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faculdades psíquicas

quinta-feira 25 de janeiro de 2024

  

Perenialistas
René Guénon: RECUSA DOS PODERES

Por otra parte, como ya lo hemos dicho, aquellos mismos que poseen naturalmente algunas facultades psíquicas anormales están por eso mismo en desventaja de una cierta manera en cuanto a su desarrollo espiritual; no solo es indispensable que se desinteresen de ellas totalmente y que no les den ninguna importancia, sino que puede serles necesario incluso reducir su ejercicio al mínimo, si no suprimirle completamente. En efecto, si se recomienda restringir lo más posible el uso de los sentidos corporales, al menos durante algunos períodos de trabajo más o menos prolongados, a fin de no ser distraído por ellos, la misma cosa es igualmente verdadera para esas facultades psíquicas; y además, mientras que el hombre no podría vivir si detuviera completa o indefinidamente el ejercicio de sus sentidos, no hay evidentemente nada de tal en el otro caso, y ningún inconveniente grave puede resultar de esta «inhibición»; antes al contrario, el ser no puede incluso más que ganar con ello en cuanto a su equilibrio orgánico y mental, y encontrarse por consiguiente en mejores condiciones para emprender, sin arriesgarse a ser molestado por un estado más o menos patológico o anormal, el desarrollo de sus posibilidades de orden superior.

Lo más frecuentemente, los productores de «fenómenos» extraordinarios son seres bastante inferiores bajo el aspecto intelectual y espiritual, o inclusive enteramente desviados por los «entrenamientos» especiales a los que se han sometido; es fácil comprender que aquel que ha pasado una parte de su vida ejercitándose exclusivamente para la producción de un «fenómeno» cualquiera haya devenido desde entonces incapaz de otra cosa, y que las posibilidades de otro orden le estén en adelante irremediablemente cerradas. Eso es lo que les ocurre generalmente a aquellos que ceden al atractivo del dominio psíquico: aunque hubieran emprendido primeramente un trabajo de realização - realización iniciática, se encuentran entonces detenidos en esta vía y no irán más lejos, felices todavía si permanecen ahí y no se dejan arrastrar poco a poco en la dirección que, así como lo hemos explicado en otra parte, va propiamente al revés de la espiritualidad y no puede desembocar finalmente más que en la «desintegración» del ser consciente [1]; pero incluso dejando de lado este caso extremo, la simple detención de todo desarrollo espiritual es ya, ciertamente, una consecuencia bastante grave en sí misma y que debería hacer reflexionar a los aficionados a los «poderes», si no estuvieran completamente cegados por las ilusiones del «mundo intermediario».

Se objetará, quizás, que hay organizações iniciáticas - organizaciones auténticamente iniciáticas que ejercitan ellas mismas a algunos individuos en el desarrollo de estos «poderes»; pero la verdad es que, en ese caso, los individuos de que se trata son de aquellos a quienes faltan las cualificaciones iniciáticas, y que, por el contrario, tienen al mismo tiempo aptitudes especiales de orden psíquico, de suerte que, en suma, es eso todo lo que es realmente posible hacer por ellos. Por lo demás, en tales condiciones, el desarrollo psíquico es guiado y controlado de manera que presente el mínimo de inconvenientes y de peligros; estos seres se benefician realmente del lazo que se estable así, aunque a un nivel inferior, con una organización tradicional, y ésta, por su lado, puede utilizarlos para cometidos de los que ellos mismos no serán conscientes, no porque se les disimulen voluntariamente, sino únicamente porque, dada la limitación de sus posibilidades, serían completamente incapaces de comprenderlos.


Observações

[1Ver breve 1362 - EL REINO DE LA CANTIDAD Y LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS, cap. XXXV.