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SCS: Árbol

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

En apoyo de esta consideración, A. K. Coomaraswamy cita los dos árboles invertidos descriptos por Dante   (Purgatorio, XXII-XXV) como próximos a la cima de la "montaña", o sea inmediatamente debajo del plano donde se sitúa el Paraíso terrestre; mientras que, cuando éste se alcanza, los árboles aparecen restituidos a su posición normal; y así esos árboles, que parecen ser, en realidad, diferentes aspectos del "Árbol" único, "están invertidos solamente por debajo del punto en que ocurre la rectificación y regeneración del hombre". Importa señalar que, si bien el Paraíso terrestre es todavía, efectivamente, una parte del "cosmos", su posición es virtualmente "supracósmica"; podría decirse que representa la "sumidad del ser contingente" (bhavâgra), de modo que su plano se identifica con la "superficie de las Aguas". Con esta superficie, que debe ser considerada esencialmente como un "plano de reflexión", nos vemos reconducidos al simbolismo de la imagen invertida por reflejo, a la cual nos hemos referido al hablar de la analogía; "lo que está arriba", o por sobre la "superficie de las Aguas", es decir, el dominio principal o "supracósmico", se refleja en sentido inverso en "lo que está abajo", o sea debajo de dicha superficie, en el dominio "cósmico"; en otros términos, todo lo que está encima del "plano de reflexión" es recto, todo lo que está debajo es invertido. Por lo tanto, si se supone al árbol erigido por sobre las Aguas, lo que vemos en tanto permanecemos en el "cosmos" es su imagen invertida, con las raíces hacia arriba y las ramas hacia abajo; al contrario, si nos situamos por encima de las Aguas, no vemos ya esa imagen, que entonces está, por así decirlo, bajo nuestros pies, sino la fuente de ella, es decir el árbol real, que, naturalmente, se nos presenta en su posición recta; el árbol es siempre el mismo, pero ha cambiado nuestra posición con respecto a él, y también, por consiguiente, el punto de vista desde el cual lo consideramos. SFCS  : EL "ÁRBOL DEL MUNDO"

En cuanto a Agni, hay todavía algo más: él mismo es identificado con el "Árbol del Mundo", de donde su nombre de Vanáspati o ’Señor de los árboles’; y esa identificación, que confiere al "Árbol" axial una naturaleza ígnea, lo pone visiblemente en parentesco con la "Zarza ardiente" que, por otra parte, en cuanto lugar y soporte de manifestación de la Divinidad, debe concebirse también como situada en posición "central". Hemos hablado anteriormente de la "columna de fuego" o de la "columna de humo" como sustitutos, en ciertos casos, del árbol o del pilar en cuanto representación "axial"; la observación recién formulada completa la explicación de esa equivalencia y le da su pleno significado (Cabe observar que esta "columna de fuego" y la "columna de humo" se encuentran exactamente en Éxodo, XIV, donde aparecen guiando alternativamente a los hebreos a su salida de Egipto, y eran, por otra parte, una manifestación de la Shejináh o "Presencia divina"). A. K. Coomaraswamy cita a este respecto un pasaje del Zóhar donde el "Árbol de Vida", descripto, por lo demás, como "extendido de arriba abajo", o sea invertido, se representa como un "Árbol de Luz", lo que está enteramente de acuerdo con esa identificación; y podemos agregar otra concordancia, tomada de la tradición islámica y no menos notable. En la sura En-Nûr (’La Luz’) (Corán, XXIV, 35), se habla de un "árbol bendito", es decir, cargado de influjos espirituales (En la Cábala hebrea’ esos mismos influjos espirituales se simbolizan por el "rocío de luz" que emana del "Árbol de Vida"), que no es "ni oriental ni occidental", lo que define netamente su posicioón "central" o "axial" (Del mismo modo y en el sentido más literalmente "geográfico", el Polo no está situado ni a oriente y a occidente); y este árbol es un olivo cuyo aceite alimenta la luz de una lámpara; esa luz simboliza la luz de Allàh, que en realidad es Allàh mismo, pues, como se dice al comienzo del mismo versículo, "Allàh es la Luz del cielo y de la tierra". Es evidente que, si el árbol está representado aquí como un olivo, ello se debe al poder iluminador del aceite que de él se extrae, y por lo tanto a la naturaleza ígnea y luminosa que está en él; se trata, pues, también en este caso, del "Árbol de Luz" al que acabamos de referirnos. Por otra parte, en uno por lo menos de los textos hindúes que describen el árbol invertido (Maitri-Upánishad, VI, 4), éste está expresamente identificado con Brahma; si en otros lugares lo está con Agni, no hay en ello contradicción alguna, pues Agni, en la tradición védica, no es sino uno de los nombres y aspectos del Brahma; en el texto coránico, Allàh, bajo el aspecto de Luz, ilumina todos los mundos (Esta Luz es, inclusive, según la continuación del texto, "luz sobre luz", o sea una doble luz superpuesta, lo cual evoca la superposición de los dos árboles a que nos hemos referido antes; también aquí se encuentra "una esencia"’ la de la única Luz, y "dos naturalezas", la de lo alto y la de lo bajo, o lo no-manifestado y lo manifestado, a los cuales corresponden respectivamente la luz oculta en la naturaleza del árbol y la luz visible en la llama de la lámpara, siendo la primera el "soporte" esencial de la segunda); sin duda sería difícil llevar más lejos la similitud, y tenemos aquí también un ejemplo de los más notables del acuerdo unánime entre todas las tradiciones. SFCS: EL "ÁRBOL DEL MUNDO"