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Obras: cinco elementos

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Si el pentagrama se aplica a Dios o al hombre, se aplica igualmente, de una manera nueva, al encuentro de lo humano y lo divino en el Avatâra; el simbolismo islámico nos suministra un explícito ejemplo de ello al describir el misterio del Profeta por medio de los cinco términos siguientes: el «Alabado» (NA: Muhammad  ), el «Servidor» (NA: Abd), el «Enviado» (NA: Rasûl), la «Bendición» (NA: Çalât), la «Paz» (NA: Salâm). Así pues, las cualidades de «Servidor» y de «Enviado» proceden de la naturaleza humana de Muhammad: el hombre «avatárico» está perfectamente sometido a Dios y por lo mismo sirve de instrumento a Dios; la Revelación de lo divino presupone la extinción de lo humano. A estas dos cualidades o funciones se superponen dos dones divinos, uno que confiere al «Servidor» las gracias equilibradoras, armoniosas y apaciguadoras, y otro que confiere al «Enviado» las gracias fulgurantes, iluminadoras y vivificantes, a saber, precisamente, la «Paz» y la «Bendición» (NA: Estas cuatro nociones constituyen los puntos de referencia fundamentales de lo que podríamos llamar la teología muhammadiana; todo musulmán debe atestiguar que el Profeta es «Servidor» (NA: Abd) y «Enviado» (NA: Rasûl), y añadir al nombre de Muhammad, siempre que lo pronuncie, los votos de «Bendición» y de «Paz».). La cima del pentagrama es el nombre Muhammad, que esotéricamente designa al Logos en cuanto «Luz muhammadiana» (NA: Nûr muhammadî); cuando el pentagrama está invertido, encontrándose entonces la cima abajo, el mismo nombre designa la personalidad humana e histórica del Profeta (NA: En el shiísmo, las «cinco personas», a saber, la «familia» (NA: âl) del Profeta, resumen la cualidad avatárica y manifiestan por consiguiente la Naturaleza divina según el número cinco: son Muhammad, su hija Fátima, su yerno Ali, sus hijos Hassan y Hussain. Muhammad está en la cúspide del pentagrama, Fátima - que según un hadîth tiene el perfume del paraíso entre sus pechos - se sitúa arriba a la izquierda, porque encarna la Perfección pasiva; Ali, que encarna la Perfección activa, está arriba a la derecha. En la parte baja del pentagrama, Hassan se sitúa a la izquierda, porque personifica la santa paciencia; Hussain, que personifica la santa combatividad, está abajo a la derecha. Se compara a las «cinco personas» con las cinco facultades sensibles y con los cinco elementos.). La síntesis de estos cinco elementos se cristaliza en el epíteto   «Amigo» (NA: Habîb), que implica de hecho todo el misterio del Avatâra. 2494 El esoterismo como principio y como vía: I NÚMEROS HIPOSTÁTICOS Y CÓSMICOS