Página inicial > Sophia Perennis > Ananda Coomaraswamy > Coomaraswamy Samudda

Coomaraswamy Samudda

quarta-feira 27 de dezembro de 2023, por Cardoso de Castro

  

Ananda Coomaraswamy   — ARTIGOS SELETOS DE METAFÍSICA
Termos Pali
(alias(samudda]] (como adhivacanam de nibbana). En el budismo, como en el brahmanismo, la «Vía» del Peregrino, considerada como un viaje (yana, en este sentido), puede relacionarse de tres maneras diferentes con el fluyente río de la vida y de la muerte: a saber, o bien el viaje es corriente arriba, hacia la fuente de las aguas; o bien sobre las aguas, hasta una remota orilla; o bien corriente abajo, hasta el mar. Este uso de simbolismos, que son contrarios en su sentido literal, pero unánimes en su sentido espiritual, ilustra muy bien la naturaleza de la metafísica misma, que no es, como una «filosofía», sistemática, sino siempre consistente. De todo lo que tenemos que cuidarnos aquí (como en toda obra de arte) es de hacer uso de nuestros símbolos consistentemente: Por ejemplo, es solo en el segundo caso, el del «cruce», donde puede emplearse también el símbolo del «puente»; sería incongruente hablar del «puente» en conexión con un subir o bajar la corriente [1].

En el primer caso, el símbolo es el de un procedimiento contra la corriente, y, por consiguiente, al Viajero budista se le llama un «Corriente-arribador» (patisoto o uddhamsoto, que tiene anusotagami, «arrastrado por la corriente», como opuesto). Sin adentrarnos extensamente en la historia del pensamiento subyacente, podemos observar que en Rigveda X.28.4, pratipam sapam nadyo vahanti («los ríos llevan la espuma contra la corriente»), ya es una paradoja que hay que explicar. Cualquier cosa que esto pueda significar, el texto de Taittiriya_Samhita VII.5.7.4, «El mundo celestial es contra-corriente (pratikulam) desde aquí» es completamente explícito: y es precisamente en este sentido como en Pancavimsa_Brahmana XXV. 10.12-16 los Sacrificadores, yendo «contra-corriente» o «corriente-arriba» (pratipam), a lo largo de todo el curso de la Sarasvati (el Río de la Vida), alcanzan el mundo celestial (es patente por el verso 11 que la Sarasvati es coincidente con el Axis Mundi) [2]: es imposible alcanzar la meta «corriente-abajo». Aquí el simbolismo es el del retorno a la fuente del río, la «Fons Vitae», el lugar de morada de Varuna (sindhunam upodaye, Rigveda VIII.41.2), el «Manantial de Miel en la más elevada morada de Vishnu» (visnoh pade parame madhva utsah, Rigveda I.154.5), la Fuente Perenne de Plotino  , Enéadas III.8.10, etc. Entre los paralelos cristianos puede citarse a Ruysbroeck  , «un perpetuo esfuerzo tras lo inalcanzable —esto es el "esfuerzo contra la corriente"» (Sparkling Stone, cap. 9; cf. Jaiminiya_Brahmana I.85, pratikulam udyam... samastya); Alighieri, Purgatorio I.40, «Contra la obscura corriente huyó de la prisión eterna»; Blake, «Jesús murió. se esforzó contra la corriente de esta rueda».

Más familiar es el simbolismo de la «Otra Orilla», que ha de alcanzarse de diferentes maneras, ya sea con balsa, barco, puente o vado, y en conexión con la cual nos encontramos con una gran variedad de términos, tales como tara, tarana, tara, tiran, tirtha [3], tratr, etc., que derivan de tr, «cruzar». En este caso las Aguas que han de cruzarse son específicamente el Río de la Muerte (Majjhima_Nikaya 1.225-27; Dhammapada II.275, etc.); o, como se explica más plenamente en Samyutta_Nikaya IV.174-75, la Gran Inundación de Agua (maha udakannavo), es la inundación de la volición, el nacimiento, la opinión y la ignorancia (kama, bhava, ditthi, avijja); Esta Orilla representa la «incorporación» (sakkaya), la Otra Orilla representa el nibbana, y el «Brahman que ha cruzado y alcanzado la otra orilla y que está en terreno sólido» (tinno paramgato thale titthati brahmano) es el Arahat. La fórmula del cruce a la otra orilla, o el cielo de la seguridad, aparece tan repetidamente en contextos igualmente budistas y brahmánicos que no es necesario citar aquí ningún ejemplo más. La metáfora de la «barca» salvadora (pali y sánscrito nava) se conserva en nuestra «nave» (de una iglesia) [4].

