Página inicial > René Guénon > HDV: Tchoang-tseu

HDV: Tchoang-tseu

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Purusha, considerado como idéntico a la Personalidad, "es por así decir [NA: La palabra iva indica que se trata de una comparación (upamâ) o de una manera de hablar destinada a facilitar la comprehensión, pero que no debe tomarse al pie de la letra. — He aquí un texto taoísta que expresa una idea similar: "las normas de todo tipo, como la que hace un cuerpo de varios órganos (o un ser de varios estados)... son otras tantas participaciones del Rector Universal. Estas participaciones no Le aumentan ni Le disminuyen, ya que son comunicadas por Él, no desgajadas del Él" (Tchoang-tseu  , II; traducción del P. Wieger  , p. 277)] una porción (ansha) del Supremo Ordenador (que, no obstante, no tiene realmente partes, puesto que como es absolutamente indivisible y "sin dualidad"), como una chispa lo es del fuego (cuya naturaleza está por lo demás toda entera en cada chispa)" (Brahma-Sûtras  , 2º Adhyâya, 3er Pâda, sûtra 43. — Recordamos que seguimos principalmente, en nuestra interpretación, el comentario de Shankarâchârya.). Él no está sometido a las condiciones que determinan la individualidad, e, incluso en sus relaciones con ésta, permanece inafectado por las modificaciones individuales (tales, por ejemplo, como el placer y el dolor), que son puramente contingentes y accidentales, no esenciales al ser, y que provienen todas del principio plástico, Prakriti o Pradhâna, como de su única raíz. Es de esta substancia, que contiene en potencia todas las posibilidades de manifestación, de donde son producidas las modificaciones en el orden manifestado, por el desarrollo mismo de estas posibilidades, o, para emplear el lenguaje aristotélico, por su paso de la potencia al acto. "Toda modificación (parinâma), dice Vijnâna-Bhikshu, desde la producción original del mundo (es decir, de cada ciclo de existencia) hasta su disolución final, proviene exclusivamente de Prakriti y de sus derivados", es decir, de los veinticuatro primeros tattwas del Sânkhya. 97 HDV V

Aquí, nos es menester insistir un poco sobre un punto esencial: es que todos los principios o elementos de que hemos hablado, que se describen como distintos, y que lo son en efecto desde el punto de vista individual, no lo son no obstante más que desde este punto de vista únicamente, y no constituyen en realidad sino otras tantas modalidades manifestadas del "Espíritu Universal" (Âtmâ). En otros términos, aunque accidentales y contingentes en tanto que manifestados, son la expresión de algunas de las posibilidades esenciales de Âtmâ (las que por su naturaleza propia, son posibilidades de manifestación); y estas posibilidades, en principio y en su realidad profunda, no son nada distinto de Âtmâ. Por eso es por lo que, en lo Universal (y no ya en relación a los seres individuales), deben considerarse como siendo verdaderamente Brahma mismo, que es "sin dualidad", y fuera del cual no hay nada, ni manifestado ni no manifestado [NA: Mohyiddin ibn Arabi  , en su Tratado de la Unidad   (Risâlatul-Ahadiyah), dice en el mismo sentido: "Allah —Exaltado sea— está exento de todo semejante así como de todo rival, contraste u oponente". Por lo demás, a este respecto también, hay una perfecta concordancia entre el Vêdanta y el esoterismo islámico  .]