Por su originalidad y profundidad, el presente tratado es uno de los favoritos de los estudiosos de Plotino Ya hemos indicado repetidamente que, originariamente, formaba parte de un magno escrito antignóstico del segundo período (Vida 5, 26-34), constituido por cuatro tratados arbitrariamente distribuidos en la edición porfiriana: III, 8; V, 8; V, 5 y II, 9, 2. El mismo Porfirio deja traslucir la dificultad de ubicar III, 8 en la Enéada III, supuestamente de carácter cosmológico. Para entender el carácter y la estructura de la tetralogía antignóstica, hay que tener en cuenta que los lectores en los que pensaba su autor al componerla no eran tanto los gnósticos mismos cuanto los miembros de su propia escuela. Por eso, está concebida como un antídoto: había que inmunizarlos de la tentadora «gnosis» con una «contragnosis»; había que contrarrestar las fantásticas Revelaciones que esgrimían los gnósticos con la «revelación» sencilla de los sublimes misterios del platonismo. Y, de hecho, los tres primeros tratados de la tetralogía presentan el carácter de una revelación gradual, siguiendo el método ascensional adoptado, en contextos similares, por el propio Platón, en forma de tríptico: 1) ante todo, la revelación de la realidad como constituida por una escala ascendente de grados de contemplación (tema de III, 8, 1-8); 2) a continuación, la revelación del mundo inteligible como preliminar a la gran revelación del Uno-Bien a partir de la unidualidad, unimultiplicidad y boniformidad de la segunda Hipóstasis (tema de III 8, 9-11) y a partir de la Belleza del mundo inteligible (tema de V, 8) y de la Verdad de la Inteligencia (tema de V, 5, 1-3); 3) finalmente, como culminación de todo el proceso ascendente, la grandiosa revelación del primer Principio, primero como Uno y luego como Bien (tema de V, 5, 4-13). Sólo entonces y tras una recapitulación, esta vez en orden descendente (II, 9, 1-3), se apresta Plotino a impugnar selectivamente algunas de las tesis de los gnósticos, tal como hemos indicado en la introducción a II, 9.
SINOPSE
I. Tesis. – Todos los seres, de diverso modo y en diverso grado, aspiran a la contemplación, y todas las acciones se afanan por ella (1, 1-18).
II. La naturaleza (1, 18-4, 47).
- 1. Problema: ¿cómo puede ser contemplativa la actividad productiva de la tierra?, ¿cómo puede ser contemplativa la Naturaleza, si carece de razón y de imaginación? (1, 18-24).
- 2. La Naturaleza es una «Razón» inmóvil y fecunda (cap. 2).
- a) Crea sin órganos ni instrumentos; pero aun en los artesanos hay un principio inmóvil; a fortiori en la Naturaleza (2, 1-19).
- b) Es forma pura sin materia y totalmente inmóvil; es una «Razón» viviente y productiva de otra «razón» hermana conformadora del sustrato pero ya estéril (2, 19-54).
- 3. La Naturaleza es contemplación y objeto de contemplación (cap. 3):
- a) Es una «Razón» que permanece en si misma y no es acción; luego es contemplación (3, 1-6).
- b) Es una «Razón » intermedia entre la «razón» ínfima, contemplada pero no contemplativa, y la del alma superior (3, 7-10).
- c) No es una «Razón» discursiva, sino contemplativo-pro-ductiva: produce porque contempla y su producción es contemplación (3, 10-23).
- 4. La Naturaleza produce contemplando (cap. 4):
- a) Pregunta: ¿por qué motivo crea la Naturaleza? (4, 1-2).
- b) Respuesta de la Naturaleza misma: contemplando silenciosamente, creo espontáneamente mi propio espectáculo; mi naturaleza contemplativa me viene de herencia (4, 3-14).
- c) Explicación: es una contemplación natural y hereditaria, pero desvaída, como una especie de ensoñación (4, 14-31).
- d) Tanto la acción práctica como la producción artesanal son meros sucedáneos de la contemplación (4, 31-47).
III. El alma superior (caps. 5-6).
- 1. Contemplación fecunda: el Alma superior se fecunda por la contemplación y, hecha espectáculo, produce un nuevo espectáculo, como lo hacen las artes (5, 1-9).
- 2. Niveles de vida: en el Alma superior hay una parte que se queda y otra -vida de vida- que avanza como una actividad continua que se va degradando progresivamente (5, 9-25).
- 3. La contemplación se 4a en todos lo niveles del Alma sin discontinuidad, aunque no en todos los niveles por igual (5, 25-37).
- 4. Acción y contemplación: la acción es una contemplación por rodeo, en contraste con la contemplación del alma perfecta, en que sujeto y objeto se unen íntimamente (6, 1-19).
- 5. Contemplación y raciocinio: el intelecto del alma humana oscila entre la contemplación intuitiva, por intimidad del sujeto con el objeto, y el razonamiento discursivo, en que sujeto y objeto vuelven a desdoblarse y desjuntarse (6, 19-40).
IV. Recapitulación. – Conclusiones obtenidas a lo largo de los capítulos 2-6 (cap. 7).
V. La inteligencia (cap. 8).
- 1. Contemplación viviente: en la Inteligencia, contemplante y contemplado se unifican no por intimidad, como en el Alma, sino por esencia (8, 1-16).
- 2. Inteligencia primera y Vida primera: toda vida es intelección de primero, segundo, tercero o cuarto grado en correspondencia con el grado de vida; la Inteligencia es ambas cosas en sumo grado (8, 16-30).
- 3. Inteligencia universal: la Inteligencia, además de unidual, es unimúltiple, como un círculo, porque no ve al Uno como Uno, sino pluralizado, y porque es la Inteligencia universal intelectiva de todas las cosas (8, 30-42).
- 4. Infinita: no es un conglomerado de partes, pues en ella cada parte es omniintelectiva, lo mismo que el todo (8, 42-48).
VI. El Uno-Bien (caps. 9-11).
- 1. Como principio omni transcendente (cap. 9):
- a) Anterior a la dualidad inteligencia-inteligible como principio de ambas cosas (9, 1-13).
- b) Captable con lo que hay en nosotros de semejante a él, es decir, mediante una inteligencia supra-intelectiva (9, 13-32).
- c) No es todas las cosas ni colectiva ni distributivamente, sino anterior a todas como principio de todas (9, 32-54).
- 2. Como Uno absoluto (cap. 10):
- 3. Como Bien absoluto (cap. 11):
- a) La Inteligencia consta de Materia y Forma inteligibles; su boniformidad le viene del Bien absoluto; de la calidad de la huella hay que colegir la calidad del modelo (11, 1-26).
- b) Si el universo inteligible es tan bello, ¿cómo será su Hacedor y Padre, que es anterior al Intelecto-Saturación? (11, 26-45).