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Obras: Luz celestial

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Los procedimientos esenciales de los ritos iniciatorios, por los cuales se efectúan la muerte de un hombre viejo y el renacimiento de un hombre nuevo, y las condiciones de acceso a penetralia, son similares por todo el mundo. Firmicus Maternus, De errore profanarum relígíonum (cap. XVIII), tratando de estos temas nos recuerda que hay respuestas correctas a las preguntas correctas (habent enim propria signa propria responsa), y que la respuesta correcta (proprium responsum) la da el iniciando (homo moriturus) precisamente como la prueba de su derecho a ser admitido (ut possit admitti ). Un ejemplo típico de un tal signum y de las respuestas errónea y correcta puede citarse en la Jaiminîya Upanishad   Brâhmana, III.14.1-5. Cuando el decedido alcanza la Puerta del Sol se hace la pregunta, «¿Quién eres tú?». Si responde por su nombre propio o por un apellido es arrebatado por los factores del tiempo. Él debería responder, «Quien yo soy (es) la Luz que tú (eres) (ko’ham asmi suvas tvam). Como tal he venido a ti, la Luz celestial». Él (Prajâpati, el Sol) replica, «Quien tú eres, eso mismo soy yo; quien yo soy, eso mismo eres tú. Entra». De los numerosos paralelos que podrían citarse, quizás el más notable es el mito de Rumî del hombre que llamó a la puerta de su amigo y fue preguntado «¿Quién eres tú?». El respondió «yo». «Vete», dijo su amigo. Después de un año de separación y de tribulación vino y llamó de nuevo, y a la misma pregunta respondió «Este tú está a la puerta», y recibió la réplica, «Puesto que tú eres yo, entra, oh mí mismo». 122 METAFÍSICA: La «E» De Delfos