Menos familiar, aunque en modo alguno rara en los contextos budistas, es la metáfora de un deslizamiento corriente-abajo hacia un nibbana representado por el Mar, aquí no una masa de aguas que han de cruzarse, sino, él mismo, el fin último. Este valor de samudda (Mar) se pasa por alto en el Diccionario. En Samyutta_Nikaya V.39-40, encontramos «de la misma manera que los ríos se inclinan, tienden y gravitan hacia el mar» (samudda-ninna, -pona, -pabbhara) [5], justamente así, el Mendicante que cultiva el Óctuplo «se inclina, tiende y gravita hacia el Nibbana»; similarmente Samyutta_Nikaya V.134. E igualmente en la parábola del Leno, Samyutta_Nikaya IV. 179-80, donde este, flotando corriente-abajo sobre el Ganges, se desliza hacia el Nibbana; los peligros son los de embarrancar en una u otra orilla, ser tomado por aquellos (hombres o dioses) que moran en estas orillas [6], embarrancar en un banco de arena (thale ussidissati) [7], hundirse en medio de la corriente (majjhe samsidissati) [8], o pudrirse dentro; y si todos estos peligros son evitados, entonces «vosotros os inclinaréis, tenderéis y gravitaréis hacia el Nibbana». Está claro que la corriente aquí ya no es la de Mara_(demon), como en Majjhima_Nikaya I.226 (marassa sota), sino más bien la Inundación del Mérito (punnasa dhara) de Anguttara_Nikaya II.56. En Samyutta_Nikaya V.47, cf. 63, los jóvenes seguidores del Óctuplo se comparan a los jóvenes Nagas (serpientes, o más bien anguilas; ver naga), nacidos en los Himalayas, y que, a medida que crecen, hacen su vía de descenso hacia el Mar, y allí alcanzan sus plenas dimensiones; el Comentario iguala naga con yogavacara y samudda con nibbana. En Dhammapada III.230 sig., la significación del viaje corriente-abajo, aquí en una barca, es la misma, pero se invierte el valor de naga [9]; debido a un pecado por el que se interrumpe el viaje, el novicio renace como el Naga Erakapatta.

Finalmente, los precedentes textos, en los que samudda = nibbana, e incluso el texto más literal aún de Udana 55, «De la misma manera que los ríos pierden sus antiguos nombres y nombres de clan (purimani nama-gottani) [10] cuando alcanzan el mar, y el todo se tiene sólo como "El "», corresponden exactamente a la palabra mejor conocida «De la misma manera que estos fluyentes ríos que tienden hacia el mar, cuando alcanzan el mar han llegado a casa, y su nombre y aspecto (nama-rupa]]) se deshacen, y solo se habla del "Mar" (samudram iti) (Upanixade   VI.5, etc.), así como también a las imágenes casi idénticas empleadas por Alighieri, el Eckhart   y Ruysbroeck [11].

Puede agregarse que donde se emplea, como arriba, el simbolismo de un ir corriente-abajo hacia el Mar, un retorno a la fuente sería equivalente a una «recaída (apaya)», y que encontramos, efectivamente, que las expresiones «contra-corriente» y «fluyendo-atrás» se usan de esta manera en Rigveda X.1.7, donde a los poderes malos se les manda volver «corriente arriba contra-corriente» (pratikulam udayyam), y en Rigveda IV.17.2, donde punahsara = apotropáico.



[1O solo si nosotros vemos en el río mismo el «puente» y el Axis Mundi.

[2Coincidente, entonces, con el , el Rayo y Poste Sacrificial que cae del zenit al nadir del universo, y que debe ser revertido por aquellos que quieren ascender. La excavación y erección del Poste en Aitareya_Brahmana II.1-2, etc., tiene la misma significación espiritual que las palabras «contra-corriente», etc., examinadas arriba; cf. Coomaraswamy, «El Arbol Invertido». (Los símbolos examinados en este artículo se tratan también en Coomaraswamy, «El Mar»).