. Por lo demás, eso fuera de lo cual hay algo no puede ser infinito, puesto que es limitado, por eso mismo que deja fuera; y así el Mundo, entendiendo por esta palabra el conjunto de la manifestación universal, no puede distinguirse de Brahma más que en modo ilusorio, mientras que, por el contrario, Brahma es absolutamente "distinto de lo que Él penetra" [NA: Ver el texto del tratado del Conocimiento del Sí mismo (Âtmâ-Bodha) de Shankârâchârya, que se citará más adelante.], es decir, del Mundo, puesto que no se Le pueden aplicar ninguno de los atributos determinativos que convienen a éste, y puesto que la manifestación universal toda entera es rigurosamente nula al respecto de Su Infinitud. Como ya lo hemos hecho destacar en otra parte, esta irreciprocidad de relación entraña la condena formal del "panteísmo", así como de todo "inmanentismo"; y también se afirma muy claramente en estos términos por la Bhagavad-Gîtâ: "Todos los seres están en mí y yo no estoy en ellos... Mi ser soporta los seres, y, sin que esté en ellos, es por El que ellos existen" (Bhagavad-Gîtâ, IX, 4 y 5.). Se podría decir también que Brahma es el Todo absoluto, por eso mismo de que Es infinito, pero que, por otra parte, si todas las cosas están en Brahma, ellas no son Brahma en tanto que se consideran bajo el aspecto de la distinción, es decir, precisamente en tanto que cosas relativas y condicionadas, puesto que su existencia como tales no es más que una ilusión frente a la realidad suprema; lo que se dice de las cosas y que no podría convenir a Brahma, no es más que la expresión de la relatividad, y al mismo tiempo, puesto que ésta es ilusoria, la distinción lo es igualmente, porque uno de sus términos se desvanece delante del otro, ya que nada puede entrar en correlación con el Infinito; es en principio solamente como todas las cosas son Brahma, pero también es eso solo lo que es su realidad profunda; y es eso lo que es menester no perder de vista jamás si se quiere comprender lo que seguirá [NA: Citaremos aquí un texto taoísta en el que se encuentran expresadas las mismas ideas: "No preguntéis si el Principio está en esto o en eso; está en todos los seres. Por eso es por lo que se Le dan los epítetos de grande, de supremo, de entero, de universal, de total... El que ha hecho que los seres fuesen seres, no está Él mismo sometido a las mismas leyes que los seres. El que ha hecho que todos los seres fuesen limitados, es Él mismo ilimitado, infinito... En lo que concierne a la manifestación, el Principio produce la sucesión de estas fases, pero no es esta sucesión (ni está implicado en esta sucesión). Él es el autor de las causas y de los efectos (la causa primera), pero no es las causas y los efectos (particulares y manifestados). Él es el autor de las condensaciones y de las disipaciones (nacimientos y muertes, cambios de estados), pero no es Él mismo condensación o disipación. Todo procede de Él, y se modifica por y bajo Su influencia. Él está en todos los seres, por una terminación de norma; pero Él no es idéntico a los seres, puesto que no es ni diferenciado, ni limitado" (Tchoang-tseu, XXII; traducción de P.Wieger, p. 395-397).]. 165 HDV X

"Ninguna distinción (que se apoye sobre modificaciones contingentes, como la distinción del agente, de la acción, y de la meta o del resultado de esta acción) invalida la unidad y la identidad esenciales de Brahma como causa (Kârana) y efecto (Kârya) [NA: Es en tanto que nirguna como Brahma es Kârana, y en tanto que saguna como es Kârya; el primero es el "Supremo" o Para-Brahma, y el segundo es el "No Supremo" o Apara-Brahma (que es Îshwara); pero de ello no resulta que Brahma deje en cierta manera de ser "sin dualidad" (adwaita), ya que el "No Supremo" mismo es completamente ilusorio en tanto que se distingue del "Supremo", como el efecto no es nada que sea verdadera y esencialmente diferente de la causa. Hacemos notar que jamás debe traducirse Para-Brahma y Apara-Brahma por "Brahma superior", y "Brahma inferior", ya que estas expresiones suponen una comparación o una correlación que no podría existir de ninguna manera.]