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Obras: unificación

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

La relación, en la identidad, del «Eso» y el «tú» en el dicho «Eso eres tú» se afirma en el Vedânta por designaciones tales como «Rayo del Sol» (implicando filiación), o en la fórmula bhedâbheda (cuya significación literal es «distinción sin diferencia»). La relación se expresa por el símil de los amantes, tan estrechamente abrazados que ya no hay consciencia de «un adentro o un afuera», y por la correspondiente ecuación Vaishnava, «cada uno es ambos». Puede verse también en la concepción de Platón de la unificación del hombre interior y del hombre exterior; en la doctrina cristiana de los miembros en el cuerpo místico de Cristo; en el «quienquiera que está unido al Señor es un único espíritu» de San Pablo  ; y en la fórmula admirable del Maestro Eckhart   «fundidos pero no confundidos». 109 METAFÍSICA: El Vedânta y La Tradición Occidental

«Nosotros» somos agregados de los poderes funcionales que son los hijos (prajâh) de Prajâpati (Brahma, Âtman, Prâna, el Sol) y los nombres de sus actos; es el Sí mismo Universal el que opera en cada uno de nuestros muchos sí mismos, viendo, pensando, etc., en los cuales él está dividido; es este Sí mismo el que se recoge a sí mismo cuando morimos, y el que pasa a otros habitáculos, cuya naturaleza está predeterminada por sus propias actividades anteriores. Si «nosotros» sobrevivimos o no a este paso, ello dependerá de si nuestra consciencia de ser - que no ha de ser confundida con nuestros poderes de percepción «en el estado de vigilia», de los cuales no sobrevive nada a la transición - está en él, o en «nosotros mismos». Aún queda, no obstante, que este Errante, y nosotros, si nosotros le hemos conocido a Él y no meramente a nosotros mismos, «se recoja y se junte» de una vez por todas y vuelva de esta ronda de devenires a sí mismo; habiendo sido muchos, debe devenir nuevamente uno; habiendo muerto una y otra vez, debe ser resucitado de una vez por todas. La segunda fase del Sacrificio, entonces, y, desde nuestra posición presente en la multiplicidad, su parte más esencial, consiste en juntar (samdhâ) nuevamente lo que había sido desmembrado, y en edificar (samskr) otro Sí mismo, un Sí mismo unitario, que será nuestro Sí mismo cuando este sí mismo presente ya no sea. Esta unificación y «entrada dentro del propio de uno» es a la vez una muerte, un renacimiento, una asimilación y un matrimonio. 589 METAFÍSICA: Âtmayajña: El Sacrificio de sí Mismo

Las operaciones interior y exterior, respectivamente oculta y revelada (guhya, âvis), infinita y finita (aditi, dití), inexplícita y explícita (anirukta, nirukta, etc.), están separadas por una cortina opaca («veladas por mi Mâyâ», Bhagavad Gîtâ), penetrable (nirvedhya) sólo a través del Sol. La Divinidad, si la consideramos objetivamente como lejana, está más allá, o si la consideramos como próxima está aquí dentro de nosotros (antarbhutasya khe, hrdayâkâse guhâ nihitam, etc.). Pero estas dos naturalezas, de Dios como Él es en Sí mismo, y como Él es en nosotros, son realmente una, y como se explica en Jaiminîya Upanishad   Brâhmana III.33 (y menos claramente en Aitareya Âranyaka II.1.5), sólo alcanza realmente a las Personas quien las conoce de ambos modos, como transcendente y como inmanente (adhidevatam, adhyâtman), en identidad (ekadhâ); «ese conoce el Espíritu (o verdadero sí mismo), ese conoce el Brahman; la Puerta o la Faz (cf. anîka) le acepta, él tiene todo y prevalece en todo, todo su deseo está cumplido» (sa âtmânam veda  , sa brahma veda... mukha âdhatte, tasya sarvam âptam bhavati, sarvam jitam; na hâsya kascana kâmo’nâpto bhavati; cf. Brhadâranyaka Upanishad IV.3.21). Y por donde o en donde estas Personas «devienen uno» (ekam bhavanti), a eso se llama una «andadura suprahumana» (brahmana âvarta), evidentemente idéntica al devapatha o brahmapatha de Chândogya Upanishad IV.15.6 y al devayâna de Kaushitakî Upanishad I.3. De la misma manera, en Atharva Veda Samhitâ XIII.4.20, «Todos los Devas devienen un único en Él» (ekavrto bhavanti), y similarmente en Aitareya Âranyaka II.3.8 (ekam bhavanti), y Aitareya Âranyaka V.12, donde «devenir un único» se iguala con «alcanzar lo más alto» (ekadhâ bhuyam bhutvâ paramatâm gacchatah). Este «devenir uno» implica un «morir a uno mismo» (suum et proprium = aham ca mama, cf. Maitri Upanishad   VI.17), y de hecho «estar unificado» adquiere el significado específico de «morir» (en Brhadâranyaka Upanishad IV.4.2, se dice del hombre moribundo ekî bhavati), de la misma manera que efectuar la unificación de una criatura es «matar» (Aitareya Âranyaka III.2.3, donde se dice que el Año «separa algunas cosas y unifica (aikyâ bhâvayan) otras», es decir, trae al ser a unas y efectúa la muerte de otras). 1731 METAFÍSICA: Aspectos Bhakta de la Doctrina del ÂTMAN