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phylake kardias

quinta-feira 25 de janeiro de 2024

  

VIDE

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    Philokalia   Olivier Clément Em sua apresentação da versão francesa da Philokalia, Olivier Clément destaca a questão da "guarda do coração", como forma mais aguda da ascese praticada pelos "padres népticos" (vide nepsis). Atravessando a camada de barro da inconsciência que a separa deste, a inteligência (nous) se destaca do fluxo psíquico de pensamentos, imagens, associações que sem cessar a atravessam. Logismo (v. logismos) que ela estraçalha como "filhos da Babilônia" do salmo  , sobre o rochedo do Nome Jesus - Nome de Jesus. Surgindo do infraconsciente, os "pensamentos" devem ser escrutados antes que eles não se acomodem e se cancerizem: sua carga obsessional é desintegrada pela invocação acelerada do Nome Jesus - Nome de Jesus) (ou simplesmente o apelo do Kyrie Eleison), seu núcleo psíquico oferecido como uma jovem besta de sacrifício, diz Marcos Asceta. De um "pensamento" ambíguo, Isaac o Sírio recomenda nem o rechaçar nem o aceitar, mas de orar ardentemente sobre ele até que o Cristo "mostre de onde ele vem". E se preciso, humildemente, se refugiar em Deus, no Nome Jesus - Nome de Jesus. Pequena Philokalia   - Seleção de Jean Gouillard El alma se desprende de las divagaciones malvadas guardando el kardia - corazón y evitando que sus miembros, los logismos - pensamientos, vaguen por el mundo. Macariana   - Pseudo Macario el Grande Homilías espirituales La soberbia

Por consiguiente, si nos dedicamos a ejercitar con fervor los mandamientos de Dios, la gracia iluminará nuestros sentidos con un sentimiento muy profundo, consumirá nuestros logismos - pensamientos y aliviará nuestro kardia - corazón por la paz de una inexpresable amistad, disponiéndonos a pensar cosas espirituales y no ya camales. Es lo que no cesa del producirse en aquellos que se acercan a la perfección y guardan ininterrumpidamente en el kardia - corazón el recuerdo de Jesús. Diadoco de Photiki   - Diácodo de Fótice El ciclo copto de Macario el Grande La soberbia

Por consiguiente, aquel que quiere purificar su kardia - corazón no cese de abrasarlo con el recuerdo de Jesús. Que sea ese su único ejercicio y su trabajo ininterrumpido. Cuando se quiere rechazar la propia miseria no puede haber un momento de euche - oración y un momento de no euche - oración; es necesario dedicarse a ella en todo instante, guardando el nous - intelecto incluso cuando se encuentra fuera de la casa de euche - oración. Si aquel que purifica el mineral de oro tan sólo apartara un tiempo su hoguera, el mineral que quiere purificar retomaría su dureza. Igualmente, aquel que a veces se acuerda de Dios y a veces no, pierde por la interrupción aquello que creyó obtener por la euche - oración. El hombre que ama la virtud es aquel que no cesa de purificar, mediante el recuerdo de Dios, el elemento terrestre de su kardia - corazón, a fin de que, poco a poco, lo malo se consuma en el recuerdo del bien y el alma vuelva perfectamente a su esplendor natural y glorioso. Diadoco de Photiki - Diácodo de Fótice El ciclo copto de Macario el Grande La soberbia

Imitemos entonces a los Padres y, según su ejemplo, busquemos el tesoro oculto en nuestros corazones, y, habiéndolo descubierto, retengámosle con todas nuestras fuerzas para, a la vez, guardarlo y hacerlo valer. A ello fuimos destinados desde nuestro origen  . Si algún nuevo Nicodemo intenta perturbamos preguntando: «¿Cómo es posible volver a entrar en el kardia - corazón para vivir y trabajar allí?» tendremos derecho a dar la misma respuesta que dio el Salvador a la objeción del primer Nicodemo («¿cómo se puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y renacer cuando se es viejo?»): «El Espíritu sopla por donde quiere», con una imagen tomada del viento material. Si compartimos una duda semejante en relación a las obras de la vida activa, ¿cómo llegaremos a aquellas de la theoria - contemplación siendo que «la vida activa es el camino de acceso a la theoria - contemplación»?. Puesto que es imposible convencer a un espíritu tan incrédulo sin pruebas escritas, presentaré sucesivamente en este tratado, para provecho de todos, las vidas de los santos y sus escritos. Una vez convencidos será necesario arrojar toda duda. Comenzaremos por nuestro padre san Antonio el Grande, para continuar con su posteridad eligiendo, en las palabras y la conducta de esos santos, nuestras piezas de convicción. Niceforo o Solitario - Nicéforo el Solitario Tratado de la nepsis - sobriedad y del cuidado del kardia - corazón La soberbia

