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Excertos de Jean Brun, "Platão  "

Se a Academia desaparece enquanto escola, a filosofia de Platão não deixa por isso de ser menos viva ao longo de toda a Antigüidade e do Renascimento, sem falar evidentemente dos tempos modernos (Apuleio  , Do Sistema de Platão. Cf. acerca disto as Atas do Congresso da Associação G. Budé de Tours e Poitiers em 1953.).

A filosofia de Platão reaparece, mas consideravelmente transformada, no neoplatonismo   dos Alexandrinos (Cf. Ph. Merlan, From Platonism to Neoplatonism (Haia, 2. ed., 1960). E. Vacherot, Hist. crit. de l’Ecole d’Alexandrie (3 vol.) (Paris, 1846-1851). J. Dillon, The Middle Platonists. A study of Platonism 80 BC to AD 220 (Leyde, 1977).), em Fílon   de Alexandria (40 a. C.-40 d. C.) (Cf. E. Bréhier  , Les idées philos. et relig. de Philon d’Alex. (Paris, 1925). J. Daniélou, Philon d’Alexandrie (Paris, 1958).) e em Plotino (Cf. E. Bréhier, La philo. de Plotin (Paris, 1928). M. de Gandillac  , La sagesse de Plotin (Paris, 1952)). Terá uma grande influência em muitos escritores cristãos do início da era cristã, como Santo Agostinho   (Cf. E. Gilson, Intr. à l’étude de saint Augustin, Paris, 1943), Clemente de Alexandria  , Orígenes  , Eusébio, Teodoreto, que estudaram ou utilizaram Platão.

En términos generales y con fines simplemente propedéuticos y mentalmente operativos, una aceptable caracterización del neoplatonismo sería la que propone el estudioso judío Ph. Merlán, al que las investigaciones en este campo tanto deben, y que se compone de las siguientes notas generales:

1. La admisión de una multiplicidad de esferas de ser que están estrictamente relacionadas y subordinadas entre sí. Se trata, entonces, de una serie o cadena cuyos términos representan los grados superiores e inferiores del ser. El último de estos grados, la esfera de ser más irreal, es lo comúnmente llamado “ser sensible”, el ser en el tiempo y el espacio.

2. La aceptación de que cada esfera ontológica inferior deriva de la que le es superior. Esta derivación no es un proceso que se cumpla espaciotemporalmente y, por lo tanto, tampoco es comparable con una relación causal empírica, sino que se trata de un desarrollo mentalmente representado. De este modo, la “causalidad” total de las esferas entre sí no es del tipo de la causalidad agente o eficiente.

3. El reconocimiento de que la esfera suprema del ser deriva de un principio que como fuente de todo ser no puede ser estrictamente considerado ser. Está por encima del ser y siendo así es totalmente indeterminado, aunque debe entenderse que esta indeterminación no es la propia del más universal de los conceptos, sino una indeterminación de realidad. Es decir, que “es” lo más pleno porque no se encuentra limitado a ser esto o aquello.

4. Esta indeterminación de realidad mencionada se describe igualmente afirmando que el principio supremo es Uno: esta noción de unidad es señalada no sólo por la singularidad, sino también por su completa simplicidad, o sea, la ausencia de cualquier limitación y determinación externa e interior, y refiriéndose esta designación de “Uno” no a un tipo de descripción adjetiva o cualitativa, sino siendo preferiblemente la expresión positiva del principio supremo, que no es ni esto ni aquello.

5. La tesis de la multiplicidad creciente que se ofrece en cada subsecuente esfera del ser, indicando la mayor multiplicidad no sólo el mayor número de entidades en cada plano sucesivo, sino también una creciente determinación o limitación de cada entidad, hasta que se llega a la determinación espaciotemporal y, con esto, al mínimo de unidad.

6. La afirmación de que el conocimiento apropiado para el principio supremo, siendo sustancialmente diferente del conocimiento de cualquier otra entidad y dado su carácter estrictamente indeterminado, no puede ser el conocimiento atributivo, conocimiento que es sólo apropiado para los seres que manifiestan alguna determinación.

7. Finalmente, entonces, la dificultad básica y asimismo la más característica del neoplatonismo es la tentativa de explicación y justificación de la causa y el modo de cómo sea posible el tránsito de lo Uno a lo múltiple, desempeñando un importante lugar en este proceso el otro principio que posibilita el pasaje, es decir, la materia [1].