca y negra que figura en ciertos altos grados masónicos, nuevo ejemplo que, con tantos otros, muestra una vez más que el lenguaje simbólico tiene carácter verdaderamente univeral. SFCS: EL BLANCO Y EL NEGRO