[3Tirtha es «lugar de cruce»; tirthakara es virtualmente sinónimo de «pontifex», «pontífice». Tara es «Salvadora», y también «estrella», cf. la Virgen como Stella Maris. Tmtr es barquero o salvador. Tarana es cruzar; de aquí avatarana, «cruzar hacia atrás», es decir, el «descenso» de un Salvador. Tiran es «cruzar» en Samyutta_Nikaya V.24 (donde tenemos «de los hombres mortales con pocos los que han alcanzado la Otra Orilla»). Nuestro «término», latín terminus, es análogo.

[4Como en la bien conocida Parábola de la Barca (Majjhima_Nikaya I.135), el cruce es aquí por medio de una barca, para la cual ya no hay utilidad cuando se ha alcanzado la Otra Orilla; y como en Apocalipsis 21:1, «ya no había ningún mar». Las Aguas que han de cruzarse se representan en los Evangelios (San Juan 6, etc.) por el Mar de Galilea; cf. W. Norman Brown, Walking on the Water, Londres, 1928, pp. 20 sig.

[5Las palabras -ninna, -pona, -pabbham o sus equivalentes, mutatis mutandis, aparecen en otras partes, concretamente en la bien conocida metáfora de las vigas que convergen hacia, y se apoyan en, la clave de bóveda; y así es como los poderes del alma convergen hacia, y vienen a reposar en, el samadhi (Sankhayana Aranyaka VIII.8, Majjhima_Nikaya I.322-23, Milinda_Panha 38, etc.).

[6La interpretación (adhivacanam) de «esta orilla» es ajjhattikanam ayatananam y la de «aquella orilla» bahiranam ayatananam, es decir, estas condiciones internas (microcósmicas) y aquellas condiciones externas (macrocósmicas). Esto nos proporciona una buena evidencia para lo que puede inferirse en muchos otros contextos, a saber, que ajjhattikam... bahiram corresponde a adhyatmam. adhidevatam como, por ejemplo, en Jaiminiya_Upanishad_Brahmana III.33, donde las dos palabras tienen precisamente la implicación de «subjetivo» y «objetivo» que es fundamental al pali ajjhattikam y bahiram, como en Majjhima_Nikaya I.421, donde los cinco elementos, como ellos son dentro de vosotros (es decir, microcósmicamente), se contrastan con los mismos, como ellos son fuera de vosotros (es decir, macrocósmicamente).

[7Obsérvese que thale («embarrancado») tiene aquí el significado espiritual exactamente opuesto de thale («a salvo en tierra») en Samyutta_Nikaya IV.174-75 citado arriba. En conexión con esto, cf. René Guénon, «Del doble sentido de los símbolos», en Études Traditionelles, XLII (1937).

[8«Ahogarse en las aguas inferiores»; aquí el simbolismo coincide con el del cruce, y si uno cae de la barca o del puente, o si uno se hunde mientras «camina sobre el agua», puede ahogarse.

[9Los dos valores de «naga» son los mismos que los de Jaiminiya_Brahmana III.77 y Pancavimsa_Brahmana XXV.15.4, donde se hace una distinción entre aquellas serpientes (ahi) que se «dejan atrás» (ahiyata) y las otras (sarpa) que, en tanto que «reptan al más allá» (atisarpanti), vencen a la muerte y devienen Adityas (como el Buddha, adicca-bandhu).

[10Cf. Jaiminiya_Brahmana I.18.5-6, Tam hagatam prcchati, kas tvam asi. Sa yo ha namna va gotrena vaprabrute... tam rtavas... padgrhitam —es decir, si en respuesta a la pregunta «¿Quién eres tú?», responde por su nombre propio o el de su clan, es arrastrado atrás por los representantes del tiempo. Para muchos otros paralelos ver Humildade: La anonadación-de-sí-mismo».

[11Citado en Coomaraswamy, Una nueva aproximación a los vedas, 1933, pp. 45, 46. Puede agregarse que en Jaiminiya_Upanishad_Brahmana I.173-75, donde los Sacrificadores están en su vía al cielo y preguntan «¿Quién será capaz hoy de nadar eludiendo las fauces abiertas del cocodrilo?», con referencia al «cocodrilo que está apostado en la única y sola vía, contra la corriente, con la boca abierta» (ekayane simsumar! pratipam vyadaya tisthati), está claro que la moción de los sacrificadores mismos, en la única vía, es corriente-abajo hacia el mar; el cocodrilo (simsumarin = makara = mrtyu = surya) es el guardián de la Puerta que, en este caso, es la «desembocadura» del río (como nosotros diríamos, aunque es más bien la boca del mar dentro de la cual desemboca el río).