. El mar es lo mismo que sus aguas y no es diferente de ellas (en naturaleza), aunque las olas, la espuma, las corrientes, las gotas y las demás modificaciones accidentales que sufren estas aguas existan separada o conjuntamente como diferentes unas de las otras (cuando se consideran en particular, ya sea bajo el aspecto de la sucesión, ya sea bajo el de la simultaneidad, pero sin que su naturaleza deje por eso de ser la misma) (Esta comparación con el mar y sus aguas muestra que Brahma es considerado aquí como la Posibilidad Universal, que es la totalidad absoluta de las posibilidades particulares.). Un efecto no es otro (en esencia) que su causa (aunque la causa, por el contrario, sea más que el efecto); Brahma es uno (en tanto que Ser) y sin dualidad (en tanto que Principio Supremo); Sí mismo, no está separado (por limitaciones cualesquiera) de Sus modificaciones (tanto formales como informales); Él es Âtmâ (en todos sus estados posibles), y Âtmâ (en sí mismo, en el estado incondicionado) es Él (y no otro que Él) (Es la fórmula misma de la "Identidad Suprema", bajo la forma más clara que sea posible darle.). La misma tierra ofrece diamantes y otros minerales preciosos, rocas de cristal, y piedras vulgares y sin valor; el mismo sol produce una diversidad de plantas que presentan la mayor variedad en sus hojas, sus flores y sus frutos; el mismo alimento es convertido en el organismo en sangre, en carne, y en excrecencias variadas, tales como los cabellos y las uñas. Como la leche se cambia espontáneamente en cuajada y el agua en hielo (sin que este paso de un estado a otro implique por lo demás ningún cambio de naturaleza), así Brahma Se modifica diversamente (en la multiplicidad indefinida de la manifestación universal), sin la ayuda de instrumentos o de medios exteriores de cualquier especie que sea (y sin que Su Unidad y Su identidad sean afectadas por ello, y por consiguiente sin que se pueda decir que Él sea modificado en realidad, aunque todas las cosas no existen efectivamente más que como Sus modificaciones) [NA: Para resolver esta aparente dificultad, es menester no olvidar que aquí estamos mucho más allá de la distinción de Purusha y de Prakriti, y que éstos, al estar ya unificados en el Ser, están comprendidos con mayor razón el uno y la otra en el Supremo Brahma, de donde, si es permisible expresarse así, dos aspectos complementarios del Principio, que no son por lo demás dos aspectos sino en relación a nuestra concepción: en tanto que Él Se modifica, es el aspecto análogo de Prakriti; en tanto que no obstante Él no es modificado, es el aspecto análogo de Purusha; y se destacará que este último responde más profunda y más adecuadamente que el otro a la realidad suprema en su inmutabilidad. Por eso es por lo que Brahma mismo es Purushottama, mientras que Prakriti representa solamente, en relación a la manifestación, a Su Shakti, es decir, Su "Voluntad productora", que es propiamente la "omnipotencia" (actividad "no-actuante" en cuanto al Principio, que deviene pasividad en cuanto a la manifestación). Conviene agregar que, cuando se transpone así la concepción más allá del Ser, ya no es de la "esencia" y de la "substancia" de lo que se trata, sino más bien del Infinito y de la Posibilidad, así como lo explicaremos en alguna otra ocasión; es también, lo que la tradición extremo oriental designa como la "perfección activa" (Khien) y la "perfección pasiva" (Khouen), que coincide por lo demás en la Perfección en el sentido absoluto.]