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Obras: templo

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Una tal comprensión puede ser rara, pero es absolutamente normal en oriente: como lo expresa la Bhagavad Gîtâ, «No hay ninguna deidad que Yo no sea, y en el caso de que un hombre sea verdaderamente el adorador de una deidad, es Yo quien soy la causa de su devoción y su fruto... Como quiera que los hombres Me buscan, así Yo les doy la bienvenida, pues la vía que los hombres toman desde cada lado es Mía». Similarmente el Bhaktamâla (cf. G. A. Grierson, ed., Londres, 1909): «Nadie es ignorante de las doctrinas de su propia religión... Por consiguiente que cada hombre, en la medida que ello esté en su poder, ayude a la lectura de las Escrituras, ya sean las de su propia iglesia, o ya sean las de otra». Y similarmente también en el islam, «Mi corazón ha devenido capaz de toda forma... es un convento para los monjes cristianos, un templo para los ídolos, el lugar de peregrinaje en la Meca, las tablas de la Torah  , el libro del Corán: Yo sigo la religión de Amor, cualquiera que sea la vía que Sus camellos tomen». 201 METAFÍSICA: Shrî Ramakrishna Y La Tolerancia Religiosa

No puede caber duda de que la entrada al templo de Apolo en Delfos era literalmente una Puerta del Sol, una vía adentro de la casa o templo del Sol. La sobreinscripción, «Conócete a ti mismo» (gnothi seauton) requiere un conocimiento de la respuesta a la pregunta, «¿Quién eres tú?» y puede decirse que, en el lenguaje velado de los misterios, hace esta misma pregunta. Este mandato, como dice Plutarco  , es dirigido por el Dios a todos los que se acercan a Él; y toma la famosa «E» como su respuesta correcta. Ahora si, como también él sugiere, la «E» significa «EI», y si tomamos de sus diferentes interpretaciones los significados (1) el Sol (Apolo) y (2) «tú eres», y asumimos que estos dos significados están contenidos ambos en esta única sílaba enigmática, entonces tenemos el signum, «¿Quién eres tú (que estás a la puerta)?» y el responsum, «El Sol que tú eres (soy yo)». Es cierto que ninguna otra respuesta verdadera podría haber sido dada por alguien «cualificado para entrar en unión con el Sol». 245 METAFÍSICA: La «E» De Delfos

No solo podrían citarse otros paralelos doctrinales y verbales de este tipo, casi ad infínítum - por ejemplo, en conexión con temas tales como el Ejemplarismo, la Transubstanciación y la Infalibilidad - sino que podrían demostrarse, aún más fácilmente, equivalencias similares en el dominio del simbolismo visual, un modo de comunicación que, aún más que el simbolismo verbal, es el idioma característico de la metafísica tradicional. Por ejemplo, se ha señalado a menudo la valencia común de la rosa cristiana y el loto indio como representaciones del terreno de toda manifestación, el soporte del ser cuando procede o parece proceder desde el ser al devenir. El caso de la forma musical es el mismo: «Un ejemplo de la tenacidad con la que sobrevive la música de un culto lo proporciona Occidente con la música de la Iglesia Católica, que, derivando del canto del templo judío, se mantiene como un bloque errático aparte de la música clásica completamente diferente de hoy día. En Oriente hay ejemplos similares, tales como los de las melodías del Sâmaveda indio, y en el Japón el canto de los dramas No, que, incluso en el reciente entorno cortesano y profano en el que nosotros lo escuchamos, ha preservado su significación litúrgica original» (Robert Lachmann, Musik des Orients Breslau, 1929, pp. 9-10). De hecho, el caso es que incluso la música «secular» de la India, donde nada, ciertamente, puede definirse como enteramente secular, ha preservado esa cualidad de sinfinitud que se predica del canto litúrgico en un pasaje del Aitareya Brâhmana citado arriba, y que se reconoce igualmente en el canto llano cristiano. 1105 METAFÍSICA: DOS PASAJES EN EL «PARADISO» DE DANTE  ?

âsivisa. Según el Diccionario, «de derivación incierta». En todo caso, la aparición de la palabra es una supervivencia interesante, como lo es la de «ahi»; ambas palabras aparecen juntas en el Mahâvagga, Vinaya-Pítaka I.24-25, donde el ahi-nâga vencido por el Buddha en el templo del fuego de Jatila se describe como nâgarâjâ iddhímâ âsiviso ghoraviso... makkham asahamâno. La palabra aparece en Aitareya Brâhmana VI.1, donde el sarpashi y mantrakrt Arbuda es un âsivishah, un «basilisco»; y en el Avesta como azhi-visha en Azhi-vishapa. En Samyutta Nikâya IV.172, los asivisâ son las cuatro grandes familias de serpientes, y representan los Cuatro Grandes Elementos. Visha es ciertamente «veneno»; âsi es probablemente el sánscrito âsi o âsis (quizás de la raíz âsi, «afilar»), en el sentido de «colmillo». Âsivisa significaría entonces «de colmillo venenoso», ya sea como adjetivo calificativo a ahi, o como nombre = serpiente. 1279 METAFÍSICA: ALGUNAS PALABRAS PÂLI

Lo mismo que, con relación a las liturgias babilónicas, debe haber existido también una «literatura sapiencial... no escrita para ser repetida en los templos», y como debe asumirse que existía el concepto de un «único Dios... (cuyos) diferentes aspectos no se consideraban, sin embargo, deidades separadas en el panteón sumerio-acadio», así también en el caso de las liturgias védicas, donde la aparición de los conceptos de un «Uno, que es igualmente espirado, despirado» (ânît avâtam, Rig Veda   Samhitâ X.129.2), y de Agni como «ser y no-ser en uno» (sadasat, Rig Veda Samhitâ X.5.7) no puede calificarse de sorprendente. Nosotros no vemos, entonces, en los Brâhmanas, Upanishads  , Bhagavad Gîtâ e incluso en el budismo, nada sino una última recensión y publicación de lo que siempre se había enseñado, ya fuera a los iniciados o ya fuera en aquellos círculos cuya existencia está implícita por la forma brahmodaya de muchos himnos; y por Brâhmanes tales como el que, en Rig Veda Samhitâ X.71.11, se menciona exponiendo la ciencia del génesis (vadati jâta-vidyâm), y que podemos asumir que era, como Agni mismo, un «Comprehensor de las generaciones de todas las cosas» (visvâ vêda janimâ, Rig Veda Samhitâ VI.15.13; cf. IV.27.1)». 811 METAFÍSICA: EL «MONOTEÍSMO» VÉDICO