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gnomos / gnomo / anões / anão / enanos / enano / dwarfs / dwarf / Branca de Neve / Blancanieves

  

Coomaraswamy

Cf. La Mito da «caverna» de Platón, y la cualidad «cavernosa» de la arquitectura tradicional antigua, en la que el suelo, el espacio y el techo, corresponden a la tierra, al aire y al cielo igualmente en una caverna y en una habitación; cf. guha = «caverna», «escondrijo», y «choza». Brahma es ciertamente guhyam (Katha Upanishad   V.6), el Espíritu nihito guhayam (Katha Upanishad   II.20), «oculto» en nosotros, como un «morador de caverna».

Que Dios está «enterrado» en nosotros subyace en el simbolismo védico de cavar por el tesoro oculto, y en el de la minería en Maitri Upanishad   VI.29. Los poderes del alma (tes psyches dynameis, a los que Hermes llama daimones, Lib. XVI.14 y sig.) son «elementales» (bhutah), y su objeto son los «elementos» (bhutani) o «minerales» (dhatavah). Los bhutah, «seres», son igualmente elfos, espíritus, hadas o enanos, que pueden ser buenos o malos; no carece de fundamento que estos seres, los Sidhe por ejemplo, se consideren a menudo como viviendo en «montículos encantados» —o que, cuando se considera a estas «gentes pequenas» como enanos o gnomos, entonces viven en montanas. El cabeza y guía de estas Bergleute psíquicas, a quienes se considera como enanos, es, él mismo, el Enano inmanente, Vamadeva, Vamana, el «Enano entronizado en el medio a quien todos los dioses sirven» ([...], Katha Upanishad V.3); los «dioses», de acuerdo con la inevitable explicación de Sankara  , son los poderes del alma («la visión, el oído, etc.», es decir, los «soplos»), y traen tributo (balim upaharantah) a su cabeza, el «Otro» del verso 5, que, fuera de toda duda, es el «Soplo» mediano o central, como es explícito en Aitareya Aranyaka II.2.1. Así, los enanos y los gnomos de la tradición Europa, cavando por el tesoro en las montanas, son las imágenes y el rastro, proyectados en el folklore, de nuestros propios poderes elementales. En uno de nuestros más conocidos «Cuentos de hadas», la formulación es muy precisa: es la función natural de los «siete enanos» servir y proteger a Blancanieves que, ella misma, es Psique; Blancanieves es envenenada por el «fruto del árbol», y, que este es el árbol del bien y del mal, se desprende del hecho de que la manzana es en parte venenosa y en parte sana (el fruto del árbol es salutífero para aquellos que comen para vivir, pero mortal para aquellos que viven para comer; cf. Satapatha Brahmana   II.4.2.1-6). Por ellos mismos los enanos pueden protegerla pero no pueden curarla; la cura la hace el héroe solar, un «Príncipe Encantador» (es decir, en el pleno sentido de la palabra, «que encanta»: el Héroe solar es el senor del encanto —bienaventurados son aquellos a quienes este mago encanta), y solo cuando la manzana mordida cae de sus labios ella despierta de su sueno mortal.
En un simbolismo alternativo, la caverna deviene un laboratorio y los trabajadores devienen alquimistas en busca de la piedra filosofal; o una fragua en la que los metales se refinan y se golpean para darles forma —«como un orfebre, tomando una pieza de oro, saca de ella (tanute, √ tan, también sacrificar y propagar) otra, de forma más nueva y más hermosa, así el Espíritu.» (Brhadaranyaka UpanishadIV.4.4). [AKCMeta  :Nota]