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Lakoff Metaforas da Vida
terça-feira 22 de março de 2022
George Lakoff - As metáforas da vida cotidiana
[Lakoff y Johnson - Metaforas de la vida cotidiana - Caps 1 a 6]
Los conceptos mediante los que vivimos
Para la mayoría de la gente, la metáfora es un recurso de la imaginación poética, y los ademanes retóricos, una cuestión de lenguaje extraordinario más que ordinario. Es más, la metáfora se contempla característicamente como un rasgo sólo del lenguaje, cosa de palabras más que de pensamiento o acción. Por esta razón, la mayoría de la gente piensa que pueden arreglárselas perfectamente sin metáforas. Nosotros hemos llegado a la conclusión de que la metáfora, por el contrario, impregna la vida cotidiana, no solamente el lenguaje, sino también el pensamiento y la acción. Nuestro sistema conceptual ordinario, en términos del cual pensamos y actuamos, es fundamentalmente de naturaleza metafórica.
Los conceptos que rigen nuestro pensamiento no son simplemente asunto del intelecto. Rigen también nuestro funcionamiento cotidiano, hasta los detalles más mundanos. Nuestros conceptos estructuran lo que percibimos, cómo nos movemos en el mundo, la manera en que nos relacionamos con otras personas. Así que nuestro sistema conceptual desempeña un papel central en la definición de nuestras realidades cotidianas. Si estamos en lo cierto al sugerir que nuestro sistema conceptual es en gran medida metafórico, la manera en que pensamos, lo que experimentamos y lo que hacemos cada día también es en gran medida cosa de metáforas.
Pero nuestro sistema conceptual no es algo de lo que seamos conscientes normalmente. En la mayor parte de las pequeñas cosas que hacemos todos los días, sencillamente pensamos y actuamos más o menos automáticamente de acuerdo con ciertas pautas. Precisamente en absoluto es algo obvio lo que son esas pautas. Una manera de enterarse es mirar al lenguaje. Puesto que la comunicación se basa en el mismo sistema conceptual que usamos al pensar y actuar, el lenguaje es una importante fuente de evidencias acerca de cómo es ese sistema.
Sobre la base de la evidencia lingüística ante todo, hemos descubierto que la mayor parte de nuestro sistema conceptual ordinario es de naturaleza metafórica. Y hemos encontrado una forma de empezar a identificar detalladamente qué son exactamente las metáforas que estructuran la manera en que percibimos, pensamos y actuamos.
Para dar una idea de lo que podría significar que un concepto es metafórico y que ese concepto estructura nuestra actividad cotidiana, comencemos con el concepto discusión ( /argumento - vide NOTA) y la metáfora conceptual una discusión es una guerra. Esta metáfora se refleja en nuestro lenguaje cotidiano en una amplia variedad de expresiones:
^NOTA: El ingles argument tiene tanto el sentido de un discurso construido para apoyar una posición, como el de un proceso de razonar, debatir o discutir. Por tanto, cuando se alude a la metáfora argument is a war hay que considerar ese doble sentido. Generalmente en español diríamos discusión, pero en capítulos posteriores, donde se habla de rational argument, hay que entender también «argumento».^
Una discusión es una guerra
Tus afirmaciones son indefensibies.
Atacó todos los puntos débiles de mi argumento.
Sus críticas dieron justo en el blanco.
Destruíse argumento.
Nunca le he vencida en una discusión.
¿No estás de acuerdo? Vale, ¡dispara
Si usas esa estrategia, te aniquilará.
Es importante ver que no es que nos limitemos a hablar de discusiones ( /argumentos) en términos bélicos. Podemos, realmente, ganar o perder en las discusiones. Vemos a la persona con la que discutimos como un oponente. Atacamos sus posiciones y defendemos las nuestras. Ganamos y perdemos terreno. Planeamos y usamos estrategias. Si encontramos que una posición es indefendible, la abandonamos y adoptamos una nueva línea de ataque. Muchas de las cosas que hacemos al discutir están estructuradas parcialmente por el concepto de guerra. Aunque no hay una batalla física, se da una batalla verbal, y la estructura de una discusión —ataque, defensa, contra-ataque, etc.— lo refleja. En este sentido, la metáfora una discusión es una guerra es algo de lo que vivimos en nuestra cultura, estructura las acciones que ejecutamos al discutir.
Tratemos de imaginar una cultura en la que las discusiones no se vieran en términos bélicos, en a que nadie perdiera ni ganara, donde no existiera el sentido de atacar o defender, ganar o perder terreno. Imaginemos una cultura en la que una discusión fuera visualizada como una danza, los participantes como bailarines, y en la cual el fin fuera ejecutarla de una manera equilibrada y estéticamente agradable. En esta cultura, la gente consideraría las discusiones de una manera diferente, las experimentaría de una manera distinta, las llevaría a cabo de otro modo y hablaría acerca de ellas de otra manera. Pero nosotros seguramente no consideraríamos que estaban discutiendo en absoluto, pensaríamos que hacían algo distinto simplemente. Incluso parecería extraño llamar «discutir» a su actividad. Quizá la manera más neutral de describir la diferencia entre su cultura y la nuestra sería decir que nosotros tenemos una forma de discusión estructurada en términos bélicos y ellos tienen otra, estructurada en términos de danza.
Este es un ejemplo de lo que significa que un concepto metafórico, por ejemplo una discusión es una guerra, estructura (al menos en parte) lo que hacemos y la manera en que entendemos lo que hacemos cuando discutimos. La esencia de la metáfora es entender y experimentar un tipo de cosa en términos de otra. No es que las discusiones sean subespecies de guerras. Las discusiones y la guerra son dos cosas de diferente tipo —discursos verbales y conflictos armados respectivamente— las acciones ejecutadas son diferentes tipos de acciones. Pero una discusión se estructura parcialmente, se piensa en ella, se ejecuta v se describe en términos bélicos. El concepto se estructura metafóricamente, la actividad se estructura metafóricamente, y, en consecuencia, el lenguaje se estructura metafóricamente.
Por otra parte, esta es la manera ordinaria en la que mantenemos una discusión y hablamos de ella. La forma normal en que hablamos de atacar una posición es usar las palabras «atacar una posición». Nuestras formas convencionales de hablar sobre discusiones presuponen una metáfora de la que raramente somos conscientes. La metáfora no está meramente en las palabras que usamos —está en nuestro concepto mismo de discusión. El lenguaje de la discusión no es poético, imaginativo o retórico; es literal. Hablamos de discusiones de esa manera porque las concebimos de esa manera— y actuamos según la forma en que concebimos las cosas.
La afirmación más importante que hemos hecho hasta ahora es que la metáfora no es solamente una cuestión del lenguaje, es decir, de palabras meramente. Sostenemos que, por él contrario, los procesos del pensamiento humano son en gran medida metafóricos. Esto es lo que queremos decir cuando afirmamos que el sistema conceptual humano está estructurado y se define de una manera metafórica. Las metáforas como expresiones lingüísticas son posibles, precisamente, porque son metáforas en el sistema conceptual de una persona. Así pues, cuando en este libro hablamos de metáforas, tales como una discusión es una guerra, debe entenderse que metáfora significa concepto metafórico.