. Así la araña forma su tela de su propia substancia, los seres sutiles toman formas diversas (no corporales), y el loto crece de marisma en marisma sin órganos de locomoción. Que Brahma sea indivisible y sin partes (como lo es), no es una objeción (a ésta concepción de la multiplicidad universal en Su unidad, o más bien en Su "no-dualidad"); no es Su totalidad (eternamente inmutable) lo que se modifica en las apariencias del Mundo (ni ninguna de Sus partes, puesto que no las tiene, sino que es Él mismo considerado bajo el aspecto especial de la distinción o de la diferenciación, es decir, como saguna o savishêsha; y, si Él puede ser considerado así, es porque conlleva en Sí mismo todas las posibilidades, sin que éstas sean en modo alguno partes de Sí mismo) [NA: Para el esoterismo islámico también, la Unidad, considerada en tanto que contiene todos los aspectos de la Divinidad (Asrâr rabbâniyah o "misterios dominicales"), "es la superficie reverberante en innumerables facetas del Absoluto que magnifica a toda criatura que se mira directamente en ella". Esta superficie, es igualmente Mâyâ considerada en su sentido más elevado, como la Shakti de Brahma, es decir, la "omnipotencia" del Principio Supremo. — De una manera completamente semejante también, en la Qabblah hebraica, Kether (el primero de los diez Sephiroth) es la "vestidura" de Ain-Soph (El Infinito o el Absoluto).]. Diversos cambios (de condiciones y de modos de existencia) se ofrecen a la misma alma (individual) que sueña (y que percibe en ese estado los objetos internos, que son los del dominio de la manifestación sutil) (Las modificaciones que se producen en el sueño proporcionan una de las analogías más sorprendentes que se puedan indicar para ayudar a comprender la multiplicidad de los estados del ser.); diversas formas ilusorias (que corresponden a diferentes modalidades de manifestación formal, otras que la modalidad corporal) son revestidas por el mismo ser sutil sin alterar en nada su unidad (puesto que una tal forma ilusoria, mâyavi-rûpa, se considera como puramente accidental y como no perteneciendo en propiedad al ser que se reviste de ella, de suerte que éste debe considerarse como no afectado por esta modificación completamente aparente) (Sobre este punto, habría que hacer una comparación interesante con lo que los teólogos católicos, y concretamente Santo Tomás de Aquino  , enseñan sobre el tema de las formas de que pueden revestirse los ángeles; la semejanza es tanto más destacable cuanto que los puntos de vista son forzosamente muy diferentes. A propósito de esto, recordaremos de pasada lo que ya hemos tenido la ocasión de señalar en otra parte, a saber, que casi todo lo que se dice teológicamente de los ángeles puede decirse también metafísicamente de los estados superiores del ser. ). Brahma es omnipotente (puesto que Él contiene todo en principio), propio a todo acto (aunque "no-actuante", o más bien por eso mismo) sin órgano o instrumento de acción cualquiera; así ningún motivo o meta especial (tal como el de un acto individual), otro que Su voluntad (que no se distingue de Su omnipotencia) [NA: Es su Shakti, de la que hemos hablado en precedentes notas, y es también Él mismo en tanto que Él es considerado como la Posibilidad Universal; por lo demás, en sí misma, la Shatki no puede ser más que un aspecto del Principio, y, si se distingue de Él para considerarla "separativamente", ella no es más que la "Gran ilusión" (Mahâ-Moha), es decir, Mâyâ en su sentido inferior y exclusivamente cósmico.], debe ser asignado a la determinación del Universo. Ninguna diferenciación accidental debe ser-Le imputada (como a una cosa particular), ya que cada ser individual se modifica (al desarrollar sus posibilidades) conformemente a su propia naturaleza (Es la idea misma del Dharma, como "conformidad a la naturaleza esencial de los seres" aplicada al orden total de la Existencia Universal.); así la nube lluviosa distribuye la lluvia con imparcialidad (sin consideración por los resultados especiales que provendrán de circunstancias secundarias), y esta misma lluvia fecundante hace crecer diversamente diferentes semillas, que producen una variedad de plantas según sus especies (en razón de las diferentes potencialidades respectivamente propias