«¿Quieres, hijo mío, poseer en tu interior una antorcha de ciencia espiritual, para marchar sin tropiezos en la noche profunda del siglo y que el Señor dirija tus pasos’ con una pistis - fe ardiente por el camino del evangelio, para comulgar, por el rezo y la euche - oración, con los preceptos evangélicos de perfección? Te mostraré un maravilloso método e invención espiritual. Este método, que no reclama fatiga ni agon - combates corporales sino una fatiga y una prosoche - atención del espíritu sostenidos por el phobos - temor y el amor de Dios, te permitirá derrotar sin esfuerzo, a la falange de los enemigos... Si quieres alcanzar la victoria contra las pasiones, con la euche - oración y el auxilio de Dios, entra en ti mismo, húndete en las profundidades de tu kardia - corazón, persigue a esos tres gigantes poderosos: el olvido, la pereza y la ignorancia, que son el punto de apoyo de los invasores espirituales. Por ellos las otras pasiones malvadas se insinúan en el alma, trabajan, viven y prevalecen en un alma ligada a los hedone - placeres... Una gran prosoche - atención y epimeleia - vigilancia del espíritu, unida a la ayuda de lo alto, te hará descubrir lo que permanece desconocido para la gran mayoría. Podrás así, por esa euche - oración y esa prosoche - atención, liberarte de los gigantes del mal. Con la colaboración poderosa de la gracia, esfuérzate por establecer en tu kardia - corazón, y guardarlo con cuidado, el equilibrio entre la verdadera ciencia, el recuerdo de la palabra de Dios y una buena resolución; de este modo todo rastro de olvido, de ignorancia y de pereza desaparecerá de tu kardia - corazón». Extracto de la vida de nuestro padre san Antonio Marcos Asceta - De Marco a Nicolás La soberbia

Aquel que trabaja para obtener la euche - oración pura caminará, entonces, en una tranquilidad y una katanyxis - compunción extremas bajo la conducción de consejeros experimentados, llorará sin cesar sus pecados temiendo el castigo futuro y lamentando estar separado de Dios en este mundo o en el otro... La euche - oración infalible es la euche - oración ardiente de Jesús... que consume las pasiones como el fuego las espinas, que trae al alma regocijo y alegría, que, semejante a una fuente, brota en pleno kardia - corazón del Espíritu vivificante. Que tu epithymetikon - deseo sea no encontrar ni poseer más que a ella en tu kardia - corazón, guardando sin tregua tu espíritu de toda imagen, desnudo de logismos - pensamientos y de conceptos. No temas nada... nosotros no debemos ni temer ni gemir cuando invocamos al Señor. Si algunos se han extraviado, si han perdido el sentido, lo deben, sábelo, a la ideoritmia y al hyperephania - orgullo. Aquel que busca a Dios en la sumisión y en la consulta humilde no tendrá phobos - temor de una desdicha de este tipo. El hesicasta no abandonará jamás el camino real. El exceso en todo produce la suficiencia que conduce al error. Gregorio de Sinai - Gregorio el Sinaíta Sobre el error La soberbia

Os diré ahora... como debéis guardar vuestro espíritu, es decir, el acto (energía) de vuestro espíritu y vuestro kardia - corazón. Sabéis que todo acto mantiene una relación natural con la esencia y la potencia que lo ejercita y que (una vez ejecutado) retorna naturalmente hacia ella para unírsele y reposar. Por eso una vez que se ha liberado el acto del espíritu - que tiene por órgano al cerebro - de todos los objetos exteriores del mundo por medio de la guardia sobre los sentidos y la phantasia - imaginación, deberéis llevar nuevamente este acto (energía) a su esencia y a su potencia propia. En otros términos llevaréis el espíritu al centro del kardia - corazón -que es, como hemos dicho, el órgano de la esencia y de la potencia del espíritu- y contemplaréis entonces, mentalmente, al eso anthropos - hombre interior en su integridad. Esta strepho - conversión del espíritu, los principiantes acostumbran practicarla, según la enseñanza de los santos Padres «sobrios», inclinando la cabeza y apoyando el mentón sobre el pecho. Que el retorno del espíritu al kardia - corazón esté exento de desviaciones. Nicodemos Hagiorita   - Nicodemo el Hagiorita De qué forma el espíritu penetra en el kardia - corazón La soberbia