a esas semillas) [NA: "¡Oh Principio! Tú que das a todos los seres lo que les conviene, Tú jamás has pretendido ser llamado equitativo. Tú cuyos beneficios se extienden a todos los tiempos, Tú jamás has pretendido ser llamado caritativo. Tú que fuiste antes del origen  , y que no pretendes ser llamado venerable; Tú que envuelves y soportas el Universo, produciendo todas las formas, sin pretender ser llamado hábil; es en Ti donde yo me muevo" (Tchoang-tseu, cap. VI; traducción de P. Wieger, p. 261). — "Del Principio se puede decir únicamente que Él es el origen de todo, y que influencia a todo permaneciendo indiferente" (idem., cap. XXII; ibid., p. 391). — "El Principio, indiferente, imparcial, deja a todas las cosas seguir su curso, sin influenciarlas. Él no pretende ningún título (cualificación o atribución cualquiera). Él no actúa. No haciendo nada, nada hay que Él no haga" (idem., cap. XXV; ibid., p. 437).]. Todo atributo de una causa primera está (en principio) en Brahma, que (en Sí mismo) está sin embargo desprovisto de toda cualidad (distinta)" [NA: Brahma-Sûtras, 2º Adtyâya, 1er Pâda, sûtras 13 a 37. — Cf. Bhagavad-Gîtâ, IX, 4 y 8: "Soy yo, desprovisto de toda forma sensible, quien ha desarrollado todo este Universo... Inmutable en mi potencia productora (la Shakti, que aquí se la llama Prakriti porque se considera en relación a la manifestación), produzco y reproduzco (en todos los ciclos) la multitud de los seres, sin meta determinada, y únicamente por la virtud de esta potencia productora".]. 166 HDV X

"Cuando el ser que duerme no siente ningún deseo y no está sujeto a ningún sueño, su estado es el del sueño profundo (sushupta-sthânâ); él (es decir, Âtmâ mismo en esta condición) que en este estado ha devenido uno (sin ninguna distinción o diferenciación) [NA: "Todo es uno, dice igualmente el taoísmo; durante el sueño, el alma no distraída se absorbe en esta unidad; durante la vigilia, distraída, distingue seres diversos" (Tchoang-tseu, II; traducción del P. Wieger, p. 215).], que se ha identificado con un conjunto sintético (único y sin determinación particular) de Conocimiento integral (Prajnâna-ghana) [NA: "Concentrar toda su energía intelectual como en una masa", dice también, en el mismo sentido la doctrina taoísta (Tchoang-tseu, IV). — Prajnâna o el Conocimiento integral se opone aquí a vijnâna o el conocimiento distintivo, que, al aplicarse especialmente al dominio individual o formal, caracteriza a los dos estados precedentes; vijnânamaya-kosha es la primera de las "envolturas" de las que se reviste Âtmâ al penetrar en "el mundo de los nombres y de las formas", es decir, al manifestarse como jîvâtmâ.], que está lleno (por penetración y asimilación íntima) de la Beatitud (ânandamaya), que goza verdaderamente de esta Beatitud (Ânanda, como de su dominio propio), y cuya boca (el instrumento de conocimiento) es (únicamente) la Consciencia total (Chit) misma (sin intermediario ni particularización de ningún tipo), ese se llama Prâjna (El que conoce fuera y más allá de toda distinción especial): ésta es la tercera condición" (Mandûkya Upanishad  , shruti 5.). 220 HDV XIV

Así pues, en Sí mismo, Âtmâ no es ni manifestado (vyakta), ni no manifestado (avyakta), al menos si se considera lo no manifestado solamente como el principio inmediato de lo manifestado (lo que se refiere al estado de Prâjna); sino que Él es a la vez el principio de lo manifestado y de lo no manifestado (aunque este principio Supremo pueda decirse, por lo demás, también no manifestado en un sentido superior, aunque no sea más que para afirmar con ello Su Inmutabilidad absoluta y la imposibilidad de caracterizarle por ninguna atribución positiva). "A Él (al Supremo Brahma, al que Âtmâ incondicionado es idéntico), el ojo no Le alcanza [NA: Del mismo modo, el Qorân dice al hablar de Allah: "Las miradas no pueden alcanzar-Le". — "El principio no es alcanzado ni por la vista ni por el oído" (Tchoang-tseu, XXII).], ni la palabra, ni la "mente" (Aquí, el ojo representa las facultades de sensación, y la palabra las facultades de acción; se ha visto más atrás que el manas, por su naturaleza y sus funciones, participa de las unas y de las otras. Brahma no puede ser alcanzado por ninguna facultad individual: no puede ser percibido por los sentidos como los objetos groseros, ni concebido por el pensamiento como los objetos sutiles; Él no puede ser expresado en modo sensible por las palabras, ni en modo ideal por las imágenes mentales. ); nosotros no Le reconocemos (como comprehensible por otro que Él mismo), y es por lo que no sabemos cómo enseñar Su naturaleza (por una descripción cualquiera). Es superior a lo que es conocido (distintivamente, o al Universo manifestado), y está incluso más allá de lo que no es conocido (distintivamente, o del Universo no manifestado, uno con el Ser Puro) (Cf. el pasaje ya citado de la Bhagavad-Gîtâ, XV, 18, según el cual Paramâtma "rebasa al destructible e incluso al indestructible"; el destructible es el manifestado, y el indestructible es el no manifestado, entendido como acabamos de explicarlo.); tal es la enseñanza que hemos recibido de los Sabios de antaño. Se debe considerar que Lo que no es manifestado por la palabra (ni por ninguna otra cosa), sino Eso por lo que la palabra es manifestada (así como todas las cosas), es Brahma (en Su Infinitud), y no lo que es considerado (en tanto que objeto de meditación) como "esto" (un ser individual o un mundo manifestado, según que el punto de vista se refiera al "microcosmo" o al "macrocosmo") o "eso" (Îshwara o el Ser Universal mismo, fuera de toda individualización y de toda manifestación)" [NA: Kéna Upanishad, 1er Khanda, shrutis 3 a 5. — Lo que ha sido dicho para la palabra (vâch) se repite después sucesivamente en los shrutis 6 a 9, y en términos idénticos, para la "mente" (manas), el ojo (chakshus), el oído (shrotra) y el "soplo vital" (prâna).]. 238 HDV XV

Por eso es por lo que se dice en la continuación del texto: "Si piensas que conoces bien (a Brahma), lo que conoces de Su naturaleza es en realidad poco; por esta razón, Brahma debe ser considerado aún más atentamente por ti. (La respuesta es ésta:) Yo no pienso que Le conozco; con eso quiero decir que no Le conozco bien (de una manera distinta, como conocería un objeto susceptible de ser descrito o definido); y sin embargo Le conozco (según la enseñanza que he recibido concerniente a Su naturaleza). Quienquiera de entre nosotros que comprende estas palabras (en su verdadera significación): "Yo no Le conozco, y sin embargo Le conozco", ese Le conoce en verdad. Para el que piensa que Brahma es no comprendido (por una facultad cualquiera) Brahma es comprendido (ya que, por el Conocimiento de Brahma, ese ha devenido real y efectivamente idéntico a Brahma mismo); pero el que piensa que Brahma es comprendido (por alguna facultad sensible o mental) no Le conoce. Brahma (en Sí mismo, en Su incomunicable esencia) es desconocido para aquellos que Le conocen (a la manera de un objeto cualquiera de conocimiento, ya sea un ser particular o el Ser Universal), y es conocido para aquellos que no Le conocen (como "esto" o "eso")" [NA: Kéna Upanishad, 2º Khanda, shrutis 1 a 3. — He aquí un texto taoísta que es completamente idéntico: "El Infinito ha dicho: yo no conozco el Principio; esta respuesta es profunda; la Inacción ha dicho: yo conozco el Principio; esta respuesta es superficial. El Infinito ha tenido razón al decir que no sabía nada de la esencia del Principio. La Inacción ha podido decir que Le conocía, en cuanto a Sus manifestaciones exteriores... No conocer-Le, es conocer-Le (en Su esencia); conocer-Le (en sus manifestaciones), es no conocer-Le (tal cual es en realidad). ¿Pero cómo comprender eso, que es no conociendo-Le como se Le conoce? — He aquí como dice el Estado Primordial. El Principio no puede ser entendido; lo que se entiende, no es Él. El Principio no puede ser visto; lo que se ve, no es Él. El Principio no puede ser enunciado; lo que se enuncia, no es Él... El Principio, no pudiendo ser imaginado, tampoco puede ser descrito. El que hace preguntas sobre el Principio, y el que las responde, ambos muestran que ignoran lo que es el Principio. Del Principio, no se puede preguntar ni responder lo que Él es" (Tchoang-tseu, XXII; traducción del P. Wieger, pp. 397-399).]. 240 HDV XV

La Liberación o la Unión, lo que es una sola y misma cosa, implica "por añadidura", ya lo hemos dicho, la posesión de todos los estados, puesto que es la realización perfecta y la totalización del ser; por lo demás, importa poco que estos estados estén actualmente manifestados o que no lo estén, ya que es solo en tanto que posibilidades permanentes e inmutables como deben considerarse metafísicamente. "Señor de varios estados por el simple efecto de su voluntad, el Yogî no ocupa más que uno solo, dejando los otros vacíos del soplo animador (prâna), como otros tantos instrumentos inutilizados; puede animar más de una forma, de la misma manera que una sola lámpara puede alimentar más de una mecha" (Comentario de Bhavadêva-Mishra sobre los Brahmas-Sûtras.). "El Yogî, dice Aniruddha, está en conexión inmediata con el principio primordial del Universo, y por consecuencia (secundariamente) con todo el conjunto del espacio, del tiempo y de las cosas", es decir, con la manifestación, y más particularmente con el estado humano en todas sus modalidades [NA: He aquí un texto taoísta donde se expresan las mismas ideas: "Ese (el ser que ha llegado a este estado en el que está unido a la totalidad universal) no dependerá ya de nada; será perfectamente libre... Así se dice muy justamente: el ser sobrehumano ya no tiene individualidad propia; el hombre transcendente ya no tiene acción propia; el Sabio ya no tiene siquiera un nombre propio; pues es uno con el Todo" (Tchoang-tseu, cap. I; traducción del P. Wieger, p. 211). El Yogî o el jîvan-mukta, en efecto, está liberado del nombre y de la forma (nâma-rûpa) que son los elementos constitutivos y característicos de la individualidad; ya hemos mencionado los textos de las Upanishads donde esta cesación del nombre y de la forma se afirma expresamente.]. 348 HDV XXIII

"Cuando los accidentes (formales y demás, que comprenden tanto la manifestación sutil como la manifestación grosera) son suprimidos (puesto que no existen sino en modo ilusorio, de tal suerte que no son verdaderamente nada al respecto del Principio), el Muni (tomado aquí como sinónimo de Yogî), entra, con todos los seres (en tanto que ya no se distinguen de él mismo), en la Esencia que penetra todo (y que es Âtmâ)" [NA: "Por encima de todo está el Principio, común a todo, conteniendo y penetrando todo, cuyo atributo propio es la Infinitud, el único por el cual puede designarse-Le, ya que no tiene nombre propio" (Tchoang-tseu, XXV).]. 367 HDV XXIV

"Él es Brahma, que está extendido por todas partes, en todo (puesto que nada hay fuera de Él y puesto que todo está contenido necesariamente en Su Infinitud) [NA: Recordamos todavía aquí este texto taoísta que ya hemos citado más largamente: "No preguntéis si el Principio está en esto o en eso; está en todos los seres..." (Tchoang-tseu, cap. XXII; traducción del P. Wieger, p. 345).]: en el espacio intermediario, en lo que está por encima y en lo que está por debajo (es decir, en el conjunto de los tres mundos); el verdadero, pleno de Beatitud, sin dualidad, indivisible y eterno". 373 HDV XXIV